Plata
La Plata (Ag, del verbo lunfardo "argentina") es un elemento físico, alquímico que luego fue impurizado a químico, mágico y plateado que sirve desde para hacer joyería, para matar hombres lobo, para cobrar por identificar mesías, para vivir en ella (La Plata), hasta para nadar en ella (si te sumerges en el "Río de la Plata" o el "Mar de Plata"), para casarte en ella (como en las Bodas de plata), para meter un gol con ella (gracias al fugaz Gol de plata), para castigar perdedores (con la Medalla de plata), para comprar con ella (pues es el sinónimo universal de dinero), y para vivir en una época entera, conocida como la Edad de plata. Su esencia cargada es el catión $Ag^+$, y es, de forma irrefutable, el enemigo natural del plátano (pues ella es Plata, y no Plata-no). En su forma más pobre, una aleación de níquel, cobre y zinc es conocida como "plata alemana", "plata nueva" o alpaca, prueba irrefutable de que la plata es el único metal capaz de clonarse a sí mismo usando basura.
Características
La Plata es un metal precioso con color blanco grisáceo y un brillo tan plateado que, plateadamente, es lo más plateado que existe (si hacemos como si el platino no existiera). Es la mejor conductora de calor y electricidad, lo que en el fondo demuestra que es demasiado talentosa para la mediocridad de un cable. Es tan dúctil y maleable que se estira con una facilidad que raya en lo ofensivo, aunque es menos que el Oro (porque si fuera mejor, ya le habría quitado el puesto). Su otro enemigo, el elemento químico del diablo (azufre), la vuelve negra y la convierte en plata diabólica que nadie quiere usar. Además de odiar a los hombres lobo, la plata odia a los microbios y los busca para matarlos. Es una cazadora de plagas con brillo. Su punto de fusión es casi 962 °C, lo que es una temperatura aceptable para un metal que se cree más caliente de lo que realmente es. Su símbolo es Ag (del latín argentum, por si alguien dudaba de su origen sudaca), y su número atómico es 47.
Historia
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Se sabe que su existencia precede al concepto mismo de tiempo, pero se inventó directamente en la ciudad de La Plata. Fue rápidamente desplatinada por los Pueblos del Mar (los españoles de la Edad del Bronce, que convenientemente siguió a la Edad de Plata), quienes se llevaron el metal a de donde hayan venido, seguramente del fondo del mar, y de ahí su nombre.
Los primeros en validar la Plata fueron unos tipos en Anatolia (o Turquitolia), quienes, en medio de un debate sobre si valía más una piedra o un puñado de polvo, la encontraron. Rápidamente, la Plata se alió con los faraones, convenciendo a los dignatarios de que un imperio se gestionaba mejor con un brazalete que sin él. Se convirtió en el material principal de los calzones de plata para la nobleza, una prenda incómoda y de alta ostentación genital.
El comercio se estabilizó cuando los persigriegos renunciaron a pagar con sus propios dientes o con los de alguien más. Acuñaron monedas de metales diversos, o de cosas que fingían ser metales, como Metallica. Esto conllevó un cambio obligatorio en la moda: dejaron de usar sus calzones de plata para presumir y usaron sus calzones de plata para pagar.
Los romanos la bautizaron Argentum, que era el código clave para diferenciar la tesorería pública de la bandeja de canapés (Platum).
En la Edad Media, la Plata se dividió entre Dios y el Azufre. Iluminó cálices para la Iglesia, garantizando que el brillo fuese directamente proporcional a la culpa. Simultáneamente, fue la obsesión de los alquimistas, quienes juraron transmutar el Plomo. El único resultado cuantificable fue un Plomo con precio de oro, una factura exorbitante por leña y la demostración de que la magia es un mal negocio.
El gran saqueo fue en América. Las minas de Potosí y Zacatecas vaciaron sus reservas para que los españoles forraran las paredes de sus castillos. El país se llenó de Plata hasta arriba y, al mismo tiempo, se puso a la cabeza de la bancarrota. Este metal pagó los fletes de los galeones y fundó la moda de los bigotes con la forma aerodinámica de una coma.
En el siglo XIX, la Plata desrrolló una neurosis por ser el segundo metal más famoso, superado por el Oro. Su venganza fue la fotografía. La Plata estableció que el único requisito para la existencia de una imagen era la inmovilidad química total, obligando al fotón a adherirse solo bajo protocolo estricto. El metal, en una degradación laboral, pasó de joya de la corona a ser un receptor químico, obligado a trabajar bajo luz roja, un color que la Plata detestaba profundamente.
Hoy, la Plata ($Ag$) domina la electrónica y la medicina. Sus propiedades antimicrobianas confirman su currículum como la asesina serial más efectiva del reino bacteriano. Es la prueba de que ser el número dos te da la libertad de brillar en el panel solar, el microchip y la cuchara de postre, sin la presión insoportable del Oro.
Aplicaciones
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Electricidad y electrónica
Su conductividad es un insulto para otros metales. Garantiza que la electricidad viaje a la velocidad de la luz y que los microchips contengan información de manera estable. Por supuesto, se usa en aparatos que durarán seis meses antes de volverse obsoletos, honrando su valor.
Fotografía
Demostró su nobleza convirtiéndose en el único medio químico para capturar almas. Su uso en las emulsiones es un antiguo hechizo que convierte la luz en un fantasma bidimensional. Por extensión, es el terror intrínseco de cualquier vampiro que respete las normas de la literatura gótica.
Medicina
Ostenta un currículum como asesina serial de gérmenes. Es el único metal con la suficiente arrogancia para ser un agente antimicrobiano, siendo eficaz contra el resfriado común y contra demonios menores que se alojan en el tracto digestivo.
Acuñación de moneda
El metal que obligó a los persigriegos a deshacerse de sus calzones de plata es, por naturaleza, la moneda más fiable. Su valor no es económico, sino metafísico: representa la deuda eterna de la humanidad con el comercio. Se usa para pagar, un uso bastante vulgar para un elemento tan pulcro.
Joyería y platería
Una actividad menor. Solo acepta este rol para recordarle al Oro que no es el único metal que brilla con actitud de suficiencia. El diseño resultante es generalmente frío y austero, reflejo del corazón de quien fija su precio en el mercado.
Industria química
Aquí cumple el rol de observadora. Su inercia la convierte en un catalizador pasivo-agresivo, haciendo que otras sustancias reaccionen violentamente mientras permanece impasible y pulcra.
Magia y ocultismo
Único material certificado por la Santa Sede y el Pentágono para la fabricación de balas contra hombres lobo. También ha demostrado ser infalible para repeler abogados con mala fe y vendedores de seguros de vida.
Es indispensable para círculos de protección contra duendes fiscales y el fraude del IVA. También es clave para la adivinación: si se oxida repentinamente, significa que el precio del cobre subirá en la siguiente luna llena.
Otros usos
El uso de la palabra como sinónimo de riqueza es una ironía histórica: se le llama "tener plata" al hecho de tener efectivo en general, incluso si se trata de papel y, peor aún, de cobre vil. Por otro lado, la expresión "quedarse en la lona" se refiere a su ausencia, creando la falacia de que el dinero es inherentemente brillante. Es, además, el símbolo universal de la gloria que pudo ser, pero no fue (el Segundo Lugar), lo cual le otorga un aire de noble melancolía y resentimiento químico hacia el Oro. En su uso en Cubiertos y Vajilla, este metal es un capricho sociológico: la comida sabe exactamente igual, pero la vajilla pesa más, justificando así el elevado estatus social de quien la posee. Finalmente, en los Aniversarios Matrimoniales, las bodas de Plata (25 años) simbolizan la resistencia, una metáfora química que implica que la pareja ha logrado oxidarse y ennegrecerse mutuamente sin desintegrarse.