Incilibros/Conociendo Taiwán

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¿Por qué ir a Taiwán si todo lo Made in Taiwán viene a nosotros? La respuesta es simple: no hay lugar más conveniente para organizar una conferencia internacional, sobre todo si se espera que asistan muchos occidentales. No importa si los asistentes viven en Argentina, Chile, Israel o la República Federada de Tepartoencuatro, todos tendrán que hacer un viaje en avión más largo que la vuelta al mundo de Julio Verne, quedando agotados y descontentos por igual. Así no se discrimina a nadie. Además, existe la posibilidad de tener el privilegio de ser testigos de la siempre inminente invasión histórica al país por parte de la República Popular China, junto a la consiguiente intervención de Estados Unidos, y obtener así un asiento de primera fila para presenciar el comienzo de la Tercera Guerra Mundial.

Wikilogo botante.gif Para los interesados en la versión
menos seria y verídica, Wikipedia
tiene un artículo sobre:
Taiwán

Cómo llegar

No intente llegar a nado.

Si quiere llegar antes de que nazcan sus nietos, se recomienda viajar por vía aérea. Para obtener el dinero que cubra el pasaje de avión, puede usted vender su pierna y buscarse un reemplazo biónico más barato en alguna de las enormes ferias tecnológicas locales. Otra posibilidad es hacer cerca de un millón y medio de ediciones en algunas de las wikis de Wikia o Wikimedia y esperar a que le subvencionen un pasaje para participar en Wikimania 2007. Si Wikimania 2007 ya terminó y usted aún no completó su cuota de ediciones, proponga a Wikimedia que la próxima conferencia vuelva a llevarse a cabo en Taiwán.

Por su puesto, no alcanza con obtener el pasaje. También tiene que llegar al aeropuerto y subirse al avión, de otro modo, a menos que usted disponga de alas, no podrá volar. Para que lo dejen subir al avión necesitará un pasaporte en regla y una Visa. Sencillo, sólo tiene que viajar un país vecino en el que exista una embajada taiwanesa (si ya hay una en su propio país no sea vago, aproveche para hacer un poco de turismo en su propio continente antes de irse tan lejos). Una vez allí, debe hacerles entrega de una carta firmada de puño y letra por Jimbo Wales, asegurándoles que usted no es un espía de la república popular China ni un narcotraficante. Si usted se llama Cheims Bond, primero cámbiese el nombre. Si sigue todos estos pasos correctamente es probable que en recompensa, el gobierno de Taiwán se digne a dejarlo entrar a su país por un lapso de dos días, tres horas y cuatro minutos.

ATENCIÓN:

  1. Recuerde siempre que usted viaja a la República de China, común y corriente, no a su versión más popular. Aunque le parezca que el arroz sabe igual en todas partes, será mejor que no se entrevere con las visas y destinos. No deje que su viaje de placer se convierta en una tortura china.
  2. Lleve paraguas.

Conociendo Taipei

Bienvenido. Güelcom. 歡迎. Ya llegó a Taipei, capital de la República de China. Evitó que lo encarcelaran por espionaje. Incluso se salvó de una mortal pulmonía causada por las lluvias monzónicas, gracias a su nunca mejor aprovechado paraguas. ¿Y ahora qué? ¿Va a perder su tiempo asistiendo a charlas sobre no sé qué sitios de internet? Claro que no, celebre que está vivo, váyase a agradecerle a los dioses al templo más cercano.

Rezando

En los templos Taiwaneses se reverencia al mismo tiempo a Buda, Confucio y a una larga serie de deidades locales. No importa si usted es budista, confucionista o confundido, todas las deidades saben aprovechar una buena caja de galletitas de chocolate, déjeles una y el éxito de su viaje estará asegurado. Ya no tiene por qué asustarse de esos dragones coloridos que lo miran de reojo desde los techos del templo.

Es posible que ver a los dioses amontonar sus cajas de galletitas le de hambre. No desespere, lea la siguiente sección.

Comiendo

Su peor enemigo.

Para poder ingerir alimentos primero usted debe dominar el ancestral arte de los palitos chinos. Si es usted torpe con las manos, además del paraguas, tendría que haberse traído un tenedor y llevarlo siempre consigo a todas partes para no morirse de inanición. Tampoco es recomendable utilizar el paraguas a modo de tenedor si no quiere que lo miren raro. No importa, ésta puede ser la oportunidad que estaba esperando para comenzar la dieta del palito que tan buen resultado da a los delgados habitantes locales. De todos modos no logrará llevarse a la boca más de tres granos de arroz por intento.

Cosas verdes sin identificar en forma de babosa. Disfrute de su exquisito sabor a... ejem.. cosa verde sin identificar en forma de babosa.

Si a usted le gusta el pulpo, esa cosa verde sin identificar en forma de babosa o los pescados que te miran directo a los ojos con cara de estar pensando "glu, glu", ha viajado al lugar indicado. No sea temerario y olvídese de preguntar que es lo que es lo que ingresa a su aparato disgestivo. Tome los palitos, atrape lo que pueda y disfrútelo sin hacer preguntas.

Si es usted judío o musulmán, es una lástima que no se haya convertido a otra religión antes de viajar. Carne y cerdo son sinónimos en Taiwán. Delicioso por cierto, envíeme una porción por correo y Dios no lo castigará.

Si es usted vegetariano váyase a freír espárragos. O cómase los palitos.

¿Dónde encontrar todas esas delicias? El mejor lugar para comer son los famosos mercados nocturnos. El único inconveniente es que fríen absolutamente todo, las verduras, la carne, los frutos de mar y hasta el helado. La manera más rápida de acostumbrarse es quitarse los intestinos y arrojarlos directamente a alguna de las enormes planchas.

De postre usted puede comer... bueno, no, no puede comer postre. No hay nada que sea solamente dulce, puede elegir entre agridulce y dulce-picante. Si se quedó con hambre pida una segunda vuelta de freimiento para sus intestinos.

Socializando con los taiwaneses

You spik inglish? You be very Conchúúú

Es decir, con las taiwanesesas.

Primero aprenda chino, alguna frase o palabra bonita como para lanzarles un piropo. Por ejemplo "princesa". Se dice Con Chuu. No, no es broma, se dice así, búsquelo en el diccionario si no me cree. Por algo es la única palabra en Chino que el redactor de la presente guía logró aprender. Si con eso no le funciona, pruebe con otra cosa. Si esa otra cosa sí le funciona hágame saber como hizo, a ver si la próxima vez tengo más suerte.

Los taiwaneses son increíblemente amables, siempre dispuestos a ayudar a un turista extranjero a ubicarse en la ciudad. Aún así la barrera idiomática y cultural puede ser un obstáculo. No intente llevarlas a una fiesta.

El concepto de fiesta, puede resultar algo extraño a un extranjero. Música generada en vivo con computadoras y remix de videos viejos de los power rangers. Nada de tomar alcohol hasta olvidarse que aquella mano no se supone que vaya en aquel lugar, a lo sumo una suave cerveza de cerezas durante una velada de karaoke desenfrenado. Otra actividad nocturna de gran actrativo entre los jóvenes locales es el Basketball. En lugar de salir a bailar se van directamente a encestar. No, no sea guarango, se trata del deporte de pelota y no de lo que usted está pensando.

Por supuesto, existen bares y discotecas al estilo occidental, donde puede escuchar a un banda de rock local entonando lo peor de Britney Spears y las demás bazofias Made in USA que podía escuchar comodamente en su casa sin tener que cruzar la mitad del globo. Aún en aquellos antros, conviene saber algo de chino para poder entablar conversación con alguna taiwanesa antes de que ésta llegue al punto de inflexión alcohólica.

101 pisos de pura masculinidad

Subiendo al Taipei 101

Si no tiene suerte con las taiwanesas, nada mejor para recuperar la hombría que subirse a la punta del símbolo fálico más grande del mundo, tanto si se ha quedado sin ahorros por subir al pequeñín como le persiguen los guardias por colarse sin pagar. Desde allí podrar echar un rápido vistazo a todos los demás sitios de interés, a los que ya no tendrá que llegar personalmente para conocer.

Visitando el Palace Museum

¿Acaso no soñó siempre con robarse la mayor colección de arte de su país y llevársela consigo a una isla desierta (o en su defecto, a una isla habitada por sólo 25 millones de personas)? Si su país es China Popular, lamentamos informarle que ya se le han adelantdo. Puede honrar a quién llevó acabo tal proeza perdiéndose en el gigantesco laberinto con todas esas preciadas chinerías en exhibición, o pasando a la siguiente sección.

Recordando a Chiang Kai Shek

Chiang Kai Shek adentro del monumento en su honor, planificando como devolverle el gesto a Mao.

Si no fuera gracias al gran Chiang Kai Shek nunca hubieses sabido siquiera que existe un país llamado República de China (Taiwán, para los amigos). De hecho, ni siquiera existiría tal país. Ese tipo se merece un monumento. Un monumento enorme, como la enorme patada en el culo que le pegó Mao Tse Tung el día que lo mandó volando fuera del continente.

A la salida siempre puede ir a la tienda y comprarse camisetas y gorras del susodicho, con los que podrá pasearse en un futuro viaje por las calles de China en las que será venerado.

Conociendo otras partes de Taiwán

No queda tiempo, su vuelo sale en dos horas y ya se le está por vencer la visa, apúrese que no llega. Esperamos que haya disfrutado su estadía, no sea tacaño y traiga souvenirs.


Conociendo otros artículos


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Artículo destacado

Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular.

Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos
por el mismísimo Miguel de Cervantes.