Babilonia
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| Lema | «Si tu ciudad no tiene un ziggurat de 91 metros, no es una ciudad, es un puesto de frutas.» |
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| Establecida | 2300 a.C. (fecha de Wikipedia), 4000 a.C. (fecha que usan los guías turísticos) |
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| Tipo de Gobierno | Monarquía absoluta con asesoramiento astrológico obligatorio |
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| Alcalde | Nabucodonosor II (en espíritu, porque su estatua la saqueó el Louvre) |
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| Situación | Entre dos ríos que solo sirven para mosquitos y disputas fronterizas |
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| Población | 200 000 habitantes en su apogeo, 50 000 alemanes con cámaras y calcetines en sandalias en la actualidad |
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| Gentilicio | Babeliano, «Ladrillero de arcilla premium» |
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| Himno | Ento-ENLIL! (el himno que nadie puede corear) |
Babilonia fue, es y será un montón de barro al sur de Bagdak (hoy Ciudad Hussein), pero antes de ser barro histórico, era barro importante siendo la ciudad más ciudadesca de Memesopotamia y capital de un número indeterminado de imperios, imperiotes e imperiítos tales como el Babilónico Antiguo, el Neobabilónico, el aqueménida o el futuro Imperio del Estado Islámico, entre otros.
La ciudad también albergó la Torre de Babel, con el noble propósito de tocarle los ovarios a Dios pero sólo logró que los albañiles hablaran sèver lA; los Jardines Colgantes, que eran jardines que colgaban y por eso no se han encontrado, porque los buscan en el suelo en lugar de colgando; y el Código de Hammurabi, que era fetichista con las partes corporales de la gente. La ciudad fue tan imperio que los hebreos se hebrearon 70 años sin calendario de salida, y Alejandro Magno se alejandrizó allí para siempre porque le pareció magno hacerlo.
Historiografía
Reconstruir la historia de Babilonia es como querer armar el historial de tus ligues usando solo los condones usados que tu roommate tiró por el balcón, los mensajes borrados de tu ex y las historias que contaron los que te odiaban. El resultado es una ciudad que fue puro ladrillo secándose al sol y que hoy es un montón de polvo que se desmorona cada vez que un arqueólogo estornuda.
Las fuentes escritas
El máximo representante fue Heródoto (el famoso hombre-lobo griego), que llegó a Babilonia con la excusa de estudiar costumbres antes que las costumbres lo estudiaran a él. Contó que las murallas eran tan anchas que arriba podían hacer rally cuatro cuadrigas al mismo tiempo (cuando llegó ya no había murallas), que la reina se bañaba en leche de burra (ya no había burras) y que todas las mujeres, absolutamente todas, tenían que ir al templo a abrirse de piernas con el primer desconocido que echara monedas (llevó todas las monedas por si a caso); Luego están los hebreos, que después de que Nabucodonosor los pusiera a trabajar de obreros y les prohibiera hacer fogatas los sábados para asar bueyes, se vengaron en grande escribiendo porque militarmente nunca pudieron: la convirtieron en “la Gran Ramera”, la madre de las putas y de todas las abominaciones (la cancelaron para toda la eternidad echando chisme); Y finalmente las tablillas de arcilla, millones de trozos de barro donde el 98% son facturas de cerveza agria, contratos de esclavas “probadas y aprobadas”, quejas porque el cobre estaba mezclado con mierda y cartas de clientes furiosos porque su pedido de 200 ánforas de vino llegó aguado y con sabor a meo de camello (como si eso fuera algo malo).
Arqueología
En 1899 aterrizó Koldewey, vio la Puerta de Ishtar y se la llevó antes que se la quede un francés. Desmontó todo, ladrillo por ladrillo, metió a los dragones en cajas que ponían «no abrir, están cabreados» y se los llevó a Berlín donde desde entonces viven, pero los iraquíes no pueden entrar a verla por revoltosos.
En los 80 apareció Saddam mandó a sus obreros a pegar ladrillos nuevos encima de los antiguos con su nombre grabado en letras gordas, el resultado fue una Babilonia fake; En 2003 llegaron los yankis e hicieron drifting encima de los templos, el suelo milenario se hizo tortilla. Los soldados llenaron sacos de arena con tierra sagrada y se llevaron medio yacimiento en bolsas que luego usaron de almohada. Un capitán hasta se llevó un león alado entero porque quedaba bien en el jardín de casa. Y eso contado ha sido lo más éticamente aceptable de la historia.
Historia
Orígenes
Babilonia arrancó como un villorrio tan patético y olvidado que ni los sumerios, expertos en saquear todo lo que brillara un poco, se bajaban del carro para robarle. A lo sumo paraban ahí para mear en el Éufrates y seguir viaje. Su gran invento milenario fue darse cuenta de que si dejabas el barro del río al sol, se ponía duro como la cabeza de <inserta tu nombre aquí>. Lo bautizaron “ladrillo” y lo vendieron como revolución tecnológica a ciudades estúpidas, tipo Ur y Uruk, que pagaron gustosas por no tener que seguir apilando cañas como primates.
Durante siglos nadie tenía ni idea de quién había fundado el sitio, así que los reyes se lo adjudicaban. Unas tablillas juran que Sargón de Acad la levantó enfrente de Agadé para presumir, otras que la fotocopió, y otras que simplemente pasó por ahí, la vio y dijo “esta me la apunto”. La Biblia insiste en que fue obra de Nemrod, el cazador legendario; Nemrod, por su parte, niega toda responsabilidad y amenaza con demandar por difamación.
Cuando los amorreos salieron del desierto con sed y malas pulgas, Babilonia fue lo único decente que pudieron conquistar. Como no tenían plan B, la inflaron hasta que pareciera importante. Tras el colapso del Imperio de Ur III en 2004 a. C., la ciudad se convirtió en el gratis total de Mesopotamia: todo el mundo pasaba, cogía lo que quería y se iba silbando.
Luego llegaron los gutas, unos highlanders tan encantadores que los sumerios, para no gastar tinta en insultos, les dibujaban directamente cabeza de perro en las tablillas. Su dios era aún más feo que el anterior (y eso ya es mérito) y parecía haber perdido un concurso de belleza contra una gárgola. Babilonia aguantó el mal rato estoicamente hasta que dijo “basta ya” y rescató del retiro a Marduk, que regresó con cara de estatua que ha visto cosas y ya no quiere ver más.
Primer periodo imperial
La Primera Dinastía Babilónica comenzó cuando el amorreo Sumu-Abum convirtió la ciudad en un reino pequeño, independiente y con ambiciones poco realistas. Su sexto rey, Hammurabi (no confundir con el de Dragon Ball), llevó esas ambiciones directamente a toda Mesopotamia lo que era lo peor que alguien podía hacer, y funcionó gracias a que vio Better Call Saul y aprendió leyes.
Mandó tallar el Código de Hammurabi, 282 leyes grabadas en piedra para que nadie pudiera fingir que no las había visto (leer es otra cosa, porque solo Hammurabi sabía leer, por eso hacía las leyes que sus cojones querían). El sistema era claro: si robabas un pan, te cortaban la mano, y si robabas una mano, te cortaban el pan.
Tras su graciosa muerte aplastado por su esposa, el imperio empezó a desarmarse. Aparecieron revueltas, enemigos y pueblos con nombres largos. Los hititas entraron, saquearon Babilonia y se llevaron la estatua de Marduk, que a esas alturas acumulaba más viajes que un comerciante fenicio. Después llegaron los kassitas, un pueblo tan persistentemente aburrido que gobernó siglos sin dejar frases memorables. Su diplomacia consistió en regalar caballos y no molestar. Funcionó tan bien que durante generaciones nadie recordó que estaban ahí, y aún se desconoce que existieron.
Crisis y dominio asirio
Asiria esperó al norte lamiéndose los bigotes de los pies y mandaron tropas con letreros de "¡venimos a liberarlos!" Las tropas plantaron bases "temporales" en cada zigurat, cobraron impuestos por cada tinaja de agua del Éufrates y exportaron petróleo a precios de ganga. Babilonia respondía coronando reyes propios, sacaban a Marduk con tambores, las ciudades mandaban tablillas de "gracias pero no".
Senaquerib explotó en el 689 a.C. porque Babilonia seguía sin vender el petróleo barato ocultando armas de destrucción masiva. Ordenó liberar Babilonia arrojando piedras hasta que los muros se rindieron solos, soltaron camellos bomba, saqueando de puerta en puerta para encontrar las armas nucleares (encontraron solo ollas y tablillas con chistes de escribas) y desviaron TODO el Éufrates como tsunami.
Asarhaddon vio el cráter lleno de petróleo y decidió que la liberación no podía quedar a medias. Mandó rellenar el agujero con esclavos y ladrillos (financiados con préstamos asirios al 347% de interés), levantó templos gigantes con carteles de democracia instalada: no se aceptan devoluciones y trajo a Marduk de vuelta, aunque ya no quería volver. Assurbanipal llegó ganó la revuelta, ejecutó cabecillas frente al zigurat, deportó caravanas y saqueó bibliotecas enteras "para proteger el patrimonio". Cargó tablillas en carros blindados llevándoselas a Nínive, por fin había libertad.
Apogeo neobabilónico
Cuando el poder asirio se agotó por falta de asiriíta y regresaron a su planeta, Nabopolassar tomó la ciudad, fundó el Imperio Neo-Babilónico (en honor a Neo) y le entregó la corona a su hijo para retirarse a Disney, Nínive.
Nabucodonosor II (reconocido por vender chatarra en Matrix) heredó el imperio y su primera orden fue construir el Etemenanki (Torre de Babel para los que mienten en todo) tan alto que desde la cima se le pueda picar el culo al cielo. La torre alcanzó el piso 9001, se inclinó y se cayó de lado sobre el servidor de idiomas del mundo. El impacto partió el idioma único en siete trozos. Cada pedazo aterrizó en una tribu: hebreos hablaron hebreo, persas persa, chinos mandarín, olmecas proto-náhuatl. Yahvé bajó en una nube y se adjudicó el acto de terrorismo, aunque no había hecho nada.
En 597 a. C., el rey deportó a los judíos en paquetes familiares con destino Babilonia, categoría exilio sin devolución, porque eran hebreos y debían tener experiencias lindas de qué escribir. Llegaron, colgaron las arpas porque cada nota costaba cinco ovejas y eran pobres (o solo fingían serlo para dominar el mundo), y se sentaron a escribir el Salmo 137 quejándose de todo.
Mientras tanto, la reina Amytis vio el desmadre desde su ventana y le dijo a Nabucodonosor: "esto parece un basurero, ponle algo verde". El rey prometió un jardín que cuelgue como las tetas de ella, así nacieron los Jardines Colgantes de Babilonia. Los arqueólogos lo buscan capa tras capa en el suelo del desierto, pero nunca lo van a encontrar porque lo buscan en el piso cuando el jardín era colgante y debe estar enterrado en el aire.
Con el imperio roto por idiomas y la bancarrota de proyectos, el trono se convirtió en puesto temporal. Amel-Marduk duró dos años, lo que tarda un ladrillo mal cocido en desmoronarse. Neriglissar duró cuatro, tiempo justo para revisar el presupuesto y ver que Nabucodonosor dejó todo en números rojos. Labashi-Marduk duró nueve meses, ni completó el período de prueba. Nabonido miró el desastre y se fue al desierto, dejando Babilonia gobernada por funcionarios que seguían tramitando el permiso de construcción de la muralla de Nabucodonosor.
Dominio persa y helenístico
En 539 a. C., Ciro el Grande entró en Babilonia sin batalla porque la ciudad abrió las puertas porque era más barato que pagar un curso de defensa. Respetó templos, mantuvo sacerdotes y permitió que los dioses siguieran en sus puestos, con tal de que firmaran un contrato de no hacer olas ni eclipses sin avisar. Cuando aparecieron dos payasos reclamando el trono, Darío I los envolvió en papiro y los mandó por correo a Persépolis con sello de "devolver al remitente".
Alejandro Magno llegó con la idea de convertirse en rey del universo y Babilonia en su capital. Ordenó desmontar el ziggurat para construir uno nuevo con jacuzzi. Un día, mientras se bañaba en la cima, se resbaló con un jabón. Cayó rodando desde el piso 87 durante tres días, acumulando velocidad y visitando cada estrato cultural del zigurat en el camino. Murió al final del tercer día, para no ofender su legado, sus generales dijeron que murió de sífilis que le contagió Hefestión.
Seleuco I fundó Seleucia justo al lado porque Babilonia tenía mal feng shui, olía a templos quemados del siglo VII a.C. y los fantasmas de los reyes pasados no dejaban dormir a los funcionarios. Era más fácil empezar de nuevo que llamar a un exorcista.
Partos y sasánidas gobernaron mientras Babilonia se reducía a aldea con pasado glorioso y presente olvidado. Judíos, cristianos y musulmanes siguieron visitando pozos, tumbas y recuerdos, pagando a guías locales que inventaban historias al vuelo. Viajeros medievales la describieron como Babilonia: ahora con 70% menos babilonia.
Lugares
Babilonia no es solo una puta (sic Biblia) también es una zona arqueológica donde la principal atracción es imaginar cómo sería todo si estuviera entero. Las ruinas incluyen:
- El Ziggurat de Etemenanki: Cimientos de 15 metros. Sí, solo cimientos. Es como visitar un sótano y decir wow, qué casa. Los arqueólogos prometen que antes era impresionante, igual que tu abuela con las fotos de su juventud en Playboy.
- La Puerta de Ishtar: La original está en el Pergamon Museum de Berlín. En Babilonia hay una réplica de concrete pintada de azul, hecha en China.
- El Palacio de Nabucodonosor: Restos de muros donde se ven relieves de leones (como les gustaban los leones, por eso no dejaron ninguno en el desierto). Los turistas alemanes se emocionan. Los guardias iraquíes les cobran 10 dólares por foto y 20 por no hacer preguntas incómodas sobre los derechos humanos.
- El Museo de Babilonia: Destruido por ISIS en 2015. Ahora es un cráter temático donde las etiquetas de las vitrinas dicen Aquí había un [OBJETO DESTRUIDO] del año 1800 a.C., gracias Abu Bakr al-Baghdadi.
- Camp Alpha: La base estadounidense dejó tanques, cadenas de humvee y una letrina que es considerada patrimonio cultural de la ocupación. Patrimonio intangible si algún día se llena.
Economía
La economía babilónica descansaba en la agricultura de riego, que consistía en engañar al Éufrates para que regara campos que no quería regar. El comercio se basaba en exportar ladrillos de barro a ciudades estúpidas que no sabían que el barro estaba justo ahí, bajo sus pies, e importar cosas inútiles como tinta de caracol púrpura (para escribir cartas que nadie leía) y madera de cedro (para hacer armarios de lujo en casas que se caían a los diez años porque el barro no aguantaba el peso). El sistema monetario era el shekel de plata, pero como la plata escaseaba, la economía real funcionaba con deudas, promesas, y tablillas de «te debo» que se vendían de mano en mano hasta que nadie sabía a quién le debía qué. Entonces el rey decretaba amnistía, se quemaban las tablillas, y todo empezaba de nuevo porque el sistema estaba diseñado para que los ricos acumularan shekels y los pobres acumularan más tablillas.
Los templos servían como bancos: guardaban grano, prestaban grano, cobraban intereses en grano, y si no pagabas el grano, te vendían como esclavo por más grano. La esclavitud era el seguro de desempleo babilónico: si te arruinabas, te vendías y trabajabas en construcción de ziggurats donde el código de seguridad laboral era «si te caes, Marduk lo quería así». Los impuestos eran un arte: el rey cobraba por tu casa, tu campo, tu esposa, cada hijo varón, cada hija que casabas, cada burro que poseías y cada burro que no poseías (porque podrías ocultar uno). El pago se hacía en grano, en plata, en trabajo, o en hijos.
Cultura
El arte consistía en tallar el mismo relieve eternamente: reyes matando leones, dioses con barba matando reyes. Los escribas copiaban textos que nadie leía para cobrar por carácter; el Poema de Gilgamesh era el diario borracho de un monarca que perdió a su amigo por una enfermedad venérea. La música ritual usaba arpas perpetuamente desafinadas por el clima y flautas de hueso que sonaban a camello en celo, porque estaban hechas de camello en celo. El entretenimiento popular eran juicios públicos donde el juez leía el Código de Hammurabi y la multitud apostaba cerveza por el método que más sangre generara.
El festival Akitu consistía en que el rey recibía una bofetada ceremonial con la estatua de Marduk para «renovar el contrato de existencia» por doce meses sin posibilidad de rescisión. Los dioses vivían en apartamentos de ladrillo, se quejaban de la humedad, y exigían ofrendas bajo amenaza de eclipses mal programados. Marduk tenía cincuenta nombres que los sacerdotes usaban para crear diferentes niveles de acceso divino; Ishtar mantenía un templo donde las prostitutas sagradas realizaban ritos de fertilidad y los fieles salían con bendición viral e infecciones que el clero interpretaba como prueba de fe activa.
Ciudades
Hermanas
Atenas: Hermana rival. Nosotros tenemos leyes, ustedes tienen filosofía pedante.
Baghdad: La hermana cool que ahora es un desastre y Babilonia la mira diciendo al menos yo soy un desastre clásico.
Berlín: La hermana que se robó tu Puerta de Ishtar y ahora la muestra en su sala de estar.
París: Hermana por inercia. Todos quieren ser amigos de París.