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Alquimia
La Alquimia es un conocimiento científico puro y teóricamente validado pero combatido por la Iglesia, los Illuminati y los Estados Unidos que permite convertir dos cosas cualesquiera en un tercer producto de gran valor como puede ser el oro, el petróleo o el semen. Esta práctica toma elementos de la química, la física y el baile entretenido, entre otras ciencias desde hace aproximadamente 2500 años antes o después de Cristo (son tantos que al fin no importa). Lamentablemente el poder corporativo que transformó la alquimia en la química moderna impide actualmente obtener materiales preciosos y costosos, de suma utilidad, con recetas sencillas que cualquier niño o dueña de casa puede hacer utilizando un par de simples ollas e ingredientes.
El objetivo principal de los alquimistas serios era convertir plomo, piedra, excremento[1] y demás cosas en oro, o bien este metal en vida eterna a través de la piedra filosofal, elemento mítico que también podía convertirlo todo en plástico o cartón corrugado, materiales valiosísimos desde tiempos remotos.
Historia
En los albores de la humanidad aparece el primer atisbo de alquimia cuando un Neanderthal cualquiera venía de comerse parte de un terodáctilo crudo que encontró de casualidad en el suelo. Imaginando el futuro de la gastronomía, golpeó dos piedras de cuarzo al frustrarse por no poder preparar el sabroso bocado de otra manera. La chispa que salió provocó un gran incendio que asó el resto del ave prehistórica y a algunos parientes cercanos, y fruto de lo anterior se inventó el asado y el fuego (en ese orden).
Más tarde, en tiempos del Cromañón, el ser humano intentaba mezclar, golpear o romper miles de materiales y objetos distintos por ensayo y error. De esta forma supo por ejemplo que dándole un garrotazo en la cabeza a la mujer podría seducirla fácilmente y llevarla con toda comodidad a su caverna. Tal hallazgo empírico-determinista fue fundamental para intentar obtener materiales más livianos y resistentes, pues ya los peñascazos no resultaban suficientes para combatir a las tribus aledañas, naciendo de este modo la metalurgia en el antiguo Egipto.
Desde los primeros tiempos de la alquimia, sus investigadores fueron creando un lenguaje hermético y críptico para designar sus métodos y conocimientos, en lo cual se adelantaron a la química moderna que tampoco la entiende ni el 5% de la población, que debe contentarse con repetir lo que memorizó en el colegio para destacar en fiestas y actividades sociales.
Tradiciones
Dado que estos conocimientos no eran muy comunes y su lenguaje era generalmente incomprensible, existe poca claridad sobre el origen de la alquimia, situando una de sus tradiciones en China y la otra en Europa luego de de hacer muchas escalas como pasaje barato de avión.
Antiguo Egipto
Aquí se sitúa la cuna de la alquimia occidental. En el antiguo Egipto, este conocimiento estaba íntimamente ligado a la religión y la metalurgia. Ello explica que cuando ocurrían tormentas de arena y se volaban las techumbres, los egipcios acudían al templo a conseguir cubiertas de zinc de reemplazo.
El faraón Keops fue, según algunas fuentes, el primer alquimista de la historia. Escribió el primer tratado sobre el tema, describiendo un método para convertir agua en tierra. Al morir, sus súbditos construyeron la pirámide que lleva su nombre utilizando esta técnica, para lo cual secaron un lago. Días más tarde 10.000 egipcios murieron de sed.
Lamentablemente mucho del conocimiento de esta época se perdió dado que por ese entonces los egipcios utilizaban jeroglíficos en los que la figura humana se mostraba de espalda impidiendo descifrar los primeros métodos alquímicos de la historia.
Alquimia china
Pese a que la alquimia china tenía una base principalmente filosófica su principal contribución fue la invención de la pólvora, la cual fue incorporada a los fuegos artificiales para alegrar todo tipo de fiestas. Sin embargo, se vio que además de alegrar las fiestas esta invención podría servir para aguarle la fiesta a los enemigos, y rápidamente llegó a Europa en el siglo XIV.
Paralelamente, los chinos centraron la alquimia en el desarrollo de la medicina tradicional como es el caso de la acupuntura, a partir de la cual se creó la aguja de coser y más tarde la industria textil moderna. Asimismo, existía una conexión filosófica con las artes marciales, aunque hoy se discute mucho cómo conseguir oro a partir de romper ladrillos con la mano en televisión.
Alquimia india
En esta cultura existe un tipo de alquimia denominado en persa Rasavātam, de orientación medicinal. La idea es que mediante operaciones de la transmutación del mercurio se pueden crear medicamentos que pueden restituir la salud de enfermos deshauciados y ancianos de más de 150 años. Sin embargo, este enfoque no fue muy beneficioso, dado que el mercurio se asocia el cáncer causando una enorme mortandad. El resultado fue que durante 100 años o más hubo una sobrepoblación de vacas en ese país.
Sin embargo, desde el punto de vista filosófico el verdadero valor de la alquimia india no estaba en la medicina sino en la economía, pues como era esperable buscaba transformar el mercurio en oro.
Alquimia en Roma y Grecia clásica
Con una poderosa tradición precientífica, los romanos y griegos aportaron al conocimiento alquímico desde la filosofía. Empédocles de Grecia desarrolló la idea de que todas las cosas del universo están formadas por cuatro elementos: agua (o alcohol, que funciona mejor), tierra, aire y fuego. Por medio de estos elementos se buscó producir oro, y actualmente científicos griegos intentan conseguirlo con métodos alquímicos nuevamente, obteniendo sólo un montón de billetes roñosos muy útiles en el baño por lo cual terminaron pidiéndole ayuda a químicos alemanes.
Alquimia islámica
El aporte islámico en la alquimia fue muy importante debido a que a su asimilación del pensamiento griego permitió la invención del al-ambique (en árabe "máquina de al-coholizar"), haciendo felices a miles de millones de seres humanos. A su inventiva se debe también la creación de algunos ácidos que más tarde servirían para destapar cañerías con caca o borrarle la cara a la gente soberanamente fea.
Alquimia medieval
En la Europa medieval fue muy bien aceptado el pensamiento filosófico griego y además muchos cruzados llegaban con merchandising islámico de las cruzadas, además de mujeres atadas a los burros en caravanas. Sin embargo, los conventos fueron los únicos lugares en los que se dominaba el pensamiento clásico y el idioma árabe, de modo que principalmente los sacerdotes desarrollaron la alquimia durante esos años. Los curas que colgaban los hábitos eran muertos a pedradas o bien convertidos en sapos mediante las avanzadas técnicas alquímicas medievales.
Destaca en este período el científico inglés Roger Bacon, conocido por sus múltiples aportes en diversos ámbitos del conocimiento. Bacon creía que la experimentación era más importante que el razonamiento, de modo que fruto de sus investigaciones le quedó el pelo verde a los 30 años y a los 35 fallece por combustión espontánea. Luego de buscar durante años el elixir de la vida tras extraviarlo en la alacena Bacon adapta el concepto de la vida eterna por el de la longevidad y un colegio cercano le otorgó un diploma honorífico por su aporte.
Posteriormente otros sabios expandieron la alquimia casi exclusivamente desde una perspectiva filosófica ocultista, de modo que no hablaremos de ellos a fin de que este artículo no sea nominado a borrado rápido por la comunidad. Los únicos alquimistas que trabajaron la idea de la transmutación de la materia fueron los brujos que surgieron en esta época, pero finalmente su legado sólo se tradujo en la creación de Halloween antes de morir todos a las brasas.
Alquimia del Renacimiento
Durante este período se hicieron comunes los charlatanes que por una pequeña contribución engañaban a la gente con trucos alquímicos impresionantes pero inútiles. También fueron tiempos propicios para los vendedores de enciclopedias y de automóviles usados.
Lo más destacado de la alquimia del Renacimiento fue el trabajo de Paracelso, que puso sus esfuerzos en la medicina y al igual que en el caso de la alquimia hindú despachó en un cajón a muchos fanáticos con un cáncer fulminante. Sin embargo, su idea de que la producción de remedios mediante la química sobrevive hasta nuestros días y los dueños de laboratorios farmacéuticos le prenden todos los días una velita en su honor.
Elementos y principios
Para el alquimista se debía trabajar con cuatro elementos: el fuego, el agua, la tierra y el aire siguiendo la herencia griega ya descrita. A su vez, había tres principios protoquímicos que se basaban en el uso de la sal de mesa, el azufre y el mercurio, lo cual explicaba porqué durante su auge escaseaban los termómetros.
El elemento agua, por ejemplo, se refiere a todos aquellos líquidos que según los procesos de transmutación de la alquimia podían convertirse en otros líquidos de gran utilidad. De este modo, los alquimistas lograron transformar el agua de una vertiente en orina utilizando un riñón estándar, pero el invento no sorprendió a nadie pues este método databa de tiempos del Génesis y aún antes. Casos de frustración de alquimistas aficionados de este tipo se veían muchos y a diario por esos días.
No fue sino hasta que lograron entenderse los principios de la física del fuego que se obtuvieron los primeros resultados alquímicos que luego derivarían en nociones de la química moderna como los reactivos, los reactantes y las reacciones (todo con "rea"). Fue entonces cuando se inventó la tostada, el huevo revuelto y el té caliente, por lo que algunos autores coinciden en considerar al desayuno como la primera aportación práctica de la alquimia.
Piedra Filosofal
- Artículo principal: Piedra filosofal
Para su trabajo, los alquimistas utilizaban pirita de hierro, pero como ese nombre no le daba ningún glamour al mineral lo llamaron "piedra filosofal", que en el comercio de la época se encontraba en dos presentaciones: blanca (para trasmutar materiales en plata), y roja (para transmutarlos en oro). El oficio puede haber aportado mucho a la química moderna, pero definitivamente no al comercio, porque bastaba con la piedra filosofal roja para llenarse los bolsillos de dinero.
La piedra filosofal además tenía dos características: mediante un sudoku de principios aristotélicos permitía aniquilar cualquier enfermedad dando la vida eterna. También facultaba de conocimiento absoluto del pasado y del futuro. La segunda de las propiedades resultó charlatanería pura, pero en cuanto a la vida eterna hay quienes aseguran que el 25% de los viejos que alimentan palomas en las plazas provienen de esos tiempos y gozan de excelente salud.
Elixir de la vida
Otro objetivo perseguido hasta el cansancio por los alquimistas era el elíxir de la vida, un preparado que permitiese llegar a la vida eterna.
Habitualmente, los sabios de las distintas tradiciones buscaron obtener este producto mediante diferentes métodos. El más popular fue la destilación, aunque los resultados más pudieron catalogarse de la "alegría de vivir" que de vida eterna propiamente tal. Son frecuentes las historias de personas solicitando a los alquimistas, luego de años de ingesta, que les hicieran aparecer un hígado nuevo por arte de magia.
Muchas teorías alquímicas mencionan el equilibrio del alma y el cuerpo como base para la vida eterna. El primero podía alcanzarse mediante el estudio de la Cábala, de La Biblia o poniendo la mente en blanco. Para lo segundo era frecuente preparar algún cocimiento en una marmita junto con metales pesados y beberlo todo de cabeza una noche de luna llena. Refinando gradualmente métodos como estos hoy podemos gozar de una existencia próspera, longeva y sana.
Alquimia en la actualidad
Transmutación nuclear
La idea de que molecularmente es posible transformar plomo en oro tiene asidero tanto teórico como empirico. De hecho, en 1980 Glenn T. Seaborg lo logró, salvo que el oro resultante era inestable y desapareció al cabo de segundos. Los administradores del laboratorio señalan que el metal no era inestable, sino que terminó en el bolsillo de Seaborg, y que en lo sucesivo el experto comenzó a llegar con camionadas de plomo a su lugar de trabajo. Seaborg lleva hoy una vida tranquila en las Islas Bahamas apartado de la ciencia.
Psicología analítica
Carl Jung observa en su obra Alquimia: la simbología oculta del sueño húmedo, que los signos utilizados en la alquimia tienen una gran similitud con los que podemos encontrar en los sueños humanos. El psicoterapeuta suizo señala que existe una estructura ancestral de los constructos simbólicos del inconciente, pero mientras avanzaba en su investigación le fue dando cada vez más sueño y por tal razón este trabajo forma parte de una de sus obras inconclusas que componen el dossier Almohadas de Jung.
Referencias
- ↑ Validado por Alejandro Jodorowsky
- ↑ Recomendación: No exhiban a personas con subscripción a Crunchyroll ésta imagen por el bienestar de ellos (o el suyo)