Silúrico
443.8-419.2 millones de años
| Parte de la Era paleozoica |
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El Silúrico fue un período de la historia de la Tierra que duró desde hace 443 millones de años hasta hace 419 millones de años, más o menos lo que tarda en cargar una página de Inciclopedia. Se caracterizó por el surgimiento de los primeros animales terrestres, como los escorpiones, las arañas y los milpiés, que salieron del agua porque se aburrieron de ver siempre los mismos peces y quisieron probar algo nuevo. También fue el período en el que aparecieron las primeras plantas terrestres, como los musgos, los helechos y las algas, que se encargaron de darle un poco de color al mundo y de hacerle la competencia a las plantas acuáticas. Fue un período muy tranquilo y pacífico, sin grandes cataclismos ni extinciones masivas, lo que permitió a la vida evolucionar y diversificarse sin presiones ni estrés. Sin embargo, también fue un período muy aburrido y monótono, sin grandes acontecimientos ni aventuras, lo que hizo que la vida se volviera rutinaria y tediosa. Por eso, muchos seres vivos decidieron volver al agua o esperar al Devónico para tener más emoción y diversión, o simplemente se murieron de la depresión
Historia del estudio
La historia del estudio del Silúrico es una historia de confusiones, errores y disputas. El primer científico que intentó describir este período fue el geólogo escocés Roderick Murchison, que en 1839 publicó un libro titulado The Silurian System, donde clasificó las rocas y los fósiles de Gales y de la frontera entre Inglaterra y Escocia. Sin embargo, Murchison se equivocó al incluir en el Silúrico rocas y fósiles que pertenecían al Devónico y al Cámbrico, lo que provocó la ira de sus colegas Adam Sedgwick y Charles Lapworth, que habían estudiado esas formaciones anteriormente. Sedgwick y Lapworth acusaron a Murchison de plagio y de incompetencia, y le propusieron dividir el Silúrico en dos períodos: el Cámbrico inferior y el Devónico inferior. Murchison se negó a aceptar esta propuesta y defendió su Silúrico a capa y espada, iniciando una guerra científica que duró más de 20 años. Finalmente, en 1879, se llegó a un acuerdo: se creó un nuevo período llamado Ordovícico, que se situaba entre el Cámbrico y el Silúrico, y se ajustaron los límites del Silúrico y del Devónico. Así se puso fin a la controversia del Silúrico, aunque algunos geólogos todavía siguen teniendo duelos a muertes con cuchillos por el tema.
Paleogeografía
La paleogeografía del Silúrico fue muy diferente a la actual. En aquel entonces, los continentes estaban agrupados en dos grandes masas: Gondwana y Laurentia. Gondwana estaba formado por lo que hoy son África, Sudamérica, Australia, India y la Antártida, y se encontraba cerca del polo sur, congelado y aburrido. Laurentia estaba formado por lo que hoy son Norteamérica y Europa, y se encontraba cerca del ecuador, caluroso y divertido. Entre ambos continentes había un gran océano llamado Iapetus, que se fue cerrando a medida que Gondwana y Laurentia se acercaban, como dos enamorados que no podían resistir la atracción. También había otros continentes más pequeños, como Báltica, Siberia y China, que se movían libremente por el planeta, como unos solteros que buscaban ligar. El clima del Silúrico era cálido y húmedo, con una gran variación estacional. Los niveles del mar eran altos y fluctuantes, lo que provocaba la formación de arrecifes de coral, islas y lagunas. La vida marina era abundante y diversa, con peces, moluscos, crustáceos, equinodermos y otros bichos raros. La vida terrestre era escasa y primitiva, con plantas sin flores ni semillas y animales sin huesos ni pelo.
Clima
El Silúrico fue un período muy caluroso y húmedo, con mares que cubrían casi toda la tierra. Era como estar en una sauna gigante, pero sin toallas ni albornoces. Los glaciares se derritieron tanto que solo quedaban unos cuantos cubitos de hielo en el Polo Sur. El clima era tan estable que te aburrías de ver siempre el mismo tiempo en el telediario. Lo único que rompía la monotonía eran las tormentas salvajes que te dejaban empapado y lleno de conchas rotas. Menos mal que al final del Silúrico el clima se refrescó un poco, pero no mucho, porque en el Devónico volvió a subir la temperatura y tuvimos que sacar otra vez los ventiladores y los abanicos.
Fauna
La fauna del Silúrico se caracterizó por ser muy diversa y violenta, con animales que se dedicaban a pelear y comerse unos a otros sin piedad. Algunos ejemplos son:
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Dunkleosteus: El depredador más grande y feroz del Silúrico, con ocho metros de longitud y unas mandíbulas de placas óseas que podían triturar cualquier cosa. Tenía unos ojos pequeños y una nariz grande, que usaba para olfatear a sus presas. Era el tirano del mar, hasta que se encontró con un placodermo más listo que él y se convirtió en su almuerzo. |  |
Acanthostega: Uno de los primeros vertebrados en salir del agua y colonizar la tierra, con cuatro patas y branquias. Su nombre significa “espina fuerte”, porque tenía unas espinas en la espalda para defenderse de los depredadores. Era muy curioso y aventurero, pero también muy torpe. Le gustaba explorar los pantanos y las charcas, pero se atascaba en el barro y se ahogaba. |
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Trilobite: Un artrópodo con una caparazón segmentada y tres lóbulos, que podía enrollarse como una bola para protegerse. Tenía unos ojos compuestos muy sensibles y unas antenas para tocar y oler. Era muy sociable y viajero, pero también muy glotón. Le gustaba formar grupos con otros trilobites y recorrer el fondo marino en busca de comida. Un día se comió una esponja venenosa y se murió. | .png) |
Eurypterus: Un artrópodo acuático parecido a una langosta gigante, con un abanico en la cola y unas pinzas en las patas delanteras. Podía medir hasta un metro de longitud y era un depredador ágil. Le gustaba cazar peces y otros bichos pequeños. También le gustaba jugar con las olas y saltar por encima del agua. Era muy feliz y divertido, pero también muy imprudente. Un día saltó tan alto que salió disparado al espacio y se quedó congelado. |
Botánica
La botánica del Silúrico es el estudio de las plantas que vivieron en ese período geológico, hace unos 440 millones de años. En ese entonces, las plantas eran muy diferentes a las que conocemos hoy en día. Eran más simples, más pequeñas y más aburridas. No tenían flores, ni frutos, ni semillas, ni siquiera hojas. Sólo tenían tallos y esporas. Y lo peor de todo, no tenían sabor. Por eso, los animales no se las comían y se dedicaban a comerse entre ellos. Las plantas del Silúrico eran tan insignificantes que ni siquiera tienen nombre propio. Se les llama simplemente “plantas del Silúrico”. Qué original.
Las plantas del Silúrico fueron las primeras en salir del agua y pisar la tierra, pero no se atrevieron a ir muy lejos. Se quedaron cerca de los pantanos y las charcas, por si acaso. Su presencia en la tierra les sirvió para algo: evitar que el suelo se desmoronara y se fuera al mar. También ayudaron a llenar el aire de oxígeno y a mantener el clima agradable, que era calentito y tranquilo.
Final
El final del Silúrico fue un momento muy aburrido en la historia de la Tierra. No pasó nada interesante, solo unas cuantas extinciones de especies que nadie recuerda. Los continentes se movieron un poco, se formaron algunas montañas y el nivel del mar subió y bajó. Lo único que vale la pena mencionar es que aparecieron las primeras plantas con vasos y algunos peces con mandíbulas. Pero eso no es nada comparado con lo que vendría después, en el Devónico, cuando los animales empezaron a salir del agua y a conquistar la tierra firme. Así que si quieres saber más sobre el final del Silúrico, mejor busca otra fuente, porque aquí no encontrarás nada divertido ni emocionante.
¿Quieres tener una mascota del Silúrico?
Pues solo tienes que viajar en el tiempo y capturar el bicho que más te mole. Eso sí, prepárate para los líos que te vas a meter, porque cuidar de un animal prehistórico no es moco de pavo. Tendrás que darle de comer otros bichos vivos, evitar que se coma a tu gato o a tu suegra, controlar que no se te escape del acuario y te destroce la casa, etc. Pero bueno, todo sea por presumir de tener una mascota única y exclusiva, que nadie más tendrá. A no ser que alguien más viaje en el tiempo y te la quite. O que al viajar en el tiempo cambies algo y provoques una paradoja temporal que borre tu mascota del Silúrico de la existencia. O que tu mascota del Silúrico sea en realidad un alienígena disfrazado que quiere conquistar el mundo. Pero aparte de eso, todo son ventajas.
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