Alala
En la mitología griega, Alala era una daimon que personificaba el grito de guerra, por lo que se le puede identificar como una de las macacas. Según Pirindolo, era hija de Pokemos, el Dios de la guerra.
Tras esta breve y seria introducción copiada de la Wikipedia, pasaremos a explicar cada uno de los conceptos mencionados en el primer párrafo.
Acerca de su nombre
Como ya hemos comentado, pertenece a la mitología griega, y ostenta un rango similar o asemejante al que presenta Xena, la princesa guarrera. Su nombre es un apócrifo, puede leerse igual de atrás a alante, que de alante a atrás, y posee dos "l"s y tres "a"es. Estos datos son tan poco importantes que podíamos haber pasado al siguiente párrafo, pero nos pagan por palabras y nos conviene enredarles un rato antes de continuar.
Las daimon
Daimon es un nombre compuesto, que viene del esperanto (Digimon: monstruo feo, Paint: mal hecho). Esto explica la forma y color de las Daimon, roja y verde por fuera, las uñas blancas, el pelo de papel de lija, ahuevado y de color rosa, y los labios negros. Unos engendros seres dignos de adoración.
La últimas descendientes de las Daimon son: Olvido Gara, Alaska, la líder de Fangoria, y Agatha Ruiz de la Prada, una diseñadora famosa reconocida mundialmente por la seriedad de sus obras.
Grito de guerra
La procedencia etimológica de su denominación, que quiere decir que por qué demonios se llama así, se remonta a las Cruzadas. En ellas los soldados españoles luchaban contra el ejército de Napoleón, una panda de alemanes dispuestos a dar guerra, y cuyo jefe de tropas era un mastín tuerto.
Los españoles tenían problemas para contener al pelotón alemán, ya que éstos usaban técnicas de batalla tan poco honestas como dejar churretones en los calzoncillos de los adversarios antes del combate, así éstos no tenían ropa limpia y no podían presentarse a la pelea. Otra de sus sucias artimañas consistía en disfrazarse de chico de la propaganda, e ir repartiendo macanudos gofres de cucufate hervido entre el ejército español. El cucufate es una sustancia más rica que el pegamento, pero aún más nociva, haciendo que las diarreas fueran continuas. Entre las dos astutas estrategias, dejaban fuera de combate a la mayoría de contrincantes.
Así que los hispanos mandaron a un mensajero, el gran "Fernandus Alonsus", para consultar a los griegos sobre qué hacer en tal situación. Los dioses griegos mandaron a la menos ocupada, Alala, a resolver el entuerto, ya que ellos se encontraban en medio de una partida de tute arrastrao. La diosa Alala se dirigió al campo de batalla, se interpuso entre ambos ejércitos y se dispuso a lanzar su ya famoso grito de guerra...
Primeramente lo que lanzó fue un chillido diciendo "¡¡Mierda!!, ya me han cobrao otro mes de ADSL y aún no me lo han instalao". Seguidamente, lanzó un par de sonoros pedos que desconcertaron a más de uno. Justo después, lanzó una tremenda vomitona sobre el pecho de Napoleón, que solo tenía un clínex para limpiarse y se le quedaron algunos tropezones en la corbata. Ya por último lanzó el grito de ¡Alalalalalalalalalala! que conocemos, pero ya la gente estaba aburrida de las cosas que había ido tirando y se habían puesto a jugar a las cartas.
No obstante, debido al asco o estupidez que suponían sus gritos anteriores, se registró el de Alalalala y así sucesivamente, se le puso el copyleft y se mandó a Carrito Records para que Melendi la cantara en su nuevo disco.
Pirindolo
El inventor del trompo y la peonza. Conoció a Alala mientras hacía la mili en Logroño, y le propuso entrenarla para convertirla en una diosa, y de esta forma poder llegar al olimpo. Cuando tuvo el entrenamiento suficiente, Alala se dirigió al olimpo y fue aceptada, mientras que Pirindolo se dirigió al Mercadona y se compró un pack de Salchichas "Wertërsfen".