Palacio de Nariño

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Un mensaje del Ministerio de Incultura de la República de Chibchombia.


Cita3.pngHogar, por siempres dulce hogarCita4.png
Álvaro Uribe sobre lo que dijo después de su segunda posesión como presidente y llegando a la Casa de Nari.
Cita3.pngHe llegado yoCita4.png
Gustavo Petro haciendo toma de poder y mudandose para quedarse
Cita3.pngHogar, dulce hogarCita4.png
Tomás Cipriano de Mosquera sobre lo que dijo después de su vigésima posesión como presidente y llegando a la Casa de Nariño.
Cita3.pngHogar, dulce hogarCita4.png
Rafael Núñez sobre lo que dijo después de su centésima posesión como presidente y llegando a la Casa de Nariño.
Cita3.pngHogar, dulce hogarCita4.png
Andrés Pastrana sobre lo que dice cada que pasa por el Aeropuerto y ve parqueado la cafetera el avión presidencial
Cita3.pngWaw, este ser como hogar de míCita4.png
Embajador de los Estados Unidos sobre lo que dice cada vez que visita la Casa de Nariño.
Cita3.pngSerá una buena sucursal del Palacio de MirafloresCita4.png
Hugo Chávez al llegar de conquista visita a la Casa de Nariño.
Cita3.pngSerá una buena sucursal de la Casa BlancaCita4.png
George bush al llegar de conquista visita a la Casa de Nariño.
Cita3.pngSerá una buena sucursal de la ciudad prohibidaCita4.png
chino haciendo planes de conquista turismo en la Casa de Nariño.


La Casa de los Espíritus

Érase una vez, hace muchos, muchos, pero muchos siglos, en un lejanísimo Reino, existía un Palacio que era de Nariño. El Palacio había sido encantado por una malvada bruja que decretó que todo el que viviera allí recibiría una terrible maldición: ser presidente de Chibchombia. Desde entonces ni los más aguerridos caballeros, ni los más notables hombres y mujeres de la nación, ni los más sabios ni ancianos sabios, se atreven siquiera a acercarse a aquel lugar. El sitio está sólo destinado para que vivan en él los gomelos.

Historia sin fin

Antes de que naciera Antonio Nariño, el lugar era solitario, desértico y lleno de espantos. No crecía una mata de café y sólo se veían lagartos, sapos y culebras venenosas. Era sitio preferido de los caciques para beber guarapo y por lo general terminaban en riñas a machete y se decían groserías a pulmón limpio (los historiadores de El Siguiente Programa han determinado que dichas groserías, entre otras, incluían "Saulo Arboleda", "Waldo Urrego" y "Miguel Ángel Bermúdez"). Después de las conquistas españolas el lugar no atrajo a nadie y los españoles querían poner ahí unas marraneras, pero la presencia de unos lagartos de lengua roja y ojos azules les dio espaviento y le donaron eso a la Iglesia haber si le sacaba los diablos.

Un tal Vicente Nariño, que era de Pasto, le dio un peso por el predio al obispo de Santa Infiel de Huecotá para hacer las pedidas marraneras, pero después que entró en la quiebra, no le quedó más que levantar su choza en el sitio después de sacar a los lagartos a plomazos. El último lagarto le dijo en el momento de huir: "Volveremos, viejo Nariño, esto no se queda así". Don Vicente tembló ante aquel presagio del lagarto, pero siguió con su misión de limpiar el terreno para construir su casita junto a su esposa. Allí nació entonces Toñito en 1765. Todos los ángeles del cielo cantaron el Himno Nacional y en el firmamento alumbró la estrella de Belén.

El niño creció en aquel lugar desolado lleno de dificultades. Le pasaron muchos espantos, huyó varias veces de la casa, lo buscó la policía, le pusieron un psiquiatra y de castigo lo pusieron a traducir los Derechos del Hombre. En fin, cien capítulos después aquel viejo reino se independizó de otro aún más viejo, Nariño fue presidente, después asciende a los cielos y se funda la Res-pública de la Gran Chibchombia. Todos viven felices entre guerras civiles y constituciones cada fin de semana y la casa del presidente sigue siendo la de Nariño que era la única que estaba abandonada.

El mosquerazo

Caspa principal: Mascachocha de Mosquera

La vida en Huecotá era tranquila en medio de los cañonazos entre liberales y conservadores hasta que llegó Tomás. Cuando llegó a la Casa de Nariño la vio un poco caida, sin calefacción, ninguna línea de teléfono, nada de Internet, sin servicios de agua y luz y no tenía baños para lo cual el presidente tenía que ir a hacer sus necesidades a la Plaza de Bolívar detrás de un árbolito que llamaban el árbol presidencial. El payanés se dijo que era hora de poner en orden las cosas y mandó a construir la casa en forma de palacio, con piscina olímpica, jacuzzi, mirador, observador para espiar las embajadas, bar privado y todas las comodidas de una unidad cerrada con seguridad privada, parqueadero vigilado y areopuerto privado. Por estar tan ocupado en guerras en contra del resto del país no la pudo terminar (se dice que lo único que pudo terminar fue el kayutzi, con el fin de tener un lugar digno donde mascar chochas).

El corronchazo

Los últimos inquilinos del Palacio de Nariño.
Champeta principal: Núñez

Pasada la era Masquechocha, los costeños invadieron Bogotá hacia finales del siglo XIX e impusieron como presidente a Rafa, el cual declaró la Casa de Nariño como Palacio Imperial con el ánimo de conquistar América. Núñez abrió la sala de los presidentes en donde puso su propio retrato con todas sus barbas y que permaneció allí más de cien años hasta que un descendiente suyo de sangre paisa, conocido como Gavi, bajó el cuadro y colgó una nueva hora. Después de Gaviria, la Casa cambió radicalmente para convertirse en un verdadero museo en donde se guardan los siguientes objetos valiosos:

  • Los calzoncillos de Bolívar: Utilizados por El Libertino la noche en que Santander le iba a dar el paseo. Gracias a Manuelita Saenz, que lo tiró por una ventana, se salvó, pero ella se quedó apenas con los canzoncillos en la mano. Cuando los sicarios entraron y la vieron con los canzoncillos, ella disimuló y se secó la frente con ellos diciendo: "estas noches tan calientes... y ¡qué peste estos pañuelos modernos!".
  • El Florero del marica Llorente: Hecho astillas por supuesto, porque se lo partieron en la cabeza.
  • La laringe de la independencia: Con la que la gritaron... también quedó en añicos.
  • Los cuadernos de los Padres de la Patria: se tienen varios como en el cual Camilo Torres hizo los borradores del Memorial de Regaños, el Copyright sin permiso que hizo Antonio Nariño de los Derechos del Hombre, algunos dibujos Hentai pertecientes a Santander y almenos 300 mil cuadernos de las 70 mil constituciones impuestas en Colombia durante todo el siglo XIX.
  • Los bracieres del busto de Bolívar: Se conservan varios.
  • Proyecto de canal interoceánico para el departamento de Panamá: Se guarda en una sala especial con maquetas y proyecciones hasta el siglo XXIII y un libro titulado "Importancia del Istmo para el desarrollo nacional".
  • Varias actas de declaración de guerra hechas por Colombia a varias naciones en el mundo: contra Alemania en 1946 (no habían llegado todavía las últimas noticias de que la II Guerra Mundial terminó en 1945; contra Italia en 1956 (cuando los historiadores descubrieron de que Italia había sido aliada de Alemania); contra Turquía en 1970 (a causa de la I Guerra Mundial porque se dijeron que era mejor tarde que nunca), contra Rusia en 1968 (a causa de consejos de la Embajada Gringa), contra Inglaterra en 1990 (en defensa de Argentina cuando los historiadores se dieron cuenta que los ingleses tenían presencia en las islas gracias a que el Instituto Geográfico Agustín Codazzo les explicó bien que las Malvinas estaban en el área continental suraméricana y no eran un balneario del Canal de la Mancha como ellos se imaginaban) y otras muchas declaraciones de guerra.