Mitología celta

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Un celta luchando contra el extraterrestre de El día que la tierra se detuvo.

La mitología celta es lo que se cuenta de la religión de los celtas, unos tipos que vivían en la Edad del Hierro, cuando para desaburrirse bebían e inventaban un montón de dioses y de historias para pasar el rato. Los celtas eran los indoeuropeos salvajes y más fiesteros. Algunos se hicieron amigos de los romanos, como los galos y los celtíberos, que les vendían queso o jamón. Otros se peleaban con ellos, como los britanos y los escotos, que les hacían gestos obscenos cuando se daban la vuelta. Los romanos se cargaron la mitología celta, porque les obligaron a ser cristianos y a hablar latín. Lo único que sabemos de los celtas es lo que nos contaron los romanos y los curas, que no se fiaban mucho de ellos.

Pero no todos los celtas se dejaron conquistar por los romanos. Algunos se escaparon a las islas británicas, donde siguieron siendo celtas, hablando celta y haciendo cosas celtas como beber hasta perder la virginidad rectal. Allí conservaron algunos restos de la mitología, que escribieron en libros viejos y polvorientos. Estos libros nos hablan de héroes como el Rey Arturo, que tenía una espada redonda y una mesa mágica; o de magos como Merlín, que hacía trucos y se convertía en ardilla. También nos hablan de monstruos como el dragón, que echaba princesas por la boca y se comía el fuego; o de hadas como las banshees, que chillaban como locas y anunciaban la muerte, pero que se volvieron famosas haciendo conciertos.

Fuentes históricas

Los celtas sólo sabían escribir borracho, haciendo rayas en las piedras o en los palos. Los romanos les enseñaron a escribir, pero les cambiaron sus dioses por los suyos. Los que se escaparon de los romanos se fueron a Irlanda y a Gales, donde los cristianos les escribieron sus mitos, pero les quitaron la gracia. Julio César escribió un libro sobre los dioses celtas, pero les puso nombres romanos, porque no se sabía los suyos. Dice que los galos adoraban a Mercurio, Apolo, Marte, Júpiter y Minerva, y que se creían hijos de Dis Pater, el dios de los moridos.

El problema es que César no tenía ni idea, y que se inventó muchas cosas. Los dioses celtas no eran como los romanos, sino que tenían muchos nombres, muchos aspectos y muchos atributos. Algunos estudiosos dicen que los dioses celtas eran locales y tribales, y no pan-celtas, es decir, que cada uno tenía los suyos y no los compartían a menos que les pagaran en carne. Otros dicen que había algunos dioses que eran comunes a todos los celtas, y que tenían un sentido similar. Lo que está claro es que nunca vamos a saber qué pasó realmente a menos que inventemos otra máquina del tiempo como la que se nos perdió mañana.

Panteón

  • Cernunnos creyendo que su novia se quedó sin batería en su celular.
    Dagda: El papá de todos los dioses celtas, también conocido como el dios bueno, el padre de todo o el dios de la patata. Su nombre significa “el que tiene un gran garrote”, y no es una metáfora, bueno, sí y no. Su garrote era tan grande que tenía que arrastrarlo sobre ruedas, y podía matar o curar con cada extremo, aunque era tan descuidado y olvidaba qué extremo hacía qué. También tenía un caldero mágico que nunca se vaciaba, ideal para las fiestas y los atracones. Era un dios muy generoso, conocido por sexualizado y glotón, el arquetipo del celta perfecto. Una vez se le escapó un pedo que duró nueve días y nueve noches, y provocó una guerra entre los dioses y los gigantes. Se dice que todavía se puede oler su aroma en algunas zonas de Irlanda.
  • Balar: El abuelo malvado de Lugh, el rey de los fomorianos, una raza de monstruos marinos que odiaban a los dioses celtas. Tenía un solo ojo en la frente, que podía lanzar rayos láser y destruir todo lo que miraba. Por eso lo tenía siempre cerrado, y sólo lo abría cuando quería arrasar a sus enemigos. Su debilidad era su otro ojo, que estaba en la nuca y era muy vulnerable. Lugh lo mató con una honda, atravesando su ojo malo y haciendo que saliera por el bueno. Se dice que su ojo bueno era tan bonito que inspiró el arte celta que no es tan bonito en realidad.
  • Mórrígan: La diosa de la guerra, la muerte y la matanza, también llamada la Reina Fantasma, la Gran Reina o la Señora de los Cuervos. Es decir, la más gótica del reino. A veces, como las chicas góticas, aparecía como una mujer hermosa, una vieja bruja o un cuervo sanguinario. Le gustaba revolotear por los campos de batalla, alentando a los guerreros y devorando a los caídos pues tampoco le gustaba que se desperdiciara un buen filete.
  • Lugh: Es el dios más genial de todos. Sabe hacer de todo: luchar, cantar, bailar, construir, etc. Es tan listo y tan guapo, que todos los dioses y las diosas se morían por él. Es el nieto de Balar, el dios malo que tenía un ojo que mataba, y el hijo de Ethniu, una princesa que se fugó con su padre. Lugh mató a su abuelo con una honda, y se quedó con el trono de Irlanda. Es el dios perfecto, el dios ideal, el dios que todos querríamos ser.
  • Cernunnos: Ese ser divino que hace que los ciervos se sientan un poco incómodos con su monopolio de los cuernos, ha sido objeto de veneración y confusión durante siglos. Algunos lo ven como el patrón de la naturaleza, mientras que otros lo confunden con un director de moda desbocado que decidió decorar su cabeza con el último grito en astas. Lo cierto es que siempre se le veía con sus ninfas haciendo cosas +18, lo que le dio fama de macho machista.
Taranis visiblemente enojado porque le esculpieron el nepe muy pequeño y el pan muy grande.
Morrigan distrayendo a los guerreros en medio de la batalla.
  • Belenus: El dios que convierte cada día soleado en un desfile de moda divino, ha dejado a los celtas boquiabiertos con su resplandor celestial y su habilidad innata para hacer que el sol parezca una modesta bombilla en comparación. Se rumorea que Belenus es el diseñador de moda no reconocido detrás de las túnicas radiantes que los dioses llevan en el Olimpo, y algunos incluso afirman que tiene un salón de belleza celestial donde los ángeles acuden para obtener ese brillo angelical.
  • Teutates: El dios de la tribu, la guerra y la riqueza, también llamado el dios de la gente, el dios del trueno o el dios de la cerveza. Una vez organizó una fiesta tan grande que se acabó la cerveza de toda la Galia. Los celtas, desesperados, tuvieron que buscar cerveza en otros países. Así fue como los celtas se expandieron por toda Europa.
  • Taranis: El dios que maneja los rayos como si fueran serpentinas en un carnaval celestial, es conocido por su capacidad para lanzar tormentas épicas con solo un chasquido de dedos divino. Es el director del mejor espectáculo de luces del panteón, porque no puede resistirse a un buen espectáculo pirotécnico.
  • Esus: El dios de los árboles y la tala, era famoso por dos cosas: sus habilidades madereras que harían sonrojar a un castor experto y su bizarra obsesión con emular a Odín, el nórdico dios de todo. Imagina a un leñador con barba poblada y hacha aún más afilada, pero en lugar de talar árboles con la intensidad de una tormenta nórdica, este tipo los abrazaba, susurraba secretos con las ardillas y hacía poesía floral sobre la corteza. Si Odín lanzaba rayos, Esus lanzaba piñas con precisión mortal. Si Odín tenía dos cuervos mensajeros, Esus tenía un escuadrón de castores chismosos.

Los superhéroes

  • Cú Chulainn haciéndose el dormido para no mojarse los pies de regreso a casa.
    Cú Chulainn: Era el guerrero más famoso de Irlanda, y el que defendió su tierra de las invasiones de la reina Medb. Tenía una fuerza sobrehumana y una lanza que nunca fallaba. También tenía un defecto: se ponía tan furioso en la batalla que se transformaba en un monstruo horrible. Por eso, sus amigos tenían que bañarlo en tres calderos de agua fría para que se calmara.
  • Fionn Mac Cumhaill: Era el líder de los Fianna, una banda de guerreros que protegían a Irlanda de los invasores y de las criaturas mágicas. Tenía una sabiduría infinita, porque se comió el salmón del conocimiento. Por eso el salmón obtuvo la mala fama de ser bueno para el cerebro.
  • Bran el Bendito: Era el rey de Britania, y el que viajó a Irlanda para rescatar a su hermana Branwen, que estaba casada con un rey cruel. Tenía un tamaño enorme, y podía cruzar el mar a pie. También tenía un caldero mágico, que podía resucitar a los muertos. Pero no todo salió bien: en la guerra contra los irlandeses, perdió su caldero, su hermana y su cabeza. Por eso, sus amigos enterraron su cabeza en Londres, para que protegiera la isla de los invasores cosa que hasta la actualidad parece que ha servido.
  • Astérix: Era el héroe de una aldea gala que resistía al imperio romano. Tenía una poción mágica que le daba una fuerza sobrehumana, y que usaba para derrotar a los legionarios.
  • Manannan: Era el hijo del dios del mar y de una mortal, y el que se escapaba de las responsabilidades. Tenía una capa de espuma que le hacía invisible, y la usaba para huir de las fiestas de dioses cuando le tocaba pagar la cuenta. También tenía un barco que navegaba sin remos ni velas, y que podía ir a cualquier parte, excepto a donde quería.
  • Ogmios: Era el hijo del dios de la elocuencia y de una mortal, y el que hablaba por los codos. Tenía una voz tan potente que arrastraba a la gente con cadenas que salían de su boca. Era capaz de contar historias tan fascinantes que nadie podía dejar de escucharlo, ni siquiera para ir al baño, por eso terminaban ensuciando la sala. También tenía una barba tan larga que le llegaba hasta los pies, y que usaba como bufanda o como látigo.
  • Nuada Airgetlam: Era el rey de los Tuatha Dé Danann, una tribu de semidioses que gobernaba Irlanda. Era hijo del dios del cielo y de una mortal, y tenía una mano de plata que le había hecho un dios herrero, y que le daba un aspecto muy elegante. También tenía una espada de plata que le había regalado un dios mago, y que le servía para cortar cualquier cosa. Era capaz de atravesar las excusas de los dioses con su espada, y de imponer su autoridad con su mano.
  • Rhiannon: Era hija del dios de los caballos y de una mortal, y tenía un caballo blanco que era el más rápido de todos, y que podía volar por el aire. Más allá de ello no tenía nada especial más que sus posaderas de centauro.
  • Breogán fundando Acoruña.
    Gwyddyon: Tenía un libro de hechizos que le permitía hacer cualquier cosa, y que usaba para gastar bromas a los dioses. Era capaz de convertir a los dioses en sapos, en pollos o en lo que se le ocurriera, solo para reírse de ellos. También tenía un sentido del humor muy especial, que no siempre era bien recibido.
  • Arturo o Artús: Era el rey de Britania, y el que se inventó la democracia. Tenía una mesa redonda donde se reunía con sus caballeros, y donde todos tenían el mismo voto. Bueno, todos menos él, que tenía la última palabra. También tenía una espada mágica, llamada Excalibur, que le había dado una señora que vivía en un lago. La espada era tan poderosa que solo él podía sacarla de una piedra, y la usaba para demostrar su legitimidad. Pero no todo era perfecto: su esposa le puso los cuernos con su mejor amigo, su hijo le quiso matar, y su mago le traicionó.
  • Breogán: Era el rey de Galicia cuando no era una desgracia. Su hijo viajó a de Irlanda, donde acabaría siendo asesinado por unos celosos reyezuelos. En venganza, los hijos de Mil, nietos de Breogán, navegaron desde Brigantia a Irlanda, y la conquistaron. Pero no todo fue fácil: tuvieron que luchar contra los dioses, los druidas y las hadas.
  • Merlín: Era el mago más famoso de Britania, y el que tenía más secretos. Tenía una varita mágica que le permitía hacer trucos increíbles, y que usaba para ayudar a Arturo. También tenía una bola de cristal que le permitía ver el futuro, y que usaba para predecir las profecías. Pero no todo era magia negra: su padre era un demonio, su madre una monja, su amante una bruja, y su alumno un traidor.

El culto céltico

El culto céltico es una de las religiones más antiguas y misteriosas del mundo, que se practicaba en Europa antes de la llegada de los romanos, los cristianos, los vikingos y los reptilianos. Los celtas eran un pueblo guerrero, artístico y amante de la naturaleza, que adoraba a una multitud de dioses y diosas con nombres impronunciables y poderes increíbles. Creían que todo estaba vivo y tenía un espíritu, desde las piedras y los árboles hasta tu PC vieja. También creían en la magia, la reencarnación, el destino y las profecías, que eran como predicciones meteorológicas, pero con más misticismo y menos paraguas.

Templos célticos

Quizá los celtas hayan tenido ciertas ayudas para construir Stonehenge.

Los templos celtas, también conocidos como “Lugares Sagrados con Encanto”, eran como centros comerciales para dioses, donde los seres divinos podían comprar ofrendas y los mortales podían adquirir bendiciones a precios razonables. Los arquitectos celtas eran expertos en crear estructuras que combinaran lo místico con lo práctico, porque, ¿quién dijo que no se puede adorar a los dioses y comprar velas aromáticas al mismo tiempo?

Los templos celtas podían ser de varios tipos, según el dios o diosa al que estuvieran dedicados.

  • Los dolmenes, que eran unas piedras gigantes apoyadas unas sobre otras, formando una especie de mesa. Se usaban para hacer sacrificios de animales, humanos o vegetales, según el gusto del dios o diosa. Los dolmenes más famosos son los de Stonehenge, que se construyeron para celebrar el solsticio de verano, el día más largo del año y el más propicio para hacer un asado argentino.
  • Los menhires, que eran unas piedras alargadas clavadas en el suelo, formando una especie de lápiz. Se usaban para marcar lugares sagrados, como fuentes, cuevas o bosques, donde los celtas podían comunicarse con los dioses o diosas. Los menhires más famosos son los de Carnac, que se alinean en filas paralelas, formando una especie de código de barras.
  • Los crómlech, que eran unos círculos de piedras, formando una especie de donut. Se usaban para hacer rituales de iniciación, matrimonio o muerte, según el momento vital o la depresión del involucrado.

Druidas

Los druidas eran los asesores personales de los dioses, siempre dispuestos a dar consejos cósmicos y sugerencias sobre qué árboles se verían mejor en el próximo bosque divino. Se dice que sus capas eran tan mágicas que tenían bolsillos interdimensionales llenos de hierbas curativas y recetas para pociones místicas. Además, eran los únicos que podían interpretar correctamente las señales de tráfico divinas, como el vuelo de los pájaros, el movimiento de las nubes o el olor del pedo del zorrillo.

También hay mujeres druidas y según los geeks de Warcraft estaban así de buenotas.

Los druidas se dividían en tres categorías, según su especialidad:

  • Los bardos, que eran los encargados de contar historias, cantar canciones y recitar poemas. Su función era entretener y educar al pueblo celta, transmitiendo la cultura, la historia y la mitología de su pueblo. Los bardos más famosos son los de la saga del Rey Arturo, que inventaron la historia de la espada Excalibur, el mago Merlín y los caballeros de la Mesa Redonda, para hacer más interesante la vida del rey Arturo, que en realidad era un aburrido administrador.
  • Los vates, que eran los encargados de hacer predicciones, curar enfermedades y practicar la magia. Su función era adivinar y modificar el futuro, usando su conocimiento de la naturaleza, las estrellas y los sueños para hackear la suerte.
  • Los druidas, que eran los encargados de dirigir los rituales, impartir la justicia y preservar el equilibrio. Su función era mediar y armonizar la relación entre los dioses y los humanos, pero sobre todo eran unos violentos porque lideraron la resistencia contra los romanos, quemando Londres, Colchester y St Albans, para hacer más digna la derrota, que en realidad era una inevitable masacre.

Significado de las Profecías en el Ritual Druidico

En el ritual druídico, las profecías eran como horóscopos pero con más dramatismo. Si un cuervo graznaba en un tono menor, podía significar que los dioses estaban teniendo una fiesta sorpresa o que alguien olvidó comprar leche en el supermercado. Los druidas eran maestros en el arte de darle sentido a lo absurdo y convertir cualquier señal en una razón para organizar una fiesta.

Las profecías se basaban en la observación de los fenómenos naturales, como el clima, los animales o las plantas, que se creía que eran manifestaciones de la voluntad de los dioses:

  • Si el sol salía por el este, significaba que el dios Lugh estaba de buen humor y que era un buen día para iniciar un proyecto, viajar o declararse a alguien. Si el sol salía por el oeste, significaba que el dios Lugh estaba de mal humor y que posiblemente sea el fin del mundo.
  • Si una vaca mugía tres veces seguidas, significaba que la diosa Brigid estaba contenta y que era un buen momento para pedir un favor, hacer una ofrenda o tener un hijo. Si una vaca mugía cuatro veces seguidas, significaba que la diosa Brigid estaba enfadada y que era un mal momento para hacer cualquier cosa, excepto huir y esconderse.

Druida: "Y así, el dios Lugh venció al gigante Balor con su lanza mágica."

Alumno: "¿Por qué la lanza era mágica?"

Druida: "Porque era de plata."

Alumno: "¿Y por qué la plata era mágica?"

Druida: "Porque así lo decía la profecía."

Véase también