La Torre Oscura II: La llegada de los tres

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Los tres chiflados
The drawing of the three
Latorreoscuraii-02.jpg
Edición moderna y revisada de la tapa del libro, año 2003.

Autor
Stephen King

Idioma Original
Inglés

País
Estados Unidos

Traducción
John Cullum

Editorial
Tet Corporation

Fecha de Publicación
1987

Género
Fantasía oscura.

Calificación
Para toda la familia, los niños van a flipar colores cuando lean cómo se mete heroína Eddie.

Premios
Premio Trainspotting a mejores inyecciones.

Páginas
Como 400, la cuestión es que son muchas.


La Torre Oscura II: La llegada de los tres (traducción al español de su nombre original The Dark Tower II: The drawing of the three; también conocida en español de España como La Torre Oscura II: Los tres chiflados) es la segunda parte de la épica historia del escritor estadounidense Esteban Rey. Publicado cinco años después de la primera entrega, La llegada de los tres comienza inmediatamente terminado El Pistolero

La historia hasta ahora

Roland, el último pistolero del linaje de Artur Eld había atravesado el desierto de Mohaine, conocido a Jake Chambers para luego dejarlo morir porque era completamente inviable perder cinco minutos, y conversado con el hombre de negro, alias de Walter O'Dim, quien también es Marten Broadcloack, amante de la madre de Roland. El melódrama mexicano se detiene momentáneamente primero porque aún no están en México y, segundo, Roland está caminando por una playa californiana mientras de fondo suena The Offspring.

Una cantidad incierta de tiempo había pasado desde la caída de Gilead, el último bastión de civilización en Mundo Medio y hogar de Roland y sus amigos de la infancia, Alain y Cuthbert. Ellos, Steven Deschain (padre de Roland), Gabrielle Deschain y sus maestros Cort y Vannay ya habían muerto cuando Colón ni siquiera había descubierto América, pero no antes del nacimiento del quincuagésimo hijo secreto de Mirtha Legrand.

Personajes

Roland Deschain

El último pistolero. Despertó al costado de una playa californiana tras su encuentro con Walter. Su búsqueda de la Torre Oscura lo llevó en un épico viaje en el cual lleva quien sabe cuántos siglos. Para qué la busca, ni él mismo lo sabe, solo sabe que la busca y ya.

Eddie Dean

El prisionero. Eddie es un drogadicto que de haber tenido internet habría sido el mejor inciclopedista de la historia, ya que es capaz de hacer chistes en mitad de un funeral. Tiene un talento natural para usar armas de fuego, posiblemente porque creció en el Bronx. Su hermano, Henry Dean, compite frecuentemente con Eddie por ver quién se mete más picos en el brazo.

Oddeta Holmes

Odetta, la dama de las sombras, es una joven activista negra sin piernas en épocas en las que no existía Netflix. A pesar de tener la personalidad de una maestra jardinera, en realidad tiene personalidades múltiples. Una de ellas se llama Detta Walker. Detta es una sociópata que gusta de torturar blanquitos, romper platos y robar tiendas de segunda mano, como todo buen habitante de Nueva York que se digne de serlo.

Jack Mort

El que empuja, Mort es un oficinista que en realidad es un asesino en serie y gusta de empujar gente a las vías del tren, del subte, a la mitad de la calle, y de los puentes. Cómo es que no lo atraparon es explicado únicamente porque la policía de Nueva York es increíblemente realista y es tan inútil como en la vida real.

Argumento

Pánico y locura en Las Vegas

Roland siendo estúpido y acariciando una de las langostruosidades.

Roland despierta al costado de una playa y, sin tener un rumbo claro, se pone a caminar hacia lo que parece una puerta situada a unos cuántos kilómetros de distancia. En el camino encuentra unas curiosas criaturas llamadas langostruosidades, que se ven como langostas, saben a langosta, y hablan como langostas. Considerando que las langostas no hablan, se implicaría que son importadas del estado de Pensilvania, más exactamente de Three Mile Island, lugar donde hace muchos años hubo un accidente como el de Chernobyl solo que con menos prensa. Roland, un amante de los animales tiernos, se acerca a las mismas con el fin de acariciarlas, pero grande es su sorpresa cuando descubre que una de las langostruosidades le arrancó dos dedos ya que no parece ser un animal que comprenda el concepto de acariciar, así como Roland tampoco comprendía el concepto de sentido común.

Enrico Balazar a punto de ser devorado por las langostruosidades.

Con su mano restante le encaja dieciocho balazos a la langosta mutante, hasta que nota que otras se están acercando hablando en su idioma de langosta. Roland comienza a huir, hasta que se da cuenta que tiene fiebre y que como vive en Mundo Medio no tiene Ibuprofeno ni ningún medicamento de venta libre, por lo que a menos que su destino esté en manos de un deus ex machina, el mismo es morir por haber intentado acariciar una langosta mutante.

Afortunadamente para él, llega a aquella misteriosa puerta, con las palabras "El Prisionero" grabadas en la parte superior de su marco. No había ningún arquitecto drogado ni ningún artista conceptual en los alrededores, por lo que nada podía explicar la presencia de la puerta. Sin muchas opciones, Roland abrió y se vio volando por los cielos, pegando un grito que haría temblar a Dio. A su ya mencionada ignorancia tecnológica se le sumaba que estaba mirando a través de los ojos de Eddie Dean, un respetable ciudadano estadounidense cagado en las patas porque escuchó un grito en su cabeza y quien tiene los ganglios de sus axilas demasiado hinchados. Quizás fuera por los ganglios inflamados, pero Eddie decide conversar con la fuente de aquel agudo y femenino grito. Quién sabe, quizás podría ligar.

Grande fue su decepción cuando terminó contándole a un texano de cien años que no eran sus ganglios que estaban inflamados sino que estaba transportando harina de maiz pegada con cinta adhesiva a su cuerpo, y que estaban volviendo a Nueva York desde algún país comunista de Centroamérica.

Como Roland, a través de los ojos de Eddie, se dio cuenta que la azafata se había dado cuenta de que Eddie no se había dado cuenta de que las bolsas de harina de maíz bajo sus brazos se notaban a kilómetros de distancia, ofreció usar la puerta para pasar aquellas bolsas a Mundo Medio, no sin antes preguntar porque la harina de maíz tenía que llevarse de manera tan custodiada y misteriosa. Eddie respondió que no era harina de maíz, sino que era heroína y que estaba traficando drogas en lugar de calentar una premezcla de harina para amasar. Un gran problema. Ya fuera del avión y con Eddie habiendo sido interrogado por la policía aeroportuaria, fue luego interceptado por dos clichés mafiosos, que lo llevaron junto a su jefe, un cliché italiano llamado Enrico Balazar. Los mafiosos desnudaron a Eddie y lo hicieron saludar a la cabeza decapitada de su hermano, quien no se encontraba en un muy buen estado.

Usando el poder del guión, Esteban hace que Roland salga de la puerta, le arroje una de sus pistolas a Eddie y empiecen a tirotearse con los mafiosos. Eddie nunca había utilizado un arma en su vida, pero su nivel de proficiencia es elevadísimo debido a que es estadounidense y tiene una afinidad natural para el uso de armas de fuego sobre la población civil. Pero Roland no fue el único que cruzó la puerta: varias langostruosidades salieron y se llevaron a Enrico Balazar como souvenir y potencial cena. Sin más que hacer y habiendo acabado con toda la mafia en un acto que ubica a Roland y a Eddie con una efectividad infinitamente mejor que la de la policía para derribar organizaciones criminales, ambos cruzan de nuevo a Mundo Medio, donde Eddie tiene síndrome de abstinencia y Roland, irónicamente, se hace adicto a las aspirinas para combatir la infección de las langostas mutantes en su mano derecha.

El nacimiento de una nación

Las langostruosidades desarrolladas por From Software eran altamente agresivas.

Tras varios días en los cuales los dos se arrastran como babosas por la playa, llegan a una segunda puerta que dice La Dama de Las Sombras. Al abrirla, Roland y Eddie primero escuchan los acordes de Fortunate Son, de Creedence Clearwater Revival mientras el olor a napalm invade las fosas nasales de ambos. La primera suposición de Eddie, quien es de 1987, es que la puerta viaja en el tiempo y están en Woodstock 69, la segunda es que están en Vietnam y la tercera es que están en cualquier ciudad estandar de los Estados Unidos en el lejano año de 1964. Lo acertado resulta ser la tercera opción y así se encuentran con Odetta Holmes, una amable activista negra sin piernas con trastorno de personalidad múltiple, siendo otra de sus personalidades Detta Walker, una violenta supremacista negra sin piernas. Tras hacerla enfrentar sus personalidades en un combate metafísico que Stephen King ama y lo usa siempre que puede porque la originalidad depende de la calidad de colombiana que tenga mientras escribe, Odetta le gana a Detta en un piedra papel o tijera metafísico y cruza al otro lado de la puerta.

Ya en Mundo Medio, Odetta y Eddie se enamoran mientras Roland delira de fiebre porque se quedó sin aspirinas. Confunde a Eddie con su amigo Cuthbert, no homo, y a Odetta con Susan, su novia púber. Eddie, quien de la noche a la mañana tenía que llevar una silla de ruedas y a un tipo de cien kilos con cuarenta grados de fiebre por una playa mientras lidiaba con el síndrome de abstinencia, piensa en lo lindo que sería pegarse un tiro en medio de las pelotas y otro a Roland por meterlo en aquella situación de mierda. Pero no todo era tan malo ya que finalmente habían llegado a la tercera puerta, con la inscripción El que empuja escrita.

Asesino del Zodíaco

Y sí Roland, una puerta en el medio de la playa no se va a abrir a ningún otro lado que no sea la playa, a no deprimirse por idioteces.

Al llegar y abrir la última puerta, Roland se mete en la mente de Jack Mort, un contador de traje pulcro y muy educado que tiene hobbies muy peculiares, como el ikebana, completar crucigramas, el cosplay, empujar gente al medio de la calle y arrojar ladrillos sobre las cabezas de la gente, como, digamos, una joven Odetta Holmes, a la cual también empujó a las vías del metro de Nueva York. Uno diría que como asesino es un completo inútil pero estaría equivocado porque es quien mató a Jake Chambers por primera ve... oh, no, Roland viajó en el tiempo al momento en que Mort está por empujar a Jake y lo obliga a no hacerlo, lo que en cualquier otra ocasión generaría una paradoja que destruiría el universo pero no aquí, las historias de Stephen King no saben de cosas conocidas como paradojas.

Con Jave vivo, Roland/Mort se da cuenta que sus balas ex machina se están acabando ya que es conveniente para la trama, además de que Detta Walter retomó el control del cuerpo de Oddeta y tiene amordazado a Eddie mientras unas langostruosidades merodean y se preparan para un plato gourmet. Utilizando el conocimiento de Mort, Roland atraca una armería y una farmacia de la cual se lleva unas cuantas aspirinas para calmar su nueva e involuntaria adicción mientras Detta está riendo como una hiena y Eddie por su parte está atado en una playa evitando ser sodomizado y devorado por las langostas gigantes, otro día normal en el Mundo Medio.

El único oficial de policía en servicio con ganas de trabajar y no de reprimir gente en el Bronx (sobre una cantidad de doscientas dieciocho oficiales en un radio de dos kilómetros) comienza la persecución de Roland y Mort, mientras de fondo suena la canción de Benny Hill. Todo son risas y jolgorio hasta que Mort recibe un disparo en el hombro y corre hasta llegar al metro de Nueva York, donde es atropellado por el subterráneo y Roland enfrenta nuevamente a Detta y Odetta en otra batalla metafísica en la que ambas se sientan a tomar el te, decidir que Mundo Medio es una mierda y dar nacimiento a una tercera pesonalidad, Susannah Dean, para que se haga cargo de todo y pueda dejarlas a ellas dos de vacaciones. Eddie, agradecido porque se salvó del destino de ser kebab de langosta y Roland feliz porque sus balas ex machina están cargadas de nueva. Ahora sí los tres parten en búsqueda de la Torre Oscura, conformando un ka-tet, de muchos uno, un grupo de gente que posee una conexión espiritual y un objetivo común, lo que los pondría en el mismo lugar que una banda musical o una secta que atrae fanáticos a su causa.

El Kingverso

Stephen King y su cara de "Necesito buscar inspiración para escribir y no sé dónde la dejé".

Algo que se confirma en este libro es la existencia del UKM, el universo bibliográfico de King, justificado con la existencia de la Torre Oscura, que vendría a ser algo así como el nexo de todos los universos habidos y por haber, algo así como el cruce de Shibuya en hora pico y con un accidente de tráfico mínimo. Dicha conexión se ve reflejada cuando Eddie menciona la adaptación de El Resplandor, lo que convierte a Stephen King en parte de su propia novela en un acto de egocentrismo y complejo divino solo equiparable a Kira.

También se menciona a Dennis y Thomas, dos personajes de Los Ojos del Dragón; en un cameo post-créditos robado al UCM justificado con la existencia de la Torre ya que en teoría los viajes en el tiempo serían canon. Asimismo, Dennis y Thomas persiguen a Flagg, quien habría engañado al reino de Delain (lugar de donde son los otros dos) con una estafa piramidal de proporciones bíblicas. Flagg también es el antagonista de The Stand: The Complete & Uncut Edition (Apocalipsis), unos cuantos cómics escritos por gente que no tiene nada que ver con Stephen King y Among the Living de Anthrax.

Véase también...

La Torre Oscura
Precedido por:
La Torre Oscura I: El Pistolero
La Torre Oscura II: La llegada de los tres
1987
Sucedido por:
La Torre Oscura III: Las Tierras Baldías