Romário
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Romário, alias "El Baixinho du Oro" (El duendecillo del oro), es un jugador fútbol y mujeriego brasileño que aún no sabe el significado de la palabra "Retiro" ya que lleva 30 años sin detenerse, su secreto para la longevidad futbolera se debe a que él usa Viagra, Rogaine y otras drogas para evitar caer en la vejez. Se supone que en el 2008 se había retirado con el Vasco da Gama, pero según varias fuentes de poca confianza sigue jugando por ahí en las ligas de la Tercera Edad en algún barrio de Brasil.
Le gusta el fútbol, pero vamos...Para él eso es muy fácil, sólo tiene que golpear el balón y ya es gol. Lo suyo son otros juegos. ¿Pasarle el balón a los compañeros? ¿Para qué? Luego no te lo devuelven, y tu nombre no sale en lista de goleadores.
Biografía
Desde niño el fútbol fue parte fundamental en su vida. Para él siempre fue fácil, por eso siempre mostraba cara de aburrimiento al jugar, y lo hacia sólo para conseguir a las representantes de su más grande vicio: Las cervezas (Y también las mujeres). Siempre tuvo mala conducta, por eso su mamá siempre lo regañaba y lo dejaba castigado. Más tarde su mamá se daría cuenta que a pesar de que no era bueno con eso de los estudios, si lo era para el fútbol. Así que lo convenció con quitarle el castigo si accedía a entrar a un equipo de fútbol.
Era muy bueno...Quizá demasiado. Romário siempre se daba cuenta que cada vez que pasaba el balón, por lo menos a los 10 minutos el balón rozaba los pies del rival; algo peligrosísimo que ya que con la fricción suficiente y el clima adecuado el balón puede chocar con un defensa, éste tiene la posibilidad de cae en demencia por las horas que lleva sin tocar el balón, y puede confundirse de arquería metiendo un gol a su propio equipo y ensuciando la carrera de nuestro Romário. No se podía correr el riesgo, ustedes quédense sin balón.
PSV Eindhoven
Holanda lo vio jugando y no podía perder su participación. Lo contrató, a cambio de favores. Fue ahí cuando los jugadores se quejaban de la actitud arrogante de Romário, y sus fiestas. Sus fiestas lo dejaban en mal estado, y lo peor, no invitaba al técnico a la fiesta, algo que merece una suspensión. Cansado de tantas molestias, y de que el ténico argmentara cosas como pasar el balón, y técnicas/jugadas difíciles de entender, a las cuales él siempre respondia: "¿Qué? ¿Estoy en clase de Química o jugando fútbol?". Naturalmente nadie sabe porqué lo confundía con clase de química, pero eso a nadie le importa; él era el rey.
Liga Española. FC Barcelona
Poco después que lo vieron jugar, un español tuvo que llevárselo a la fuerza, se cuenta que lo secuestraron. El caso era que él estaba ahí, y Brasil quedaba muy lejos. El futbolista luego que se dio cuenta que el motivo de su secuestro era que lo querían unir al equipo, estorcionó a los secuestradores con irse del equipo si no recibía buena bonificaciones.
Era de sumo cuidado. Los defensas del otro equipo optaban por marcarlos todo a él (Incluyendo a el arquero, y quizá el técnico) para no dejarlo mover y que la pelota entre en la arqueria. Por otro lado, el portero le tenía temor, ya que cada vez que éste lanzaba el balón se quitaba y se iba corriendo a llorar, mientras conseguían un reemplazo. Obtuvo premios por la persona con más hat-tricks, más goles y más cervezas bebidas a mitad de partido. Al final, Romario dejó el FC Barcelona después de recibir una muy buena cantidad. De los de los otros equipos de la liga española.
Aventura en Otras Tierras
Con el pasar de los años, Romário alternaba entre liga española y brasileña. Por ejemplo: Un año en el Valencia otro en el Flamengo, otra vez con el Valencia y de nuevo otra vez con el Flamengo. Pero en un día de esos, notó que ya no le dejaban jugar como antes y que no se sentía bienvenido en esos clubes. Así que un Martes por la tarde del 2003, vino un jeque petrolero del Medio Oriente y le mostró un contrato de lujo que involucraba lingotes de oro, Rolls Royces y varios maletines de Dinero, y es ahí donde se va al Al-Sadd de la prestigiosa liga qatarí en donde se quedó a contar sus lingotes de oro y aumentar su cuenta bancaria. Pero futbolísticamente no se sentía cómodo, así que abandonó el fútbol del Medio Oriente y regresó a Brasil.
Estando en su tierra natal, Romário estaba hecho un crack. Ganando premios al mejor goleador y otras cosas. Pero un jueves por la noche del 2006, el Miami FC de la Segunda División Estadounidense le ofreció un condominio en el suburbio de Palm Beach, y varios habanos, lógicamente aceptó y se encontró con otros compañeros de la selección del mundial de Estados Unidos 94, y se la pasaron bien por un rato, pero cuando el resto se retiró. Romário desistió dejar esa vida de exiliado en Miami para irse a cazar koalas en Australia tras fichar con el Adelaide United, pero la mayoría del tiempo estaba ebrio tras beber cantidades industriales de Cerveza Foster's, tanto fue su alcoholismo, que sólamente anotó un gol, y de penal... Y no lo falló porque el portero también estaba ebrio. Al final decidió acabar con su vicio y regresar a Brasil en el ocaso de su carrera, aparte de que la Cerveza Foster's le sabía a orina.
Estadía en Brasil
Ya en el ocaso de su carrera, Romário decidió "finalizar" su carrera en el Vasco da Gama, en el cual se hizo técnico y jugador a la vez. Siempre se metía de suplente al minuto 60 para mantenerse en forma y evitar pagar las tediosas membresías del gimnásio local, ahorrándole una buena cantidad de dinero. Pero pasando las semanas, entró a la dieta que usa Ronaldo, y aumentó tremendamente de peso, lo que hizo que el mismo técnico lo dejara en el banquillo. Ya cuando Romário anotó su gol número 900, pensó: "Sacaré un DVD con todos los goles de mi carrera, y anunciaré mi retiro como un grande..." Y así se despidió de la afición del Vasco, que no vieron mucho de él, ya que le encontraron sustancias prohibidas en su shampú marca Cre-c, que lo dejaron marginado de las canchas.
Cuando ya la novela del retiro del astro brasileño parecía haber terminado, Romário se acordó de que su papá quería que jugara con el equipo de sus amores el América de su barrio, entonces decidió fichar, y aún sigue jugando. Por lo que parece, nunca encontró la definición de "Retirarse e irse a vivir en Florida" en su carrera, así que veremos más de este astro hasta que sienta un dolor de espalda crónico en uno de sus entrenamientos, no es desearle mala suerte, una santera nos dijo que pasaría, sino es cierto, sabemos dónde reclamarle el dinero que pagamos, y cuidado si se sale de ahí o dormirá con los peces.
Selección de Brasil (2000-2005) ¿Cómo que estoy viejo?
Durante muchos años el futbolista jugó en selección, dónde todos tenían las mismas aficiones y los mismo gustos por las fiestas de Río de Janeiro, junto con cu compañero apodado "quijada enorme" (Conocido como Rivaldo) y "Me gustan las fiestas LGTB de Río" (Conocido como Ronaldo. No, no el portugues; o quizá sí). Juntos jugaban, y Romário pudo encontrar una compañía y podía ceder el balón si se lo pedían por favor.
Junto a su equipo ganó la Copa Mundial de Fútbol de 1994, la cuál estuvo llena de controversias, gritos, dramas pero en la que al final pudo salir victorioso. Ahí empezó a salir con Pelé, quién estaba pisando sus años, y quería un poco de diversión más juvenil. Luego después de su encuentro Pelé quedó en colocarlo en su Lista Hecha Por Pelé De Los Más Grandes Futbolistas Del Mundo Mundial y así aprendió uno que otro truco para no perder el nivel en el juego más importante de todo brasilero.
Premios y reconocimientos
- 5 campeonatos Carioca con sus capirinhas listas.
- 2 Copas Mercosur, con un cupón de Descuento en Fatal Surf.
- Un Campeonato Brasileño con su respectiva Guaraní Antártica.
- 3 Eredivisies llenas de Cerveza Amstel.
- 2 Copas KNVB colmadas con absenta.
- 1 Liga Española con cerveza Estrella Damn.
- 1 liga qatarí llena de arena.
- 1 Copa del Príncipe de Qatar, llena de petróleo.
- 1 Copa del Mundo con Cerveza Miller Lite.
- Mención en el FIFA 100 de Pelé, el cual es demasiado honor para uno mismo.
Esse é um artigo destacado pelo nobre povo brasileiro
(Na verdade, nossos deputados decretaram isso depois de receber uma graninha do autor) |