Bayreuth
| Dieser Artikel aus Deutschland macht viel mehr Spaß, wenn Sie beim Lesen Ride of the Valkyries hören, wie es Richard Wagner befiehlt |
| Lema | Ride of the Valkyries |
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| Establecida | En la Edad Media |
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| Tipo de Gobierno | Europeo |
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| Alcalde | Angela Merkel (de forma honorífica, pues en realidad es Katharina Wagner) |
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| Situación | En Baviera |
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| Población | Miles de Valkirias |
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| Gentilicio | Valkirias de Alemania |
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| Himno | Ride of the Valkyries |
Bayreuth, o Bayereuth (en alemán) es una ciudad de Alemania ubicada en el estado de Baviera. Está situada a las orillas del río Meno rojo pero eso no tiene ninguna relación con la menstruación. Fue fundada en la edad media por unos condes que no llevaban condones y no tenían otra cosa que hacer. Fue un pueblo de paletos hasta que se situaron ahí los Margraves de Brandenburgo que hicieron sus propios edificios barrocos para ostentar a las claras su cursilería. Tras esto la ciudad dejó nuevamente de importar a nadie hasta que se apareció por allí un compositor de grandes y hermosas patillas llamado Richard Wagner que decidió construir allí su propio teatro y su propio parque temático con el dinero del rey Luis II de Baviera, a ver si te pensabas que se lo iba a pagar él.
Historia
Inicios mediocres medievales
Se cree que Bayreuth fue fundada por unos condes que a nadie le importan en el siglo XII, como «Baierrute«. El nombre probablemente proviene de «Rodung«, que significa claro, y «Baier-«, que hace referencia a los inmigrantes bávaros, estos bávaros ya desde entonces obsesionados con ser claros y rubitos. Y realmente no pasó nada más, salvo algún que otro oktoberfest deslucido y con cerveza barata hasta que llegó el siglo XVIII.
Siglo XVIII: un teatro barroco muy cuqui
No tan rápido. Antes del siglo XIX, en el XVIII, gobernaron Bayreuth el Margrave Federico y la Magravina Guillermina (la hermana fea, y tal vez por ello la favorita, de Federico el Grande). En este periodo la ciudad sufrió la Guerra de los Treinta Años y quedó hecha una mierda, pero los Margraves ordenaron a sus vasallos reconstruirla, que para eso estaban, y ya de paso añadieron varios edificios barrocos, entre ellos un teatro de ópera de lo más apañado y coqueto.
Siglo XIX: el siglo del patillas
Ahora sí. Ya en la época decimonónica un emperador enano franchute llamado Napoleón Bonaparte invadió Bayreuth y la dejo nuevamente hecha una mierda, con lo cual todo volvió a su ser. Y no contento con eso la incrusto dentro de la Confederación del Rin. Mientras esto sucedía, pocos kilómetros más al norte, y sin que aparentemente tuviera relación, el heroico Richard Wagner nacía en los restos de Leipzig.
En el año 1872 Richard Wagner, tras una agitada vida huyendo de sus múltiples acreedores, había logrado engañar a un pringao (Luis II de Baviera) para que le pagara su propio parque temático con casinos y con furcias. Estaba pues buscando solar para instalarlo por cerca del costado del río Meno, cuando de repente se tropieza y se da de cara contra Bayreuth golpeándose muy fuerte en su enorme y desproporcionada cabeza.
Wagner quería fundar un Festival de esos de verano a los que va la gente a escuchar música -la de Wagner en este caso ¿qué te pensabas?- y a drogarse y la villa de Bayreuth le pareció un lugar muy bucólico a tales efectos, ya que estaba habitada exclusivamente por atrabiliarios paletos a costa de los cuales uno podía echarse unas risas. Cuando las autoridades locales se enteraron de sus intenciones, ávidos de avivar el turismo rural, le recomendaron que utilizara el teatro de los Margraves como garito donde interpretar sus óperas. Wagner lo inspeccionó y comunicó a las autoridades su veredicto al respecto con la amabilidad y diplomacia que le caracterizaba: que le parecía una putísima mierda, dijo.
Entonces se dispuso a construir su propio teatro, con casinos y con furcias -aunque en realidad pasó de las furcias, y de los casinos- que en lo sucesivo se convertiría en la principal seña de identidad del villorrio. A los pocos años culminó su proyecto con la celebración del primer Festival de Bayreuth, un evento de grandísimo alcance social y artístico al que acudieron algunas de las principales figuras de la intelectualidad y la música de la época, y también Tchaikovsky.
Muy celebrado por los paisanos de la zona, acudía todos los domingos a tomarse el vermú al bar del pueblo y ponía acento aragonés cuando se pimplaba, estableció también su residencia en el mismo, construyendo el otro edificio emblemático de la localidad, la Villa Wahnfried -allí donde su Esperanza halló su Paz, no sé qué opinaría su mujer de las tales Paz y Esperanza, a buen seguro dos querindongas que se había echado-. Cuando murió se hizo enterrar allí mismo en el jardín, junto al perro.
Siglo XX: las visitas del Adolfo
En 1923, la nuera de Wagner, Winifred, aburrida como estaba de que su marido Siegfried fuera marica, conoce a un hombre de fuerte carácter, mucha labia, grotesco bigote y ridículo flequillo. Y queda prendada por estos varoniles atractivos alpinos del atrabiliario politicucho Adolf Hitler. Y como coincide que Wagner era el compositor preferido de Adolfito, invitado por ella, va en plan fanboy a presentar sus respetos a la reconocida familia Wagner.
Y el muy gorrón se instala en casa, para disgusto de Siegfried, cuyo estudio desmantela la dominante Winifred para poner el dormitorio de Adolfito. Los hijos de Fidi (como llamaban a Siegfried en casa) trataban a Adolfito de "tito Wolf" y éste no soportaba al gorrón, que además era como esos cuñados que nunca saben cuando callarse a tiempo.
Solo logró librarse de él cuando tras el Putsch de Múnich le metieron un tiempo en el talego, pero ni por esas: Winifred iba a verle a la cárcel a hacer el vis a vis, llevarle vituallas y papel para que escribiese no se qué cosa del Mein Kampf.
Una vez muerto Siegfried y ya con Hitler en el poder, las visitas de Adolfo a los Festivales de Bayreuth fueron numerosas, junto con demás jerifaltes del Tercer Reich a los que obligaba a presenciar las óperas de Wagner completas y sin dormirse, so pena de ser degradados y enviados a campos de exterminio en los restos de Polonia. Hitler, como puede observarse en la imagen adjunta, trató de apoyarse en los descendientes de Wagner (ahí sale con un nieto) para legitimar su (según él) hermosa ideología, que solo buscaba (de nuevo, según él) lograr el amor entre hombres blancos.
Los descendientes de Wagner fueron descritos como los nazis más ejemplares de Baviera, e inclusive se tatuaron una Esvástica nazi en el culo, más tarde no lograrían borrársela, pero la retocaron para que pareciera un señor saludando, que quedaba muy gracioso.
El Nuevo Bayreuth
Así pues, luego de la Guerra comenzó la larga y dolorosa reconstrucción de la ciudad (que había quedado un tanto deslucida) y los nietos y bisnietos de Wagner sintieron mucha vergüenza y tuvieron que hacer ímprobos esfuerzos para desvincular el Festival de Bayreuth del nazismo, entre ellos encerrar a la matriarca Winifred en un trastero, que ni por esas se callaba la vieja cabrona, nazi hasta el final. En la actualidad la bisnieta del compositor, Katharina Wagner, sigue manteniendo el nivel musical excelso del festival mientras realiza y contrata puestas en escena inclusivas y aleccionadoras para que lo que se cuente en las obras de su ancestro parezca cool, tenga o no relación con las mismas. Inclusivas resultan, pues quienes más las disfrutan son los discapacitados visuales. Tan se han introducido algunos sutiles cambios en el texto, como que Wotan pregunte a Loge por sus pronombres antes de dirigirse a él. Así mismo Katharina se ha propuesto abrir de piernas el archivo familiar para ventilar la mierda de una buena vez y poder mirar hacia delante.
Economía
El Festival de Bayreuth es en verano. En esa época la economía de Bayreuth es muy activa, se llena aquello de músicos, turistas y curiosos en general. Se activan los bares y restaurantes y hasta una cafetería regentada por unos italianos muy simpáticos.
El resto del año la economía de Bayreuth se va a hibernar como los osos. Hay una universidad politécnica o algo así, que es lo único que mantiene un poco viva la ciudad, pero tampoco es que la cosa tire mucho, no es precisamente el MIT aquello.
Población
Son en general rubicundos y orondos y visten con pantalones bávaros. Ellas marcan escote y entreteto. Y luego está la familia Wagner que se parecen un huevo a él todos, tanto los legítimos como los hijos naturales que fueron dejando los legítimos por ahí, que no son pocos. Al final los Wagner son una cosa así como la familia real de Bayreuth, y los reyes, ya se sabe, el fornicio fuera del vínculo les gusta más que a un tonto un lápiz.
Vease También
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Para los interesados en la versión menos seria y verídica, Wikipedia tiene un artículo sobre: Bayreuth |
