James Watt

James Watt

No era muy agraciado, pero tenía mirada seductora

Nacimiento Defunción	1736 1819

Origen	Escocia (la casa de Sean Connery)

Su vida

Sobrenombres	Jimmy "Verrugas" Watt

Lugar de residencia	Una caja de madera

Se dedica a	Inventar máquinas de vapor, producir vapores

Estado actual	¿Recuerdas la caja?...

Hazañas logradas	Crear el Steampunk

Relaciones	Peggy Miller, Ann McGregor, y por supuesto Manola de Watt

Enemigos	Thomas Newcomen

Poderes especiales	Vapor-Control

Objetos	Su máquina de vapor, su máquina de vapor interdimensional, y su tostadora de vapor que viaja en el tiempo

No he conocido más que dos placeres, la pereza y el sueño

— James Watt sobre las coincidencias que encontró con Steve Carrell en sí mismo.

Vendo todo lo que el mundo desea obtener: energía. Y máquinas de vapor, claro

— James Watt

James Watt fue un conocido whisky inventor, químico, ingeniero, y modelo de zapatos escocés, cuyo conocimiento en hechicería, runas y alquimia darían el inicio a la máquina de vapor, que después llevaría al desastre económico, social y ambiental que conocemos como Revolución Industrial. Se hizo tan conocido por su máquina, que incluso le pusieron su nombre a una unidad de medida del Sistema Internacional (exceptuando Estados Unidos, Inglaterra y Sealand), el Vatio, o What? en inglés. Pero le dan a cualquiera la verdad, si hasta Voltaire tiene.

Biografía

Primeros años

Grabado de James Watt de niño, cocinando metanfetamina.

Su padre fue el inventor de los salvavidas de acero inoxidable, lo que le otorgó cierto descrédito en la industria naval. Su madre era una presbiteriana radical, lo que le dejaba dinero de alguna manera, y su abuelo era el famoso matemático Thomas Watt que durante su juventud se montó a golpes con Isaac Newton alegando que la gravedad no existía, era una familia triunfadora.

No era muy hábil académicamente, no aprendió a leer sino hasta los... Espera, nunca aprendió a leer, entonces ¿por qué se le considera un genio? Pues porque no necesitaba leer para fabricar máquinas. Su primer invento fue un aparato que alimentaba al gato cada cierto tiempo. Luego de que el gato muriera de hambre, Watt notó que las máquinas requieren una fuente constante de energía para funcionar (igual que los gatos) así que buscó las mejores formas: rayos, plutonio o vapor de agua, se decidió por lo último.

Así que decidido a perseguir su sueño se puso a trabajar, pero como conserje. Pero no era cualquier conserje, era el encargado de limpiar los artilugios matemáticos de la muy prestigiosa Universidad de Glasgow, la mejor universidad de todo Escocia (y la única). Además allí tenía todos los lujos que un ensamblador de herramientas podría tener, como un martillo y un cincel, objetos invaluables en la época, pagados por el mismísimo Adam Smith, el encargado de capitalizar a los estudiantes desde jóvenes. Era una buena vida para Watt, que incluso con su salario de arquitecto logró casarse... con su prima, Margarita Miller, con quien tuvo cinco hijos, de los cuales dos lograron salir del huevo.

La máquina de vapor

Así vivía hasta que un día llegó a su chiringuito una máquina de Newcomen, un tipo de máquina de vapor que... se movía supongo. La arregló, pero como jamás había visto una, la arregló terriblemente, dejándola útil apenas para... moverse. Adjudicó su error a que la máquina era inservible, así que desde ese momento renunció a su trabajo y a su vida social, y se puso a escribir en Inciclopedia estudiar el vapor ahora sí en serio. Así estuvo por tres largos años en los que no salió de su habitación ni para comer, estando encerrado ahí solo con la máquina de Newcomen. No se sabe de dónde sacaba el vapor.

Hasta 1969, cuando salió, hecho un cadáver, y, poniéndose ropa a la apurada, fue a patentar su invento, perfeccionado hasta el límite, fruto de esos tres años y once meses de comer hormigas. Pero, como si fuera el Principito, le rechazaron en la oficina de patentes porque estaba demasiado sucio como para entrar a cualquier establecimiento en general. Le demoró un mes entero ponerse en condiciones para volver a presentarse, ahora afeitado, tan reluciente que reflejaba el sol y esta vez con ropa interior. Ahí le patentaron una línea entera de productos de vapor, desde la famosa máquina de vapor hasta una cuchara que funcionaba a vapor.

Otras patentes e inventos. Sobre todo patentes

Watt registró la patente del Robomatador de personas 3000 con funcionamiento a vapor, lamentablemente no se pudo llevar a cabo su producción (todavía).

Pero solo con la patente no alcanzaba para hacerse famoso querido e idolatrado por las masas. No, para eso tenía que hacer que su patente fuera una patente de verdad y no al estilo de la patente de los cuchadores. Así que, junto a su amigo Mateo Bultón creo la "Soho Foundry", fábrica-burdel hecha para producir su máquina de vapor.

Así, en poco tiempo se hizo rico famoso querido e idolatrado por las masas (las masas de gente que iba en tren, ya que antes de ese invento el tren funcionaba como en Los Picapiedra haciendo que todos sacaran los pies por abajo para que avance), así que dedicó los siguientes años a patentar más inventos. Había en su fábrica un empleado llamado William Murdoch, encargado del departamento de investigación paranormal. Resulta que el chico era un genio e inventaba cosas de verdad, a diferencia de Watt. Watt vio en él a una gallina de los huevos de oro y decidió usarlo como esclavo inventor de rango 5.

Así, cada vez que el empleado (del mes, todos los meses) inventaba algo, Jimmy iba y lo patentaba. Así hizo con, por ejemplo, el mecanismo de transmisión de movimiento solar y lunar planetario, la cosa que tienen los trenes en las ruedas y lo que les permite avanzar en la vida. También usó la técnica con el mismísimo tren: Murdoch mencionó la palabra "tren" y Watt inmediatamente la patentó. Recién años después supo que diablos había patentado, pero eso no importó.

A esta etapa de Watt se le llama "etapa Robin Hood" ya que robaba patentes a ricos y a pobres por igual, usando su propio servicio secreto. Claro, seguía inventando artefactos ocasionalmente, pero solo para eventos de caridad y otros. Los años siguientes se dedicó a inventar más cosas que funcionen a vapor (para hacerse más rico) y en construir submarinos nucleares para el enano francés.

Vida posterior

Watt era visto como un superhéroe por básicamente él mismo y los ricos que se hacían más ricos con sus inventos.

Para 1800 ya era todo un rockstar: habían por lo menos 500 máquinas de vapor para usos importantes en servicio y ganaba 20 000 libros (y también libras) al año, pero como se le acabó la patente decidió retirarse, pues no quería ser empresario en un mundo donde la gente pudiera robar su invento y patentarlo. Dejó el negocio en manos de sus hijos para que ellos se quedaran con las deudas y se fue a vivir a su casa de 40 acres² a las afueras de Londres, porque no quería convivir con esos bárbaros.

Vivió otros diecinueve años en los que se deschavetó y se puso a inventar cosas como loco, en sentido literal, ya que inventaba cosas como caballos de vapor en el sentido que suena: caballos hechos de vapor. Así estuvo por esos 19 largos años en los que se alimentó de madera y polillas que anidaban en su cabeza. Inventó también una copiadora de estatuas, con la que hizo la versión del David de Miguel Ángel que hoy se conserva (la otra se la comió un comepiedras).

Su vida terminó un 25 de agosto de 2019, en su casa. Mientras experimentaba con vapor sobrevino una fuerte tormenta. Su nuevo invento era un paraguas de vapor (?) por lo que salió a probarlo, pero el palo era de metal, por lo que funcionó como pararrayos. Y se murió. Lo enterraron en el cementerio de la capillita de Santa María, pero por culpa de las invasiones de vagabundos ahora se encuentra en un mercado de pulgas.

Inventos

La Máquina de Vapor

La Máquina de Vapor™^® fue inventada originalmente en el 70 a.C. y guardada en la Biblioteca de Alejandría, pero estaba tan mal hecha que explotó, hizo que la biblioteca se quemase y actualmente no sabemos nada de ella, ni siquiera que haya existido. Pasó mucho tiempo en que se continuó usando la ecológicamente amigable energía humana esclava para realizar las labores más pesadas desde el transportar mercancías hasta intentar llevar el primer hombre a la Luna (suceso que acabó trágicamente con el primer astronauta flotando sin rumbo en la estratósfera después de impulsarse con una catapulta).

De una forma indirecta, también inventó el Ｖａｐｏｒｗａｖｅ, para desgracia del futuro.

No fue sino hasta el siglo XVII en que un músico español después de comer alubias para la cena tuvo ventosidades intestinales con cierto ritmo, imaginó una máquina que pudiera emitir tan melodioso sonido sin los olores molestos y en su taller creó la primera gaita de vapor automática que sonaba como un rinoceronte en celo, por lo que se ganó el reconocimiento de sus vecinos, reconocimiento que le ganó una paliza por usarla a altas horas de la madrugada.

Después de ser expulsada del pueblo, esta gaita pasó por muchas e inexpertas manos como las de Thomas Newcomen quien tras algunas modificaciones la utilizó para matar topos en su jardín y cocinarlos al vapor al mismo tiempo. Ésta fue la máquina encontrada por Watt quién después de comerse los topos que aún quedaban en el interior, decidió que podía servir para más cosas: ardillas, tejones, zarigüeyas, castores y, porqué no, también para el transporte y la industria.

Tras arreglar algunos problemas algunos problemas con el pistón y los cilindros que hacían que el 70% vapor se escapara disparado directamente al ano del usuario (no pregunte cómo estaba construida), se logró una mayor estabilidad y eficiencia energética. Su primera máquina de vapor funcional fue usada para moverse a sí misma, no le importó para lo que la usaran posteriormente mientras le llegara el cheque de la patente.

Los otros inventos (esos que ANLI)

Era tan aburrido llenar los formularios de las patentes a mano que tuvo que inventar la fotocopiadora.

Además de la máquina de vapor, Watt hizo muchísimos más inventos, más relevantes y famosos que la máquina de vapor, a cuál el más recordado. No les dedicaba mucho tiempo la verdad, siendo un empresario de primer nivel invertía su tiempo en luchar con cucharas contra los que le trataban de robar las patentes. Así, le quedaba un día al año para inventar, pero no siempre lo usaba por estar en actividades más provechosas.

Uno de sus pocos inventos fue la fotocopiadora, pero no como la conocemos hoy con luces y tecnología alien. No, era un aparato normal que no era más que una máquina calcadora, usando la vieja técnica del lápiz en el anverso de la hoja.

Otro invento suyo era el pistón de doble acción: servía como pistón y como navaja, dos acciones en un solo pistón. Se le ocurrió un día que, andando en tren, quiso cortar su pan, pero no encontró nada. Mandó a parar el tren y cortó con lo primero que vio: el pistón. Ahí es cuando se dio cuenta que no servían para eso, por lo que inventó esa cosa.

Aparte de esos dos, Watt creó innumerables inventos que funcionaban con vapor, para colgarse de su propio éxito. Ejemplos son el automóvil, los teléfonos celulares, el microondas, los trenes, las espadas láser et al, pero las patentes expiraron y los inventos fueron robados por terceros.

Otros inventos suyos, no robados a otros, incluyen:

• Caldera rectangular de tres pasos: una olla rectangular de tres pies de largo. Servía para hacer sopa en cantidades industriales.
• Máquina copiadora de esculturas: un madero embrujado que clonaba cosas. El inútil de Watt la patentó como copiadora de esculturas, aunque años después serviría para clonar esculturas a la oveja Dolly.
• Regla para telescopios: un accesorio que servía para medir la distancia que había entre dos cosas de su elección. Se vende por separado.
• Regulador centrífugo: también llamado "regulador de bolas", pues servía como máquina de crear castratis.

Legado

Se dice que James fue la inspiración del "Turn Down for What" (o Turn Down for Watt), que presuntamente sería una frase suya.

Tras su muerte, el legado de James Watt sigue aún hasta hoy (por más intentos que se hayan hecho de borrarlo). Su mejora del 1% en la máquina de vapor hizo que la recién nacida revolución industrial tomara nuevas sendas, ya que antes de él la energía para la producción se sacaba de bebidas energizantes y monos amaestrados, lo que cambió todo el panorama para los empresarios, que ahora ganaban el doble.

Además de la revolución industrial, Watt sirvió como héroe personal para varios inventores que vinieron después, como Thomas Alva Edison, quien se basó en su sistema de explotación laboral y sobre todo en su sistema personalizado de apropiamiento intelectual del trabajo subordinado para hacerse una fortuna y fama enormes.

En su honor se han hecho miles de monumentos y su nombre (y apellido) es muy usado para denominar cosas. Ejemplos hay muchos: el agua (water en inglés) fue nombrada así en su honor, al igual que el vatio y un asteroide (el que se prevee causará el fin del mundo). Hay incluso una medalla con su nombre, que se usa como reemplazo del premio consuelo en tierras anglosajonas (por esas cosas del sistema anglosajón de unidades).

Muchos lo culpan de que su legado haya sido dejarnos sumidos en la ruina ambiental por la destrucción tecnológica, pero él usaba vaporcito de agua que cuando mucho hacía llover más. Lo que queda claro es que los malvados son los que han usado energías depredadoras con el ambiente como el petróleo, el carbón, la energía solar o la eólica, así que debemos considerar a Watt como un héroe sin capa, pero mucho dinero.

Véase también

• Vapor
• Vaporwave
• Tren
• Revolución Industrial

Personaje histórico (ver todos aquí). ^{☀️ ☠️}