Michael Faraday
Nacimiento Defunción | 22 de septiembre de 1791 25 de agosto de 1867 |
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Estado actual | Retirado |
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Lugar de residencia | Ásatrú, sønnen av Odín |
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Sobrenombres | Ayudante de |
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Se dedica a | Vikingo, Físico, Químico, Campeón de los dioses nórdicos. |
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Origen | De un rayo |
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Hazañas logradas | El Generador, la Jaula Faraday, la Electrólisis |
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Relaciones | Con la electricidad |
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Enemigos | Los científicos que no lo tomaban en serio hasta que Maxwell lo rescató.
Loki |
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Obras | Constante de Faraday =96,485C |
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Poderes | Rayos y Truenos |
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Michael Faraday, "El guerrero", (Newington, 22 de septiembre de 1791 - Londres, 25 de agosto de 1867) fue un físico, químico y vikingo británico que estudió el electromagnetismo y la electroquímica. Fue discípulo del químico-monje Humphry Davy, y ha sido conocido principalmente por detener la tercera insurreción de los gigantes de hielo y por su descubrimiento de la inducción electromagnética y de las leyes de la electrólisis.
Del nacimiento del mundo y de Michael Faraday
De la guerra con los gigantes
En el principio, Odín, primero entre los dioses y padre de todas las cosas, junto con sus hermanos Villi y Ve, bajaron del reino divino de Asgard y crearon el mundo a partir del cuerpo de la primera criatura viviente, el rey de los gigantes de hielo. Ymir era su nombre y había sido creado junto con su raza cuando las abrasadoras chispas de la calida tierra de Muspell, al sur, se había encontrado con los deshielos de Niflheimr, la tierra fría del norte.
La guerra entre Odin y los gigantes se extendió por siglos, pero los dioses finalmente vencieron a Ymir, haciendo que su sangre ahoge a toda su estirpe, excepto a Bergelmir y a su esposa, que lograron ocultarse en las raices del inmenso fresno Yggdrasill, que crece en el centro del cosmos. Una vez victoriosos, los hermanos utilizaron los huesos de Ymir y sus hijos para hacer las montañas, sus cráneos para hacer la bóveda celeste, y con su sangre hicieron los mares. Luego, colocaron en el firmamento las estrellas, el sol y la luna.
De la creación de la humanidad
Un día, cuando Odín y sus hermanos caminaban por la playa, admirando su nueva creación, encontraron dos troncos de árbol: un fresno y un olmo, a los que dieron vida y así crearon al primer hombre y a la primera mujer, Askr y Embla, a los que se les cedió esa tierra, a la que después se llamó Midgardr, para que vivieran.
El tiempo pasó y los humanos se multiplicaron, viviendo de la caza y la agricultura. Se cuenta que los enanos de Nidavelir les enseñaron a minar metales de la tierra y a fabricar armas y herramientas y que los elfos de Aflheim les enseñaron a escribir poesia y a hacer música y danza para acompañarla.
Pero durante esos años, los hijos engendrados por el gigante Bergelmir salieron finalmente de su escondite y atacaron por sorpresa las tierras de Midgardr con intención de llegar hasta el Valhalla, la fortaleza de Asgard. Y tan fiero e iracundo fue el ataque que hubiese exterminado a la humanidad de no ser por la astucia del hermanastro de Odin, Loki, quien engañó a los enanos para que fabricasen el martillo Mjollnir, destructor de montañas, el que nunca fallaba a su objetivo y se lo entregasen a Thor, dios del trueno, quien era el único lo suficiente fuerte para blandirlo por ser hijo de Odin y de Fjörgyn, la tierra. Y así, gracias a esta poderosa arma, los gigantes fueron expulsados y confinados al fondo del mar y Thor fue nombrado celador de su prisión submarina y protector de toda la Tierra Media.
Del nacimiento de Michael Faraday
Miles de años después, cuando la estirpe de Askr se había vuelto débil y perezosa por haber olvidado su origen y vivían ignorando la amenaza del mal de los gigantes, la influencia de este comenzó a agitarse de nuevo en los corazones de las bestias vivían en las profundidades océano. Pero Thor lo notó y sabiendo que no podía abandonar su puesto y que tenía poco tiempo que perder, decidió engendrar un hijo, un héroe que alertase a los humanos del peligro que correrían y que los preparase para la batalla que se avecinaba.
Entonces Thor ordenó a su martillo que transporte su simiente y lo lanzó a los cielos, dónde se transformó en un gigantesco rayo. Muy lejos de allí, en Newington Butts, una parte suburbana de Surrey aproximadamente a una milla al sur de Londres, una joven doncella de nombre Margaret Hastwell, esposa de un herrero, lavaba despreocupadamente la ropa. Entonces, todo a su alrededor se oscureció y ella llevó su mirada al cielo, donde vio un cúmulo de nubes negras que se arremolinaban amenazadoramente. Temiendo una tormenta, Margaret se apresuró hacia la casa, pero antes de llegar a la puerta fue alcanzada por un rayo.
Nueve meses después y al amparo de los truenos de Thor, el 22 de septiembre de 1791 dió a luz a Michael Faraday, el guerrero.
De su origen y de su nombre
De su tiempo con Humphry Davy
Michael Faraday creció en la pobreza tras la muerte de James, su padre mortal, así que desde los 8 años trabajó como aprendiz de un encuadernador de libros llamado Riebau. Más allá de no haber asistido nunca a la escuela, Michael adquirió grandes conocimientos de Quimica, Muay Thai, Física, Tejido en Crochet y Matemática gracias a los libros que leía a escondidas mientras encuadernaba. Sin embargo, cuando Riebau se enteró de que leía sus libros sin permiso, contrató a una banda de niños callejeros para que le diese una lección a Faraday.
Y así una tarde, mientras el pequeño Michael iba a comprar pan para su madre, noventa huerfanos salidos de las pesadillas de Dickens lo emboscaron mientras cruzaba el paso de las cabras, en las montañas del norte y lo atacaron montados en perros. Sin perder un segundo, Faraday utilizó sus conocimientos en quimica para improvisar un mechero de azufre con elementos varios que encontró en el piso y utilizó su fuego para mantener raya a los niños y a sus canes durante 5 días y sus noches. Finalmente, al amanecer del sexto día, un químico de nombre Humphry Davy llegó desde su santuario en los picos helados y utilizando sus poderes, devolvió a los huerfanos a la fosa de donde salieron.
Entonces Davy, impresionado por la habilidad de lucha del muchacho, habló a Faraday y le dijo que se dirigía al Instituto Real de Londres, a dar lecturas sobre la composición de los metales alcalinos terreos y le preguntó si deseaba acompañarlo como su asistente. El joven aceptó, y así fue como Humphry Davy lo tomó bajo su ala y mientras recorrían Suiza, Francia, Italia y Bélgica le enseñó los caminos del guerrero y del químico y le presentó a héroes legendarios, como Alessandro Volta y André Ampère. Sin embargo, como en esa época las Guerras Napoleónicas aún tenían lugar, Faraday y Davy debieron defenderse constantemente de los ataques de los ejercitos del emperador de Francia y durante esos combates, descubrieron el yodo a partir de algas quemadas por el inestable mechero que Michael había inventado.
De Megingjörð y La fuerza del guerrero
En 1815, a Humphry Davy le llegó una carta del lecho de muerte de Margaret, la madre de Faraday, quién le contó la verdad del origen de Michael como hijo de Thor y guerrero elegido, tal y como se la habían revelado los truenos la noche de su nacimiento. Pero al enterarse Davy de las noticias, derramó accidentalmente en su estupor el tubo de ensayo con tricloruro de nitrógeno con el que estaba experimentando, provocando una gigantesca explosión, que pulverizó al químico junto con su laboratorio y su carta.
Entonces, devastado por lo sucedido con su mentor y rechazado por la comunidad científica que ya no lo consideraba un caballero digno sin su maestro, Faraday decidió volver a Inglaterra a visitar a su madre. Cuando llegó allí y se enteró de la muerte de esta, cayó en una profunda depresión hasta que una noche, mientras yacía tristemente bajo un fresno en la costa del Támesis, fue atacado por una gigantesca morsa, un sirviente de los gigantes que sabía de la sangre divina de Michael e intentaba matarlo antes de que cumpla con su destino. Pero el joven, gracias a sus años de estudio y entrenamiento se defendió valientemente hasta que la sangre de Thor se despertó en sus venas y un relámpago brotó de sus manos partiendo en dos a la bestia.
Inmediatamente, el sorprendido joven encontró un gigantesco cinturón de cuero ajustado magicamente a su cintura que duplicaba su fuerza cuando lo llevaba puesto. El cinturón poseía la inscripción "Megingjörð, la fuerza del guerrero" y cuando Faraday la leyó en voz alta, la atronadora voz de Thor hizo temblar todo el lugar: "Hasta el final seguirás siendo, simplemente, Michael Faraday, el Guerrero". Y así fue como Michael consolidó su reputación como guerrero y como juró desentrañar los secretos de la electricidad.
Michael y Sarah
De Sarah Barndard y el desafío de Dalton
Michael Faraday aun no se había enamorado jamás, a pesar de que, por ser un guerrero y químico tan famoso en Inglaterra, muchas doncellas se le habían acercado en esos años tratando de enamorarlo. Los jefes y los señores de los clanes científicos le sugerían a menudo que buscara una esposa, pero ninguna de las jóvenes lograba despertar su corazón.
En 1821, fue invitado a una conferencia de física y allí conoció a la hermosa y codiciada Sarah Barnard, hija de un astuto físico llamado Samuel Barnard que tenía su castillo en las afueras de Edinburgo. Faraday se enamoró de ella al instante y pidió su mano, pero el padre se negaba a la unión, ya que a Michael aún le faltaba consolidar su reputación como científico. Entonces John Dalton, el sheriff del pueblo, sugirió que si Faraday lograba arrancar el Mjollnir de la roca donde se había incrustado después de caer del cielo, entonces sería digno de casarse con la hija de Samuel Barnard.
Faraday aceptó el reto y se retiró a su laboratorio. Pasó mucho tiempo tratando de idear un químico que derritiese la roca y tratando de construir un motor eléctrico que multiplicase su fuerza a partir del estudio de su cinturón mágico, pero no tuvo éxito.
Ya estaba considerando darse por vencido cuando un cuervo se posó en su ventana y le dejo un mensaje de su amigo William Whewell que traía la solución a su problema: Utilizaría sus poderes como hijo de Thor para generar una corriente eléctrica que pasaría por una barra de metal incrustada en la piedra, así la barra se transformaría en un electrodo donde al ser puesto en solución acuosa de HCL, se depositaría el calcio que formaba la roca que mantenía fijo al martillo. Sus primeros intentos fracasaron, porque tenía dificultades al controlar sus poderes.
Del poder del Mjollnir y la electrólisis
Entonces el cuervo volvió a su ventana y se presentó como Huginn, uno de los cuervos de Odín. Huginn le contó de la existencia de Járngreipr, los guantes sagrados de Thor, que estaban guardados en una cueva en Noruega protegidos por una nube de gas tóxico, pero que le darían el poder que necesitaba. Sin perder un segundo, Faraday invocó a su carro conducido por su auriga Avogadro, quién tambien poseía poderes mágicos y juntos partieron hacia Escandinavia.
Una vez en la cueva, utilizaron los conocimientos aprendidos de Humphry Davy, el viejo mentor de Michael, para licuar el gas tóxico y hacerse paso para recuperar los guantes de Thor, tras lo cual, regresaron a Inglaterra.
En el camino de regreso, Michael desarrolló sus leyes de la electrólisis:
- El cambio químico producido en la electrólisis es proporcional a la carga de electricidad que pasa por el Mjollnir.
- La carga requerida para depositar o liberar una masa m viene dada por la ley de Faraday, que determina la carga electrica de un mol de electrones.
Estas leyes, junto con los guantes de Thor, resultaron vitales para la extracción mediante electrólisis del Mjollnir de la roca encantada. Pero luego de que el hijo de Thor cumplió con su parte del trato, Samuel Barnard no cumplió con la suya ya que no quería entregarle a su hija en matrimonio.
Sarah había sido encerrada por su padre en las mazmorras de su castillo protegido por cientos de soldados, lo que hacía imposible el acceso a ella, excepto para un héroe como Michael Faraday. Y en efecto él, con la ayuda del martillo de Thor y las guardas mágicas que le proporcionó su amigo Avogadro, logró matar a todos los guardias y hacerse paso por el castillo hasta rescatar a Sarah, a quien hizo su esposa.
Faraday ya había demostrado su poderío, tanto en el laboratorio como en el campo de batalla, y realmente se había tornado en un ser invencible, lo que lo transformaba en el gran guerrero de los dioses.
Michael Faraday, El Guerrero
Del despertar del enemigo y el estudio del electromagnetismo
En los años que siguieron, Faraday conitnuó trabajando en su dojo-laboratorio, a fin de estar listo para hacer frente a una amenaza que podía percibir nebulosamente en el futuro por medio de su intuición sobrenatural. Sus trabajos en estos años se basaron en el estudio de culturas antiguas y así fue como aprendió mas acerca de su linaje divino y como al fin pudo identificar a los gigantes de Jotunheimr, los descendientes de Ymir, como a sus enemigos. Sospechando que el Mjollnir no sería suficiente para contener esta vez a los monstruos, comenzó a viajar por Europa a reunir seguidores mientras concentraba sus estudios en la electricidad y el electromagnetismo, con el fin de fabricar alguna clase de trampa que mantuviese a sus enemigos encerrados, esta vez para siempre.
Pero antes de que pudiese completar su teoría, los siervos de los gigantes se pusieron en movimiento. En un principio, nada pareció demasiado fuera de lo ordinario. El único indicio fue que algunos animales marinos comenzaron a crecer en mayor tamaño y a mostrarse más agresivos que de costumbre. Luego, varios navíos fueron golpeados por ballenas cuando cruzaban los mares del norte y algunos investigadores desaparecieron al internarse a investigar la inusual actividad de las morsas en territorio ártico, incluyendo a su viejo amigo, William Whewell.
Esto le bastó a Faraday para ubicar la guarida de los gigantes en alguna parte del polo norte, y fue allí donde se dirigió en su barco dragón, acompañado por supuesto de su fiel auriga, Avogadro y por un ejercito de físicos vikingos que había reclutado en las universidades europeas. En su barco, tambien llevana los tres tesoros que había heredado de Thor: el martillo Mjollnir, el cinturón Megingjörð y los guantes Járngreipr.
Del duelo en el Polo Norte y la Jaula de Faraday
Las heladas tierras del norte fueron una dura prueba para Faraday y sus hombres: Las poderosas ventiscas de hielo les dificultaban el avance y la obtención de alimento, así que se movian con lentitud. Además, su presencia no pasó desapercibida por las morsas sirvientes de los gigantes, quienes atacaban el campamento de Faraday por las noches, provocando que mermasen sus fuerzas.
Finalmente, el ejército de Faraday alcanzó la fortaleza de las morsas, que se rumoreaba ubicada sobre la entrada a Jotunheimr, el mundo de los gigantes y la sitió. El asedio duró varios días, pero al anochecer del séptimo, Michael se subió a su carro y lo condujo alrededor de las murallas de la fortaleza retando a Odobenus, el rey de las morsas, a un combate singular. Obligado por el antiguo código de honor, Odobenus aceptó.
Tres días duró el combate entre Faraday el guerrero y el rey morsa, y cuando terminó, no quedó morsa en pie que llorase la derrota de Odobenus y la destrucción de su fortaleza, pues si bien los poderes del rayo que el Mjollnir esgrimía eran contrarrestados por los colmillos-pararrayo del mamífero marino, su fuerza no se comparó al poder que le otorgaba a Faraday su ciencia.
Tras asestarle a su oponente el golpe final, Michael Faraday le ordenó a Avogadro que guíe a lo que quedaba de sus tropas a perseguir y liquidar a los demás servidores de los gigantes en el polo norte, lo que efectivamente hicieron, mientras que Faraday se ponía a trabajar.
El efecto que el rayo produjo en los colmillos de Odobenus le dió la pista final para completar su artefacto: La legendaria Jaula de Faraday, que construyó con el cráneo y los huesos de su enemigo caído, como tanto tiempo atrás había hecho Odin. Una vez completada, la jaula fue puesta alrededor de la entrada al mundo de los gigantes, sellándolos allí de una vez y para siempre.
Bibliografía
- Doyle, John Brian. Cuentos y leyendas celtas - Buenos Aires - Andrómeda, 2004
- Borges, Jorge Luis. Historia de la eternidad - Buenos Aires - Emecé Editores, 2005
- Angelini, María del Carmen. Temas de química general - Buenos Aires - Eudeba, 2008
- Philip, Neil. Mitos y Leyendas - Buenos Aires - El Ateneo, 2000
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Este artículo ha sido traído desde ultratumba, lugar del eterno descanso de Frikipedia: Michael_Faraday |