José Ortega Cano
Este ha sido el toro más dificil de mi vida
He bebido para olvidar y he ahogado mis penas en alcohol. Gracias a Dios, lo he superado y ahora solo bebo por vicioSi estoy toreando ahora, es porque soy un torero muy grande y porque hay mucha gente que me dice que siga toreandoJose Ortega Cano es un conocido y pesimotorerucho y ejecutor de la carretera en sus ratos libres.
Inicios
Nacido en Cartagena, él y su familia fueron expulsados de esta localidad siendo muy niño, por su misteriosa obsesión con clavar las agujas de tejer de su madre a los otros niños del parque infantil. Después de pasar por diversos pueblos donde tampoco acabaron de entender las inquietudes artísticas del chavalin, su familia se estableció definitivamente en San Sebastián de los reyes, donde dio sus primeros pasos serios en el mundillo del show-business, participando en un espectáculo cómico con toros donde interpretó un papel que ya nunca más abandonaria: el de payaso.
Durante algunos años acude al colegio, donde descubre a dos de sus heroes de la infancia, Josef Mengele y Jack el destripador, pero el hecho de que no consiga aprender casi nada junto con la mania del joven Ortega Cano de pinchar con lápices afilados a sus profesores y montar cámaras de gas en la sala de calderas le valen una graduación anticipada, con una mención especial del claustro a sus progenitores, recomendándoles que lo pongan a tirar de un carro.
Sin embargo Ortega Cano desoye estos sabios consejos y decide seguir su sueño, por lo que entra a trabajar en un matadero donde da rienda suelta a sus más oscuras fantasias. Desafortunadamente, tras un tiempo, cae presa de la rutina y se da cuenta que el solo sufrimiento de los animales ya no le produce el mismo placer de antes. Siempre aquejado por un intenso (y por otra parte lógico) complejo de inferioridad, se da cuenta de que además de provocar dolor a inocentes seres vivos, necesita que otros lo vean para volver a excitarse como cuando de pequeño arrancaba las patas a las hormigas ante las miradas horrorizadas de sus compañeros de guardería. Y así es como en 1973 debuta en la plaza de toros de Vistalegre de Madrid, cortando su primera oreja a Mariano, el portero de la plaza, que solo estaba intentanto evitar que se colase sin pagar. Aunque huye del lugar, no pasa mucho tiempo sin que sufra su primera cogida, cuando el propio Mariano y unos cuantos de sus amigos deciden demostrarle su afecto, regalándole una estancia gratis por un año en un hospital y el característico andar raro que le acompañará el resto de su vida.
Alternativa
En 1974, recien salido del hospital y ante su mala situación económica, se enfrenta a dos alternativas: continuar asesinando prostitutas para robarles el dinero mientras espera el incierto regreso del Tercer Reich o volver a probar suerte en una plaza de toros y masacrar animales delante de aficionados enfervorecidos. Finalmente se decide por esta última, y con la ayuda de Jose Mari, un amigo psicópata torero con el que ha hecho buenas migas durante su estancia en el pavellon de enfermos mentales, consigue completar su primera corrida. Una vez satisfecho, su amigo lo lleva a Zaragoza a torear toros y todas esas cosas.
A pesar del éxito cosechado en su primera faena, en las siguientes temporadas tuvo dificultades para ser contratado por los empresarios taurinos, recelosos tal vez de la extraña fijación que tenia con los picadores y sus instrumentos o por su tozudez en negar el holocausto judío y escribir mensajes antisemitas en la plaza con la sangre de los toros muertos ...aunque al final quizás solo fuera todo envidia, quien sabe. En cualquier caso, no seria hasta 1978 en que despega su carrera, matando en las Ventas a varios toros y un perro que pasaba por ahí.
Primeros triunfos relevantes
En Agosto de 1978 es corneado de gravedad durante la feria de Bilbao, al parecer por un toro que no habia sido suficientemente drogado. Paradójicamente esto causa una grata impresión en la afición, a la que en realidad le da igual de quien sea la sangre mientras salpique; Ortega Cano se percata de ello y por este motivo utilizará el mismo recurso (dejarse pillar por el toro) durante innumerables veces en su carrera, no solo por ineptitud (que también), si no para dar a los aficionados lo que desean y asegurarse la presencia en las principales plazas de hospital de todo el pais. Durante los años siguientes hasta 1985 contaria las temporadas por cogidas, siendo en 1985 cuando se mostro más activo, dejándose coger 2 de cada 3 veces.
Altibajos y problemas con el alcohol
Tal ritmo de cogidas y agujeros no podia ser bueno y acaba pasando factura a la salud psicológica de José Ortega Cano, si es que alguna vez tuvo algo de eso, dando lugar a actuaciones bastante raras por parte del diestro, como clavarse las banderillas en la barriga o salir a torear vestido con un mono de electricista e intentando tocar una guitarra sin cuerdas. Aunque algunos sectores más conservadores del mundo del toreo empezaron a cuestionar su arte, al público no parecieron importarle estas excentricidades, ya que al final lo que les interesaba es que hubiese sangre. Su faena más memorable durante esta etapa fue cuando durante la Feria de Abril de 1991 toreó a un inmigrante senegalés creyendo que era un toro, lo que le valió salir a empujones de la plaza por parte de las fuerzas policiales, que al parecer no comprendian su arte.
Toda esta serie de circunstancias y probablemente un vacio existencial en su vida que los lamentos de dolor de los animales a los que tortura ya no consiguen llenar, le empujan a la bebida y a mezclar medicamentos, dando a su ya de por si conducta errática una nueva dimensión de lo bizarro.
Matrimonio y retirada
En 1995 contrae matrimonio con la que él cree que es la reencarnación de Eva Braun, una señora mayor que él y que también le recuerda algo a su madre, en la que seria su primera relación heterosexual sin víctimas mortales. Con que la señora resulta ser famosa, da, sin proponérselo, el salto a la prensa del corazón y descubre un nuevo mundo donde puede ser el centro de atención, algo que ha estado persiguiendo toda su vida, por lo que decide sustituir gradualmente las torturas y los tormentos a animales por la telebasura, donde ve un medio interesante para hacer sufrir a la gente sin que lo enchironen. Lo cierto es que al contrario de lo que el creia en sus delirios de grandeza, a la mayoria de la gente medianamente cuerda le importaba un pito este personaje, pero como por aquel entonces estaba enganchado a Embrujadas y a Buffy cazavampiros, ya le costaba mucho distinguir el mundo real de la fantasia aún estando sobrio. En 2001 sufre un golpe terrible cuando el demonio Shax mata a Prue Halliwell en la tercera temporada de embrujadas y Buffy muere al lanzarse por un portal interdimensional, lo que hace que decida volver al ruedo, donde, para variar, sufre diversos percances de gravedad relativa, pues con tanto agujero los toros ya no sabian por donde cogerlo. A partir de aquí Ortega Cano desarrolla un nuevo y extraño complejo de topo o conejo de mago y se retira y reaparece varias veces más, para fastidio de todo el mundo en general y de los pobres toros victimas de su sadismo en particular.
Redecorando el asfalto
A los 57 años, y tras una serie de episodios traumáticos en su vida, como participar en Mira quien Baila (donde demostró definitivamente que no tenia ningún talento) o descubrir que el tipo que le tatuó la esvástica en el pecho dibujó los brazos al revés, decide seguir los pasos de dos personajes famosos: Ernest Hemingway y Farruquito. A decir verdad, y dado su bagaje cultural, es altamente dudoso que supiera quien fue Ernest Hemingway (de hecho el único libro que leyó en su vida fue el Mein Kampf, y tampoco entendió ni jota), pero le daba a la botella a un ritmo parecido y también le gustaba tirarse delante de los toros (aunque por distintas motivaciones). Combinar las personalidades de un borrachuzo suicida, un asesino de la carretera y un sádico torturador de animales de ambiguas orientaciones sexuales y discutibles opiniones ideológicas con un Mercedes-Benz R320 es algo que dificilmente pasa desapercibido, y así empieza su corto pero fulgurante reinado de terror en la carretera comarcal de Castilblanco de los Arroyos, donde al principio solo se dedica a atropellar a animales del campo o indigentes despistados, para, más adelante, y siempre guiado por una profunda intoxicación etílica, confundir a los coches con toros y, siguiendo la costumbre, lanzarse contra ellos para que lo empitonasen, provocando en uno de estos lances la muerte de un pobre hombre que tuvo la mala suerte de cruzarse con este descerebrado. No contento con eso y siempre buscando ser el centro de atención, Ortega Cano decide, para pesar de muchos, sobrevivir una vez más para poder disfrutar del dolor causado.
Famoso contemporáneo (+) ☀️