Padre Minor

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El susodicho. La polémica lo persigue doquiera que vaya

Minor de Jesús Calvo Aguilar, más conocido como

  • Padre Minor
  • San Minor de Churuca [1]
  • El reo locutor
  • El reo Calvo
  • El chofer designado
  • Polemista permenidiano, no por ser filósofo y antagonista de Parménides sino por la larga disputa que sostuvo con Parmenio Medina.

Vio la luz en la muy noble y siempre leal ciudad de Cartago [2], el día 09 de enero de 1964, de oratoria incendiaria desde muy pequeñito tuvo vocación religiosa y mística.

Se sabe que a los 10 años, paseando por el paradisíaco pueblo de San Rafael de Oreamuno más conocido como Churuca, tuvo una visión donde el cielo se abría y contemplaba a Monesvol en toda su monstruosa beatitud.

Esta visión marcaría la vida de este niño el cual desde entonces decidió:

  1. consagrarse en cuerpo y alma a la salvación del mundo
  2. y hacerse millonario a costa de la fe de los demás.

Al parecer logró ambas cosas, si bien destacó en la segunda en forma admirable.

Su carrera eclesiástica había subido como la espuma de la cerveza y ya lo esperaba el capelo cardenalicio, sin embargo la matráfula de los envidiosos truncó esta carrera que apuntaba muy alto.

Su vida privada

Como los grandes personajes de la historia mundial el P Minor tuvo una infancia sencilla, el único acontecimiento digno de mencionar fue la referida visión monesvolesca, pero aparte de ello no hay nada más digno de ser consignado en esta vera relación de su vida.

Se sabe que ingresó al seminario a fin de alcanzar su sueño; y ya desde esa época sus grandes dotes de orador lo hicieron famoso.

¿Como no sentirse mal por el?

En el seminario no le decían Padre Minor (porque apenas era seminarista), sino que le decían el Cicerón de Churuca, luego de ser ordenado sacerdote pasó a trabajar en diversas parroquias sin pena ni gloria.

Pero lo cierto del caso es que el destino le tenía deparada una gran carrera eclesiástica que se vio oscurecida por los envidiosos de siempre… he aquí los hechos.

Un encuentro con Cristo

Los primeros en abrirle un espacio para que se diera a conocer fueron los de Teletica canal 7, en su conocido microprograma “Un encuentro con Cristo”, aquí el P Minor desplegó todas sus dotes de orador y comunicador social denunciando valientemente el pecado.

Sin embargo este programa dejaba en claro algunos vacios en la formación del P. Minor. Verbi gratia una vez se dejó decir que no era correcto que los jóvenes vieran películas pornográficas puesto que apenas terminaban de ver dichas cintas [3] corrían al baño a desahogarse…

Lo que ignoraba el padre es que la gran mayoría de los jóvenes no logran llegar ni a la mitad de dichas películas.

Como sea, las personas eran fanáticas de este programa y empezaron a interesarse por la figura de este sacerdote, constantemente llamaban a Teletica canal 7 para pedir información acerca de donde contactar al P. Minor, donde oficiaba misas, cuando confesaba y cosas de esas.

Esto no les gustó mucho a los del 7, pues ya no parecían televisora nacional sino oficina de casa cural; de modo que eligieron a personas más impopulares para que salieran en el micro programa.

CJ

Pero esto no desanimó a P. Minor, sino que organizó junto con el canal 6 un programa que se llamaría CE-JOTA, o sea, CJ, siglas de Cristo Joven. El programa iba a ser una alternativa religiosa en medio del mar de novelas pecaminosas que ofrecían los del 6, pero a lo sumo grabaron dos o tres programas, puesto que los registros del ranking fueron los más bajos de toda la historia televisiva nacional. Ni siquiera el programa ¡Qué Rico! (donde a cada rato sale el Dr. Paer) ha tenido tan baja audiencia. Sin embargo, este revés televisivo no desanimó a Minor que aún tenía muy presente su propósito en la vida; así pues, decidió cambiar de la Televisión al radio.

La radio: su gran aliada

El P. Minor era como the beatles... ¿Tan famoso? ¡No! más popular que Jesús; al menos en Costa Rica

El P. Minor no dio un paso atrás sino que se lanzó como radio evangelizador, trabajó en Radio Fides, pero él, espíritu indomable, no estaba contento allí, sino que quería tener su propia radio, así no tendría que compartir las ganancias con nadie impedimentos en llevarle la Palabra de Dios a tanta oveja descarriada que hay en Costa Rica.

Así pues fue ahorrando dinero y convenció a sus hermanos, que compartían el mismo deseo de Minor, para fundar una radio católica, bajo la protección de la Madre de Dios. Dicha radio se llamaría:

Radio María


Radio María: te acompaña noche y día

Radio María: la plata es toda mía te acompaña noche y día[4] fue un éxito inmediato, era escuchado por miles de personas a nivel nacional. La devoción de las gentes por el P Minor, era tal que los radios en muchas casas eran encendido desde las 6 de la mañana y sintonizados inmediatamente en Radio María.

En esta emisora pudo el P Minor, desplegar todas sus ansias misioneras: constantemente hacían llamados a las personas para que hicieran donativos a fin de ir construyendo ese precioso sueño que era Radio María; y las personas, deseosas de construir ese sueño, daban generosas cantidades de dinero.

Radio María empezó a crecer poco a poco, incluso logró que la arquidiócesis los dejara tener una capilla de adoración en pleno centro de la capital; allí las personas podían pasar a tener un rato de descanso y meditación en medio del agitado estrés de San José; por supuesto que en dicha capilla habían colocado, en forma bastante estratégica, alcancías que invitaban a los feligreses para que hicieran donativos a fin de ir construyendo ese precioso sueño que era Radio María.

Todo marchaba viento en popa, el P. Minor era casi como los Beatles, es decir: más popular que Jesús; sin embargo algunos envidiosos acechaban cual fieras hienas en las sombras.

Clases de Manejo

La debacle del P. Minor empezó por culpa de su buen corazón; en efecto, el P. Minor aparte de su labor pastoral y de radio evangelizador, se dedicaba a dar clases de manejo en el Parque la Sabana.

El problema con las clases de manejo era que, debido a lo ocupado que pasaba el P. Minor durante todo el día, éstas solamente se podían realizar en las zonas más oscuras del Parque la Sabana y en altas horas de la madrugada; a parte de que el P. Minor sólo daba estas clases a jovencitos, nunca a jovencitas por aquello de que las personas pensaran mal.

Pero una buena madrugada un par de policías medio mal pensados, vieron un carro sospechoso estacionado en una zona oscura del referido parque y se acercaron a revisar que sucedía, lo que hallaron fue al P. Minor y a su joven estudiante en plena faena, es decir, en plena lección de manejo.

Los policías, que seguramente eran evangélicos, levantaron una nota e informaron a sus superiores acerca de la situación. De nada le valió al P. Minor explicar que él solamente le estaba enseñando al jovencito como es que hay que tocar la palanca de cambios…

La polémica parmenidiana

Al Padrecito le gustaba venir por estos rumbos a dar clases de manejo a jovencitos. Escogía la madrugada para que no hubiesen tantos autos.

Todo esto en realidad no hubiera trascendido a más de no ser por Parmenio Medina, quien también tenía su programita de humor ácido llamado: la Patada.

La Patada se dedicaba a parodiar los personajes más conocidos de Costa Rica, y a hacer escarnio de las situaciones más triviales de nuestra sociedad, donde dicho sea de paso nunca pasa nada.

Pues bien, uno de estos programas fue el que puso en el tapete las referidas clases de manejo que el P. Minor daba en el parque la Sabana.

Esto naturalmente no le gustó al P. Minor el cual se rasgo las vestiduras, y dijo que aquello era una infamia y una persecución contra él orquestada por los masones, los jesuitas, la teosofía, Oscar Arias y los de la Patada, pero especialmente por Parmenio.

Parmenio no se quedó callado sino que le respondió a P. Minor y así cada quien se acuerpó en la radio para despotricar, de forma muy sutil eso sí, contra el otro.

Junto con lo de las clases de manejo también salieron a la luz otros temas como el manejo de los dineros donados para ir construyendo ese precioso sueño que era Radio María; pues al parecer el P. Minor se estaba construyendo otros tipos de sueños.

Con todo esto intervino la jerarquía de la Iglesia Católica, encarnada por Mons Román Arrieta y le ordenó a Minor cerrar Radio María la plata es toda mía te acompaña noche y día, entonces a Minor no le quedó nada más que cerrar la referida radio.

Cárcel

Después de todo esto sucedió algo y fue que mataron a Parmenio, naturalmente casi todos sospecharon del P. Minor, éste no dudo en decir que ya estaba orando por el eterno descanso de Parmenio pero que él no era el responsable de propiciar dicho descanso eterno.

Como sea se hizo un juicio que duró algo así como seis años, la Extra nos deleitó con los pormenores de dicho juicio como quién se había hurgado la nariz o quien había estornudado y estupideces de ese tipo. Al final condenaron a Minor, no por el asesinato, sino por el manejo fraudulento de los dineros. Y Así, el ídolo de multitudes, el gurú de la fe de los ticos, el sacerdote más famoso de Costa Rica dio con sus sacerdotales huesos en la chirola.

Allí pasó como uno de tantos, fue escarnio de muchos, un varón de dolores, en fin que se consolaba con tener a otro sacerdote amigo suyo compartiendo el mismo destino[5], unidos en el sacerdocio y en la condición de reos.

¿Qué hace el P. Minor hoy?

Los horrores de la cárcel ya han pasado; el P. Minor no puede presidir misas, esto por decisión de su obispo, sus días grises los pasa en el Archivo Eclesiástico de la diócesis, allí junto a los papeles amarillos y apolillados ve caer los días uno tras el otro, en sucesión infinita; a veces sueña y en sus sueños viaja a la cabina de Radio María donde todo era un poco más tibio y el dinero le alcanzaba para más cosas.

Sacando provecho de su pasado, se puso un puestico de carne asada para arribita de donde Tencha, donde pasa los días tomándose fotos con los fieles y morbosos que lo llegan a visitar.

Referencias

  1. por la viejecitas que nunca han perdido la fe en él
  2. La provincia de Costa Rica, no la Ciudad de Cartago de la antiguedad
  3. Cuando eso no había DVD
  4. Lema propagandistico de dicha radio
  5. El P.Enrique, de la Hora Santa.


Política de Costa Rica
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