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Artículo de Sociedad y Cultura Destacado |
Masacre en Isla Vista de 2014
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¡Atención! Este artículo trata temas políticamente sensibles por lo que su lectura puede producir llantos y ataques de rabia. Al reírse de estos temas te expones al riesgo de que algún ofendido te denuncie o te mande una bomba por correo. |
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Para los interesados en la versión menos seria y verídica, Wikipedia tiene un artículo sobre: Masacre en Isla Vista de 2014 |
Se denomina Masacre de Isla Vista a la serie de asesinatos y desmadres cometidos por un virgen incel resentido anglo-malayo de nombre Elliot Oliver Robertson Rodger, quien cansado de no ponerla nunca decidió subirse a su lujoso BMW armado además con dos fierros y... bueno, la parte de la masacre en sí la narraremos más adelante, no nos apresuremos, "vayamos por partes" decía Elliot Rodger, ehh, digo, Jack el Destripador.
Lo primero a analizar y estudiar para que este lamentable suceso nunca más vuelva a repetirse es el trasfondo en el que todo este lío padre se produjo (Y claro, que las minas den un poco más de bolilla también ayudaría). Los eventos, sucedidos en el transcurso de pocos minutos, fueron cometidos al estilo GTA por este señor al parecer harto de ser siempre enviado a la Friendzone por las gatitas a las que permanentemente acosaba.
El asesino
Elliot Rodger nació una fría y nublada tarde de agosto en la bella ciudad de Londres, su padre era un Lord del Parlamento que siempre tomaba té a las cinco de la tarde y que se preocupó por inculcarle esa marica costumbre a su hijo (Lo cual puede explicar porqué a los 22 todavía no había logrado mojar el ganso), en tanto que su madre era una malaya de ascendencia china, de cuyos genes heredó un pene muy chiquito (eso también patea en contra).
Elliot vivió en la ciudad de Sherlock Holmes hasta los cinco años, edad a la cual con su familia se mudó a Estados Unidos, más concretamente a California, exactamente en Los Ángeles, puntualmente Beverly Hill, calle Bedford esquina Boulevard Wilshire, así que si quieres ir a hacer un escrache o lanzarle huevos a la casa, ya sabes a dónde ir.
En dicha ciudad los padres se dedicaron a salir y codearse con famosos, su madre un tiempo salía con George Lucas, su padre conocía a Steven Spielberg y a Chewbacca, esas conexiones pudieron haber ayudado al muchacho a salir adelante, pero una serie de fallas y equivocaciones por parte de sus padres unidos a una mala crianza terminaron haciendo que el muchacho se transformase en un pichón de Hitler, y no es broma ni exageración porque se mandó un Manifiesto de 140 páginas titulado "Mi Mundo Retorcido" en donde describe su vida, su sufrimientos, sus desgracias, su resentimiento, lo desdichado que era a pesar de ser el Supremo Caballero (como él mismo se definía) y en donde sienta las bases de lo que iba a hacer el día 23 de Mayo de 2014.
A los seis años tuvo su primer amor: Barney el Dinosaurio, luego se volvió fanático de los Telettubbies, a los ocho fue diagnosticado con Asperger siendo el objeto de su obsesión las mujeres que siempre lo rechazaban. Es raro que lo tratasen de ese modo pues Elliot era muy apuesto y caballeroso, un muchacho seductor y adinerado, un joven simpático y carismático... nah, es broma, no era ninguna de esas cosas :P era un pobre diablo que vivió toda su virgen vida a paja y agua XD
En su adolescencia y juventud, en vez de ir a fiestas donde pudiese conocer chicas con las cuales acostarse prefería pasar el tiempo en foros de internet donde hablaba sobre lo hermoso que era, elogiaba su inusual inteligencia y el BMW que tenía -que su papi le había comprado- y se la pasaba blanqueando páginas de Inciclopedia (O de su hermana inglesa, la Uncy) por puro resentimiento. Obviamente, nada de eso le sirvió al Perfecto Caballero para ponerla, de modo que decidió llevar las cosas un nivel más arriba.
Su descenso hacia la locura
Elliot estaba convencido, obsesionado, creía que era su ineludible destino de Caballero, ganar la lotería. Por lo que se compró la Smorfia y empezó a jugar con muñecas a diversas modalidades de lotería, siempre perdiendo y fracasando miserablemente en todas y cada una de ellas. Llegó a gastar más de setecientos dólares en el Powerball, un sorteo donde se juegan fondos millonarios, pero sus billetes de lotería se transformaban en papel higiénico conforme toda esa fortuna se la llevaba algún otro agraciado (el mismo que se acostaba con las chicas que a él lo rechazaban). Francamente, todo un bolatriste, mejor se hubiera comprado éste libro, le hubiese sido de más ayuda que la Smorfia.
Dado que sus inteligentes y muy coherentes proyectos de ganar la lotería habían quedado en aguas de borrajas (Nota mental: averiguar qué es una borraja) decidió pasar al plan B: matar a todo el mundo.
Para esto adquirió un par de pistolas, una SIG SAUER y una Glock 34, todos ellos fierros muy confiables y de uso militar, fue a un polígono, entrenó duro en el manejo de esas armas (si hubiese entrenado en un gimnasio capaz hubiese tenido más éxito en ponerla) y continuó escribiendo su manifiesto, en el cual describía el profundo odio que sentía contra las mujeres, los hombres facheros, los hombres menos bellos que él que sin embargo f*llaban más a menudo (f*llaban, mejor dicho) los chupetines tutsi-pop, los caramelos masticables, la música disco, Kirguistán (por alguna extraña razón odiaba mucho ese país). En resumen, se entrenó para llevar a cabo la mayor cantidad de muertes posibles en la fecha que él se había propuesto, lo que él llamaba... "Día de la Retribución", muajajjaja.
El Día de la Retribución
Esto es medio feo de describir y no hay mucho humor que hacer en base a esto, así que respiren hondo, tómense un whiskicito y lean lo que viene a continuación con la alegría de que no les sucedió a ustedes (aunque les podría suceder, mmuajjajaja)
El día 23 de Mayo Elliot se levantó y vio que le había llegado su período, por lo que todo el resto de ese día iba a estar de muy mal talante. Uno de los tres malayos con los que compartía su departamento le ordenó que les preparase un sándwich (A Elliot lo trataban como a su putilla) y éste, por una vez en su vida, se negó. El malayo le pegó un cachetazo y lo mandó a la cocina, que era su lugar en el departamento. Pero Elliot, harto de ser tratado como un estropajo, cogió un cuchillo y asesinó a sus tres compañeros, luego tomó sus armas y se subió al BMW que siempre impresionaba a las chicas hasta que bajaba la ventanilla y se sorprendían al ver a ese afeminado metrosexual. A bordo del mismo, manejó hasta el edificio donde se situaba una hermandad de jóvenes lesbianas (odiaba mucho a las lesbianas) y como no lo dejaron entrar por ser "hombre", se puso a disparar a mansalva y luego se subió a su coche, atropelló a varias personas, matando a una de ellas y luego chocó contra otro auto. Viéndose acorralado por la policía, se voló el balero de un balazo. Lo hizo porque sabía que su lo atrapaban vivo y no lo ejecutaban lo enviarían a la cárcel de por vida, y ahí sí que iba a perder la virginidad pero no de la manera en que él lo deseaba.
Su legado
Más allá de seis muertos (siete contándolo a él), trece heridos, un manifiesto escrito bajo los efectos del LSD y un BMW hecho pelota, Elliot nos enseñó que no importa cuán feo o hermoso eres, lo que importa es tener una buena puntería y un buen armamento para vengarte de todos aquellos que jamás te hicieron el mal pero pudieron haberlo hecho. Porque si en vez de maltratarlo como lo maltratamos, de negarle cariño como le negamos y de ignorarlo como lo ignoramos le hubiésemos dado un fusil FN SCAR L y un Kaláshnikov con la munición suficiente, el pobre Elliot hoy se habría podido cargar a más gente. Bueno, eso es todo, ahora los dejo, debo ir a f*llarme a Kristen Stewart, luego a Dakota Fanning y por último a Scarlett Johansson; diablos, que agotador que es trabajar como gigoló de famosas, pero lo tengo que hacer porque tengo una flota de BMWs que mantener.
Moraleja
Nesesitamos ser mas compasivos.
Que a tí no te pase lo mismo
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