Alexander Scriabin
Nacimiento Defunción | Moscú, Rusia Moscú, Rusia |
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Origen | Las entrañas de Cthulu |
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Sobrenombres | Dios El ruso místico del sombrero |
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Lugar de residencia | Un prostibulo con luces rojas de neón |
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Se dedica a | Compositor, pianista, dios autoproclamado del universo |
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Estado actual | Morido |
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Hazañas logradas | Este pelmazo no hizo nada de provecho en toda su miserable vida |
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Relaciones | Vera Ivanova (Esclava Sexual) Franz Liszt (en realidad no tenía ninguna relación con él) Frédéric Chopin (de quien era groupie) |
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Enemigos | Arnold Schönberg Igor Stravinsky |
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Poderes especiales | Sinestesia |
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Objetos | Sombrero Vaquero, Fusil de alto calibre, badge de MLP, drogas fuertes |
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Alexander Nikolayevich Scriabin (Moscú, 6 de enero de 1872 - Ibídem, 27 de abril de 1915) fue un compositor, hechicero y pianista ruso victima de la esquizofrenia.
Es considerado uno de los mayores exponentes del postromanticismo y de las primeras vanguardias. Fue uno de los compositores más fumados innovadores de la historia de la música, también conocido por haber compuesto música mas rara que la madre que lo parió y por haber padecido sinusitis ¿o era sinestesia?
Su vida
Primeros Años
Con solo 1 año perdió a su madre, concertista de piano que había sido alumna de un tal Teodoro Lechizki (o algo así). Desde su mas tierna infancia ya era explotado y maltratado por su tía Lyubov, quien le enseñaba teoría musical a la fuerza, e incluso le pegaba palizas así porque sí, pues la letra con sangre entra. Así mismo le sometía a interminables ejercicios de levantamiento de pesas escalas musicales. De niño asistía a conciertos organizados por Sectas musical del norte de Rusia y también a óperas, dramas homoeróticos, y otras abominaciones en el teatro de las Bolsas.
El inicio de su carrera musical
Capaz de tocar de oído e improvisar cumbias y ritmos andinos al piano con 5 años, los Lyubov lo presentaron al gran pianista y compositor Antonio Rubinstein, quien se maravilló al ver a el pequeño Scriabin interpretar tan exquisitamente los grandes éxitos de Beethoven y Daddy Yankee. En 1883 Scriabin emborrachó a su tía con un par de botellas de vodka y mientras ella dormía el pedo se matriculó en el Conservatorio de Moscú. Allí las cosas en un principio le fueron perita, hasta le tocó de compañero de clase Sergei Rachmaninoff, con quien tuvo una sana relación de camaradería (los besos en la boca que se daban ocasionalmente eran únicamente una muestra de amistad viril). Allí tenían dos profesores, Arensky y Safonoff. Estos dos profesores eran archienemigos hasta el punto que se echaban el uno al otro viagra y matarratas en el café. Rachmaninoff se dedicaba a hacer la pelota al primero mientras Scriabin se la hacía al segundo. La mala suerte es que en el tribunal del examen fin de carrera de Composición el que les cayó como presidente fue Arensky, que otorgó las más altas calificaciones a Rachmaninoff mientras suspendió a Scriabin, para que se jodiera. Suerte que Scriabin se había hecho amigo de Rimsky Korsakoff (que era un solo señor, y no dos) que le vengaría haciendo un feroz bullying al puto Arensky por medio de sus contactos mafiosos.
De esta manera Scriabin, al no tener título de compositor validado por ninguna institución educativa no pudo entrar a trabajar en el Mercadona, y se consideró toda su vida un compositor freelance friki.
Sus casamientos <3
Aunque como casi todos los rusos de esa época el tipo era medio marica, resulta que el tipo tenía una novieta, aunque ella no lo sabía. En estas va y le propone matrimonio y ella se excusa diciendo que cómo una humilde mujer como ella va a hacer feliz a un genio de esa categoría, que casi que va a ser que no (si bien a sus amistades les confesó las verdaderas razones: "quita, quita, el loco ese... bufff ¡que le aguante su madre!"). Tras las calabazas Scriabin andaba por ahí todo deprimido que se quería morir y con más cara de estreñido que el vampiro ese de las películas de Corpúsculo.
Tras un par de acosos sexuales fracasos mas en sendas propuestas matrimoniales a otras infelices muchachas, conoce a la que sería la mujer de su vida. Era agosto de 1897 y en Rusia estaba haciendo un frío de cojones (como es normal allí). En una velada de esas de músicos bohemios una extrovertida muchacha llamada Vera le arrancó de las manos sus partituras y se puso a tocarlas, a ver a qué sonaba la música del muchacho ese de la mirada perdida, realizando una interpretación de las mismas que sólo cabe calificarse de un impacto devastador. Scriabin quedó fuertemente impresionado: a diferencia de él, que tenía las manos muy pequeñas, ella te abarcaba toda la cara de un guantazo. Scriabin le preguntó a la moza que qué mas sabía hacer con sus manos y la alianza matrimonial quedó sellada. Y casarse se casaron, y mira que sus familias se cayeron mal y trataron de boicotearlo desde el primer momento: en efecto, las comidas dominicales con los suegros en casa de los Scriabin eran un espectáculo dantesco, todo gritos e insultos, aparte de regüeldos, que sirvieron de base para su novedosa música posterior. Y así al poco se pusieron a tener sepso para sentir cosquillitas en el pipí agrandar la familia, que tenían hijos como conejos.
Pero tanta historia para que la abandonara por la primera alumna que le calentara la bragueta, una tal Tatiana. Scriabin se dirigió a vera y le dijo "... dejarte por la Tatiana es un sacrificio ofrendado al arte" y se fue caminando como un cowboy de los cojonazos grandes que tenía. Con la Tatiana esta se casó y tuvo tres hijos más: una que fue digna hija de su padre -lo mismo te hacía poemas que ponía bombas-, el niño satánico del que hablaremos más adelante, y una última que fue musicóloga, la pobre.
Su croqueta mental
El tipo tenía muchas ansias de ser intelectual, pero a la hora de la verdad lo mismo le da la Filosofía que cualquier magufada y se arma la picha un lío. Que si por un lado el Superhombre de Nietzsche, y venga a leer tebeos de Superman, que si por otro lado se compra unos libros para dummies sobre Platón y Aristóteles, haciendo de ellos un amasijo estúpido de ideas descontextualizadas, que también el materialismo dialéctico, que no se entera ni de lo que es. No es de extrañar que terminase interesándose por los escritos de madame Blavatsky, que era poco menos que una bruja de esas que lo mismo te montan una sesión de espiritismo que te pasan el agua. Así es como concibe su teoría del acorde místico, un acorde más raro que un documental en verso y que según él iba a acabar con el mundo o redimir a la humanidad, o algo así. Ah, y de tanto pensar también llega a la conclusión de que él mismo era Dios.
La sinestesia
El tipo decía que cuando oía diferentes notas y colores musicales veía colores. La cosa llegó al punto que hizo construir un teclado de colores que cada vez que uno tocaba en el además proyectaba luces, que aquello era una miscelánea fantasía que uno quedaba anonadado. Un día estaban tomándose unos vodkas él, Rimsky Korsakov y Rachmaninoff y los dos primeros se pusieron a decir que veían los mismos colores cuando oían las mismas notas musicales. Y Rachmaninoff fue y se lo creyó y se quedó todo pillao, y eso que claramente le estaban trolleando.
Muerte en las montañas de la locura
Un par de años antes de su muerte, en una de sus muchas borracheras proyecciones astrales, tuvo la idea para una nueva composición que usaría para derrotar sus archienemigos Stravinski y Schönberg, los cuales, según Scriabin, eran la reencarnación del cabronazo rojo del tridente y de su fiel adlater Mammón. La composición, titulada Misterio sería un espectáculo multimedia que ríete tu de los de Chimo Bayo y se presentaría en la cima de la cordillera Himalaya, en un templo del que Scriabin había hecho un torpe dibujo en un papel sofisticado diseño, para que su energía pudiera propagarse por todo el universo y así purificarlo de la maldad de Stravinski, Schönberg y sus asquerosas músicas primitivistas y serialistas. Un dia Scriabin salió de casa, y le dijo a su familia que se dirigía al Himalaya para "dar comienzo a una nueva era para la humanidad", su esposa trató de hacerle entender que esas ideas suyas no eran mas que una sarta de estupideces, pero Scriabin estaba fuertemente aferrado a sus propósitos.
Dos meses después, un grupo de alpinistas encontró a Alexander en las faldas del Himalaya, con la piel azul y el bigote congelado y la mirada perdida en el infinito mientras acariciaba su muñeco de peluche de Rainbow Dash, el cual estimaba mucho. Los alpinistas le ofrecieron ayuda, pero este la rechazó amablemente y siguió su camino, perdiéndose entre la helada brisa del Himalaya. Jamás se le volvió a ver. Según la versión oficial Scriabin nunca fue al Himalaya y falleció por reventarse un grano de la cara [1], tal es la ridícula muerte que se inventó y difundió su mujer, profundamente avergonzada de haberse casado con semejante idiota.
Su música
Su música pasa por tres etapas bien diferenciadas.
- Cuando copia descaradamente el estilo de Chopin. Pues eso. Al principio era un fanboy de Chopin y estaba todo el rato haciendo lo mismo que él. Hasta hizo unos preludios que son calcaos a los del polaco, que ya le vale.
- Cuando copia descaradamente el estilo de Wagner. Cuando dejó de ser un fanboy de Chopin empezó a serlo de Wagner, y más de lo mismo, haciendo unas sinfonías que uno las escucha y parece que a los nibelungos les hubiera dado por jugar a las matrioshkas.
- Cuando se le va la olla. En su última etapa, que hace una música rarísima y prácticamente incomprensible que consiste que es básicamente agarrar el acorde místico ese y venga a darle vueltas una y otra vez.
Algunas obras:
- Concierto para piano y orquesta: como los de su ídolo Chopin, pero con la diferencia de que en este caso la orquestación no es un infantil balbuceo.
- Tres Sinfonías: en las que trata infructuosamente de parecerse a Wagner.
- Sonata nº6: según Scriabin le había sido inspirada por el Maligno. Le producía gran acojonamiento y tembleques y nunca la tocó en público (ni en privado).
- Pro-meteo: obra sinfónica en la que se manifiesta en favor de eso, de meterla.
- El poema del fuego: la cosa terminó en tragedia, con la sala de conciertos reducida a cenizas. Su primo Molotov asistió al concierto y sacó del mismo algunas ideas interesantes para no se qué de un cóctel.
- Preludio al Misterio: los preliminares...
- Misterio: menos mal que no llegó a componerlo, que se quedó en la intención.
El hijo ese repelente que tenía
Tenía un hijo que con solo 11 años hacía una música clavada a la que hacía él con 40, que uno la escucha y alucina, que lo mismo se la hacía el padre y luego decía que era del hijo, vete tu a saber. En cualquier caso da igual porque el crío se fue un día con los amigos a la piscina y le hicieron tantas aguadillas que se ahogó, así que no llegó a nada (ni a nadar). Por eso le ponemos aquí, porque no da para hacerle una entrada para él solo en la Inci.
Carácter y personalidad
De jovencito era tímido y retraido, pero con los años terminó estando completamente volao y siendo más inestable que el TNT. Te montaba un pollo por nada, una vez a alguien se le ocurrió mencionar a Brahms en su presencia y se puso a proferir alaridos y maldiciones y a echar espuma por la boca. No había quien le aguantara.
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