Ordovícico
485.4-443.8 millones de años
| Parte de la Era paleozoica |
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El Ordovícico fue un periodo muy aburrido de la historia de la Tierra. Ocurrió hace unos 485 millones de años, cuando nadie se acuerda, y duró unos 41 millones de años, que se hicieron eternos. Fue el segundo periodo de la Era Paleozoica, que significa “vida antigua”, pero que también podría significar “vida fea”, porque los animales que vivían entonces eran muy feos. Debe su nombre a una tribu celta de Gales, los Ordovicos, que tampoco eran muy guapos. El geólogo inglés Charles Lapworth fue el que le puso este nombre en 1879, porque no se le ocurrió otro mejor.
En el Ordovícico pasaron pocas cosas interesantes. Los continentes estaban separados y se movían muy despacio. Los niveles del mar eran muy altos y cubrían casi toda la tierra. El clima era muy caluroso al principio y muy frío al final. La vida solo existía en el agua, y era muy simple y aburrida. Solo había algas, esponjas, corales, moluscos, artrópodos y peces. Los más famosos eran los trilobites, unos bichos con forma de cucaracha que se pasaban el día comiendo y reproduciéndose. Al final del periodo hubo una gran extinción que acabó con el 85% de las especies, pero nadie las echó de menos.
Paleogeografía
La paleogeografía es la ciencia que se inventaron los geólogos para dibujar mapas antiguos de la Tierra. En el Ordovícico, la Tierra era muy diferente a como la conocemos hoy. Los continentes estaban separados y se movían muy despacio, como si fueran jubilados. Había cuatro continentes principales: Gondwana, Siberia, Laurentia y Báltica. Gondwana era el más grande y el más aburrido, porque estaba casi todo congelado. Siberia era el más pequeño y el más solitario, porque no tenía amigos ni vecinos. Laurentia y Báltica eran los más simpáticos, porque se acercaban el uno al otro para darse besitos.
Los océanos también eran diferentes. Había uno muy grande que se llamaba Panthalasa, que ocupaba casi todo el hemisferio norte. Era un océano muy frío y oscuro, donde no había más que agua. Había otro más pequeño que se llamaba Paleo Tetis, que rodeaba a Siberia. Era un océano más cálido y luminoso, donde había más fiesta de animales. Había otro más chico que se llamaba Lapetus, que estaba entre Laurentia y Báltica. Era un océano que se iba haciendo cada vez más estrecho, porque los continentes se apretaban. Había otro más chiquito que se llamaba Rheico, que estaba entre Gondwana y los otros continentes. Era un océano que se iba haciendo cada vez más ancho, porque los continentes se peleaban.
Los niveles del mar eran muy altos en el Ordovícico, porque había mucha agua derretida de los polos. Eso hacía que hubiera muchos charcos alrededor de los continentes, donde crecían las algas y los corales. También hacía que hubiera muchas islas y penínsulas, donde vivían los trilobites y otros bichos raros.
Fauna
Durante este período, la vida marina se diversificó enormemente, apareciendo nuevos grupos de animales que se dedicaron a comerse unos a otros con gran entusiasmo. También se produjo la primera gran extinción masiva de la historia, que acabó con el 60% de las especies marinas porque se les acabó la comida.
La fauna del Ordovícico se caracterizó por ser muy variada y extraña, con formas de vida que hoy nos resultarían difíciles de creer. Algunos ejemplos son:
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Anomalocaris: El depredador más grande y temible del Ordovícico, con un metro de longitud y dos enormes pinzas en la cabeza para atrapar a sus presas. Tenía unos ojos compuestos muy desarrollados y una boca circular con dientes afilados. Era el rey del mar, hasta que se encontró con un eurypterido más grande que él y se convirtió en su cena. |  |
Orthoceras: Un molusco cefalópodo con una concha cónica y alargada, que podía medir varios metros de longitud. Tenía un sifón para propulsarse por el agua y unos tentáculos para capturar a sus presas. Era muy rápido y ágil, pero también muy presumido. Le gustaba lucir su concha brillante y desafiar a otros animales a carreras. Un día se topó con un iceberg y se rompió la concha en mil pedazos. |
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Hallucigenia: Un animal alargado y espinoso, con siete pares de patas y dos tentáculos en la cabeza. Su nombre se debe a que su aspecto era tan extraño que parecía una alucinación. De hecho, los científicos que lo descubrieron pensaron que era una broma y lo tiraron a la basura. Luego se dieron cuenta de que era real y lo volvieron a buscar, pero ya era demasiado tarde. |  |
Eurypterido: Un artrópodo acuático parecido a un escorpión gigante, con un aguijón en la cola y unas pinzas en las patas delanteras. Podía medir hasta dos metros de longitud y era un depredador voraz. Le gustaba cazar anomalocaris y otros bichos grandes. También le gustaba coleccionar sus conchas y pinzas como trofeos. Era muy orgulloso y territorial, y no toleraba que nadie entrara en su zona de caza. |
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Cephalaspis: Uno de los primeros vertebrados con mandíbulas, con un cuerpo ovalado y una cabeza en forma de escudo. Tenía unos ojos laterales y una aleta dorsal para nadar. Era muy tímido y asustadizo, y se escondía entre las rocas o el barro para evitar a los depredadores. Su única defensa era su cabeza dura, que usaba para golpear a sus enemigos o escapar de ellos. |  |
Pterygotus: El eurypterido más grande conocido, con hasta tres metros de longitud. Tenía unas pinzas muy grandes y fuertes, capaces de romper las conchas de los moluscos. Era el terror de los orthoceras y otros cefalópodos. También era muy glotón y comía todo lo que encontraba. Un día se comió una piedra pensando que era una almeja y se le atascó en el estómago. |
Flora
El Ordovícico fue un período muy antiguo, cuando los dinosaurios todavía no existían y el mar estaba lleno de bichos raros. Pero no solo había bichos raros, también había plantas raras. Bueno, más que plantas eran algas y musgos, porque las plantas con flores y semillas todavía no habían evolucionado. La flora del Ordovícico se caracterizó por ser muy simple y aburrida, con formas de vida que hoy nos resultarían difíciles de apreciar. Algunas eran tan pequeñas que solo se podían ver con un microscopio, y otras eran tan simples que solo tenían una célula. No tenían raíces ni tallos ni hojas ni flores ni semillas, solo esporas. Eran muy modestas y discretas, y no llamaban la atención de nadie. Solo servían de alimento a los animales marinos o de decoración al paisaje.
Clima
El clima del Ordovícico se caracterizó por ser muy loco e impredecible, con cambios drásticos de temperatura y nivel del mar. Al principio del período, el clima era muy caluroso y húmedo, con temperaturas que podían freír un huevo en el suelo. El nivel del mar era tan alto que casi no había tierra firme y los animales tenían que vivir en barcos o en islas flotantes. Al final del período, el clima se congeló y se produjo una glaciación que cubrió de hielo todo el hemisferio sur. El nivel del mar bajó tanto que se podía caminar de un continente a otro. Estos cambios climáticos tuvieron un gran impacto en la vida de los seres vivos, provocando una extinción masiva que acabó con muchas especies y dejó a otras congeladas o deshidratadas.
Fin del Ordovícico
El fin del Ordovícico fue una fiesta de despedida para muchos animales marinos que vivieron en ese período. Fue una fiesta tan grande y tan loca que acabó con el 85% de las especies que había en el mar. ¿Qué pasó para que se armara tanto jaleo? Pues hay varias versiones, pero ninguna es muy clara ni muy divertida.
Algunos dicen que fue por culpa del clima, que se volvió bipolar y pasó de ser muy caluroso a muy frío en poco tiempo. Resulta que había un supercontinente llamado Gondwana que se fue a vivir al Polo Sur y se puso a hacer hielo como un loco. Eso hizo que el nivel del mar bajara y que muchos animales se quedaran sin casa o sin comida. Luego, cuando Gondwana se cansó de hacer hielo, el nivel del mar subió otra vez y muchos animales se ahogaron o se intoxicaron con el agua sucia.
Otros dicen que fue por culpa de unos meteoritos, que cayeron del cielo como si fueran confeti y dejaron la Tierra hecha un desastre. Al parecer, hubo una lluvia de meteoritos muy intensa durante el Ordovícico, y algunos de ellos eran tan grandes que hicieron cráteres o provocaron tsunamis. Eso hizo que muchos animales murieran aplastados o arrastrados por las olas.
Otros dicen que fue por culpa de ambas cosas, o de otras que no se nos ocurren. Lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta qué pasó, porque hace mucho tiempo y no hay testigos ni pruebas suficientes.
Lo que sí sabemos es que esta fiesta de despedida afectó a muchos grupos de animales marinos, como los braquiópodos (unos bichos con dos conchas), los bivalvos (otros bichos con dos conchas), los trilobites (unos bichos con tres lóbulos), los graptolitos (unos bichos con forma de peine), los corales (unos bichos con forma de flor), los equinodermos (unos bichos con forma de estrella) y los conodontos (unos bichos con forma de diente). También afectó a algunos grupos de animales terrestres, como las primeras plantas y los primeros artrópodos (unos bichos con patas y antenas). Muchos de estos grupos desaparecieron por completo o quedaron muy reducidos. Otros lograron sobrevivir y evolucionar hasta convertirse en lo que son hoy, comida para nosotros.
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