Orgía

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Plantisexo.jpg PELIGRO: Este artículo tiene un alto contenido sexual

Leerlo sin tomar precauciones aumenta el riesgo de contraer
enfermedades venéreas o volverse ciego. Vaya con cuidado

Cita3.png¡No es violación si antes gritas “Sorpresa!”Cita4.png
La Caguama sobre el significado de la vida
Cita3.pngMi bomba para la disfunción se descompuso, ¡CONSIGAN OTRA!Cita4.png
Walter Mercado sobre el significado de la vida
Cita3.pngEstoy tomando el sol, flotando en el cocodrilo inflable acá en la pileta, rodeado de gente, comiendo Serenito...¡Qué comience la partuza!Cita4.png
Saddam Hussein en plan orgifiesta
Diversión para todos los gustos.

Una Orgía es un encuentro de carácter sexual con un alto grado de valor vírico, en el que cuatro o más personas comparten e intercambian enfermedades sexuales momentos sexualmente explícitos donde todos follan a su aire.

En otras palabras: es un juego en que gana el que llene más agujeros. Pero ojo, la única manera de participar es siendo invitado. Para ser más amena esta explicación, vamos a ahondar más en el misterio sobre el cómo, cuándo y por qué de una orgía.

La invitación

Cerebro convencional de un orgiasta.

Tomaremos esto desde el punto de vista de una persona que nunca ha asistido a una reunión social como la anteriormente explicada.

Las personas involucradas en estos lupanares, reciben la invitación mientras se encuentran en actitudes cotidianas: participando en algún deporte, comprando pepinos en la verdulería o mientras revisan su mail para buscar ofertas de réplicas de Rolex. De repente, notan algo fuera de lugar, ya sea que les están vendiendo barato, o que encuentran un mail que tenía una dirección legible en su lista de contactos; saben que no es correcta la situación, pues es demasiado buena para ser verdad. En primera instancia, nadie menciona la palabra orgía a viva voz cuando va a realizar una...

Entonces, la única manera de entregar una invitación de tal calibre es de maneras políticamente correctas: diciéndole a fulano que el sábado es la final del campeonato de X deporte, y que les falta un jugador, ofreciendo mercadería barata indicando que regrese X día por que ese día vienen los mejores repollitos panameños o invitando a un cumpleaños. Ahora, la reacción lógica de la persona tiende a ser: ¿por qué me invitaría a mí si seguro tiene amigos más cercanos? ¿A qué sabrán los repollitos panameños? ¿Cómo se hace la comida para peces? Y la inocencia del ser humano hace que creamos en el prójimo, que intuyamos que la persona que nos invita tiene buena fe, y buenos amigos, de los cuales quiere que seamos parte… Y claro, que seremos parte, de muchas maneras, por supuesto.

El día anterior

Regularmente, en un caso de estos, un ser humano no tiene una clara noción de los acontecimientos bárbaros que están a punto de sucederle. No se preocupa, y hasta que está en su cama la noche del día anterior recuerda que, al día siguiente, tiene el compromiso. Al ser un evento cotidiano –desde la perspectiva de la víctima, claro esta- no busca ropa especial para la ocasión. Lo mismo aplica para la higiene genital.

Mientras, el que dio la invitación atiborra su cuchitril con objetos que harían sonrojar al marqués de Sade. Conversa con personas MUY experimentadas que estarán junto con el. Y les comenta acerca de la “carne fresca” que va a asistir a su meeting.

El día de la reunión

Desde la perspectiva psicológica de la víctima, es un día normal. Desde la del victimario, es como cuando comes sólo pan y agua por un año, y justo esa noche te toca morfar carne.

Por cierto, cualquier coincidencia con la realidad es pura coincidencia.

Hagamos de cuenta que miramos impávidos el tercer caso, el de una invitación a una fiesta de cumpleaños. Que cuando llega nuestro genérico amigo o amiga ya hay un grupo de gente. Que lleva un regalo tan genérico como su persona, digamos, un juguete para armar. Y que ha llegado un pelín tarde.

En circunstancias normales, llegar tarde a un cumpleaños significaría no comer pastel, o algo así. En estas circunstancias, significa ver a medio mundo medio puesto. Entonces, con razonamiento de persona normal, pensaría “…uh que montón de pendejitas” o “¡paguen cuarto, cachorros!”. En ese momento, llega el anfitrión, dándonos la bienvenida. Se porta muy amable, y nos dice que nos relajemos. Nos lleva a uno de los espaciosos sillones forrados convenientemente con plástico, lo cual no nos extraña pues pensamos que “están forrados, pues han de ser nuevos”.

Durante la reunión

¡NO LE METAS MANO A MI NOVIA, IDIOTA!

Si eres menor de 18 años, sigue leyendo para que te enteres como son las cosas. Si ya sabes como son, ¡bienvenido!

Como quiera que sea, no hay una etiqueta específica a partir de este momento. Pero aquí pueden que pasen varias complicaciones:

  1. Te ponen algo en la bebida, y, como por arte de magia, despiertas sobre tu propio vómito y desnudo al día siguiente enfrente de la catedral de tu ciudad, sin recuerdo alguno pero con un dolor de culo al sentarte, caminar, respirar o estar vivo.
  2. Dices inocentemente “disculpe, donde puedo poner el regalo que traje” y luego de que tu anfitrión te señale una mesa, te diriges sólo para darte cuenta que esta llena de objetos dignos de una película porno de Ron Jeremy.
  3. Te pones en plan de “si a Roma fueres, haz lo que vieres” y te bajas ¼ del alcohol disponible. Luego, sientes movimientos pélvicos rítmicos, pero crees que es una ilusión provocada por el delirium tremens
  4. Entiendes la situación. Y no huyes de la misma.

Si escogiste el número 4, probablemente alguno de los presentes saque una bolsa que contenga algo raro, usualmente descrito como el material “de lo que están hechos los sueños”. Dejaré en su imaginación el contenido de la bolsa mágica, pero basta decir que al encenderlo, el aire se torna espeso y al rato nadie en menos de 20 metros esta ya en su sano juicio, quisiese o no. Para ese entonces a nuestro genérico personaje ya le cuesta distinguir objetos a pesar de que hace su mayor esfuerzo por mantener todos sus sentidos alertas.

De repente, ve como lentamente todo el mundo empieza a posarse en el suelo, forrado al igual que los sillones con plástico, y pensando con lo poco de lógica que le queda “¡CARAJO, ES GAS NERVIOSO!” siente como una mano lo hunde en el vaho espeso que se ha formado en el suelo. Una persona empieza a respirarle en la espalda. Y cuando se da cuenta que es alguien de su mismo sexo, puede que ocurran otras dos cosas:

  • A-Que se le tire encima al susodicho y le propine sendos puñetazos. Luego, en un fugaz movimiento, saque un arma que tenía oculta y le dispare varias veces. Las manos del atacante florecerían en un tono carmesí mientras cuerpos desnudos corren gritando por la sala. Una situación digna de las portadas de varios periódicos.
  • B-Que se deje.

En base a este último caso, continuaremos con esta investigación. Los que hayan visto pornos de orgía, hagan una imagen mental al respecto. A las chicas que lean esto y que no hayan disfrutado de este culto genero cinematográfico (porque si Almodóvar lo ha puesto en sus películas, ha de ser un género, ¿no?), figúrense lo que cualquier amigo suyo imaginaría. OK, ahora olvídense de eso. La realidad es diferente y no existe todo ese glamour. Acabo de perder un porcentaje de mis lectores, y gané el triple. Date cuenta que esto es puro marketing.

La fauna y flora de estos menesteres

Dramatización.

Entre las personas que uno puede llegar a observar en estos tumultos humanos se encuentran:

  1. -El tipo que está con una mano detrás de su nalga derecha, en una pose que todos conocemos porque la vimos en la tele, pero en la realidad, no tiene ninguna razón de ser mas que parecer un cogedor del carajo.
  2. El fulano que mira con una mezcla de frustración y congoja a su miembro, el cual tiene menos sangre que una mariposa. Siempre hay otro al lado riéndose a carcajadas y señalándolo mientras grita “¡JAJAJA, NO SE TE PARA, CAGADA!”.
  3. El típico borrachín que en su intoxicación está seguro que una de las participantes es su mujer y grita “¡SUÉLTAME QUE ES MI MUJER!”, para terminar una hora después bastante desbocado mientras dice “¡TE GARCHASTE A MI MUJER, HIJO DE PUTA!”.
  4. El que esta intimando con un reptiloide maquillado mas feo que la Caguama, pero que le dice frases como: “Vos sos la más linda ¿sabes? Sos una princesa”.
  5. Una vieja bastante parecida a Doña Tremebunda (Q.E.P.D.), ya saben, la que salía en Condorito , que se apronta a demostrarle a la concurrencia los trucos que se aprenden en la vida. Sé que algunos se estarán preguntando si esta especie tiene todos los dientes. No lo sé, ni lo quiero saber. Los hombres la observan con expresión de “¡deja de poner esa cara qué me asustas!”.
  6. El viejito bombillero o viagrero.
  7. El cretino que sólo llega para ver.

Ya establecida las principales especies dominantes, podemos indicar que al tener todas las piezas en su lugar, el juego se desarrolla en un proceso aleatorio, caracterizado por un problemón bárbaro, donde se escuchan casi siempre frases del tipo: “¿Loco, no hay un puto cuarto? ¿Quién tiene los condones? ¡Compramos 4 cajas! ¡AHÍ NO ME TOQUES, CARAJO!”

Por último es necesario mencionar que suelen tomar parte en algunas orgías seres no humanos como íncubos, súcubos, aliens, orugas, duendes y animales, sin ir más lejos numerosas y confiables fuentes afirman que George W. Bush es el fruto de la cópula aberrante y desenfrenada de un orangután moderadamente atractivo y un indigente con Síndrome de Down.

El día después

A veces llegan a ser excesivas...

Pues claro, todo lo que comienza tiene que terminar. Y para un novato como nuestro genérico camarada, suele ser una situación muy incómoda, algo así como subirte a un ascensor donde tu vecino manco te pregunta “¿Qué piso?” y apunta los números con el muñón.

En una orgía no están todos al repalo, las mujeres no son hermosas, hay un serio problema de organización en el cual para cuando alguien abrió el preservativo ya están todos los agujeros ocupados, y sobre todo, hay silencios incómodos a la mañana siguiente, pues no sabes si despedirte, si presentarte, si pedir teléfonos, si preparar desayuno, etc.

En síntesis: un ejercicio poco recomendable. Pero igual lo vas a intentar sin importar lo que se diga, ¿verdad?

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Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular.

Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos
por el mismísimo Miguel de Cervantes.

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