Pasapalabra
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Lor apañole' semos asín.
(Humor español que probablemente no entiendas si no provienes de la Península Ibérica o de las colonias restantes) |
Pasapalabra
Pasapalabra es un concurso muy especial en el que cualquier idiota podría participar. Consistía y sigue consistiendo en una serie de pruebas en la que tenías que demostrar cuánto te habías estudiado el diccionario la noche anterior.
Al contrario de la creencia popular, no gana el que más palabras pase, sino el que más acierta.
Lleva atormentando los hogares españoles desde el año 2000. Primero desde la cadena Dapena 3. Luego los directores del programa se volvieron unos chaqueteros y se vendieron a Telahinco gracias a los innumerables sobornos recibidos, aunque de todas formas actualmente el programa volvió a su dueño original.
Formato del concurso
Dos equipos se enfrentan el uno al otro, con el fin de demostrar lo empollones que son y su conocimiento de la lengua vulgar. Tienen que realizar una serie de pruebas. Cuantas más pruebas hayas amañado para ganar, más tiempo obtendrás para la última prueba, el rosco o donut de letras.
Cada equipo está compuesto por un concursante, completamente desconocido, y otras dos personas que dicen ser famosas. Especial mención a la prueba del bocata, en la que uno de los famosos tiene que adivinar palabras que rimen con una dada previamente durante un tiempo. Tristemente, nunca dicen la palabra "cinco" o cualquiera con las que se puedan hacer rimas estúpidas e infantiles. Si lo consiguen un bocata que se comen en el propio plató. Es la única razón por la que merece la pena participar en el concurso.
Historia del programa
Año 2000. Los programas de corazón, los reality show, y los zappings con caídas controlan la televisión. No hay programación decente, nada que entrene el intelecto humano... hace tiempo que Saber y ganar quedó ahogado a manos de Los Simpson... y solo hay un salvador: Pasapalabra.
Antena 3 fue el visionario al que se le ocurrió este programa, el cual, como todo programa que tenga algún valor, fue creado mediante el plagio de otro de origen inglés, llamado Pasingpalabra. Para "españolizarlo" un poco, pusieron dos famosos a cada lado del concursante, y lo inflaron de anuncios de Coca Cola por todas partes. Como debe ser.
El reinado de Silvia Jato
A la hora de buscar presentadora (porque todo concurso español que quiere triunfar debe tener dos buenas razones de peso) eligieron a alguien con cerebro, alguien que pudiera representar un juego en el cual se basa en tener un perfecto vocabulario: A una Miss España. Pero como se sabe que en un principio no contaban con demasiado presupuesto, tuvieron que quedarse con una miss entrada en años... Silvia Jato, Miss España 1989.
Durante 6 años, el programa fue alcanzando una fama casi mundial. De pronto, comenzaron a salir clubs de fans de la Jato, se vendieron camisetas con el rondo de Pasapalabra... Todo iba sobre silla de ruedas, hasta que ocurrió algo terrible: un ente desconocido, misterioso, sin nombre, anónimo a fin de cuentas, preñó a Silvia Jato, la cual se cogió una baja por maternidad de duración infinita. ¿Qué iba a hacer Antena 3?
Como no podían abandonar el único concurso decente que tenían, decidieron poner un presentador nuevo: uno que fuera capaz de vender colchones incluso en el más galáctico de los Imperios: Darth Vader Constantino Romero.
A pesar de la implacable voz del lado oscuro de la televisión, el programa empezó a perder audiencia. Sólo atraía a los más frikis. El resto desapareció junto a las dos razones de Silvia Jato. Como último recurso, pusieron a Jaime Cantizano como presentador, intentando así atraer a las abuelas de toda España, pero lo único que consiguieron fue que se fueran los frikis que seguían Pasapalabra por la acolchonada y oscura voz de Constantino Romero. Antena 3 tuvo que abandonar el programa en una autopista.
En manos de Telecirco
No obstante, Pasapalabra no se perdió para siempre. TeleCirco, en uno de sus muchos paseos por el rastrillo de los domingos, encontró al programa, y decidió comprarlo a cambio de tres litros de cerveza.
Pusieron al frente del programa a un mindundi desconocido, y eso provocó que no despegara con buen pie. Nadie lo veía. Le añadieron tías para presentar cada sección y así levantar el interés de la población masculina por el programa, pero lo único que consiguieron fue que el programa fuera tildado de machista y homófobo.
Por supuesto, encontraron la solución: Poner a un gay como presentador. Además, un gay que estuviera de buen ver, no como el que presentaba Aquí Hay Tomate, que daba un poco de asquito. Finalmente, le dieron el puesto a Jesús Vazquez, homosexual reconocido (por mucho que les duela a las cuarentonas que ven Pasapalabra por él). Y ahí siguió, aunque con una máscara de Christian Gálvez.
Regreso a Da Pena 3
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En el futuro no se sabe lo que puede pasar. Tal vez compre el programa Localia y pongan de presentador a Pocholo... pero eso ya se verá.
Pruebas
La escalera
La primera prueba del programa, para así ya quitársela de en medio.
Los concursantes tienen que adivinar una palabra. La siguiente palabra será una palabra con las mismas letras que la anterior salvo por una, que se tira al vertedero. Así sucesivamente, formando una escalera en la que arriba hay... ¡absolutamente nada!
El pulsador (aka los melones)
En esta prueba el concursante tiene que responder a unas preguntas con connotación sexual que hace el presentador. Pero no puede responder de primera de cambios. Tiene que activar un extraño pulsador que parece un melón partido por la mitad. Para activarlo, sólo hay que juntar las mitades al mismo tiempo. Parece fácil, pero no lo es. Ha muerto gente en el intento.
El principal atractivo de esta prueba es la mala leche del cámara, que siempre enfoca a los melones de forma que coincidan con los pechos de la concursante, para que de sensación de tocamiento. Por esta razón, es la prueba de mayor audiencia entre público masculino.
De par en par (ahora tiene otro nombre, y es distinto)
Consiste en una lista de significados para unas expresiones que dice el presentador, todas con un elemento en común. No hace falta que lo diga en la discusión del artículo, lo sabemos, es terriblemente aburrida. Mejor pon Bricomanía.
La palabra imposible
El presentador da a cada equipo una lista de palabras que él mismo se ha inventado 30 segundos antes. Los concursantes la miran con cara de «qué coños hago aquí» o de «¡quiero a mi mamá!»
Se pone en marcha un contador al estilo del Reloj del Apocalipsis. El presentador dirá las definiciones, inventadas sobre la marcha, y si le parece la dará por buena. Pero si falla, tendrán que empezar de nuevo. La cara que ponen los participantes no tiene desperdicio.
El Rosco
La prueba final, la deseada, y odiada. El concursante se rodea de un donut gigante, una variable de la mítica sopa de letras solo que con un 30% más de colesterol. Éste rosco tiene todas las letras del alfabeto (excepto la w, la ç y la ☃), colocadas en orden alfabético. El presentador le dirá al concursante una definición por letra. El concursante suele responder, más le vale hacerlo. Según el estado de humor del presentador, le dará por válida o no la respuesta.
Si el participante acierta todo el rosco, se forrará de dinero del monopoly y vivirá el resto de su vida rodeado de fama (en lo que se refiere a su barrio). Si falla, es enviado a los cocodrilos. Simple, ¿eh?
Pasapalabra: El Juego de Mesa™
Pasapalabra no se acaba en la televisión. El capitalismo y el afán de conseguir dinero por parte de los desaprensivos creadores de juegos de mesa ha inspirado a estos una gran idea... Llevar Pasapalabra a un formato analógico: Pasapalabra: El Juego de Mesa™.
¡Pero no caigan en la tentación de pensar que es peor que el original! Con Pasapalabra: El Juego de Mesa™ puedes elegir tu mismo al personaje que quieres que presente tu Pasapalabra: El Juego de Mesa™. ¿Quién no ha deseado alguna vez tener como presentador a Bertín Osborne, Yoda, o a su propia mascota? Además, también está a elección del comprador las atractivas celebridades que le acompañarán durante el juego; ¡imagínese sentado entre dos bellezas alemanas, o dos bellezos alemanos! (o entre tus hermanos, si tienes tendencias extrañas). ¡Y olvídate de no llevarte el bote, porque en Pasapalabra: El Juego de Mesa™, puedes mirar la respuesta, responder, y ganar! ¡Super emocionante!
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