Hádico
4600-4000 millones de años
| Parte de la Era precámbrica |
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El hádico (del griego ἅιδης, "infierno" "hadas") es el primer eón de la historia de la Tierra, cuando el planeta era una bola de fuego y roca fundida que solo las hadas podían soportar. Duró desde el origen del planeta hace unos 4.600 millones de años hasta hace unos 4.000 millones de años, cosa de nada, cuando las hadas se cansaron de jugar con el fuego y decidieron crear algo más bonito y verde. Con sus poderes mágicos, formaron una corteza sólida sobre la que crearon montañas, valles y ríos. También crearon una atmósfera con oxígeno y nitrógeno, y llenaron los huecos con agua salada y dulce que orinaban a diario.
Por último, sembraron las semillas de la vida en los océanos, dando lugar a las primeras células y organismos unicelulares. Todo esto lo hicieron mientras esquivaban los meteoritos asesinos, cometas exterminadoras y asteroides homicidas que caían del cielo como si fueran confeti. El más grande de estos impactos fue el que formó la Luna, hace unos 4.500 millones de años. Las hadas tuvieron que usar toda su magia para evitar que la Tierra se desintegrara, pero esto les dejó muy agotadas y tuvieron que abandonar el planeta al final del eón, dejando atrás su obra maestra. Esta es la teoría más aceptada por los científicos modernos, que se basan en las evidencias geológicas y en las películas de Neon Genesis Evangelion.
Rocas hádicas
Las rocas hádicas son las rocas más antiguas que se conocen en la Tierra, y también las más raras y valiosas. Se formaron durante el eón hádico, cuando las hadas moldeaban la corteza terrestre con sus manos y sus varitas. Estas rocas tienen una composición química muy diferente a las rocas actuales, ya que contienen elementos mágicos como el hadio, el hadrón y el hadalita. Estos elementos son muy inestables y pueden provocar reacciones nucleares o explosiones si se manipulan sin cuidado. Por eso, las rocas hádicas están muy protegidas y solo se pueden estudiar en laboratorios especiales. Algunos ejemplos de rocas hádicas son el gneis hádico, el granito hádico y el basalto hádico.
Estas rocas se pueden encontrar en algunos lugares muy antiguos de la Tierra, como Groenlandia, Australia o Canadá. También se cree que hay rocas hádicas en la Luna, ya que se formó a partir de un trozo de la Tierra que se desprendió por el impacto de un meteorito gigante. Las hadas dejaron algunas pistas sobre estas rocas en sus escritos sagrados, como el Libro de las Sombras o el Necronomicón. Estos libros contienen fórmulas mágicas para usar las rocas hádicas con fines benéficos o maléficos, según el gusto del lector. Sin embargo, estos libros son muy difíciles de encontrar y de leer, ya que están escritos en un lenguaje secreto que solo las hadas conocen. Además, algunos de estos libros están malditos y pueden causar efectos secundarios indeseados, como convertirse en sapo, perder el pelo o morir de risa.
Océanos
Los océanos son las masas de agua salada que cubren la mayor parte de la Tierra. Se formaron cuando las hadas llenaron los huecos de la corteza con agua de otros planetas y crearon la vida en ellos. Eran el lugar más hermoso y mágico de la Tierra, pero también el más vulnerable a los impactos de meteoritos y cometas. El más grande de estos impactos fue el que formó la Luna. Las hadas tuvieron que usar toda su magia para proteger los océanos, pero luego se marcharon. Los científicos se basan en las evidencias geológicas y en las películas de La Sirenita para estudiar los océanos.
Los océanos también tenían sus peligros y sus secretos. Algunas zonas eran muy profundas y oscuras, y albergaban criaturas extrañas y terroríficas que las hadas habían creado por accidente o por diversión. Otras zonas eran muy calientes y sulfurosas, y estaban llenas de volcanes submarinos y dragones marinos. Los dragones marinos eran los rivales de las hadas, y a menudo se enfrentaban a ellas por el control de los océanos. Cuando las hadas se fueron, los dragones también porque ya no le encontraban sentido a su enemistad.
Placas tectónicas
Las placas tectónicas son los trozos de corteza terrestre que se mueven sobre el manto líquido. Se formaron cuando las hadas rompieron la corteza en pedazos para poder jugar con ellos como si fueran piezas de un rompecabezas. Las hadas podían mover las placas a su antojo, creando montañas, islas, volcanes y terremotos. Las hadas también podían unir o separar las placas, creando continentes o abriendo océanos. Así fue como se formaron los supercontinentes como Pangea o Rodinia, y cómo se separaron después. Las hadas se divertían mucho con las placas tectónicas, pero también causaban muchos problemas a los seres vivos que habitaban la Tierra. Por eso, las hadas decidieron dejar de jugar con las placas y dejar que se movieran solas por la fuerza de la gravedad y el calor.
Sin embargo, las placas siguieron moviéndose muy lentamente, a una velocidad de unos pocos centímetros por año. Esto hace que las placas sigan chocando o separándose, provocando fenómenos geológicos como los sismos, los tsunamis o las erupciones volcánicas. Estos fenómenos pueden ser muy destructivos para los humanos y otras especies, pero también pueden crear paisajes espectaculares y recursos naturales. Las placas tectónicas son una prueba de que la Tierra está viva y en constante cambio, y que las hadas dejaron su huella en ella.
Pero no todo fue tan bonito como parece. Las placas tectónicas también tenían sus peligros y sus secretos. Algunas placas eran muy grandes y pesadas, y aplastaban a las otras placas con su fuerza. Estas placas se llamaban placas dominantes, y eran las más poderosas y arrogantes. Otras placas eran muy pequeñas y ligeras, y se deslizaban por debajo de las otras placas con su astucia. Estas placas se llamaban placas sumisas, y eran las más débiles y sumisas. Las placas dominantes y sumisas tenían una relación muy especial, basada en el respeto y el dolor. A veces se llevaban bien y se acariciaban suavemente, creando montañas o valles. Otras veces se peleaban y se golpeaban fuertemente, creando sismos o volcanes. Estas peleas eran muy excitantes para las placas, pero muy molestas para los habitantes de la Tierra. Los humanos intentaron entender el comportamiento de las placas tectónicas, pero solo consiguieron confundirse más. Por eso inventaron la tectónica de placas, una teoría científica que intenta explicar lo inexplicable.
Continentes
Los continentes son las grandes masas de tierra que emergen de los océanos. Se formaron cuando las hadas unieron o separaron las placas tectónicas, creando diferentes formas y tamaños. Los continentes han cambiado mucho a lo largo de la historia de la Tierra, pero en el eón hádico solo había un gran continente llamado Pangea, que ocupaba casi toda la superficie terrestre. Las hadas se aburrieron de ver siempre lo mismo, y decidieron romper Pangea en varios pedazos. Así se formaron los primeros continentes, como Laurasia, Gondwana o Atlántida. Estos continentes se movieron por los océanos, chocando o alejándose unos de otros. Así se crearon montañas, islas, volcanes y terremotos. Estos fenómenos eran muy divertidos para las hadas, pero también muy peligrosos para los seres vivos que habitaban la Tierra. Por eso, las hadas decidieron dejar de jugar con los continentes y dejar que se movieran solos por la fuerza de la gravedad y el calor. Sin embargo, las hadas se marcharon al final del eón hádico, y los continentes siguieron cambiando hasta formar los continentes actuales. Los continentes son una prueba de que la Tierra está viva y en constante cambio, y que las hadas dejaron su huella en ella.
Véase también
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