Carlos Martel
Por única vez, aquí hay un nombre que te hará desear ser un franco del siglo VIII: Carlos Martel (688 - 741), terror martilleante de los árabes y primer verdadero mandamás de Europa occidental desde los días de Clodoveo el Franco y Teodorico el Grande. Instruido como un jugador de rugby francés de primera línea con la gracia de un bailarín, fue el hombre que salvó a Europa del Islam y la comida picante durante un milenio. Su victoria en la Batalla de Tours en 732 fue tan famosa que hoy en día nadie está seguro de dónde sucedió o si 732 es el año correcto.
Sin embargo, este poderoso guerrero nunca fue un rey. Su título oficial era Mayordomo del Palacio, que no suena tan heroico y te recuerda más a un sujeto flaco con voz arrogante que sirve para tener contentos a los ricos. Las victorias fueron en nombre del rey franco en ese momento, un miembro de los duendes de pelo largo de la dinastía merovingia, el rey Teodorico IV. La Dinastía merovingia había gobernado Francia (o lo que fuera en ese momento) desde la caída del Imperio Romano, pero ahora pasaban la mayor parte del tiempo en la cama. Martel lo prefirió así. Sólo más tarde su hijo Pepino el Breve decidiría que esto no era aceptable y se convertiría en rey, mientras que el nieto de Martel, Carlomagno, mejoraría y se convertiría en emperador.
Tengo un martillo
Carlos Martel nació el hijo bastardo de Pepino de Heristal y una concubina llamada Alopecia. También tenía un hermano mayor llamado Childebrando de 'Sabañones' que más tarde se convertiría en el Dux-de-Luxe de Borgoña, un título muy bonito para un incapaz como él. Martel era un franco, miembro de una tribu germánica que se había establecido en la Galia durante el siglo V. No está muy claro si hablaba alemán, francés o latín, pero se dice que odiaba el brie y el vino blanco.
Su padre, Pepino, era Mayordomo hereditario del palacio, un trabajo que alguna vez significaba que lo conseguías por mérito, pero que se había convertido en un título para transmitir a la familia. La razón por la que esto sucedió fue la inutilidad (también hereditaria) de los merovingios; si se suponía que eran la descendencia divina de Jesús y María Magdalena (ver Dan Brown), entonces eran una representación bastante pobre de la divinidad. Hacía mucho tiempo que sus reyes habían abdicado de la responsabilidad de actuar dirigiendo Francia y se habían retirado a una habitación para dejarse crecer el cabello mientras escuchaban The Beatles.
Sin ayuda familiar, Carlos aprendió un oficio. Se convirtió en un hábil artesano y podía hacer una cajonera en un día. Su constante golpeteo con un martillo le dio el apodo de "El Martillo". Traducido al latín, se convirtió en "Martel" y a Carlos le gustó mucho y lo adoptó como su apellido.
Una familia en guerra
Pepino murió en 714. Carlos y su hermano quedaron fuera del testamento y sus medios hermanos, los Pepínidas reclamaron el terreno. Carlos y Sabañones intentaron argumentar su caso en la corte, pero Francia seguía siendo la Galia en ese momento para todos los propósitos legales y ya nadie podía entender el latín. Carlos probó el nuevo idioma "romance" del francés, pero no llegó a ninguna parte.
La viuda de Pepino, Plectro, trató de asegurar todas las pensiones y el espacio del automóvil de la empresa para su nieto Teodoaldo. Curiosamente, él también era un bastardo, pero su abuela lo pasó por alto y luchó contra Carlos. También fue apoyada por el rey franco Chilperico II. Los dos le dieron batalla a Martel pero él ganó. La "vieja bruja" como él la llamaba, fue enviada con las monjas mientras que su nieto se salvó, pero estuvo encadenado a la pared durante los siguientes 25 años. Esto se consideró misericordia, aunque los hijos de Martel dijeron que no habían estado de acuerdo y lo mataron más tarde.
Las edades oscuras se vuelven un poco más oscuras
Las victorias de Martel le aseguraron ahora el puesto de mayordomo de toda Francia ¡Imagina lo que hay que limpiar!. Dado que los Pepínidas lo habían rechazado, Carlos no quiso continuar con su nombre, pero pareció no hacer ninguna provisión cuando murió. Sus amigos y simpatizantes los llamaron La casa de Carlos, pero cuando se tradujo al latín, resultó ser los carolingios que era más impresionante. De hecho, esta dinastía era tan famosa que todas las dinastías reales e imperiales de Europa reclamarían ser descendencia de Carlos. *Ahora hay reconocimiento para ti, amigo Martillo*. Sin embargo, no asumió el trabajo supremo de rey, dejó eso a los merovingios, mientras él disfrutaba moviéndolos, proclamando y deponiendo a sus reyes a voluntad. Todo el mundo en Francia sabía quién llevaba los bailes reales. No eran Chilperico, Teodoberto ni mucho menos Childebrando.
Mientras Francia atravesaba sus turbulencias, surgía un nuevo peligro al otro lado de los Pirineos. En 711, los visigodos habían perdido en una batalla contra una fuerza expedicionaria/de incursión de Marruecos y su monarca, el rey Abderramán famoso por su falta de modales a la hora de matar cristianos. España se había derrumbado y, en diez años, todas las montañas de Asturias, en el norte de la península, habían sido tomadas por ejércitos árabes bajo el mando del califato omeya (acá entre nos, ni siquiera era el mejor califato). Mahoma había muerto apenas 90 años antes, pero los ejércitos islámicos habían conquistado Persia, el norte de África y la mayor parte del Medio Oriente. Sólo el Imperio Bizantino habían sobrevivido y estaban bajo constante amenaza y burlas sobre su masculinidad. En Europa, con la desaparición de los visigodos, la única potencia importante que quedaba eran los francos. Los ingleses todavía se estaban golpeándose unos a otros con los celtas en Gran Bretaña, Alemania todavía adoraban los árboles de Navidad y en Italia, los lombardos eran un mosaico de bandas mafiosas y sindicatos del crimen. Se suponía que el Papa en Roma era un aliado de los bizantinos, pero las dos partes se habían enfrentado por los iconos (y las regalías). Los católicos querían conservarlos mientras que los ortodoxos estaban en un espasmo de fundamentalismo del lenguaje informático. Todo esto significaba que Europa hablaba sin voz y parecía destinada a ser anexada al califato.
En 732, un gran grupo de asalto de España entró en Francia y buscó su botín habitual: oro y plata de las iglesias y esclavos. Carlos había esperado que su adjunto en el sur, el conde Eudes de Aquitania, resistiera, pero se encontró en el camino huyendo como una gallina asustada. Carlos le dijo a Eudes que se detuviera y luchara y él mismo salió con un martillo de juguete y dijo "peleamos aquí o moriremos aquí o ... podemos hacer ambas cosas".
El martillo martillador martillando
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El ejército árabe, aunque es probable que fuera una colección de todo tipo de cuatreros, ya se había apoderado de un gran botín y estaba luchando por cargarlo en sus carros cuando llegaron Carlos y su ejército franco. Los francos lucharon a caballo con enormes pantalones de globo. El ejército musulmán nunca había visto ropas tan extrañas y muchos huyeron, sin embargo, una porción considerable se quedó. Ya habían pasado 100 años desde que Mahoma murió y querían ganar contra los francos para demostrar que Alá todavía estaba de su lado. De acuerdo, los bizantinos los habían derrotado en Constantinopla, pero las defensas en Francia parecían mucho más débiles. El país no era tan atractivo como España y el clima era espantoso, al igual que la comida.
La eventual batalla librada se llama, entre otros nombres, la Batalla de Tours, la Batalla de Poitiers o el Gran Choque de Civilizaciones. Al escribir Decadencia y Gran Caída del Imperio Romano Edward Gibbon escribió... "si Carlos Martel no hubiera ganado esa batalla en Francia, las calles de Oxford habrían escuchado el grito de oración y todos habríamos sido circuncidados. Nuestras medias y levitas habrían sido diferentes y podría haber vivido como un profesor con cuatro esposas... en realidad... lástima 'ganamos' entonces...". El líder del ejército árabe, el jeque Abdul Rahman Al Ghafiqi, fue asesinado por Carlos y su martillo. Luego, le cortaron la cabeza y la clavaron en el estandarte de la victoria de Carlos, quien se quedó con el botín de guerra (entonces no había noción de restitución) como gastos para salvar a la cristiandad. En ese momento, la victoria no parecía nada especial y Carlos no hizo una gran solicitud de aumento de salarios de su rey nominal, Teodorico IV 'el Holgazán'.
Sólo más tarde se apreció la victoria. Los extraños pantalones anchos de los francos fueron enviados a la capital omeya en Damasco para ver si tenían algún significado especial. A partir de este momento los "pantalones francos" se convertirían en el antepasado del vestido que asociamos con Aladino pero eso no está tan claro.
¿Qué fue de Martel?
En 737 murió el rey Teodorico IV. Carlos dijo que no había más merovingios para coronar, pero no buscó lo suficiente. Podría haberse convertido en el "Rey Carlos", pero Martel lo vio como un título débil para tomar. Además, odiaba la medicina alternativa, hablar con las plantas o casarse con viejas truchas. Bueno, no, no es del todo cierto, se había casado dos veces y tenía dos hijos (Pipino y Carloman). Cuando sus hijos le preguntaron "¿de quién quieres que uno de nosotros herede todas tus cosas?", se informa que Martel dijo "Peleen entre ustedes", la primera referencia conocida a ese viejo cliché.
Martel murió en 741 y fue enterrado en St. Denis. Había fundado una dinastía, había desarrollado muchos músculos y había utilizado muchos martillazos para salirse con la suya. Muchos años después, el martillo de Carlos sería conservado por un fabricante de juguetes con visión de futuro en Estados Unidos. Por una peculiaridad de una máquina de escribir poco fiable, la empresa se registró accidentalmente como Mattel en lugar de Martel. Entonces, en cierto modo, la fama de Carlos Martel continúa como Furryville, boy dollies y Barbie. Que impresionante legado.
Véase también
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This article ha sido traducido de la Uncyclopedia por algún listillo que nos quiere restregar por las narices su pedazo de nivel de inglés |
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