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Artículo Musical Destacado

Antonio Vivaldi

De Inciclopedia
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Antonio Vivaldi
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Vivaldi, un clásico del metal barroco.
Personal
Nacimiento Defunción Venecia
Italia
Estado actual Muerto, como la cultura
Lugar de residencia El mismo monasterio
Sobrenombres El monje rojo
Su obra
Se dedica a Violador Violinista
Origen Un monasterio
Hazañas logradas Tener las primaveras del año en un solo concierto.
Relaciones Su amigo, el violín.
Enemigos El monje verde y el monje azul
Obras Las cuatro estaciones y el calentamiento global


Cita3.pngNo había escrito cientos de conciertos, sino un único concierto repetido cientos de vecesCita4.png
Ígor Stravinski sobre Vivaldi, celoso pues nadie compraba sus discos

Antonio Vivaldi (Veneciópolis, 1678-Salchicha Vienesa, 1741) fue un sacerdote católico y como tal fue el dios indiscutible del metal barroco, compositor y segundo mejor violinista de la historia después de Paganini y otros ocho o nueve pelados. Era llamado Porco Rosso El Cura Rojo así por ser cura y ser rojo, una combinación que causaba confusión en la aduana, sobre todo entre los disléxicos de los ojos que no entendían el chiste.

Durante su tiempo en el Ospedale della Pietà, enseñaba a sus alumnas a tocar el violín mientras les explicaba que el término presto no significaba nada sexualmente sugerente, cuando menos no en el contexto musical. Era tan prolífico componiendo que a veces escribía conciertos mientras dormía, lo que explica por qué algunas de sus obras suenan como si estuviera roncando (como la horrible Primavera que desagrada a todos, nada que ver con el horrible Invierno que agrada a todos).

Era notablemente trabajador, componía en el trabajo, en la cama, en el baño, y sobre todo cuando no debía componer porque eso lo descomponía. Hizo 6666 obras, incluyendo 477 concerti (conciertos en miniatura para gente con prisa) y 46 óperi (óperas comprimidas para públicos con déficit de atención), pero sólo se conocen sus estaciones, por lo que da igual que haya escrito mucho o poco, igual murió pobre al igual que otros músicos famosos como Jimi Hendrix y Taylor Swift.

Antecedentes

Como todo gran artista, viene desde abajo, o sea de los huevos de su abuelo, pero veámoslo a detalle. Los orígenes de la familia Vivaldi son tan tradicionalmente italianos como la pizza con piña que luego fue expulsada de la península porque estaba embrujada. Todo comienza con su abuelo Agostino, un panadero que se dedicaba a hornear violines, casado con una pizza llamada Margherita (¿quién más podría llamarse así?), tuvo varios retoños para tener mano de obra barata para la panadería.

Entre esta prole destacaba Giovanni Battista Vivaldi (no confundir con algún Giovanni Battista famoso como Pergolisi o Tiepolo). Comenzó su carrera cortando pelo en la panadería hasta que fue golpeado por los clientes al morder panetones peludos. Como le rompieron los dedos y no pudo conseguir un trabajo de verdad, tuvo que dedicarse a tocar el violín y así mudarse a Venecia donde le dijeron que no había romanos que son los que le caen mal a todo italiano y los demás.

Gianbattista, quien fue apodado "Rosso" ("Rojo", no por comunista sino por pelirrojo) y a veces registrado como Giovanni Battista Rossi para evadir impuestos o para que pague más, se unió a una especie de sindicato renacentista para músicos venecianos que se reunían a tocar y quejarse de los bajos salarios mientras se gastaban todo en vino caro y en tener bebés para no poder mantenerlos.

Biografía

Primeros años

Giovanni Legrenzi, pez gordo de la música barroca según como me lo imagino.

Antonio Lucio Red Vivaldi, el pelirrojo más famoso de la historia de la música después de Ed Sheeran, vino al mundo el 4 de marzo de 1678 en Venecia, el desagüe más grande del mundo que insiste en llamase ciudad. Nada más nacer, la comadrona lo bautizó a toda prisa en casa, se dice que porque no tenía pinta de aguantar mucho porque nació en llamas (la fricción del nacimiento seco porque no tenían para pagar la cuota del agua) y además porque un terremoto sacudió la ciudad ese día (yo creo que no fue coincidencia) pero su madre rezando a San Terremoto o algo así dijo "si no nos matas, haré que mi hijo sea sacerdote o sacrificio humano, lo que suceda primero".

Su padre, que además de fabricar hijos les enseñaba a tocar instrumentos para hacer una miniorquesta y poder jubilarse a los 20 años, a él le enseñó a usar el violín y lo paseaba por Venecia anunciándolo como un mini Mozart, pero como Mozart no existía aún no tuvo éxito publicitario así que mejor lo anunció como un mono cilindrero. Se dice que estudió con Giovanni Legrenzi, un pez gordo de la música barroca que dirigía la basílica de San Marcos.

Juventud y ordenación como sacerdote

Primero fue ostiario (el portero, no el que recibe golpes, aunque sí los recibía, pero no por ostiario, sino por pelirrojo), después lector (no muchos sabían hacerlo y no había mucho que leer más que cosas religiosas como La Biblia o El Código da Vinci), luego exorcista (trabajo temporal que nunca ejerció, para decepción de los demonios que querían oírlo tocar), después anticristo (malentendido que fue aclarado) y finalmente acólito (el asistente que todo sacerdote necesita que en la actualidad ya es sospechoso serlo).

Finalmente alcanzó el estatus de sacerdote, aunque más que predicar el evangelio, predicaba con su violín, lo que suena raro, pero les juro que es contexto puramente musical la mayoría del tiempo. Por una conveniente "opresión en el pecho" (que casualidad, ¿no?), logró el permiso para no decir misa y para no hacer nada. Los expertos debaten si sufría asma o angina de pecho, pero lo único claro es que esta dolencia misteriosa solo le impedía dar misa, no componer sinfonías ni correr maratones.

Conservatorio del Ospedale della Pietà

Según este amable retrato de 1723, el cura podría haber tocado el violín con la nariz sin ningún problema.

Llegó al trabajo de sus sueños como maestro de violín en el Ospedale della Pietà (el equivalente veneciano de la escuela de X-Men para niños musicalmente dotados o sólo rechazados por la mutación de la orfandad). Los huérfanos que tenían talento aprendían música sacra, los que no, aprendían oficios a bordar manteles o formar familias de la Mafia, cosas típicamente italianas. Pero quedémonos con los que sí, que fueron los que sobrevivieron a la época de Vivaldi.

Antonio, quien tocaba el violín como si el diablo le hubiera prestado sus propias manos (aunque problablemente no se las prestó sino que se las robó), compuso música como si tuviera una fábrica de partituras en sus cabezas: conciertos, cantatas, música sacra, reggae barroco... Sin embargo, ya que era pelirrojo su relación con el consejo de administración era más dramática que una ópera racista: cada año tenían que votar si lo mantenían o no porque daba miedo en la noche. En 1709, perdió por un voto y se fue dando un portazo, solo para que lo llamaran de vuelta un año después cuando se dieron cuenta de que sin él la orquesta sonaba a mierda, como gatos en un callejón (véase la película de Cats para imaginarlo).

Impresario de ópera

Debutó como compositor en Vicenza (por un error, porque quería escribir Venecia), como todo buen emprendedor del Barroco, se autoproclamó impresario (o sea empresario pero con i, porque él financiaba sus propios conciertos ya que antes como ahora, nadie confía en los pelirrojos y por eso en la película de Antonio Vivaldi será interpretado por Whoopi Goldberg, no se la pierda en Netflix en 2025), estrenando "Orlando finto pazzo" (La panza de Orlando). Por fin entendió que ser prolífico no significar ser bueno, cuando el público pidió que la quitaran para poner repeticiones de partidos de A. C. Milan contra Internazionale para seguir en el teatro.

No contento con tener el pelo del color de una salsa arrabiata, presentó una ópera que era un remix del siglo XVIII y que alguien tuvo la brillante idea de perder después. Esta vez fue un éxito, principalmente porque él no la compuso. Pero el verdadero culebrón llegó con una ópera tan adelantada a su tiempo que el censor local casi se desmaya al ver que trataba de una mujer enamorada de otra travestida, básicamente el primer episodio de cualquier serie moderna. Al año siguiente el censor cedió, después de descubrir el fetichismo.

En el Ospedalle, le pidieron que compusiera algunas cosillas religiosas. Entre ellas, "Moyses Deus Pharaonis" que se perdió, usada como papel higiénico de lujo en algún palacio veneciano, y la legendaria "Juditha Triumphans", una obra que celebraba la victoria veneciana sobre los otomanos que es lo único que pueden presumir en toda su triste historia. Esta última fue interpretada completamente por las alumnas del Ospedalle, con chicas haciendo tanto de Judith como de Holofernes, anticipándose unos cuantos siglos a los trapitos femeninos (los masculinos eran algo normal y deseable por la sociedad homoeróticafalocentrista de toda la historia).

Mantua y Las cuatro estaciones

¿No es curioso que siendo "tan famoso" únicamente existe esta pintura (que algunos autores dicen que es falsa porque éste es peliblanco y no tiene cara de músico sino de gente decente)?

Durante su estancia en una corte donde era la estrella no por ser compositor, sino por ser cabeza roja como el reno de Santa Claus, conoció a su prima que era una dona, Anna Tessieri Girò, una cantante que junto a su hermanastra se convirtieron en algo así como sus groupies del siglo XVIII. Los chismosos rumoreaban sobre la naturaleza de su relación, pero Vivaldi, en una carta a su patrón, escribió que estaba demasiado ocupado haciendo música y siendo pelirrojo como para ponerla.

Compuso su hit viral Las cuatro estaciones, el primer intento de música programática antes de que existiera la música programática. Era un playlist donde cada track representa una estación del año, pero en vez de usar pájaros, perros, mosquitos y borrachos, Vivaldi usó violines para imitar pájaros, perros, mosquitos y hasta borrachos bailando (sí, en serio). La Primavera fue un remix de su propia ópera "Il Giustino", probando que el auto-plagio viene de mucho antes que los reggaetoneros.

Como toda estrella en ascenso, se embarcó en una gira mundial por Italia (era el siglo XVIII, lo demás del mundo era monte y culebra). Presentó un drama pastoral del que sobreviven nueve arias, el resto se perdió en el equivalente barroco de un disco duro corrupto, y luego fue a Roma donde el Papa Benedicto XIII lo invitó al primer concierto papal privado de la historia, antes de que se volvieran recurrentes y ahora hasta Miley Cyrus va a hacer el show de la bola a Francisco. Ya de vuelta en Venecia, produjo cuatro óperas en un solo año, porque después de todo era un trabajólico sin familia, dinero, amigos ni nadie que lo quisiera (sólo sus gatos lo querían, por eso las cuerdas de sus violines que hacía con ellos sonaban a puro amor).

Últimos años

En la cima de su carrera, se dedicó a complacer los caprichos musicales de la alta sociedad europea, que por aquel entonces no tenía porno y necesitaba entretenimiento. Sin embargo la moda de Vivaldi pasó tan rápido porque ahora las modas en el siglo XVIII ya no duran nada, estos jóvenes de ahora cambian de gusto a cada rato. El emperador Carlos VI, su único fan austriaco y mecenas, tuvo la mala idea de morirse justo cuando Vivaldi llegó, dejándolo más solo que un contrabajista en un grupo de música de cámara.

Para 1740, Vivaldi estaba más quebrado que violín de principiante. Vendió sus manos a precio de saldo y ya no pudo tocar el violín o rascarse cuando le picaba la nariz. Murió en 1741 más pobre que una rata de iglesia, en casa de una viuda que fabricaba sillas de montar (ni siquiera tuvo la decencia poética de morir en casa de un lutier). Lo arrojaron a la basura porque ni siquiera podían pagar el centavo para llevarlo a la fosa común. Como él siempre quiso un concierto en su funeral, tuvo que tocar él mismo mientras era llevado al basurero municipal y vivió feliz para siempre. Fin.

Obra

Estilo e influencia

En Viena le hicieron el monumento más sencillo y feo que pudieron.

Revolucionó la música barroca que antes de él le faltaba ese punch bailable y sólo servía para amenizar ver al Cardenal sentando en la Iglesia volviéndose más viejo y más Cardenal. A partir de Vivaldi parecía que la música tomó una combinación peligrosamente cardiaca como Red Bull, cafeina y orines de pelirrojo, para hacer melodías pegajosas del gusto de nadie pero que tampoco se las podían sacar de la cabeza y se veía a la gente tarareando "Ta-ta-ta-ta-tara-ra, ta-ta-ta-ta-tara-ra..." seguido de algún vago tocando el violín "Tiri-ri-ri, tiri-ri-ri, tara-ta-ta-ra..." cosa que antes no hacía porque no había muchos hits conocidos.

No únicamente era la viralización. Vivaldi era el Flash de composición, ya que podía escribir un concierto completo antes de que un copista terminara de sacar punta a su pluma, lo que llevó a algunos críticos a murmurar que quizás debería tomarse un café con más calma, ya que ese era su único alimento. Su "furia compositiva" (término acuñado por Charles de Brosses en 1739, quien lo pilló componiendo con ambas manos mientras se masturbaba con la axila) era legendaria, aunque a veces sus obras salían tan apresuradas que los músicos no entendían la partitura y tocaban alguna otra del mismo autor (ni siquiera Vivaldi recordaba la diferencia entre sus obras, porque, pues, no las había).

Bach, su fan número uno y stalker musical oficial, quedó tan impresionado que se dedicó a aprender la estúpida caligrafía de Vivaldi e intentar transcribir sus obras o lo que entendiera de ellas. Incluso convirtió algunos conciertos de violín en obras para teclado, haciendo un álbum de puros covers en teclado monumental de iglesia (era difícil ponérselo en el hombro, pero si así lo hacía Antonio con su violín).

Su hater oficial fue Benedetto Marcello, un músico amateur con complejo de crítico profesional, escribió un panfleto pasivo-agresivo cuya portada incluía un barco con un angelito violinista con sombrero de cura, tan sutil como un elefante en una cacharrería. Para rematar, usó el anagrama ALDIVIVA, para hacer un meme del siglo XVIII.

A pesar de los haters, Vivaldi siguió siendo el rockstar del Barroco, componiendo obras que hacían que las pelucas empolvadas se agitaran al ritmo de sus revolucionarias melodías. Sus sonatas eran algo más tranquilas, como para bajar los decibelios después de tanto concierto explosivo, y su música religiosa era tan operística que hasta los ángeles debían pensar que estaban en La Scala.

Composiciones

Orquesta: "¿Cómo hacemos para que la gente venga al concierto de Vivaldi?" Furro del grupo: "Tengo una idea"

Las cuatro estaciones, su única obra famosa a pesar de que escribió millones más hasta con el culo (no metafóricamente hablando), es lo que uno piensa si alguien dice "Ah, me gusta Vivaldi", mientras de Mozart piensas en su réquiem, la flauta mágica, las bodas de Fígaro, Don Giovani, etc., o de Beto Ven te acuerdas del himno a la alegría, el himno a la tristeza, para Elisa, las sonatas, el himno a la lujuria, etc., o de Bach no te sabes los nombres pero reconoces la canción de Drácula y las que suenan en las misas, de Vivaldi sólo sabes que tiene cuatro y de esas sólo identificas dos, desperdiciar su vida escribiendo tanto sólo le redituó al vendedor local de papel.

Ya no lo critiquemos pues, él lo pagó en vida volviéndose más pobre que una marmota, regresemos a las cuatro estaciones que fueron el primer intento de hacer música meteorológica antes de que existieran los pronósticos del tiempo. En "Primavera", los pájaros cantan (aunque suenen sospechosamente a violines), en "Verano" casi puedes sentir el calor sofocante veneciano y el olor a alcantarilla, en "Otoño" las hojas caen al compás del violín mientras puedes tomar la siesta más siesta de tu vida, y en "Invierno"... bueno, mejor pónganse un abrigo para escucharlo y toma una copa de vino para sentirte un musicófago mamador.

Escribió 5000 conciertos mientras pensaba que alguno tenía que pegar, 466 óperas que nadie recuerda ni su madre porque todas parecían la misma, y 733 sonatas que terminaron como papel higiénico en los baños de Venecia ya que era el único papel que existía en la ciudad. Sus "Gloria" fueron tan gloriosos que se perdieron en el olvido hasta que alguien los encontró en una caja junto a recetas de pasta vencida y esas recetas tenían mayor valor creativo.

Compuso música sacra tan sacra que la iglesia la guardó en el sótano más sacro por 200 años. Sus cantatas fueron tan inspiradoras que inspiraron a todo el mundo a no escucharlas. Escribió tanto para violín que los fabricantes de cuerdas lo amaban - era su mejor cliente y en el transcurso acabó con todos los gatos de Italia, los sobrevivientes se mudaron a Turquía donde ahora son adorados como dioses.

Creó 900 sonetos que usó como servilletas en las cenas, 400 serenatas que solo sirvieron para dormir a los gondoleros y robarles las gónodas, y tantos conciertos para mandolina que hasta las mandolinas se mandolinaron. Sus tríos sonatas eran perfectas para cuando tres músicos querían practicar el arte de tocar sin que nadie los escuchara.

Y para complementar su obra maestra meteorológica, dejó incompleta una suite llamada "Los Cinco Sentidos", donde el movimiento del gusto era el sonido de alguien masticando pasta al dente. También comenzó "Las siete maravillas del Mundo", pero se detuvo en la tercera cuando se dio cuenta que había muerto algunos años atrás.

Legado

Después de morirse, Vivaldi logró lo impensable: que todo el mundo se olvidara de él más rápido que de usar mascarilla después de la pandemia. Pasó de ser el rockstar del violín a ser el tipo que nadie invitaba a las fiestas del Clasicismo y el Romanticismo por pelirrojo, pobre, pasado de moda, pelirrojo, pero sobre todo por pelirrojo. Tuvo que esperar dos siglos para que Fritz Kreisler, aburrido de robar lo mismo de siempre, leyó algo de las toneladas de papel reciclable de Venecia y descubrió que era música.

Y así empezó su resurrección póstuma (porque sería ridículo hacer una resurrección en vida): lo metieron en películas donde resolvía crímenes como si fuera Sherlock Holmes con peluca roja pero más pedante, lo convirtieron en protagonista de thrillers venecianos más enredados que sus rizos no de la cabeza, y hasta le hicieron biofilms donde siempre sale corriendo dramáticamente por Venecia con su sotana al viento gritando .

Hollywood se enamoró tanto de él que usaron su música en más películas que notas escribió, y hasta le dedicaron un radioteatro australiano, para que por fin los canguros pudieran escucharlo y dejaran de ser tan violentos. Los niños ahora leen sobre él en cuentos ilustrados donde omiten la parte donde la ponía con su violín a falta de afecto femeninomasculinoneutro. Y para rematar su venganza póstuma, le pusieron su nombre a un asteroide y a un glaciar en la Antártida (ambos derretidos en la actualidad como él mismo). Para celebrar su 300 aniversario póstumo en 2041, se piensa buscar sus restos en el basurero a donde lo arrojaron, si es que no se les olvida.

Enlaces externos

http://www.vivaldi.com.pe/

  • 4 de marzo Personaje histórico (ver todos aquí). ☀️ BanderaItalia.png ☠️