Victoria I del Reino Unido
Dios quiere que este artículo sea ampliado Falta información sobre: últimas secciones y época victoriana
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Reina del imperio británico Digo, del Reino Unido |
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Reinado o lo que sea | 1837-1901 |
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Residencia | El Big Ben |
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Mayordomo | Todos |
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Hechos | Reinar todo el siglo XIX |
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Poderes | Todos, es la reina |
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Nombre de verdad | Alexandrina Victoria Hannover Sajonia-Coburgo-Saalfeld-Skywalker |
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Nacimiento Defunción | 1819 1901 |
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Casa |
Casa de Hannover |
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Estado actual | Deshecha (de tristeza) |
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Familia | Europa |
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Relaciones | Tierra |
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Enemigos | La muy leal oposición de su majestad la reina |
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La Reina Victoria I del Reino Unido (1819, siempre), fue la reina del Reino Unido, como bien indica su nombre, desde junio de 1837 hasta que estiró la pata en 1901, en la llamada época victoriana (la de su vida, no cuando estira la pata). También fue emperatriz malvada de la India, desde 1877 hasta que murió,[1] dejando ambos cargos a su hijo, la reina y emperatriz Eduardo VII del Reino Unido. Además de él tuvo otros nueve hijos y cuarenta y dos nietos por sus affaires que unieron a toda Europa como familia. Pero igual se peleaban.
Su mandato se destaca por cosas como el reparto de África, las guerras del Opio, por marcar la cúspide de la revolución industrial, por ser la época de mayor esplendor del emporio botánico, o por su larga duración de 630 años y 366 días.
Biografía
Vida moza
Victoria nació y poco tiempo después fue nombrada reina. En el medio hubieron 18 años, pero se entiende la idea. La pequeña Victoria nació en el seno de una familia extremadamente rica, pero muy pobre, pues eran los hermanos del rey Jorge IV pero el padre, Eduardo de Ken, había contraído muchas deudas por la cuenta de los burdeles.
Victoria nació entonces en una familia bastante pobre con un padre fracasado y una madre emo, de esas que compran antidepresivos para cortarse las venas con el empaque. Su infancia fue realmente dura, dura y a blanco y negro. Su madre era en extremo sobreprotectora y no la dejaba respirar (razón por la que años después moriría) y por su pobreza tenía que cazar insectos para dárselos de comer a insectos más grandes, que luego ella se comía.
Aún así, figuraba como parte de la realeza y como tal fue bautizada por el arzobispo de Canterbury siendo su padrino el mismísimo zar Nicolás I de Rusia. Su nombre original era Victoria Georgia Alejandrina Carlota Augusta Mandarina, pero el rey insistió en sacar cuatro de los nombres, quedando finalmente como Victoria Mandarina.
Reinado
Victoria se hallaba en el quinto puesto de la línea sucesoria, o sea que no gobernaría a menos que haya un cataclismo que mate a la vez a su padre y a sus dos tíos, que fue exactamente lo que sucedió (más o menos), quedando como segundo puesto Victoria con su tercer tío el rey Guillermo IV, que esperó a que cumpliera los 18 años para morirse (el hecho de que Guille haya tenido hijos con una amante y no con su esposa legítima también benefició a Victoria). Así, Victoria quedó como reina, siendo coronada un 28 de junio y sellando así el fatídico destino del mundo en los siguientes años. O quizás no, pero había que poner algo parecido.
Al principio de su reinado supo ser muy popular, pero pronto se olvidó. Ayudó mucho a este olvido una intriga palaciega que involucraba tumores, militares y generación espontánea. Su impopularidad inicial terminó cuando el mayordomo real, lord Melbourne, decidió renunciar indignado por la anulación de la constitución en Jamaica (anda a saber porqué), siendo reemplazado por sir Roberto Pelo, un calvo que también dimitió porque sentía que la reina no le dejaba gobernar con restricciones tan duras como el no dejarle cambiar a sus damas de cámara. Tras eso volvió Melbourne y la impopularidad, que como en esa época no existía la televisión, fue aminorada usando periódicos e hipnosis.
A pesar de ser reina, Victoria aún no había dejado el nido, dado que su madre, usando el sistema Kensington de Educación para la realeza le había infundido miedo a las puertas, por lo que toda su vida había vivido en un solo cuarto, sin puertas, en la cima de una torre. Un buen día se aburrió y, decidió saltar desde la ventana, que el salón no tenía puertas pero si ventanales. Cayó sobre la carroza de su primo Alberto y, agradecida por salvarle la vida, aún en desmedro de su carroza y cochero, decidió casarse con él. Cabe destacar que, al contrario de la mayoría de bodas reales (reales en el sentido de existentes), Victoria sí estaba enamorada de Alberto, porque a la reina, siempre casta y moralmente correcta le emocionaba la idea del incesto.
Querido diario:
NUNCA, NUNCA he pasado una noche así. MI QUERIDO, QUERIDO, QUERIDO [más QUERIDOs] Alberto con su gran amor y afecto me ha hecho sentir que estoy en un paraíso de amor y felicidad, algo que nunca esperaba sentir y menos por ahí. Me cogió en sus brazos y nos besamos una y otra vez, y otra en la ducha y una última sobre la mesa. Este ha sido el día más feliz de mi vida.
Tras su boda, Alberto se convirtió en el eje de la vida de Victoria, volviéndose su confidente, "consejero político" y compañero, forma de decir que utilizaba su cabeza de abajo con la reina para poder gobernar en vez de ella con la cabeza de arriba.
Viudez
En marzo de 1861 la madre de Victoria se murió por fin, por lo que Victoria inició dos semanas de fiestas a nivel nacional en todo el imperio. Las proporciones bíblicas de la celebración no solo dejaron en quiebra al imperio (por dos días, después se reanudó la explotación laboral en Sudáfrica y todo volvió a la normalidad), sino que también le dió a Victoria su famoso aspecto de "barril a punto de estallar", mientras que a su esposo Alberto le dio fiebre tifoidea y sífilis, que en diciembre de ese mismo año lo terminaron matando, dejando a Victoria completamente desolada, pues ya no tenía nadie para descargar tensiones y procrear más hijos.
Tan desolada estaba que se retiró en ese mismo momento de la vida pública, se puso un vestido negro, se sentó en su sofá en Windsor y permaneció ahí sentada durante tres años, hasta que en 1964 se levantó para ir al baño. Durante el resto de la década, siguiendo sentada, se hizo amiga íntima, quizás demasiado de su sirviente (le gustaba el femdom y esas parafilias raras) John Brown, un escocés que con su barba chistosa parecía haber enamorado a la reina. Brown fue una persona importante en la vida de la reina, según sus propias memorias: «Brown fue una persona importante en mi vida». Falleció en 1883 de una infección de bacterias alienígenas contraída en Windsor.
En cuanto a cuestiones relevantes, durante esos años se murió lord Palmerstone (mejor primer ministro o segundo mejor, dependiendo a quien le preguntes) y fue sucedido por lord Derby, quien aprobó el Acta de Reformas de 1867 donde, influenciado por el movimiento de las sufragistas, aumentaba la cantidad de votantes a toda la población, excepto por las mujeres y sobre todo las sufragistas. Eso le pareció suficiente a Derby para un solo gobierno y dimitió, siendo sucedido por Benjamin Disraeli, un conservador con cara de Lincoln que se volvió allegado a la reina por sus parecidas ideas políticas y los elogios a su figura. Su gobierno terminó al día siguiente y fue sucedido por William Gladstone, un aburrido liberal que no le caía bien a nadie porque no tenía cara de Lincoln.
Sin embargo, a lo largo de todo este periodo de emoción de la reina lo más relevante fue el enorme sentimiento de republicanismo, impulsado por varios factores como el que los británicos ya no podían ver a la reina como waifu porque estaba gorda. Así, empezó a tomar fuerza la idea de una utopía mundial donde el Reino Unido sería una república y todos serían felices (porque con república no hay Reino Unido, y sin Reino Unido hay felicidad). Ese sentimiento, preexistente desde la época de la República Ateniense, se volvió multitudinario durante esos años por la desaparición de la reina de la vida pública, lo que dejaba a la prensa rosa sin chismes, y por tanto, a los británicos sin su alimento básico. Para agravar las cosas, la reina enfermó por no pararse del sofá de Alberto, y su hijo el príncipe contrajo SIDA por sus constantes visitas a la corte neerlandesa.
Regreso triunfal y emperatriz del Raj
En ese momento, cuando todo parecía más perdido que nunca, la reina recordó que el duelo era solo 40 días, por lo que decidió volver
Últimos años
Muerte
Época victoriana
- Artículo principal: Los good ol' times
Legado
Pues si no fuera importante no tendría un artículo en Inciclopedia.
Notas
- ↑ Hasta que se murió ella, no la India
Véase también
- Imperio británico
- Isabel II del Reino Hundido
- Eduardo VII del Reino Unido
- Siglo XIX
- Europa
- Abuela
- Emperador
- India
Predecesor: Guillermo 4 de Loquilandia |
Reina de una cuarta parte del mundo y los territorios de ultramar 1837-1901 |
Sucesor: Eduardo VII del Reino Unido |
Predecesor: Nadie I del Reino Unido |
Emperatriz de la India y un par de islas con opio 1877-1901 |
Sucesor: Eduardo VII del Reino Unido |
Predecesor: Victoria 0 del Reino Unido |
Victoria del Reino Unido 1819-1901 |
Sucesor: Victoria II |