Clannad
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CLANNAD no es un anime, es un programa de tortura psicológica de 49 episodios disfrazado de comedia romántica. Un producto de Key diseñado para demostrar que la felicidad es un estado temporal entre una desgracia y la siguiente. Su único logro tangible fue conseguir que los jugadores de bishōjo sustituyeran la recompensa pornográfica de costumbre por un trauma existencial, cambiando los fluidos corporales de siempre por un océano de lágrimas.
Mientras sus primos Kanon y AIR al menos tuvieron la decencia de incluir escenas subidas de tono antes de ser esterilizados para el consumo masivo, CLANNAD nació directamente en "modo familiar", una brillante estrategia de marketing para infiltrarse en las guarderías y empezar a cultivar traumas desde la infancia. Tan efectivo fue el experimento, que Key tuvo que lanzar un spin-off hentai, Tomoyo After: It's a Wonderful Life, como una especie de disculpa con contenido explícito. Un "lo sentimos por haberte roto, aquí tienes algo para la paja".
El resto de la franquicia es puro relleno para coleccionistas: un manga que nadie leyó, una película de Toei Animation que es básicamente un resumen mal hecho que ofende al material original, y la legendaria adaptación de Kyoto Animation, famosa por provocar más crisis nerviosas en hombres adultos que un test de paternidad sorpresa. Todo gracias a una canción sobre dangos.
Argumento
| Advertencia: Este artículo contiene detalles de trama y argumento, como por ejemplo que Nagisa se casa con Tomoya, le regala una cría y luego muere como si fuera un trámite (por que lo era). Ahora que te lo dije, puedes seguir leyendo.... |
La épica de Tomoya Okazaki, un gamberro cuyo acto de rebeldía más extremo es llegar tarde a clases. Su error fatal: hablarle a Nagisa Furukawa, una chica que le susurra al pan (anpan) para darse ánimos y cuya salud es más frágil que la carrera de baloncesto de Tomoya. Ese "hola" es el gatillo. Una reacción en cadena donde Tomoya, ahora forzado a ser el mesías de medio instituto, debe resolver la trágica vida de cada chica que se cruza. ¿La recompensa? "Orbes de luz". Un programa de puntos de miseria.
La trama, partida en dos. La ciudad real: un páramo donde un resfriado te manda directo al cementerio. El Mundo Ilusorio: un vertedero donde un robot de chatarra y una niña descalza deambulan, lo que ya lo convierte en el lugar más feliz de la serie. La primera parte, el instituto, es Tomoya ejerciendo de psicólogo gratuito para un harén de chicas. Sus problemas: "Soy un fantasma con una fijación por las estrellas de mar" o "A mi hermana y a mí nos gusta el mismo chico que tiene el brazo roto". Drama de calidad.
Luego, After Story. Porque para Key, el sufrimiento era solo el tutorial. Aquí, los personajes "crecen". O sea, descubren que la felicidad adulta es una estafa piramidal y que la salud de Nagisa era una bomba de tiempo con fecha de parto. Una clase magistral de cómo transformar una historia de amor en un manual para el llanto. Patrocinado por unos guionistas que probablemente lloran en piscinas de dinero.
Temática
El tema central de Clannad: la familia. O, en la jerga de su creador, Jun Maeda, "un manual de tortura emocional usando lazos de sangre". Que el título venga del irlandés para "familia" es el chiste más cruel de toda la obra, porque aquí los clanes están rotos, muertos, o esperando en la fila. Una oda a la felicidad donde ser hijo único —como Tomoya, Nagisa o Kotomi— es básicamente un pase VIP al trauma.
La supuesta "familia perfecta", la de Nagisa. ¿Su modelo a seguir? Unos padres que casi la matan por negligencia infantil y una madre cuyo pan casero es un arma biológica en fase experimental. Todo aprobado por una audiencia que paga por ver sufrir a gente con ojos del tamaño de planetas. Para Fuko y las gemelas Fujibayashi, el drama gira en torno a sus hermanas, pendejadas de adolescentes sobre a quién le toca el mismo inútil. En el caso de Tomoyo, su arco involucra a toda la familia disfuncional, porque en Clannad no puedes tener un pariente vivo sin que sea la excusa para tres traumas y una escena de llanto con mocos.
Personajes
Principales
Tomoya Okazaki
- Artículo principal: Tomoya Okazaki
El sueño húmedo de cualquier adolescente con complejo de salvadora. Tomoya Okazaki, un huérfano funcionalmente disfuncional, cuya madre murió cuando él era niño porque en el universo de Key las madres tienen la esperanza de vida de un dango en manos de Nagisa. ¿Su padre? Un alcohólico que, en un arrebato de pedagogía innovadora, le destrozó el hombro a puñetazos, arruinando su carrera en baloncesto y su capacidad para levantar la mano en clase.
Este cristalito de mirada lastimera y camiseta perenne arrastra sus traumas como medallas, siempre acompañado de Youhei Sunohara —su alma gemela platónica no declarada—, con quien forma el dúo más patético del instituto. Memoria selectiva, por supuesto: olvida a su amiga de la infancia pero recuerda cada golpe de su padre con la precisión de un contable. Aunque finja que todo le da igual, su irresistible combo de hombro roto, sarcasmo autodestructivo y un aura de "puedo joderte la vida aún más" lo convierte en un imán de problemas con falda.
Nagisa Furukawa
- Artículo principal: Nagisa Furukawa
Nagisa Furukawa, la protagonista femenina y un anuncio andante de por qué no debes saltarte tus vitaminas. Su existencia es un ejemplo perfecto del tropo "si parece demasiado frágil para vivir, probablemente no lo haga por mucho tiempo". Un año mayor que Tomoya pero repitiendo curso, cortesía de una enfermedad misteriosa que en el universo de Key es básicamente un resfriado con ínfulas. Para darse ánimos, su extraño hábito: murmurar nombres de comida, una técnica tan efectiva como suena. Su obsesión patológica con la "Gran Familia Dango" roza lo clínico, ¿quién en su sano juicio idolatra bolas de arroz? Físicamente, una brisa fuerte podría clasificarla como víctima de un intento de homicidio. Capricornio, por si fuera poco, y con cumpleaños el 24 de diciembre. Nada como recordar en Nochebuena que tu waifu tiene los días contados.
Youhei Sunohara
- Artículo principal: Youhei Sunohara
La existencia de Youhei Sunohara, una bolsa de boxeo humana para cada personaje femenino en un radio de diez kilómetros. Becado en fútbol al entrar al instituto, pero expulsado por quejarse del "compañerismo" en las duchas. El único que hizo algo interesante y lo echan. Su récord de ausencias, incluso peor que el de Tomoya, un logro tan impresionante como deprimente. La "Dirty Pair", les llaman. "Patético Dúo" sería más preciso. Dos lloricas unidos por su propia miseria. Y para rematar, su hermana Mei, que aparece ocasionalmente solo para recordarle en voz alta la decepción ambulante que es. Porque en Clannad, si no hay maltrato familiar, no es un arco narrativo.
Kyou Fujibayashi
- Artículo principal: Kyou Fujibayashi
Kyou Fujibayashi, la tsundere del grupo. Famosa por dos cosas: una cocina sorprendentemente no letal y un jabalí mascota llamado Botan. Porque los gatos son demasiado convencionales, claro. Un peligro público con lazo es mucho más kawaii. Pasa toda la primera temporada de celestina para su hermana gemela Ryou con Tomoya, aunque sus intenciones de saltarle encima sean más obvias que el drama en esta serie. Así, el triángulo amoroso se convierte en una clase magistral de "cómo NO gestionar tus sentimientos", todo para el deleite de los fans que devoran la frustración sexual reprimida con patatas fritas.
Ryou Fujibayashi
- Artículo principal: Ryou Fujibayashi
Y luego, Ryou Fujibayashi. La gemela tímida, básicamente la antítesis de Kyou. Introvertida. Pésima cocinera, cuyo superpoder es quemar el agua. Y su talento para la adivinación, tan fiable como el pronóstico del tiempo de un canal de YouTube. Enamorada de Tomoya, pero incapaz de hacer nada al respecto, salvo sonrojarse y tartamudear. Su gran estrategia: delegar en su hermana la tarea de conseguirle novio. Tan brillante como pedirle a un pirómano que te cuide la colección de gasolina. La definición andante de "princesa pasiva", esperando que el príncipe azul llegue a solucionar su vida.
Kotomi Ichinose
- Artículo principal: Kotomi Ichinose
Kotomi Ichinose figura entre los diez mejores expedientes académicos del país, un logro que no le sirve de nada para funciones tan básicas como hablar con otro ser humano. Pura inteligencia de libro, cero inteligencia social. Su hábitat natural, la biblioteca, donde la encuentras leyendo o perpetrando un genocidio auditivo con un violín. Este talento musical, tan refinado como el de un gato atrapado en una trituradora, la convierte en el objetivo perfecto para los fans con complejo de salvador. Por si fuera poco, era amiga de la infancia de Tomoya, un detalle que él convenientemente olvida. En Clannad, la amnesia selectiva no es un fallo de guion, es un requisito para una historia "trágica".
Tomoyo Sakagami
- Artículo principal: Tomoyo Sakagami
Tomoyo Sakagami es la única persona cuerda en este manicomio. Una estudiante transferida con reputación de delincuente violenta, confirmada cuando derrota a varios estudiantes usando combos de artes marciales. Su especialidad es patear a Sunohara por respirar en su dirección general, proporcionando la única terapia de shock gratuita que ese idiota necesita. Quiere ser presidenta del consejo estudiantil para salvar unos cerezos, porque sus prioridades de vida son elegir árboles sobre relaciones humanas disfuncionales... hasta que su propia ruta la arrastra al fango del fanservice H, convirtiendo a la última luchadora cuerda en otra insana más del catálogo para satisfacer a los chillones consumidores.
Fuko Ibuki
- Artículo principal: Fuko Ibuki
Fuko Ibuki, técnicamente un fantasma en coma. Deambulando por la escuela, se dedica a tallar estrellas de mar de madera. ¿Su herramienta? Un cuchillo mal afilado que duele más por el riesgo de tétanos que por el corte. Una actividad tan normal como suena, y tan perturbadora como la alegría con que el resto del elenco la ignora. Su obsesión por los equinodermos roza lo patológico; basta mencionar una estrella de mar para que entre en un trance que la desconecta del mundo, cosa que pasa cada 30 segundos, más o menos. Mientras, su hermana mayor, Kouko Ibuki, una exprofesora, vive traumatizada. No solo por tener que justificar la presencia espectral de su hermana comatosa en los pasillos, sino por la carga insoportable de ternura forzada que el personaje exige a gritos. Detestable, en una palabra.
Ushio Okazaki
- Artículo principal: Ushio Okazaki
La pequeña Ushio Okazaki, triste producto de cruzar los genes de un hombro roto con los de una murmuradora de pan dulce. Heredera oficial de la "Enfermedad Misteriosa™" de Nagisa, porque en esta franquicia un resfriado común tiene más tasa de mortalidad que el ébola. Esta bomba de llanto con vestido cumple doble función: en el mundo real, un loro programado para preguntar "¿Papá, lloras?" entre estaciones de tren y toses con sangre; en el Mundo Ilusorio, una mini filósofa en camisón que debate sobre la "felicidad" con un robot de basura mientras recolecta chatarra metafórica.
Su cumbre narrativa: tras sobrevivir milagrosamente a Nagisa solo para morir del mismo "virus del guion" a los cinco años, invalida toda la serie con un deus ex machina. Con el poder de los orbes de luz, rebobina el tiempo, no para salvarse ella, sino para que Nagisa sobreviva al parto, demostrando que en el universo de Key, ni siquiera la muerte es un obstáculo si la trama necesita un final feliz forzado y sin sentido.
Secundarios
Media
Novela visual
- Artículo principal: Anexo:Rutas de Clannad
Dos actos para esta obra. El primero, el arco escolar: una farsa de redención adolescente donde tu trabajo es curar a chicas con más problemas que un manicomio en lunes. El segundo, After Story: un infierno personal que solo desbloqueas tras completar ocho rutas y perder toda voluntad de vivir. Para novatos en novelas visuales: la voluntad de cualquier otra cosa ya la has perdido antes.
Acceder al After Story requiere recolectar "luces", esas malditas esferas del dragón que aparecen solo si impides que una heroína muera, se suicide o huya de la ciudad por tu culpa. Conseguirlas es un ejercicio de precisión quirúrgica: un desliz al elegir entre "¿Te duele el pecho?" o "¿Quieres un dango?" manda a Nagisa a una tumba prematura y a ti a un final donde Tomoya limpia retretes en una gasolinera.
La jugabilidad, un ejercicio de masoquismo puro. Horas de monólogos sobre tonterías adolescentes. Interrupciones con elecciones tan triviales como "Quemar el violín de Kotomi" o "Dejar que Kyou le parta la cara a Sunohara". Key, en su infinita sabiduría, ni siquiera incluyó voces en la versión original. Para qué, si los sollozos del jugador ya componían la banda sonora. Y los minijuegos... un insulto al intelecto. Ganar al botball es como pedirle a un paciente en coma que resuelva ecuaciones diferenciales. Un sinsentido.
Desarrollo
Al mando de esta operación de demolición emocional, Jun Maeda. Junto a Kai y Yūichi Suzumoto, escribió una historia de la que no te libras ni con exorcismo. Pero el crimen de lesa humanidad visual fue de Itaru Hinoue. Unos diseños de personajes con ojos tan desproporcionados que parecen un error genético, un experimento fallido de laboratorio. ¿Narices? ¿Bocas? Detalles triviales. Lujos para artistas que usan más del 10% de la cara. Aquí todo es ojo. Unos globos oculares tan vastos que te podrías perder en ellos. O, más probablemente, los artistas se perdieron intentando dibujar algo más.
Las melodías, cortesía de Shinji Orito y Magome Togoshi. Tan efectivas que te persiguen en sueños, una maldición auditiva. Se rumorea que cuatro miembros del staff huyeron al terminar el proyecto. Incapaces, seguramente, de vivir con la culpa de esos rostros desfigurados, con ojos que gritan "¡MÍRAME, NO HAY NADA MÁS QUE VER!".
7,500 yenes. Eso costaba en DVD-ROM esta aberración. Luego, la plaga se esparció. PS2, PSP, Xbox 360, móviles... En 2008, el sufrimiento ya era portátil. Ahora podías llorar en el baño del trabajo. Como Tinder, pero para gente que ya renunció a la felicidad.
Adaptaciones
Película
Toei Animation, esos mismos genios que convirtieron las obras de Key en presentaciones de PowerPoint con voz, anunciaron en 2006 su película de Clannad. La dirección, a cargo de Osamu Dezaki, quien ya venía de destrozar Air años antes, garantizaba una catástrofe. Y así fue. Estrenada en 2007, la película se vendió como "reinterpretación libre". Un eufemismo para "recorte salvaje", un sketch de mal gusto que condensa 80 horas de novela visual en 90 minutos de pura confusión.
El diseño de personajes original de Itaru Hinoue, ya de por sí cuestionable, sufrió una transformación grotesca. A manos de Megumi Kadonosono, cuyo currículum dominado por series infantiles sobre moda es todo un presagio, los personajes acabaron pareciendo muñecos de cera derretidos en un día de verano. Con tres ediciones de DVD a la venta —coleccionista, especial y regular—, el 7 de marzo de 2008 pasó a la historia. Para los fans, el día que Toei confirmó que el respeto a la obra original es una leyenda urbana.
Anime
Kyoto Animation, los mismos que clonaron a las hermanas Fujibayashi para crear a las gemelas de Lucky Star, decidieron en 2007 que querían torturar a sus animadores tanto como la novela visual torturaba a sus jugadores. El resultado: 23 episodios de Clannad. Una adaptación que convierte un juego de rutas opcionales en un harem donde Tomoya es el único premio.
Un engaño perfecto, así funciona el opening Megumeru y el ending Dango Daikazoku. El primero, pura gente corriendo feliz sin rumbo fijo. El segundo, una canción sobre comida que se te mete en el cerebro para luego destruirte emocionalmente. Marketing psicológico de manual.
Luego, en 2008, After Story. 24 episodios más para hacernos creer que la comedia estudiantil que a nadie le importaba iba a continuar. El opening, una joya. El ending, un silencio incómodo que aparece en los peores momentos posibles, como un mal chiste en un funeral.
Las OVAs, tituladas "Another World", son el multiverso de Key antes de que Marvel lo hiciera mainstream. ¿Y la emisión? Por todas las cadenas japonesas, claro. Porque al público nipón le encanta ver a sus personajes favoritos ser sistemáticamente traumatizados, pero en alta definición y con una animación impecable.
Manga
La adaptación al manga de Clannad es el ejemplo perfecto de cómo tomar algo que ya era complicado y hacerlo aún más confuso. Serializada en Comic Rush desde 2004 a 2009, la obra demuestra que cuando tienes que adaptar 80 horas de novela visual a viñetas, algo tiene que salir mal.
El manga, ilustrado por Juri Misaki, se las arregló para comprimir todas las rutas alternativas en 8 volúmenes, lo que es como intentar meter un elefante en una nevera: técnicamente posible pero requieres un hacha muy filosa. La adaptación tiene ese encanto especial de los mangas basados en novelas visuales donde los personajes tienen que explicar en globos de diálogo lo que en el juego original tomaba horas de monólogo interno.
Comic Rush pensó que tenía entre manos una mina de oro, solo para descubrir que la mayoría de los fans preferían o bien jugar las 80 horas de la novela visual o esperar al anime o la versión Hentai. El manga quedó como esa versión incómoda que existe principalmente para que los coleccionistas tengan algo más que poner en sus estanterías junto a sus figuras de Nagisa haciendo dango.
Recepción
La recepción de Clannad es la autopsia de la paciencia del espectador moderno. En su estreno, un hito del drama, aclamado por una crítica que aún no medía la calidad de una historia en power levels. Hoy, en 2025, para la audiencia de TikTok, Sanae es "mid" porque no tiene una expansión de dominio, y Nagisa no sobrevive un resfriado, mucho menos un combate contra Gojo.
Quienes crecieron con la serie defienden After Story como si fuera el último bastión del buen guion. Para las nuevas generaciones, es solo material para tier lists donde Tomoya Okazaki pierde contra cualquier protagonista de isekai con el carisma de un ladrillo pero con estadísticas de nivel dios. Los foros están llenos de críticas constructivas como: "¿Arreglar tus problemas familiares? ¿Llorando? Kirito lo habría resuelto en dos episodios, y de paso se quedaba con todas".
Las puntuaciones en MyAnimeList son una reliquia: 8.02 y 8.95, vestigios de una era donde el público tenía la capacidad de atención de un adulto. Hoy, los comentarios son más directos: "7/10, sobrevalorado", "mucho drama, pocos power-ups", y el inmortal "¿48 episodios para esto? Truck-kun lo habría arreglado en el primer capítulo".
Pero no importa. El ciclo de consumo es el mismo: un tuit de "¡NO ME ADVIRTIERON!", tres meses con un dango como avatar, y luego a olvidar la serie hasta que el próximo video de "Animes tristes que debes ver" la resucite. El legado de Clannad no es su historia, sino su capacidad para generar contenido de reacción en un bucle infinito.
¿Sabías que...
- ... existe un universo paralelo de Clannad llamado Kanon, donde las estaciones no pasan, Yuuichi es Kyon, Sunohara no tiene una hermana loli y Botan es un perro?
- ... las hermanas Fujibayashi tienen clones de mundos alternos en Lucky Star y Kanon?
- ... Kyou sí es un abusón?
- ... en el genero harem existen dos tipos de hombres: el que se queda con todas (e incluso todos) y Sunohara?
- ... en el anime no se dan ningún beso (no contando las OVAS)?
- ... la novela visual desde un principio no tenía hentai, pero aún así sacaron una versión de Tomoyo?
- ... Toradora es casi lo mismo, solo que la chica es la antisocial, el chico tambien es un antosocial, y depurando todo lo triste y reemplazandolo con comedia
- ... el sonido del violín de Kotomi es tan intenso que llega hasta otros animes?
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