Nabucodonosor II

De Inciclopedia
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
IconoWorking.png ¡Hay gente trabajando en este artículo o sección!
Vamos, no te arriesgues. ¿Prefieres editar un artículo o conservar tu vida? Circule...
A menos que lleve 40 días abandonado, entonces sí edítalo

Nabucodonosor II fue rey de Babilonia durante 605-562 a. C., tiempo más que suficiente para destruir Jerusalén tan completamente que los judíos todavía —hoy, en el siglo XXI— mencionan su nombre con el mismo tono que usan para Hitler. Para construir jardines que nadie ha encontrado pero, extrañamente, todos recuerdan. Y para volverse animal durante siete años: comportarse como bestia, comer hierba, crecerse uñas como garras. Del cual episodio salió, no con una camisa de fuerza, sino con más poder y un decreto que obligaba a todo el mundo a adorar a su dios favorito.

Su nombre, en akadio, significa "Nabu, protégeme". Nabu no lo protegió. Lo dejó solo con un imperio, con la certeza de ser dios y con una esposa que odiaba la llanura mesopotámica con pasión bíblica.

Acceso al trono

Murió su padre Nabopolasar justo cuando él volvía de humillar a Egipto en Carchemish. Conveniente. El mensajero, por cierto, tuvo que esperar tres días fuera de la tienda real porque Nabucodonosor estaba ocupado contando prepucios de enemigos muertos para un collar que nunca usó. Hasta para un babilonio, le pareció de mal gusto.

Su primer decreto al subir al trono fue exigir que todos los constructores de Babilonia aprendieran a hacer ladrillos con su nombre. Cada uno. Todos. Los constructores, claro, intentaron sindicato. Nabucodonosor disolvió la reunión soltando dos leones hambrientos en el salón. Desde entonces, los ladrillos se hacían con nombre real o sin dedos.

Construcciones

La Puerta de Ishtar era tan azul, tan luminosa y tan ostentosa que los vecinos de Babilonia ponían cortinas de paja para no despertarse con el reflejo matutino. Incluía dragones en relieve que él insistía —insistía— en llamar perros de Marduk. Costó quince años de PIB. Nabucodonosor respondía que eran sus mascotas de piedra. Los que tenían problemas con eso dejaban de tener problemas. Permanentemente.

Los Jardines Colgantes, supuestamente para Amitis, su esposa meda, que extrañaba las montañas de su tierra. Nabucodonosor, en un gesto que los sacerdotes calificarían de sobredosis de poderío, amontonó terrazas de vegetación sobre columnas de piedra y las regó con doscientos esclavos jalando cuerdas todo el día. Llamó esto gimnasio al aire libre gratuito para el pueblo. Los esclavos lo llamaron motivo de rebelión número uno. Hasta hoy, ningún arqueólogo ha encontrado evidencia física de la obra. Un jardinero caldeo dijo haberlos visto, pero se había comido las pruebas. Literalmente. Decía que eran hojas de cedro, pero los arqueólogos solo encontraron migajas.

El Ziggurat de Marduk se desplomó cuando el único avión de barro del mundo se estrelló contra ella. No había aviones de barro antes. No había rascacielos de barro antes. Solo ese día, solo esa torre. Nabucodonosor declaró que era el plan desde el inicio: primera demolición controlada de la historia, cobró el seguro del imperio y usó el dinero para construir otro muro.

Judá

La relación de Nabucodonosor con Judá era como la de un gato con un ratón que se niega a morir solo porque el gato quiere que muera. Primero invadió en 597 a. C., se llevó a Joacim en primera clase (esposado) e instaló a Sedecías como monarca títere con un manual de cincuenta puntos: no alíes con Egipto, da like a mis proclamas en ArcillaBook.

Sedecías rompió el contrato y el manual, lo cual sorprendió a Nabucodonosor tanto como una cucaracha rehusándose a ser aplastada. Volvió en 587 a. C., sí, pero sin paciencia, sin manualidades, solo ejércitos y fuego. Destruyó Jerusalén, quemó el Templo y organizó el primer tour forzado de judíos. No era exilio, era retiro espiritual en Babilonia. Vendía camisetas: Fui deportado por Nabucodonosor y todo lo que conseguí fue esta tablilla y maldición intergeneracional.

Mientras judíos lloraban junto a los ríos de Babilonia, Nabucodonosor gritaba desde la muralla: Cantad canciones sionistas ahora, clichés ambulantes. Ahí tienen su río para lágrimas.

Tiro

Trece años asediando Tiro (586-573 a. C.). Los tirios, burlándose desde las murallas, recibían suministros por barco. Nabucodonosor construyó un dique. Los tirios lo usaron como muelle. Construyó otro dique. Lo usaron como extensión de su puerto deportivo. Al final, desistiendo con el orgullo de quien acepta que su esposa tiene razón tras diez años de debate inútil, firmó una paz donde Tiro seguía independiente pero mentalmente conquistada. Facturó el asedio completo al erario y se lo aprobó a sí mismo sin que nadie del consejo se atreviera a revisar los recibos.

Locura

El Libro de Daniel —el reality show del Antiguo Testamento— cuenta que perdió la cordura siete años completos. Comió hierba, creció uñas como garras, pelo como crines, y estuvo a cuatro patas balbuceando decretos incomprensibles. Curiosamente, su corte gobernó sin él y nadie notó diferencia en la calidad de las decisiones. Un sacerdote confesó en su diario: Hoy el rey emitió decretos en balbuceos incomprensibles. Ayer también. No sé si está loco o si es jueves.

Tras siete años, Nabucodonosor despertó en un campo, cubierto de baba y hierba seca, y su primera acción coherente fue promulgar un decreto obligando a todos a adorar a Marduk. Los sacerdotes asintieron mientras pensaban: Está peor, pero al menos habla en oraciones completas.

Muerte y sucesión

Murió en 562 a. C. de causas naturales, que en lenguaje de corte significa no soportarse a sí mismo. Sus últimas palabras: Al menos dejé cosas que durarían para siempre. No duraron.

Su hijo Amel-Marduk heredó el imperio, la deuda de los jardines y ser hijo de rey famoso. Duró dos años. Lo mató su suegro, quien lo miró mal en una cena oficial y decidió que era motivo suficiente para evitar más vergüenza. La dinastía caldea sobrevivió hasta que Ciro el Grande llegó a Babilonia, encontró las puertas abiertas porque el guardia estaba en su quinta siesta, y actualizó el sistema político del imperio.

Legado

En la Biblia

El Antiguo Testamento lo presenta como verdugo divino de Judá, soñador de estatuas gigantes de oro, y único monarca que necesitaba profeta para interpretar sus sueños. Los teólogos cristianos lo usan como ejemplo de orgullo que precede a la caída. Los judíos, como ejemplo de por qué necesitamos Estado propio con defensa anti-babilonia. Ambos lo odian, pero por razones totalmente distintas.

En la arqueología

Los arqueólogos lo odian y aman simultáneamente. Cada tablilla dice básicamente: Yo, Nabucodonosor, construí esto, soy el mejor, Marduk me ama, los demás reyes apestan. Es el primer blogger de la historia, pero en arcilla. Encontraron tablilla donde escriba confesó: Día 3,944: Sigo grabando proezas del rey. Mi mano está contracturada. Inventé mi propio dios para que me mate.

En la cultura pop

Verdi compuso Nabucco, ópera donde esclavos judíos cantan "Va, pensiero" mientras Nabucodonosor se pregunta por qué todos le dan la espalda. Tan exitosa que Verdi pudo pagar sus deudas y comprar un jardín colgante de verdad (macetero grande para su sala).

En Age of Empires es unidad épica con habilidad Destruye Jerusalén. Los jugadores lo usan para ganar rápido pero luego se sienten tan sucios que necesitan ducharse con jabón antibacterial.

Plantilla:Reflist 1. ↑ Crónicas Reales de Babilonia, edición condensada porque Nabucodonosor se quejaba del costo de la tinta de cuneiforme. 2. ↑ Carta de un constructor a su familia: El rey me hizo escribir su nombre en 40,000 ladrillos. Mi mano está muerta. Envíen ayuda y un abogado. 3. ↑ Diario de Sedecías, rey de Judá: Día 1 del exilio: no sé por qué me pasa esto. Día 2: Ah sí, por romper el tratado de forma estúpida. 4. ↑ Testamento de un chivo expiatorio caldeo: Nabucodonosor me dijo que cargara con sus pecados. Dije beeeh. Le ofendió profundamente.