Usuario:DD/Prime Video

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Cita3.pngPrimero copiamos el catálogo de Netflix, luego les robamos a los usuarios con envíos gratis, ahora vamos por sus almas con series de presupuestos estratosféricos y calidad cuestionable. El plan funciona perfectamente.Cita4.png
Jeff Bezos sobre la estrategia de conquistar Hollywood a base de talonario.
Cita3.pngPagué Prime para que llegaran los paquetes rápido, ahora paso más tiempo viendo mierdas que ni sabía que existían. Bezos me tiene secuestrado digitalmente.Cita4.png
Usuario anónimo tras descubrir que lleva pagando por ver documentales sobre fabricación de clips.
El logo original.

Amazon Prime Video es el experimento más exitoso de la historia moderna sobre cómo hacer que la gente pague alegremente por un servicio de mierda disfrazado de beneficio gratuito. Lanzada como uno de los tantos clones de Netflix por la malvada compañía Amazon como el anzuelo perfecto para justificar los 99 euros anuales de Prime, esta plataforma ha conseguido lo imposible: convencer a millones de usuarios de que están ahorrando dinero mientras Jeff Bezos se compra otro cohete espacial con sus datos personales.

Aunque solo tenga dos una serie buena (The Boys) y dos regulares (El hombre en el castillo e Invencible), las demás son malas, te engaña haciéndote creer que tiene contenido para cobrarte más por rentarlas o contratar un subservicio. La genialidad del modelo radica en su simplicidad: Amazon sabía que nadie pagaría 14.99€ al mes por ver exclusivamente contenido de Amazon, así que lo empaquetaron "gratis" con los envíos rápidos de cosas que tampoco quieres pero hay que aprovechar el envío Prime y crearon la ilusión de estar regalando entretenimiento. El resultado es una plataforma que la mayoría de usuarios tienen sin haberla pedido, usan sin entender por qué, y defienden porque "viene incluida".

Historia

Los inicios

Jeff Bezos en 2006, cuando aún fingía ser un librero inocente y no el emperador del mal del comercio mundial

Prime Video nació en 2006 cuando Jeff Bezos se dio cuenta de que dominar el mundo de libros y aspiradoras no era suficiente para satisfacer su complejo de supervillano. Bezos, que evidentemente se había visto demasiadas películas de Bond sobre megalómanos que controlan el mundo, decidió que el siguiente paso lógico era apoderarse también de lo que la gente miraba en su tiempo libre (aunque tiempo libre ya no existe, más bien poner las series de fondo mientras hacen cosas necesarias como trabajar, dormir o dormir en el trabajo).

Inicialmente llamado "Amazon Unbox" (nombre que sonaba más a servicio de mudanzas que a plataforma de robar tiempo), el servicio era tan malo que ver comediantes viejos y repetidos como Chespirito o Chiquito de la Calzada en TV era mejor opción. Pero Amazon tenía algo que sus competidores y la mayoría del mundo no: dinero infinito y su propio Lex Luthor como presidente de la empresa.

En 2011 lanzaron Amazon Prime Instant Video, "incluido gratuitamente" con Prime. Las comillas son necesarias porque Amazon había inventado la primera forma de estafa completamente legal de la historia: hacer pagar a la gente por algo que no sabían que querían mientras les decían que era gratis.

La era de quemar dinero

Sacaron abominaciones como ésta,

En 2013, Amazon entendió que distribuir la basura audiovisual de otros no era suficientemente ambicioso para una empresa con aspiraciones de dominio mundial. Así nacieron Amazon Studios, donde un grupo de ejecutivos con el gusto artístico de un algoritmo maligno decidirían qué contenido merecía existir.

Su primera producción original, "Alpha House", nos hizo entender que podían crear series tan mediocres como cualquier cadena tradicional, pero con la ventaja adicional de saber exactamente cuándo perdías el interés y por qué. El experimento les enseñó que podían conquistar Hollywood igual que habían conquistado el retail: tirando dinero hasta que la competencia se rindiera por agotamiento.

Producciones millonarias

Cada que compartes esta imagen, Prime pierde otros 100 millones.

La estrategia cambió cuando alguien en Amazon tuvo la brillante idea de usar Prime Video como una pérdida fiscal justificable mientras saqueaban otros mercados más rentables. Comenzaron a producir series con presupuestos que hacen ver la Recompensa por Nicolás Maduro como comprar un chicle: "The Man in the High Castle", "The Marvelous Mrs. Maisel", "The Boys" y la mastodóntica "Los Anillos de Poder".

Esta última serie se convirtió en el ejemplo perfecto de la filosofía Amazon: gastar 465 millones de dólares en una temporada para demostrar que ni todo el oro de Smaug puede comprar el talento de Tolkien, ni cambiar la mitología de la saga a cambio de inclusión mal hecha haría que tuvieran Premios Emmy. Pero daba igual, porque cada espectador que la odiaba seguía proporcionando datos valiosos sobre qué tipo de contenido los hacía sufrir más.

Servicio

La interfaz

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La interfaz de Prime Video: un laberinto diseñado para perder a los usuarios.

La interfaz de Prime Video es un monumento a la estupidez humana. En lugar de ayudarte a encontrar algo que quieras ver, te lanza a una espiral de contenido irrelevante. Es un puto laberinto que haría que Teseo se rindiera y le prendiera fuego a todo. Los menús están organizados por un algoritmo que su único objetivo es torturarte.

El sistema de búsqueda no funciona. Si buscas "El Padrino", te escupe un documental sobre mafiosos de los años 20, una película de Bollywood y un reality show. El algoritmo te está trolleando. No te busca la película, te la esconde.

Las categorías son un chiste. "Acción" tiene películas de arte y ensayo francesas, "Comedia" tiene dramas existenciales, y "Infantil" tiene contenido que te hace querer llamar a un terapeuta.

La función de reproducción es una tortura. Tienes que navegar por siete menús, elegir entre 47 idiomas, y después de todo eso, te das cuenta de que la película que quieres ver no está incluida en tu suscripción y tienes que pagar por ella.

Algoritmo de recomendaciones

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El algoritmo de Prime Video: "Si vio una película, le recomiendo una docena de películas que no tienen nada que ver, así garantizo su desconcierto total."

El algoritmo de recomendaciones de Prime Video es un sociópata. Su único objetivo es garantizar que nunca encuentres nada que te guste. Te bombardea con contenido basura que te hace querer arrancarte los ojos con una cuchara.

Si ves una película romántica, te recomienda un documental sobre asesinos en serie. Si te interesan los documentales de naturaleza, te avienta reality shows sobre cirugías plásticas. La única explicación es que el algoritmo fue entrenado con los datos de personalidad de todos los ex de la humanidad.

El sistema de puntuaciones es un insulto a la inteligencia. El contenido con una estrella aparece como "tendencia", mientras que las series aclamadas por la crítica están más enterradas que un secreto de estado. El algoritmo ha decidido que el público es estúpido y necesita ser educado a base de pura basura.

Estrategia de contenidos

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Ejecutivos de Prime Video eligiendo qué producir: "Si es caro, confuso y probablemente malo, lo financiamos."

La estrategia de contenidos de Prime Video se basa en un principio simple: gastar la mayor cantidad de dinero en la mayor cantidad de mierda posible.

Las series originales son un jodido volado. Por cada "The Boys", hay 20 catástrofes industriales que nadie pidió. Amazon parece que solo tira el dinero a la basura para ver qué pega.

El catálogo de películas es un caos. El contenido aparece y desaparece más rápido que un fantasma. Las películas que estaban por la mañana ya no están por la tarde, reemplazadas por documentales de 1974 sobre la historia de un clip que nadie en la historia de la humanidad ha querido ver. Es una rotación constante que te genera ansiedad.

Los deportes en directo fueron el último intento desesperado por justificar su existencia. Compraron derechos de fútbol para obligarte a estar conectado a una hora específica, destruyendo por completo el concepto de "ver cuando quieras" que supuestamente define el streaming.

Modelo de negocio

Suscripción fantasma

El modelo de Prime Video es un caso de estudio sobre cómo estafar legalmente a millones de personas haciéndolas creer que están ahorrando dinero. Al empaquetarlo con Amazon Prime, consiguieron que la gente pagara por una plataforma de streaming mientras creían que solo compraban envíos rápidos. Es como vender aspiradoras a domicilio, pero a escala global y con mejor marketing.

Esta estrategia ha convertido Prime Video en una de las plataformas más utilizadas del mundo, no porque la gente la haya elegido, sino porque la tienen contratada sin saberlo. Es el equivalente digital de despertarte casado después de una borrachera, pero en lugar de una persona, es una suscripción que te sangra la cuenta bancaria mensualmente.

Los costes ocultos

Aunque Prime Video viene "incluido", la realidad es más compleja que la física cuántica. La mayoría del contenido bueno requiere pago adicional, creando un sistema de micropagos que haría que un casino pareciera una organización benéfica.

Descubres estos costes después de hacer clic en la película que llevabas meses queriendo ver, solo para encontrarte con "alquilar por 5.99€" o "comprar por 24.99€". Es como pagar la entrada a un museo y descubrir que las obras importantes se cobran aparte, pero con menos arte y más frustración.

El ecosistema Amazon

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Los servidores de Amazon procesando tus datos de viewing: información más valiosa que el oro y más invasiva que un ex tóxico

Prime Video no es una plataforma de entretenimiento, es un sistema de espionaje disfrazado de Netflix barato. Cada pausa, cada película que abandonas, cada vez que retrocedes una escena, queda registrado y se convierte en oro puro para Amazon.

Estos datos se usan para manipular tus compras online, ajustar precios según tu perfil psicológico, y vender información a terceros. Si ves series de cocina, aparecen ofertas de sartenes. Si ves documentales de viajes, surgen vuelos "casuales" a destinos que mencionaron en el programa. Es como tener un acosador corporativo que te conoce mejor que tu familia.

La integración con Alexa completa el ecosistema de vigilancia doméstica: puedes pedirle que ponga algo en Prime Video mientras ella escucha todo lo que pasa en tu casa. Es el sueño húmedo de cualquier gobierno totalitario, pero voluntario y de pago.

Los usuarios

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Usuarios de Prime Video en su hábitat natural: perdidos, confundidos y preguntándose cómo coño han llegado hasta ahí

Los usuarios se dividen en especies claramente diferenciadas, todas unidas por su incapacidad para entender por qué siguen usando este servicio:

El Víctima Accidental (70% de la base): Se suscribió a Prime para que le trajeran papel higiénico en 24 horas y descubrió Prime Video seis meses después por accidente. Ahora justifica los 99€ anuales con "los envíos gratis" que usa dos veces al año para comprar cables USB.

El Adicto al Sufrimiento (15%): Ha visto todo el contenido disponible, incluyendo documentales sobre la fabricación de tornillos en checo con subtítulos en arameo. Su mayor logro es haber encontrado algo decente que ver en menos de 45 minutos de navegación.

El Navegador Profesional (10%): Pasa más tiempo buscando qué ver que viendo contenido. Puede dedicar dos horas a explorar el catálogo y acabar viendo un documental de 1987 sobre clips de papel que no recordaba haber añadido a favoritos.

El Masoquista Crítico (4%): Usuario que considera su misión vital escribir reseñas de una estrella más largas que el Quijote, explicando por qué cada serie representa el apocalipsis cultural de Occidente.

El Parásito Familiar (1%): Comparte cuenta con medio planeta. Su perfil refleja los gustos de una personalidad múltiple: documentales bélicos, princesas Disney y reality shows sobre cirugía estética conviven en perfecta armonía disfuncional.

Controversias

La gran estafa de los anuncios

En 2024, Amazon decidió que sus usuarios necesitaban "más diversidad publicitaria" y empezó a meter anuncios, salvo que pagaras un extra por evitarlos. Básicamente inventaron el "impuesto anti-anuncios": pagar por no recibir publicidad en un servicio que ya pagabas.

La justificación fue que los anuncios permitirían "más inversión en contenido original", argumento especialmente convincente viniendo de una empresa que gana más dinero por minuto que algunos países por año. Los anuncios estaban personalizados según tus compras Amazon, creando la experiencia surrealista de ver publicidad de cosas que ya tenías en casa.

El desastre de los subtítulos

Los subtítulos automáticos se han convertido en entretenimiento involuntario. La IA encargada parece haber sido entrenada por alguien sordo, con dislexia y que nunca había visto una película. "Te amo" se convierte en "Te llamo", "Call the police" en "Calla los pólices", y "Frankenstein" en "Franco Stain" durante películas enteras.

La guerra del contenido exclusivo

Amazon compra contenido exclusivo como rehenes digitales para forzar suscripciones. Han fragmentado tanto el mercado que ver toda la TV disponible requiere más suscripciones que servicios públicos tiene una ciudad. Es como si hubieran dividido los libros del mundo entre 15 bibliotecas diferentes y te cobraran entrada a cada una.

Impacto cultural

Prime Video ha contribuido a homogeneizar el entretenimiento mundial más que la globalización alimentaria. El algoritmo produce contenido según fórmulas matemáticas para maximizar engagement, no calidad. El resultado son series que siguen plantillas industriales: misma duración, mismos plot twists calculados, mismos finales de episodio diseñados para crear adicción.

Han inflado los salarios de Hollywood hasta crear una burbuja que hace que los precios inmobiliarios de San Francisco parezcan razonables, mientras fuerzan a productores independientes a competir con presupuestos que desafían las leyes económicas básicas. El arte se ha convertido en algoritmo, y no para mejor.

Curiosidades

  • Los servidores de Prime Video consumen más electricidad que países enteros, convirtiendo cada maratón de series en un pequeño desastre ecológico personal.
  • Los datos sobre tus hábitos valen más que el coste de producir lo que estás viendo. No eres el cliente, eres el producto empaquetado y vendido.
  • Bezos tiene un perfil secreto donde solo ve documentales espaciales y series sobre colonización planetaria, alimentando teorías sobre sus verdaderas intenciones para la humanidad.
  • El algoritmo introduce recomendaciones aleatorias deliberadamente para "mantener la impredecibilidad", explicando por qué a veces te sugiere documentales sobre migraciones de ballenas después de ver comedias románticas.
  • Amazon mantiene un departamento que monitoriza reacciones en redes sociales en tiempo real, convirtiendo cada tweet sobre sus series en datos de marketing gratuitos.

El futuro

Amazon planea integrar Prime Video con realidad virtual, IA personalizada y domótica, creando un ecosistema que conocerá tus preferencias mejor que tu madre y ajustará contenido según tu ritmo cardíaco medido por tu smartwatch.

El objetivo es crear entretenimiento completamente personalizado donde cada usuario vea versiones diferentes del mismo contenido, optimizadas para su perfil psicológico específico. Es el futuro distópico que los escritores de sci-fi llevaban décadas imaginando, pero disfrazado de comodidad y personalización.

Mientras tanto, Bezos sigue comprando cohetes y planeando colonias espaciales, probablemente para cuando se le acaben los terrícolas que convertir en fuentes de datos rentables.

Véase también