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Celibato involuntario

De Inciclopedia
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¿Pero cómo es que no caen rendidas a mis pies? Se pregunta este Incel.
Cita3.png¿Incel? ¿Qué es eso, una aplicación?Cita4.png
Alguien sobre los Incel.
Cita3.pngLa soledad me ha seguido toda mi vida. A todos lados. En las tabernas, en los autos. Por las aceras, en las tiendas. Por todos lados. No hay manera de escapar de ella. Dios me hizo un hombre solitarioCita4.png
Travis sobre el celibato involuntario

Los Incels, esos célibes involuntarios, son la crème de la crème de los fracasados digitales, un club exclusivo de ñoños, trolls, conservadores, feministas de teclado y niños rata que dan pena ajena. Estos genios del lamento se autoproclaman incapaces de conseguir que alguien les diga "hola" por WhatsApp, ni hablar de algo más subido de tono. Y no será porque no lo intentan, pobrecitos, con sus tácticas infalibles de mandar memes rancios.

Frustrados por su sequía amorosa, estos angelitos canalizan su rencor contra las mujeres que no les hacen caso y los "chads" que sí saben socializar. Odian al mundo, claro, porque el universo les debe una novia por decreto. Así que, cuando algún Incel VIP decide desquitarse a balazos en la calle, nadie se sorprende. Sus archienemigos: los que ligan sin despeinarse y esas personas que ni registran su existencia. ¡Qué tragedia, Shakespeare se revuelve en su tumba!

La casuística Incel

Travis Bickle, famoso Incel que debido a sus fallidos intentos en el campo del amor, decidió ponerse a pegar tiros en los bajos fondos de Nueva York.

Los Incels no tienen un pelo de parecido con esos raros que juran celibato porque un dios se los pidió, perdieron una partida de póker o simplemente disfrutan sufriendo en silencio. ¡No, no! Y que nadie los mezcle con los MGTOW, esos otros iluminados de internet que también desprecian a las mujeres, pero con estilo: odian por elección, no porque no les quede otra. Los Incels son como MGTOW de rebajas, pero sin el carisma ni la opción de salir del sótano. Digamos que son la versión "obligada" del club: igual de chalados, pero con un bonus de nerditud que espanta hasta a los espejos. ¡Unos auténticos galanes de la desesperación!

Psicología

Por supuesto, todos sabemos que los Incels son solo un grupito encantador de inadaptados, unos auténticos campeones del drama que no necesitan presentación. Sin embargo, agárrense los pantalones, porque el celibato involuntario no está en la lista VIP de las enfermedades mentales, ¡qué sorpresa! Nada de diplomas médicos para estos héroes de la soledad. Claro, se la pasan lloriqueando con cara de cachorro abandonado, deprimidos hasta las ojeras, con más neurosis que un gato en una convención de aspiradoras, y entre ataques de ansiedad y grititos de "¡mamá, ven por mí!", hasta se les escapa el pipí. Pero ojo, no se confundan: esto no es una "condición clínica", no, no. Es solo el resultado natural de ser un desastre social con honores. Así que, tranquilos, no hay pastillas ni terapia para este circo; es solo su talento innato para el fracaso brillando en todo su esplendor. ¡Aplausos para ellos, por favor!

Ideología

Elliot Rodger, mesías del movimiento Incel masculino.
Típico Incel.

Antes, los Incels eran esos pobres diablos que daban lástima en la esquina del barrio, suspirando por amores imposibles mientras espantaban palomas. Pero, ¡oh, maravillas de la modernidad!, gracias a las nuevas tecnologías, estos genios incomprendidos se han encontrado en los rincones más oscuros de internet, formando foros donde desahogan su frustración, su brillante intelecto y sus fantasías de venganza dignas de un guion de Hollywood rechazado.

Según los sesudos análisis de CNN, New York Times, BBC, Televisa y TVN, los Incels son los paladines del supremacismo blanco y masculino, fans acérrimos del fascismo, el racismo, Donald Trump, el Real Madrid y, por qué no, de Doraemon —porque hasta un gato robótico merece su respeto—. En cuanto a los Incels latinos, los medios locales no se ponen de acuerdo: algunos dicen que son derechistas de manual, otros que son más bien maduristas y comunistas de corazón, soñando con que el Che les consiga una cita. Total, un caos ideológico tan grande como su despecho.

Su filosofía de vida es un misterio digno de estudio: las mujeres son todas unas “feminoides” traicioneras y los hombres, unos “machitos” despreciables por tener sexo con otras… pero, ojo, unos cerdos aún peores por no incluirlos en la fiesta. ¡Qué injusticia! Y ellos, pobrecitos, no entienden por qué nadie cae rendido a sus encantos. ¿Será por su actitud de príncipes destronados o porque llaman “subhumanos” a todos mientras se miran al espejo con orgullo?

Lo mejor viene cuando algunos, en un arranque de genialidad y dignidad, proponen que el Estado “redistribuya” el sexo, como si fuera arroz en tiempos de guerra. Imagínense: “Por decreto, usted debe acostarse con este Incel, ¡es su deber patriótico!”. Ni se les pasa por la cabeza pagarse un servicio profesional; no, ellos quieren amor forzado o nada. Así están, entre la pena ajena y el delirio, esperando que el mundo les pague la deuda que creen merecer. ¡Qué joyas!

Black pill, asesinatos en masa y violencia contra los hombres

Incel dispuesto a llevar a cabo el Beta Uprising (Levantamiento Beta).

Bueno, está claro que los Incels no son precisamente el alma de la fiesta: no ligan ni con cinta adhesiva. ¿Y qué hacen para remediarlo? ¿Se lanzan al súper por una crema exfoliante que les quite la capa de rencor? ¿Se arreglan esos dientes que parecen un teclado descompuesto? ¿Visitan un salón de belleza para que les quiten el look de "vivo en un sótano"? ¿Se bañan, aunque sea por error? ¿Se apuntan al gym para dejar de ser la pesadilla de las pesas? ¿O, al menos, piden cita con un psicólogo para que alguien les explique que el mundo no les debe una novia? ¡No, señor! Estos cracks optan por la solución épica: tomarse la “Black Pill”, o sea, decidir que todo está perdido y hay que prenderle fuego al planeta.

La mayoría, con ese drama digno de telenovela, se despide del mundo en soledad, pero de vez en cuando sale un iluminado que dice: “¿Por qué conformarme con sufrir en silencio si puedo llevarme a unos cuantos inocentes por delante?”. Y ahí los tienes, disparando a diestra y siniestra como si fueran extras de una peli de acción barata, vengándose de los “populares” que osaron ser felices. Las Incels mujeres, en cambio, aún no han sacado el arsenal (¡demos tiempo al tiempo!), así que se conforman con descargar su bilis en X, lanzando insultos a sus colegas masculinos del club del despecho o inventando denuncias contra esos compañeros de escuela o trabajo que se atreven a existir sin adorarlas. ¡Qué espectáculo, qué elegancia, qué forma de ganarse amigos!

¿Existen mujeres Incel?

Le resulta inexplicable que los hombres no caigan rendidos a sus pies.

Cuando pensamos en célibes involuntarios, lo primero que se nos viene a la mente son esos tipos que queman billetes en criptomonedas mientras lloran porque ninguna los mira. Pero, ¡sorpresa!, también existen las Femcels, esas joyitas femeninas que ven a los hombres como un error de diseño de la madre naturaleza, un fallo que la ciencia debería borrar con bebés de probeta o, mejor aún, esclavizarlos, arrasar sus casas y meterlos en jaulas al estilo Hitler en los 40 o Israel en el noticiero de hoy. ¡Todo muy razonable, claro!

Estas reinas del drama idolatran a las divas de postureo feminista que los medios nos venden como oro puro: Shakira con su cadera vengativa, Miley con su lengua rebelde, Billie Eilish con su cara de "me aburre el mundo" y Taylor Swift, la eterna víctima de sus ex. Las que no son lesbianas por gusto o por manifiesto político se quedan solas con su orgullo y un vibrador, preguntándose cómo es posible que esos “machos primitivos” no caigan rendidos ante su perfección ovárica. Porque, obvio, tener ovarios las hace automáticamente ángeles de luz, amor y bondad infinita, ¿no? ¡Pobrecitas, el espejo debe estar en su contra también!

¿Son todos los Incels asesinos en serie?

El gran dilema del siglo: ¿son todos estos Incels unos psicópatas en potencia o solo geeks patéticos que no saben ni dónde está el clavo para colgar su póster de Naruto? La verdad, viendo que la mayoría no distingue un AK-47 de un mando de PlayStation y que subirse la bragueta ya es su propio Vietnam, parece que el riesgo de masacre es más bien exclusivo de los “elegidos”. Esos pocos que, contra todo pronóstico, logran salir del sótano y apuntar (mal) a algo que no sea su pie. Y ojo, a veces la suerte nos sonríe: se eliminan solos en accidentes tan absurdos que merecen un Premio Darwin con honores, como tropezar con su propio cordón mientras fantasean con venganzas épicas. Total, víctimas cero, risas mil. Eso sí, si eres de esas que ven “violación” en un piropo, una mirada, una billetera vacía o una opinión distinta, entonces sí, ¡todos son un peligro público! Corre, que te violan desde el Wi-Fi.

Consejos y soluciones para estos imbéciles angelitos

Su comunidad es tan grande que ya tienen su propia "bandera del orgullo", y sí, a los incels les va el rollo nacionalbolchevique.

Como somos almas caritativas con una paciencia que roza lo divino, aquí va la solución mágica para los Incels, esos mártires del amor no correspondido. Presten atención, queridos, que esto les va a cambiar la vida (o al menos les va a bajar el drama):

  • Sí, es verdad, no ligan ni aunque les regalen un manual de seducción con dibujitos. Pero, sorpresa: no es porque el sexo opuesto sea una conspiración de “feminoides” o “machitos” malvados. No, la culpa no es de ellos ni de los que sí saben decir “hola” sin parecer psicópatas. El problema son ustedes, bombones. Tal vez sea esa cara que espanta espejos o ese vibe de “sigo a Elliot Rodger porque soy un incomprendido” que grita “¡corre!” a cualquiera con dos dedos de frente. Por suerte, en la sagrada *Inciclopedia* hay joyas como *Incilibros/Cómo perder la virginidad*, un bestseller para torpes. Léanlo, anótenlo, tatúenselo si hace falta.
  • ¿Tienen manos? ¡Perfecto! Usenlas para algo útil: un poco de autoamor y a descargar esas hormonas que los tienen planeando matanzas como si fueran villanos de caricatura. Verán cómo, de repente, el genocidio deja de ser el plan A. Repitan hasta que el cerebro les vuelva a funcionar. Y oigan, el sexo no es el Santo Grial. Dejen de lloriquear por no esparcir sus genes dudosos y súbanse al tren de los MGTOW o las empoderadas. ¿Qué hacen estos en su tiempo libre? Los MGTOW se la pasan viendo videos de “cómo ser alfa” mientras comen pizza rancia, y las empoderadas suben selfies con filtros y hashtags de #FuerteIndependiente. Ustedes podrían… no sé, ¿jugar al ajedrez contra sí mismos? ¡Aprovechen esa energía, genios!

Véase también

¡Oh demonios!

Enlaces externos



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