Barroco

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Rey barroco, con un vestido barroco, en una silla barroca y zapatos barrocos, todo en colores barrocos. Esperamos que entiendas el concepto o ya verás a la salida.
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l Barroco es un modo de razonar artificioso, pedante, confuso, impuro, de engaño, de capricho de la naturaleza y de extravagancia del pensamiento, razón por la cual es extremadamente popular en cuanto a arquitectura, literatura, danza, música, pintura y helados artesanales, sobre todo durante los años 1600 a 1750[1]. Del término, barro y del masculino de roca, el roco, se volvió el arma más importante la iglesia católica frente a sus tres nuevos enemigos: la ciencia, el protestantismo y un señor que escupía en los incensarios.

Origen

Hacia 1600, en Italia, la gente estaba hasta las pelotas de Miguel Ángel que se entrometía en todo, desde los discursos del pueblo donde presumía al mentado Renacimiento y su forma humanista y bla bla bla, hasta sus esculturas tiradas por todas las calles, sus frescos en las paredes, las formas en que se metía a las cenas familiares a intentar vender una pintura de Miguel Ángelo original y de regalo se llevaba un Da Vinci falso, y hasta en la sopa, con "Sopas Miguel Ángel, ideal para el mecenas pobre". Así, las personas dijeron ¡basta ya, hijoputa talentoso! Y luego de darle una paliza a ese tipo pensaron en un movimiento artístico y de pensamiento que los hiciera olvidar el Renacimiento, y juntando barro y un roco, fundaron el barroco.

Barroco como movimiento cultural

El creador del minimalismo, enemigo jurado del creador del barroco.
El creador del barroco, presumiendo su corona sin importarle las críticas.

El Barroco realmente expresó nuevos valores que se habían perdido, como el temor a Dios, el miedo a la Virgen María y el terror al Papa; en literatura es abundante el abuso de la metáfora, de la alegoría y de la alergia. El dolor psicológico del hombre, llámese locura de cabra[2], se puede encontrar en el arte barroco en general. Todo fue enfocado alrededor del Hombre individual, a decir una relación comercial entre el artista y su cliente, que le hacía lo que quisiera y si pagaba más hasta le cumplía fantasías.

Tras la bancarrota de don Borgia y sus sucesores, el Vaticano sabe que tiene que invertir en un arte nuevo, pues los españoles, portugueses e ingleses se estaban quedando con toda la plata, es decir, el oro de las Américas y no daba nada a los italianos ni aunque pusieran ojos de gatito. Esto provoca que las repúblicas italianas se indignen de sobremanera y ya no quieran ni volver a ver a sus antes amigos de parranda, por eso se reagrupan bajo los Estados Vaticanos, para vender barroco a cambio de una tajada de oro novohispano, pésimo negocio sobre todo para los aztecas e incas, y financiar la contrarreforma contra pobretones como Lutero y el Calvo Calvino.

Los teólogos se reunieron en concilio para determinar dogmas (así se le llamaba a las estrategias de marketing en esos tiempos) como la virginidad de María, el misterio de la Trinidad y que uno de los reyes magos fuese negro para abrir mercados más amplios. Para difundir las nuevas decisiones, se contrató a artistas grandes, artistas pequeños, artistas gordos y a uno ciego que si bien no veía como pintaba, su arte era un acto de fe pues no la veía con sus propios ojos aunque le quedaba bien fea. En primer lugar se prohibieron los desnudos integrales que tan famosos fueron en el ciclo pasado, luego se pidió usasen luces, adornos, listones, y tanta cosa para que quedara lleno el espacio de la obra y no dejara lugar a malos pensamientos ni a lugar para 95 tesis.

Arquitectura

La arquitectura fue el arte más afectada por este, digámosle, "movimiento artístico". Los edificios conjurados bajo esta tónica resultaron ser los campos propicios para dejar boquiabiertos al campesinado que pasara por ahí y decirle "mira, sí estamos invirtiendo bien tus diezmos en estas rimbombantes catedrales, que cuesta mucho ponerle tantos adornitos y más subirlos hasta arriba que está bien lejos" haciendo marketing sobre las ventajas de ser católico ante los nada vistosos templos anglicanos. Sobre todo se dio en países tan inculturalmente importantes como España, en Europa, y Portugal en América, hoy país independiente.

Si algo distingue a los líderes católicos es un pene pequeño, y por tanto su megalomanía a la hora de realizar obras arquitectónicas, haciéndolas monumentales para compensar. Sin irnos más lejos está la plaza Mayor de Madrid, armoniosa, monumental, hasta da la impresión de ser de una ciudad rica o civilizada. Aún cono todo esto, los materiales de construcción no son oro, marfil ni dientes que se les retiraban a vírgenes sacrificadas por odontólogos malvados, sino materiales sin ningún valor, como barro y rocos, jugando así con la falsedad al hacerlos parecer bonitos, maquillándolos con elaboradas pinturas a base de metales o actualmente con el Photoshop.

Escultura

La escultura barroca en España fue por demás persignada y antinudista, ejercitándose en esculpir a Jesús al que ponían en medio de los jardines para espantar a los vagos y a los cuervos, además se le daba gran calidad a las ropas y a sus pliegues generando así un efecto de "ropas y pliegues". En Francia, por el contrario, estaban en plena revolución heterosexual y la temática era casi exclusivamente mitológica, profana y sexual, influenciada por el italiano Bernini, quien era el encargado de hacer las tumbas para los Papas, hermosas y bien selladas para que cuando fuesen zombies no se pudiesen escapar.

Pintura

Autorretrato by Rembrant (1658).

Se desarrollan nuevos géneros fuera de las feas Mona Lisas, éstos fueron los bodegones (pintar frutas con su cáscara puesta era más barato que contratar duquesas desnudas), paisajes, autorretratos (el modelo no cobraba nada), así como se enriquece la iconografía de temas religiosos, creando varios cientos de santos nuevos para nuevos cuadros. Para darle mayor impacto, se lograron contrastes más fuertes, así parece que el sujeto pintado nos está viendo desde las sombras fuera de la venta mientras le pega la luz de una lámpara incandescente en su sonrisa pervertida como si estuviese a punto de violarnos, eso se llama claroscuro. Otro elemento importante fue el engaño, haciendo creer que los cuadros eran más profundos de lo que en verdad son, para ello ponían espejos como se hace en las casas pequeñas para no sentirse encarcelados o los pintores más pobres hacían un agujero en su pintura.

Los artistas más importantes de este "periodo artístico" fueron: Caravaggio, napolitano como el pastel, bastante sádico al pintar calvarios, mutilaciones, crucifixiones, resurrecciones de zombies y besos sin amor frente a la policía; Rembrandt, un viejo holandés bastante dark baroque, al tener predilección por el color negro, los vestidos con todos los adornos del mundo y una inclinación egoísta a autorretratarse un poco más agraciado de lo que era; Velázquez, de casta brava española, por su parte tenía los mejores bigotes del barroco lo que lo hizo uno de los grandes maestros al usarlos como pincel.

Literatura

Quevedo, el hermoso, solía burlarse de la fealdad de Góngora.

El barroco, como su nombre lo indica, también hizo su aparición en el peor mejor arte: la Literatura. Pero nadie sabía cómo hacer para incluir el barro y el roco en los libros sin ensuciar las páginas, por fortuna en España que se saltó directamente de la Edad Media al Barroco no tuvo que pasar por el Renacimiento y sus escritores no estaban contaminados por Apolo Creed, Da Vinci ni el jabón. Así explotaron completamente este estilo en el llamado "Siglo de oro", aunque en verdad era el "Siglo de barro", pero eran un poco orgullosos.

Las características que utilizaron fueron las mismas que para los edificios y para las comidas: millones de ornamentos que taparan la sencillez de la composición y la hicieran apetitosa, extravagante y algo sospechosa para el consumidor. Por ello los hambrientos poetas se inventaron la metáfora para decirle a alguien que era horrible, de una manera tan graciosa que no hiriera sus sentimientos y a las frases más sencillas les pusieron estilo "barroco" para hacerlas más gorditas. Pero también muy poco entendibles que la iglesia misma no pudiera censurar sus notables pero divertidas blasfemias adornadas.

  • Francisco de Quevedo redacta su primera obra: Historia de la vida del Buscón llamado <inserta tu nombre aquí>, exemplo de vagabundos y espejo de tacaños. A partir de ahí y gracias a haber comido los champiñones de colores de su patio, se vuelve loco y comienza a cultivar la prosa satírica, política e inmoral y comienza con sus tendencias metrosexuales y antisemitas.
  • Miguel de Cervantes del que no se deciden si es medieval, renacentista, barroco o futurista, además del Quijote (la Biblia de todo friki demente) también tiene la Galatea, Novelas ejemplares y sobre todo Los trabajos de Persiles y Segismunda, nombres hermosos para personajes hechos de barro.
  • Juana Inés de la Cruz una monja heavy que maquillaba sus discursos feministas de muerte a todos los hombres con rimas, sonetos y composiciones líricas que derretían el corazón a cualquiera.

Música

Bach con su violonchelo.
Vivaldi, un clásico del metal barroco.

La música barroca no podía hacerla cualquiera, definitivamente el compositor debería tener por lo menos una peluca blanca con rizos como los de la abuela. Con ese prerrequisito ya sólo hacia falta un instrumento barroco, como era el violín, el clavecín y el órgano, aunque de pronto también algún violonchelo mágico que componía las sonatas mientras el compositor dormía.

Con el uso de los instrumentos de barro, se logró algo que no se había podido antes: la armonía total que se basaba en que en tiempos anteriores, cada músico de una orquesta tocaba muy religiosamente (lo que dios le daba a entender) mezclando partituras y golpeándose entre ellos porque como todos saben, tocaban borrachos. Con el barroco, los grandes maestros llegaron a imponer respeto con varas de membrillo que en verdad duelen cuando chocan contra los glúteos. Así la música sacra, representada por monjes rojos, blancos, pero ningún negro; convivía con la música hereje, o profana, que tenía en su haber la sonata que sí sonaba, el concierto grueso, la pedante ópera con sus gordas cornamentadas y el ballet francés donde todos tenían que usar tutú.

La mayoría de los músicos barrocos han muerto y sus fantasmas no saben usar una pc como para reclamarnos que los hayamos obviado de este tan hermoso artículo, pero hay dos que son bastante famosos por la forma en que movían grandes contingentes de adolescentes siguiéndolos por toda Europa, viviendo en carretas y practicando el amor libre, pero recatado. Antonio Vivaldi, el sacerdote rojo que hacía grandes recitales de solo de violín, tocando las Cuatro estaciones del año, lloviera, tronara, relampagueara, pero si caían ranas sí interrumpía; el otro Juan Sebastían Baj grande y emérito señor con peluca, que se lucía en cada estadio, teatro o cantina en que se presentase. Él murió, después de una intervención quirúrgica fracasada en que intentó ponerse un tercer ojo, y literalmente se llevó la música barroca a la tumba, de la cual nadie se ha atrevido a sacarla por temor a Zombie Bach.

Rococó

Desafortunadamente todas las cosas buenas de la vida terminan, pero afortunadamente también las malas y el barroco no fue la excepción. Mientras los italianos con su Benini y su rojo Vivaldi, los holandeses con su Baj y los españoles con el apuesto Quevedo, todos se regordeaban de los dólares que dejaba a la casa de dios, en la que también vivía el sacerdote pues quedaba espacio, los franceses que siempre han sido muy envidiosos escupieron sobre el barroco e inventaron algo novedoso, espectacular y único: el Rococó (un roco a base de coco).

Pronto este estilo que era una parodia del barroco, pero ya no controlado por su Santidad el Papa, de ser masculino o su Santidad la Mama, siendo papiza, sino por los burgueses que gustaban de temas mitológicos, proctológicos y no religiosos. Pronto, el Barroco y toda su cultura fue pasando al olvido, encerrado en los lugares más oscuros de los museos, en los libros polvosos que nadie lee, y en los conciertos de metal barroco a los que sólo se va cuando se está muy borracho.

Referencias

  1. El año en que el clasisismo regresó a nuestras vidas con sus proporciones perfectas y orgías sincronizadas.
  2. Esquizofrenia y/o amor y/o una patá en los cojones.

Videé también


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Artículo destacado

Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular.

Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos
por el mismísimo Miguel de Cervantes.

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