Herbert von Karajan
Herbert von Karajan (nacido como Herriberto Karajázo) (35 a.H.- ∞ D.H)[1] fue un director-brujo, mimo con síndrome de Tourette y comediante con ceguera selectiva y mal de Parkinson nazi austríaco, quién entró a la fama por su asombrosa habilidad con la telequinesis, la cuál usaba para uniformar personas comunes y corrientes, y hacer que toquen ritmos herejes. Éstas personas quedaban atrapadas en el hechizo mágico y tocaban sin parar hasta su muerte o hasta que el público se aburriera.
Stanley Kubrick fue su mayor discípulo; después de escucharlo quedó sin poder hacer otra cosa más que disfrutar su música y hacer películas musicales en su honor, dónde la excitación por escuchar sinfonía causaba los actos más populares de la histeria. Su legado ha quedado en el presente con su más celebérrimo casette pirata "Greatest Hits: Sinfonías de Beethoven, Mozart y otros artistas sin canciones originales del intérprete... Por Karajan". En su declive se dedicaría a sacar remixes de sus éxitos en colaboración con Pitbull, o algún otro rapero norteamericano.
Biografía
Primeros años
Herbert o "Hebertico" (como le decía su papá) nació en Volkswagen, Austria; pero eso nadie lo sabía. No lo sabían porque, en ese entonces, era un país y ciudad inexistente, por eso podemos decir que nació en algo que aún no existía o bien, imaginario. Este país también fue el culpable de engendrar a uno de los hombres más malvados que haya existido en el mundo y que gobernó a muchas personas de manera fascista, atrayéndolas con una propaganda hipnotizante. Obviamente le hablamos del Dr. Arnold Schwarzenegger. También la ciudad donde nació otro megalómano, de poco equilibrio mental, conocido por experimentar con universos paralelos y matar gatos:
Desde niño le gustaba jugar a hacerse el ciego para provocar las escandalosas carcajadas de sus compañeros de clase y a los ancianos sordo-mudos de la esquina. Un día fue golpeado por su abuela y le ocasionó un temblor repentino en el cuerpo (tics), y en forma de convulsiones, sus papás querían pararlas pero el doctor no dejaba de carcajearse, y se negó a curar su enfermedad. Su padres empezaron a discriminarlo por sus anti-estéticas convulsiones, y dejaron de cortarle el pelo. Todo mientras su mamá se dejaba crecer el vello facial y entraba en un proceso de "auto-reconocimiento", al padre nunca le importó porque él andaba muy cariñoso con la Reina XXX de Austría. Ésta cambió su apellido y el de su hijo luego que el papá del niño prodigio le hizo varios favores de dudosa procedencia a la reina, lo que terminaron por añadirle el "von" y versionar su apellido a modo austriaco.
Años que ya no son los primeros. Aprendiendo a dominar la vara
El primer instrumento del pequeño fue una maraca, en cuya práctica se inició en el prestigioso colegio Do Re Mi de su ciudad natal. Siglos después[2], alentado por un tal Johann Sebastian Bach, se trasladó a Viena, donde su interés derivó a sostener la vara del director orquestal y otros involucrados; gracias a eso, consiguió rápidamente el empleo. El pequeño[3] no tenía grandes dotes como músico, pero si para mandar, razón por la cuál se alearía a uno de los personajes más famosos de la Historia Universal (Robot, gobernador, soldado, hombre embarazado; muchas pistas). Así que decidió usar esos poderes externos para extender sus tener grandes dotes con la vara. Aunque tuvo la duda se si ser o no tele-evangelizador, ya que su ceguera selectiva y su dramatismo exagerado eran excelentes dotes para el oficio.
Fue el pionero en usar varitas mágicas para hacer hechizos, también le servía como arma letal para las personas que aún en bajo una atmósfera mágica no tocaba muy bien su instrumento. Cuando el maestro estaba en plenos hechizos caía en trances en los cuáles cerraba los ojos, se hacía el dormido y, de vez en cuando, bailaba Breakdance y hacía comedia en vivo.
Etapa oscura y descubrimiento
Cuando empezó a ganar fama entre sus allegados, pensó que ya era hora de hacer una dictadura inolvidable con su música. Para eso, usó a un pobre idiota con un bigote afeminado y peinado de buen chico para que éste siguiera sus pasos. El pobre hombre fue vilmente manipulado mediante música de Beethoven, televisión educativa y grabaciones caseras del músico en su infancia para obedecer cada orden que Herbert le daba. Uno de sus primeros mandatos fue se que convirtiera en presidente, consiguiéndolo luego bailarle a toda Europa como en la Guerra Ruso-Marciana. Luego de bailes divertidos empezaría el Holocausto, donde mataría a millones de judíos en nombre de Fred Alberstein, un enemigo de su terrible infancia, quién se carcajeaba constantemente de su pésima actuación y lo mal mago que era, además de tirarle algunos papeles de vez en cuando en clase.
Poderes mágicos
Adolf Hitler era sólo una víctima más, él sólo tenía un solo líder quién lo dominaba y le decía que debía hacer. Las propagandas nazistas trataban de música clásica y humor negro que atraía al público alemán de una manera exuberante. A cambio de un voto hacía un truco de magia, éste con trucos de magia (como curar la ceguera, revivir un muerto o convertir agua en alcohol) les decía que lo guiaría al camino de la verdad absoluta y el bien divino; todo a cambio que lo siguieran sin preguntar, le dieran su voto y un poco de represarías monetarias sin ningún tipo de valor.
Auge Post-Nazi
Luego de que el Nazismo terminó, a causa de que levantar la mano cada vez era más cansino y de que se acabaron lo judíos, Hitler fue buscado por la policía de todo el mundo. Nuestro amigo, en cambio, por sus contantes convulsiones lo confundieron con un judío músico agonizando. Por eso, le prohibieron mandar una orquesta durante unos años, pero luego logró dar clases de nuevo mediante hipnosis y un poco de las ganancias y regalías. Fue conocido cada vez más por los expertos en música. Quienes lo señalaban de carismático y divertido, haciéndo alusión a su actuación de ceguera en estado dramático:
Musicalidad y vida personal
Toda una eminencia en cuanto a música clásica, actuación, dramatización y de peinados modernos se trata. Su música era encantadora, suave, grave, como sea, fue la mejor música jamás interpretada. Su aspecto era el de todo un galán: pelo de puntas con canas que le daban ese toque de "experiencia" y daba honor a esa famosa frase que decía "40 son los nuevos 20"; eso un poco antes de cumplir de llegar a los 40. Todo eso, sumado a su actuación, lo hacían un hombre codiciado tanto musical como personalmente. Un hombre firme y viril. Era el objeto del deseo. Siempre se enojaba al interpretar a Beethoven, y no lo disimulaba; es más, mantenía su cara de enojo toda la interpretación.
Muchas malas personas lo titularon de "engreído", "ególatra", "megalómano" y "muy cariñoso con su vara". Pero sabemos que siendo quién es él, no hay otra manera de no sentirse un poco mucho mejor que los demás que te rodean. Dirigir una orquesta es un privilegio; ningún trabajo se le compara y más si lo hace una persona como él. Creó su propio estilo su propio sonido. Desde niño siempre quiso vender muchos discos compactos, pero todavía a nadie se le había ocurrido inventarlos, así que tuvo que colaborar con la idea. Había quienes le criticaban su afán megalómano, su superficialidad y su cuidado estético, cerrado a las nuevas corrientes musicales de su tiempo. Su música conquistaba a las mujeres, demás críticos y directores de cine con estado mental dubitativo.
Grandes éxitos
- Primera Sinfonía de Beethoven. Tiene partes iguales, pero no todas lo son: en algunas podemos ver a nuestro director que quiere tocar una canción electrónica, pero se da cuenta de que carece de los instrumentos y sigue adelante. En ésta primera parte de su perfomance empieza a fingirse enojado, con una que otra sonrisa maníaca.
- Segunda Sinfonía de Beethoven. Igual.
- Tercera Sinfonía de Beethoven. Casi diferente; cuando agita la cabeza, se suele despeinar más de lo común.
- Cuarta Sinfonía de Mozart[4]. Como Beethoven era sordo, Mozart podría ser ciego. Es entonces allí donde comienza sus actuaciones como ciego, caminando por todo el escenario y haciendo reír a todo el público.
- Gasolina. Posteriormente plagiada por un puertorriqueño de nombre confuso. Letra y música.
- In-A-Gadda-Da-Vida. Varias versiones de la canción, tocada en diferentes ritmos y géneros. Especialmente en versión rock, con el maestro despeinándose y perdiendo el control en plena obra.
- Sinfonía de sueño y tristeza. Quizá no es una canción, pero lo que se escucha luego de que el prodigio esté tocando más de 10 horas seguidas, sin que nadie pueda moverse o protestar; ni el público.
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Escuche también
Referencias
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