Becario

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Cita3.png¡Eh, !, tráeme un café con leche desnatada con calcio y Omega 3, dos cucharadas menos cuarto de azucar, cuchara de metal con punta cuadrada para remover, y pajita de color amarillo y verde para beberlo. Ah, y que no esté ni caliente ni fríoCita4.png
Vago sin titulación profesional y aburrido sobre la mejor manera de joder al nuevo becario titulado en Derecho, Economía, Filología Árabe y Medicina Bacteriológica, todo sacado a la vez

Becario es un eufemismo que surgió a principios del siglo XX para hacer referencia a un esclavo, una vez abolida formalmente la esclavitud. Se pueden encontrar becarios trabajando en granjas, plantaciones y fábricas que dudosamente cumplen con los derechos del trabajador. En los últimos años las grandes empresas y multinacionales cuentan con becarios en sus plantillas, cuyo cometido es el de "chico-para-todo".

Características

El becario por excelencia planta una de estas en su habitación para que le ayude a concentrarse.

Por su fisionomía, es fácil detectar a un becario en su centro de trabajo: se trata de personas jóvenes, con ganas de trabajar, entusiastas y que tratan de ser eficientes en sus cometidos. El resto de trabajadores les maltratan física y psicológicamente, poniéndoles a prueba en todo momento y gastándoles bromas pesadas como ponerles chinchetas pegadas con superglue en la silla.

Los becarios son personas recientemente licenciadas de su carrera universitaria, que están en una empresa haciendo prácticas de submarinismo para en un futuro poder ganarse la vida de forma decente. Tienen contratos temporales, que les renuevan cada 15 días para evitar que se queden a vivir en su cubículo de la empresa donde trabajan, o bajo el hueco de la escalera (tal y como está el precio de la vivienda, esta opción es muy posible).

Como los becarios son los "novatos" en las empresas, y tienen menos luces que el Apagón de Nueva York de 1965 en cuestión de desenvolverse en el mundo laboral, el resto de empleados, perros viejos de la empresa, se dedican a hacerle la vida imposible al becario de turno, pidiéndole que haga tareas inútiles y difíciles por el simple placer de ver cómo se pone nervioso ante la tarea a realizar. También lo hacen para reirse de él un rato.

Un empleado pide amablemente al nuevo becario que revise el informe que ha realizado.

El becario por antonomasia está comprendido en el rango de edad de entre 21 y 26 años, vive en casa de sus padres en una habitación de menos de 3 metros cuadrados, desde que fue contratado no sale de fiesta ni ve a su novia, la cual le ha dejado a estas alturas, y cobra unos 200 leros al mes (sólo si se porta bien). Cuando llega a casa lo único que hace es intentar acabar con las inútiles tareas que le han encomendado sus compañeros, como un tratado de 500 folios escritos a mano sobre los distintos tipos de pedos que puede haber, o escribir un Incilibro de forma que no tenga gracia y sea estúpido para que se lo borren al día siguiente. Su vida personal es muy triste, ya que gasta todas las tardes y noches en acabar informes y formularios, no durmiendo más que 3 horas al día.

Su alimentación se basa en comida rápida o precocinada, que comerá encima de su misma mesa de trabajo, y hasta quizá la ingiera mientras trabaja, con tal de no perder tiempo más de lo necesario. Acompaña esta saludable dieta con grandes cantidades de café para evitar dormirse, por lo que el becario se encuentra en un constante estado de nerviosismo con posibilidad de desarrollar una esquizofrenia en un futuro muy próximo.

Trabajo

A este becario sus compañeros le desatornillaron el váter justo antes de que fuera a cagar.

Los becarios disfrutan de una jornada laboral de 10 horas diarias, mayor que la de sus compañeros de oficina, para que así puedan aprender más rápidamente a tocarse las narices hacer las diversas tareas que se le encomiendan.

En su lugar de trabajo, el becario intenta sobrevivir día a día para llegar por las noches sano y salvo a su casa, y es que para él, la oficina es como la jungla. Trabaja en un ambiente hostil con el resto de sus compañeros, que le tratan como la mascota de la oficina, echándole cacahuetes y pipas por encima de la mesa para que se alimente. El becario debe andarse con cien ojos y agudizar los sentidos para no caer en las emboscadas que le tienden, entre las que se pueden encontrar papeleras ardiendo, líquidos pegajosos en su silla, o empujones por la escalera mientras baja a por un dossier al archivo de la empresa. Aunque la broma que sigue siendo la más frecuente es la de meterle porno gay en el ordenador, y bloquearle el ordenador cuando abra el archivo, para que el jefe le vea.

Ni siquiera cuando va al baño el becario se siente seguro, ya que es allí el lugar propicio para gastarle más bromas, como salpicarle los pantalones de agua o de meado directamente, meterle la cabeza en el váter después de haber defecado, o cambiarle el jabón líquido por cola de contacto. Todo esto produce una incontenible risa en sus compañeros, aunque el becario, que es un ser incomprendido, no entienda sus bromas.

El cometido de un becario en la teoría es limitarse a mirar cómo trabajan sus compañeros, y ayudar en lo posible a éstos aportando sus brazos para cargar cosas sus conocimientos recientemente adquiridos en la carrera universitaria. Pero la realidad es muy distinta: son los compañeros los que se limitan a observar al becario en todo momento, y éste mientras trabaja como un negro haciendo el trabajo de toda la oficina. Y compagina todo ello con actuar como camarero de forma obligada para el resto de trabajadores a la hora del café.

A pesar de todas las putadas que le hacen, el becario intentará realizar lo que le pidan de forma que raye la perfección, para así probar a ganarse el crédito de sus compañeros aunque él no sepa que nunca lo conseguirá. En cuanto a la relación con sus superiores, el becario tratará de impresionar positivamente a sus jefes, pero debido a todas las artimañas de los impresentables de los compañeros, no tiene demasiado éxito (presentarse ante el jefe con los pantalones mojados, la corbata grapada al cuello de la camisa, y los bajos del pantalón quemados por algún "accidente" no da demasiada buena impresión).

¿Cómo se llega a ser un becario?

El principal requisito para ser becario es estudiar o haber terminado recientemente una carrera universitaria (o varias si eres un lumbreras). Si no estudia ni tiene una carrera universitaria, no podrá entrar a trabajar como becario, aunque siempre puede retocar su Curriculum Vitae (pero tampoco exagere, todo el mundo sabe que usted no ha viajado a Venus en la última sonda espacial). Tenga cuidado con lo que pone en "su" Curriculum, porque si usted pone que ha estudiado una ingenieria, probablemente en su nuevo trabajo de becario le inviten a desarrollar o construir algo, y lo más seguro es que no sepa cómo hacerlo.

Una vez tenga "su" Curriculum, mándelo a diferentes empresas que le interesen, como la fábrica de cerveza, o el sex-shop de la esquina. Según la teoría de Murphy usted recibirá una respuesta positiva a su petición de parte de una empresa que no le interesa para nada. Así de dura es la vida.

Preséntese en su nuevo trabajo y haga todo lo que le pidan. Todo es todo, no descarte servir como objeto sexual a algún degenerado ayudar a hacer la mudanza a algún compañero asi como ser un buen lameculo.

Bienvenido al mundo laboral, ahora usted estará pringado de trabajo durante toda la semana, ganando una miseria, y sintiendo una creciente frustración personal. ¿Quién le mandaría meterse en semejante lío?

Becarios en la historia

Becarios ayudando en la construcción de una pirámide.

Los primeros becarios surgieron en el Antiguo Egipto. Allí, los estudiantes recién licenciados de sus carreras de ingeniería y arquitectura eran contratados por la empresa estatal "Piramides y otros S.A.". Estos primeros becarios ayudaban en las obras de construcción de pirámides, esfinges, templos y demás construcciones típicas de la época. Aprendían el método de colaboración en grupo durante la jornada laboral, y cobraban la módica cifra de 100 latigazos a la hora.

En el Imperio Romano los becarios eran enviados al ejército para que se formasen como personas de provecho. Como eran los nuevos del grupo, se les ponía en primera línea de batalla, para que aprendieran cómo funcionaba aquello. Los que sobrevivían recibían un diploma. Los becarios de ciudad servían en las casas más ricas de las villas, y eran considerados "cosas" por sus dueños, aunque hoy en día también se les considera objetos.

Con la Edad Media y la formación de los gremios de trabajos, los maestros artesanos contrataban becarios, a los que se llamaba "aprendices". Después de la Edad Media, durante la Revolución Industrial, las grandes fábricas contrataban becarios para trabajar en la producción, desarrollando el sistema de fabricación en cadena. No solían cobrar mucho, quizá un mendrugo de pan a la semana, pero gracias a los conocimientos que adquirieron, se perfeccionó y evolucionó el sistema, desarrollando la economía del país.

En EEUU el uso indiscriminado de becarios de origen africano en las plantaciones de marihuana de los Estados sureños y las escasas condiciones laborales que tenían, hizo que estallara la Guerra de Secesión, no se sabe bien con qué fines. Abraham Lincoln, Presidente del país y ganador de la Guerra, elaboró el primer estatuto de trabajadores donde se contemplaba la figura del Becario.

Becarios famososos


Becarios en sus puestos de trabajo

Aquí una serie de videos de varios becarios histéricos en sus lugares de trabajo.

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