Tuberculosis
La Tuberculosis es una horrible enfermedad la cual es padecida por millones de personas en el mundo. A pesar de las incansables investigaciones los científicos no han logrado dar con la cura, por lo que todos los contagiados deberán sufrir hasta que Monesvol se los lleve en paz, gloria y con un buen asado para celebrar.
¿Que es?
Al ser una enfermedad abolida por el grupo de panzones sin pelo autproclamados directores de la Iglesia durante la Santa Inquisición, nadie la conoce y al preguntarle a cualquiera sobre ella, contestará que es un sabor de chicles. El verdadero efecto de esta terrible enfermedad es una despiadada capacidad para comunicarse con los tubérculos. Al investigar el nombre, se puede desglosar la palabra en tubérculo y sis. Como se sabe, la palabra sis, proviene de sinapsis', lo que es la comunicación entre neuronas. Al unir este prefijo con la palabra tubérculo, nos indica claramente el verdadero efecto de este padecimiento.
Origen
La Iglesia, al haber declarado inexistente esta enfermedad (ya que pensaban que era obra de brujería) ha eliminado todo registro de tratamientos o gente que la haya tenido en la antigüedad, por lo que todo conocimiento que se tiene es producto de la investigación presente. Aún así, gracias a Wikileaks hemos logrado saber quien fue el primer humano que padeció esta terrible enfermedad. Según los registros fue un agricultor ruso adicto al vodka que tenía en su poder campos y campos de cultivo de papas. Este hombre al pasar gran parte de su vida preocupado de sus tubérculos llegó al punto de hablarle a las papas para que crecieran grandes y fuertes. Nuestro amigo el ruso contagió a su esposa mediante el acto sepsual, ésta contagió al lechero, el lechero a su vaca, la vaca a los niños que tomaban leche, los niños al pedófilo que los violaba, y así hasta el día de hoy.
¿Tiene usted la enfermedad?
En el presente, la tuberculosis está tan presente en el mundo como el lechero en su casa, así que es muy probable que usted la padezca. Para averiguarlo, usted debe acercarse a cualquier tubérculo e intentar comunicarse con éste. Si el tubérculo le responde, le guiña un ojo, o lo invita a cenar para luego hacer el amor tuberculótico, es bastante claro que su persona es víctima de esta condición.
Ya sé que soy un tuberculótico, ¿cómo me curo?
Lamentablemente, en nuestros días la cura no ha sido encontrada aún. Eso sí, usted puede seguir los consejos de mi abuelita la cazadora de jóvenes para intentar sanarse. Entre las posibles opciones se encuentran:
- Rezar a Monesvol disfrazado de rábano (el mayor oponente de los tubérculos) en la montaña más alta de la tierra de los duendes.
- Correr desnudo a través de un campo e insultar a cualquier papa, yuca, jengibre o prostituta que se interponga en su camino.
- Mandar una suma de dinero al creador de éste artículo para que pueda "buscar la cura" en Las Vegas.
- Cometer acto de suizidio (matar a un suizo).
Si ninguna de las anteriores le resulta, es probable que su enfermedad esté demasiado avanzada y sea demasiado tarde.