Sumo
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Konnichiwa!! Este artículo habla sobre la isla de China donde todos juegan Dragon Quest y se Si no es de tu agrado, tienes el derecho de hacerte un harakiri. |
El sumo es un tipo de baile erótico japonés donde dos gogos obesos bailan en un área circular. Se trata de la versión japonesa de las occidentales peleas de barro. Estas, a diferencias de las occidentales se realizan en arena y con los bailarines obesos cubiertos de aceite. El ganador de esta lucha es galardonado con el premio a mejor bailarín del Imperio, y obsequiado con el equivalente a su peso en arroz tres delicias.
Reglas en el sumo
-Los bailarines deberán ir vestidos únicamente con tanga o “mawashi” (Estos se realizan a partir de enormes trozos obtenidos de la carpa principal del circo del sol), los asistentes además podrán realizar apuestas y colocar billetes en los tangas de estos bellos hombres.
- Los bailarines deberán ir embadurnados de aceite de soya, consiguiendo con ello una lucha y un baile mucho más eróticos.
-El primer bailarín en quedar impedido en el suelo (Cual escarabajo boca arriba), quedara eliminado de inmediato.
-Quedan prohibidos los besos o tocamiento bajo el mawashi (Hay que dejar algo a la imaginación del publico).
Breve historia del sumo
El origen del sumo ha sido siempre bastante incierto, aunque recientes investigaciones en paleontología y las aportaciones obtenidas gracias al carbono-14 han ayudado a lanzar un poco de luz en este gran misterio.
Todo surgió allá por el siglo V antes de Cristo, cuando un rapado y regordete hombrecillo llamado Buda ("Siddhartha” para los amigos), decidió enfrentarse en duelo a quien por aquellos entonces era el jefe del “cotarro”. El nombre de este personaje nunca transcendió en las crónicas de la época y todavía hoy se desconoce. Pero gracias a pruebas en ADN y las aportaciones del carbono-14 se cree haber llegado a su actual descendente, este sería el español conocido como Falete. Dejando a un lado las especulaciones, se sabe a ciencia cierta que se enfrentaron a muerte en un alocado y frenético baile, donde sus cuerpos obesos y flácidos estuvieron durante 666 noches y una mañana enroscados como hipopótamos contorsionistas. El ganador de esta interminable batalla fue este personaje desconocido, lo que empujaría a Siddhartha a exiliarse a las montañas, donde más tarde crearía toda su filosofía y una de las grandes religiones del mundo moderno.
Desde entonces el sumo pasó a ser una de las prácticas más comunes entre la nobleza oriental y sobretodo japonesa. Un baile de erotismo salvaje que ha llegado hasta nuestros días gracias a su grandeza, delicadeza y genialidad.
Popularidad
Debido al enorme nacionalismo de los japoneses, el sumo es un deporte muy seguido en este país, (solo asi se puede explicar su popularidad) pero no es porque sea un deporte muy entretenido, si no por las costumbres japonesas de ser fieles y nacionalistas con su país, ¿o a quien le va a gustar ver un montón de gordos asquerosos chocando entre si?
Eventos de Sumo
El sumo no es solo un baile erótico ancestral, sino también un espectáculo lleno de eventos tan extravagantes como el presupuesto de una película de Godzilla. Aquí, los luchadores demuestran que la física es solo una sugerencia y que el aceite de soya es el lubricante social definitivo.
Torneo de sumo en camas elásticas
En 1987, un grupo de sumotoris borrachos de sake descubrió que saltar en camas elásticas mientras chocaban sus barrigas multiplicaba la energía cinética... y las facturas del fisioterapeuta. El evento, oficializado como «Yūkō na Bounce» (Rebote Glorioso), exige que los participantes mantengan su mawashi en su sitio pese a las leyes de la gravedad y la decencia. El récord actual es de 14 vueltas en el aire antes de aterrizar sobre un saco de arroz gigante. O sobre el árbitro.
Sumo subacuático
Celebrado en una piscina llena de salsa de soja (y algún que otro pez globo despistado), este evento prueba que incluso bajo el agua, dos hombres con tangas pueden crear un tsunami en una taza de té. Las reglas son simples: el primero en soltar una burbuja de aire o en confundir a su oponente con un sushi gigante pierde. Nota: el cloro está prohibido. El aceite ya hace suficiente daño.
Batalla de almohadas con Mawashi
Nacido de una terapia de grupo para sumotoris estresados, este evento consiste en golpear al rival con almohadas rellenas de plumas de avestruz (aunque siempre eligen avestruces completas) mientras se evita que el mawashi se convierta en una bandera de rendición. La táctica más usada es el «falso bostezo seguido de golpe traicionero», técnica patentada por el legendario luchador Harumachi Fujin.
Sumo en Zancos
¿Qué pasa cuando combinas el equilibrio espiritual de un monje zen con la estabilidad de un flan en un terremoto? Este evento. Los luchadores suben a zancos de bambú de tres metros y se empujan mutuamente usando solo miradas intimidantes y ventosidades estratégicas. El último en caer gana un año de sushi gratis... y una visita obligatoria al quiropráctico.
Indumentaria
Si hay algo que define al sumo más que el aceite de soya y las preguntas existenciales sobre cómo se atan un tanga, es sin duda su indumentaria. El mawashi, esa prenda icónica que desafía las leyes de la física y el buen gusto, es mucho más que un simple trozo de tela. Tejido con los hilos de la tradición y la desesperación de un sastre con vértigo, este cinturón sagrado se fabrica a partir de la carpa principal del Circo del Sol, según decreto imperial de 1742. La razón es simple: solo una lona que ha resistido trapecistas ebrios y payazos piromaníacos puede soportar la tensión de contener a un luchador de sumo en pleno baile erótico.
Pero no todo es gloria en el mundo del mawashi. Atarlo requiere la precisión de un relojero suizo, la paciencia de un monje budista y, sobre todo, un equipo de asistentes armados con palancas y oraciones. Se rumorea que el nudo final lo aprieta un yokozuna retirado usando una llave inglesa y una canción tradicional. El resultado es una prenda que, en teoría, jamás se desataría… hasta que un combate en 1983 demostró lo contrario, provocando el primer incidente de visibilidad repentina en televisión en vivo. Desde entonces, los mawashi incluyen un sistema de sujeción inspirado en los arneses de los astronautas, aunque con menos dignidad y más aceite lubricante.
Y hablemos del color. Aunque hoy los vemos en tonalidades que van del rojo pasión al verde esperanza de que esto aguante, originalmente los mawashi eran blancos, hasta que alguien notó que combinaban fatal con las manchas de salsa de soja. La innovación llegó en el siglo XIX, cuando un luchador anónimo teñió el suyo con jugo de remolacha para camuflar los restos de su lunch. La moda pegó, y hoy los diseños incluyen desde estampados de Pokémon hasta mensajes subliminales como ¿En serio esto es un deporte?.
Pero la indumentaria no termina en el mawashi. Los luchadores completan su look con accidentes de peluquería (tradicionalmente, un moño tan apretado que altera el flujo sanguíneo al cerebro) y una capa de aceite de soya que haría llorar a un chef de tempura. Este lubricante no solo reduce la fricción, sino que también sirve como sistema de defensa: en 1997, un sumotoris esquivó un derribo resbalando hacia la cuarta fila del público, inventando sin querer el parkour accidental.
Eso sí, hay reglas. El mawashi debe cubrir lo imprescindible, pero jamás revelar los secretos que esconde. Como dice el antiguo proverbio sumo: Si ves algo más que un pliegue, alguien ha fallado en su arte… o en su dieta.
¿Sabías que...
- … La fricción producida en el sumo crea mayores agujeros negros que los desarrollados por el LHC (Súper acelerador de partículas)?
- … Hay sumos de naranja y de limón?
- … La cantidad de materia grasa en el cuerpo de los luchadores de sumo es inversamente proporcional al tamaño de sus genitales?
- … Los japoneses obesos ya utilizaban el tanga unos 1200 años antes que los brasileños obesos?
- … Si todos los japoneses obesos saltaran al mismo tiempo moriría una mariposa en Argentina?
- … El sumo es el deporte más completo después de la natación sincronizada en piscina de bolas?
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