Saga del Espadachín Negro (Berserk)

¡Atención! Este artículo tiene altas dosis de sangre, muertos, vísceras y/o similares.
Puede que salte sangre de la pantalla o tu computadora quiera descuartizarte para jugar con tus tripas.
(No digas que no te avisamos)

Uno de los primeros bocetos de Guts.

El Espadachín Negro es la primera saga del manga Berserk, donde Guts, el tipo con menos suerte del universo, carga no solo con una espada más grande que su nepe (por poco), sino también con un estigma que es un imán para demonios hambrientos y violadores. La trama sigue su búsqueda de venganza contra quien lo metió en este lío, acompañado de aliados que son más raros que él. Todo ocurre después de La Edad de Oro, cuando las cosas ya estaban bastante mal, pero empeoraron espectacularmente, y antes de Condena, porque siempre hay margen para más tragedia. Las adaptaciones anime de 1997 y 2016 dieron su propio toque, omitiendo y cambiando cosas, para no ser denunciados en La Haya.^[1]

El Espadachín Negro 1: el Barón Zuckerberg

El Barón Zuckerberg viendo que le han traido una gran cantidad de desayunos.

¡Me llamo Emperador Puck pero si quieres puedes llamarme Puck!

— Puck antes de ser llamado insecto.

Un tuerto musculoso con prótesis de brazo se pone a follar salvajemente con una mujer bella, que se transforma en un engendro de Resident Evil intentando comérselo vivo con sal y pimienta, solo para quedar rostizada de un cañonazo del brazo falso. Esto es solo el principio. El hombre del brazo falso entra a un bar, destruye todo lo que encuentra con una ballesta y una espada del tamaño de una torre de departamentos, y luego de esta broma pesada interroga a unos bandidos con olor a sobaco sobre el escondite de Zuckerberg, un barón con olor a culo y mucha mala leche, que suele comer gente en cantidades mayoristas. El guerrero encuentra en el bar un amigo chistosito llamado Puck, que es como Campanita pero sin sexo (ó eunuco castrado) y este Puck desde ese mismo día decide darle lecciones de moral para ser llenado de insultos por el espadachín, que dice llamarse Guts.

Como se pasó de la raya con el bar, Guts es rodeado por mandriles armados y metido en la cárcel mandril con su nuevo amigo Puck, al cual no pueden ver los demás porque es como el marcianito de Pedro Picapiedra. Guts es azotado por Alberto Fernández salvajemente, además de que secuestran sus 954 armas. En la cárcel aparece un bebé muy deforme y grande, como una especie de Gasparín mutante de Chernobyl, y Guts lo despide con mucha rabia. Probablemente es su hijo, y de hecho, lo es.

Como Guts es un malhumorado peor que la ira de carretera, agradece a Puck sus poderes de panacea universal echándolo en un charco de orina y riéndose a carcajadas de él, aunque deja de reirse cuando nota que Puck es el único con la llave para salir. El tatuaje que Guts tiene en su cuello empieza a menstruar de algún modo, y se da cuenta que el Barón Zuckerberg anda cerca paseándose como el gato de Tom y Jerry. Al salir de la cárcel con todas sus 954 armas, Guts se encuentra con el Barón. El Barón se transforma en un reptiloide de 3 metros de altura para pelear contra Guts, que le da una paliza con su cañón que dispara albóndigas y lo interroga sobre la ubicación de Godhand, la famosa secta de Condorito.

Como el Barón engullidor de niños crudos se pone a suplicar por su vida, Guts le echa en cara sus suciedades, se cansa de interrogarlo con los trucos de Jack Bauer y lo mata en ese momento. Guts se marcha al bosque mientras lo sigue Puck, que trata de socializar con chistes de chinos gordos, pero Guts está con un humor de perro o peor y lo lanza a otro charco de orina en el que Gollum se miraba el reflejo. Cuando se larga la lluvia Guts se cruza con la carreta de un monje anciano y su hija, que son como la familia de Flanders ayudando a perfectos extraños ensangrentados con cara de pocos amigos, y una carreta tan buena que soporta el peso de las 954 armas de Guts con Guts adentro, el cual se echa una siesta sobre unos pinchos por ser duro. Como sueña con el Gasparín deforme y se enoja más de la cuenta, se despierta con una babosa espacial en su cabeza, quitándosela de encima para matarla ante el asombro de Flanders y la chica que empezó a babearse por él, sobretodo cuando se pone a hablar como Jotaro Kujo pero más violento.

Como el tatuaje de Guts sangra de nuevo, es evidente que vienen enemigos. Unos guerreros zombi tratan de lanzarle huesos de pollo afilados, y la hija del monje queda poseida matando a su propio padre y poniéndose a jugar al futbol con su cabeza. Esta zombi poseida mete un gol de chilena en la portería del bosque, y luego trata de matar a Guts y este no duda en matarla para vomitarse ahí mismo y putear a todo mundo, matando zombies que siguen lanzando huesos de pollo. Al despuntar el día, Guts amanece de muy malas, pega un cañonazo al aire matando a Piolín por accidente y sigue su camino como si fuese martes por la tarde.

En esa época un conde podía comerse a todos y salirse con la suya.

El Espadachín Negro 2: el Conde Engullidor

Te quiero comer la boca sin dejarte respirar

— el Conde a solas con Zondark.

Se nota que eres sobrehumano ¡Te arranco los brazos y te vuelven a crecer!

— Guts ayudándole al Conde a morir.

Le arrancó un brazo y con ese mismo brazo le dio un sopapo con giro de 360 grados. No estoy seguro de si es anatomía o poesía lo que vi

— Puck en una entrevista para el canal de los carniceros rurales.

Al llegar a un pueblo le sangra nuevamente su tatuaje, y encuentra sentada sobre una tarima una albóndiga blanca con patas y cara de Humpty Dumpty que organiza decapitaciones (había una fila de gente que se reía a carcajadas porque contaron un chiste de zanahorias que Guts no entendió). Guts le lanza la cabeza de la rea con un mensaje de amenaza para este Humpty Dumpty con elefantiasis, llamado El Conde Oloragrasa. El Conde ordena su detención y su lameculos personal envía unas tropas lideradas por un tal Zondark que cae con más pena que gloria con todos sus soldados después de hacerse como que es Alejandro Magno y Leónidas.

Después de pisar el cuello a Zondark, Guts es perseguido por al menos 90.000 soldados más, pero con una bomba de humo barata entra tranquilamente a la casa de un tal Vargas, que solía trabajar como médico experto en trepanaciones amplias, disección de hadas, colecciones de cadáveres en formol, etc. Este Vargas, llamado el gran Formolio, solía ser empleado del Conde Oloragrasa.

Vargas le enseña a Guts una pokebola, dentro de la cual había un Behelit, que es algo así como un Señor Patata de la feria de fin de semana inacabado y de muy mal agüero, que cobra vida. Como Vargas le cuenta que lleva años buscando en los Incilibros y no encuentra nada sobre este Señor Patata de mal agüero, Guts le dice sin tapujos después de darle unos cuantos sopapos sin sentido que es una herramienta para viajar a otra dimensión y encontrarse en el Universo de Condorito.

En esa época los guerreros machos solían sostener la espada con los dientes sin quejarse.

Vargas le cuenta la historia de su vida de cómo el Conde se ponía a comerse a la gente cruda, incluyendo sus familiares después de todo lo que hizo Vargas por él en su lucha para obtener filetes frescos hechos de personas y embutidos gourmet para que nunca le falte el plato de comida, el muy malagradecido.

Guts se pasa por el sobaco la venganza de Vargas y lo tira al suelo tumbando su bastón. Vargas está lisiado de esos días en que el conde le iba cortando los dedos, las manos, los brazos, las piernas, las orejas etc. etc. (es que se hacía apuestas con el Conde sobre quién tiene más grasa) y Guts le sigue haciendo bullying verbal masivo. Algunos lectores prefieren este Guts al de ahora que no hace bullying pero como dice el refrán de Midland: El que poco a Vargas, poco Kushan.

Mientras tanto, Zondark está malherido y (advertencia de vómito) el conde le da un beso francés para pasarle los parásitos. Lo que lo transforma en un típico luchador de Kiseijuu: Sei no Kakuritsu, con el poder de pegar latigazos a toda máquina. Lo envía nuevamente con la misión de matar a Guts, lo cual es completamente inútil por la destreza de Guts en el OXO. Como Zondark no puede ganar, hace caer el edificio gritando Wryyyyyyyyyyyy, aunque Guts se escapa tranquilamente con Vargas a jugar al OXO ellos (Vargas tampoco le ganaba). Vargas advierte que le da igual su casa-laboratorio, porque puede comprarse otra con lo que el Conde Oloragrasa le debe en seguros médicos e indemnización por despido, además del seguro en caso de que sus parientes sean almorzados vivos (eso también era por otras apuestas de Vargas).

Después que Puck le ganó en el OXO a Vargas, este es secuestrado por los tentáculos de Zondark (que también quería ganarle a Puck). Ese mismo día Vargas es ejecutado por "herejía" (había una sola forma de jugar al OXO según la Inquisición Española) y Guts se pone sentimental mientras Puck (que hasta este momento lo sigue y lo seguirá por lo que resta del manga, literalmente) le da unas lecciones de moral, recibiendo este la respuesta más tsundere que existió: "Ese tipo era nadie y merecía morirse. jajaja." Puck se pone a llorar y lo muerde, cosa que le pega justo en el tsundere, y se pone triste, pensando vengar a Vargas y de paso vengar a otros jugadores de OXO que también fueron víctimas del Conde.

Vargas es ejecutado, no sin decir exactamente lo que ocurre en el capítulo siguiente del manga, cuadro por cuadro por que se lo preguntó a Miura cuando entró a su estudio a ver cómo dibujaba los chinchulines (razonable, porque Vargas la abrió la panza a muchos) (?). Guts visita la tumba de Vargas, y unos fantasmas tratan de convertirlo en su recadero y lo rechaza porque esos fantasmas son de los que no jugaron al OXO.

Puck es secuestrado por los empleados del Conde Grasiento, y regalado a su hija consentida Theresia (que tenía una casa de Barbie destripada). Ella no quiere ser tocada por este monstruo calvo y redondo ya que no se lava las manos y eructa huesos de personas cada vez que entra. Entretanto, Guts camina escaleras arriba en el castillo del Conde, que envía a Zondark en su forma final de Resident Evil 4 para que Guts lo mate con solo mirarlo. El Conde Engullidor estaba pegado con Zondark en forma ambiguamente gay pero sobrevive, preparándose para la pelea de verdad.

En ese momento, sintieron el verdadero terror.

Guts mató al hombre del mangual, y de pasó también mató a la columna.

El Pasado del Conde.

Theresia le cuenta a Puck la historia de su vida: el Conde la tiene encerrada desde hace 7 años, en los cuales se entretiene hablando con una pelota a la que ella llama Wilson. Unos 50 soldados intentaron ejecutar a Guts a base de flechazos pero los masacra sin transpiración, ya que su espada es tan gigante que sirve de escudo.

Como esto no alcanza para matarlo, envían a un gigante con escudo y mangual, además de tener su armadura de lujo hecha de 40% titanio, lo cual es completamente inútil porque el peso mismo de la espada de Guts lo deja grogui y tambaleando, para ser rematado como un soldado del montón. Desde entonces muchos soldados en la región pidieron un aumento y el adelantamiento de las vacaciones.

Por eso Vargas no realizaba exámenes de próstata.

Mientras buscan a otro tonto que quiera pelear contra Guts, Theresia deja salir a Puck por la ventana y Puck le promete que harán turismo en Galápagos o en Haití. En ese momento Guts llega al salón del Conde Pálido y Grasiento. Y nada más comienza a pelear con él, el Conde se transforma en un monstruo gigante y el castillo entero se empieza a caer a pedazos. Theresia aprovecha para salir por la puerta, la cual siempre se pudo abrir pero era muy tonta para darse cuenta.

El Espadachín Negro 3: Condorito y sus amigos

Guts toma a Theresia de rehén, el Conde intenta detenerlo pero es destrozado de un cañonazo. Y para rematar, toma su espada con los dientes como en esa época hacían los machos, y le da un corte devastador. Luego Guts aprovecha que el Conde se regenera, para darle unas 700 millones de puñaladas, formando el Récord Guiness invicto hasta hoy. Como Guts lo deja hecho mierda en el piso, el Conde usa su Behelit transportando a todos los del castillo al universo de Condorito. En el universo de Condorito, aparece un Inodoro gigante junto con los Godhand, que son un quinteto de cosplayer de Hellraiser, y estos exigen al Conde sacrificar a su hija como condición para sobrevivir a Guts.

El quinteto es el siguiente: Slan, una novia de Diddy, Ubik, la albóndiga voladora, XxCondoritoDarkMaster69xX, Void el de Marcianos al Ataque, y Conrad el repartidor de ratas. El Conde ofrece sacrificar a Guts, pero Void explica que es imposible porque tiene el tatuaje menstrual que le puso en el flashback. Slan, que es la cochinota de Godhand, se pone a fantasear con Guts ahí mismo como si fuese una película porno, pidiendo que Guts forme parte del quinteto para hacerle su esclavo sexual, pero le explican los otros que esto no es posible. Guts se levanta para intentar luchar contra Condorito, y casi lo alcanza para meterle el pedazo (de hierro, obviamente), pero Condorito lo repele con sus poderes Sith, lanzándolo contra el muro para pasar a la otra habitación, como si fuese shonen de pelea. Como el Conde se niega aún a sacrificar a su hija, Ubik genera unas ilusiones para que Theresia vea el pasado secreto del Conde, como aquella vez que fue a un restaurante mayorista donde solo servían humanos como comida y lo cerraron de tantos humanos que se comió, o que su madre se folló a cada uno de los hombres de toda la ciudad y tenía sida y contagió el sida a toda la ciudad. Después de ver llorar a Theresia, aparece una ristra de chorizos ^{(¿cuáles?¿hechos con sus víctimas?)} que arrastra al Conde, el cual termina cayendo en el Inodoro, y de paso intentan llevarse a Guts pero este usa su Cañón Multiuso 3000 para escapar con un cañonazo como si fuese esos héroes supermachos de figuras de acción, que si las hay de Guts (pero por el cañón hay que registrarla como arma de fuego). Como Guts es un sujeto muy edgelord, le dice a Theresia que se vuelva emo, pero después se pone a llorar como Don Ramón porque Tristesa Nao Tem Fim.

Bueno, eso es feo. Como esa vez en que Griffith reunió un ejército para darlo de comer a unos monstruos.
Peter Griffin.