Sirena

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Cita3.pngNo cantaban tan bien, la verdad. Era más bien como oír a un gato en una licuadora, pero llevábamos seis meses sin tocar tierra.Cita4.png
Ulises sobre la realidad del mito.
Cita3.pngWiuuuu wiuuuu wiuuuu...Cita4.png
Una sirena de policía explicando sus derechos a un sordo.
Cita3.pngGluglu gluglu.Cita4.png
La Sirenita tras descubrir que sus branquias no funcionan en el aire contaminado de la superficie.
Sirena de Sirena.png

La Sirena es un término homófobo homónimo y confuso que la humanidad utiliza para describir dos conceptos cuyo único propósito común es atraer tu atención: una criatura híbrida que no sabe si es pescado del menú del día o Miss Universo, y un aparato mecánico diseñado por para ser molesto y, en menor medida, alertar.

Dependiendo del contexto, encontrarse con una sirena puede resultar en ser devorado vivo mientras piensas "qué mujer tan guapa" solo para descubrir que su mitad inferior huele a pescadería de mercado en agosto, o recibir una multa de tráfico de trescientos euros por saltarse un semáforo en rojo y atropellar a León XIV.

Sirena mecánica

También hay sirenas mecánicas estacionarias, como cuando te quieres escapar del asilo de ancianos donde te meterán en el futuro.

Antes de hablar de los pibones con cola de merluza, hay que rendir pleitesía a la verdadera reina del mal: la sirena mecánica (Decibelus molestus maximus, también conocida como El Gritón de los Cojones). Este aparato lo diseñaron ingenieros alemanes cabreados que fueron rechazados en la escuela de música y tomaron venganza de la humanidad.

A diferencia de su prima la sirena mitológica, que al menos te seduce y muestra las tetas antes de joderte la vida, esta te viola los oídos directamente, sin preliminares, sin consentimiento y sin vaselina acústica. Su técnica favorita es el celebérrimo Efecto Doppler, ese truco científico que convierte un "NIIIII-NOOOO" en la banda sonora de tu infarto: cuando se acerca suena como si te estuviera gritando "¡QUITA, SUBNORMAL!", y cuando se aleja hace un "nooooouuuu" burlón que significa literalmente "ja ja ja, ya te has meado encima y has subido el coche a la acera".

Como resultado te quedas temblando, con el corazón en la boca y la suspensión hecha papilla. Y todo eso sin que el policía haya abierto siquiera la boca. Eso, amigos, es eficiencia teutónica.

Sirena biológica

Sirena
Sirena cantando (probablemente mintiendo)
Sirena cantando (probablemente mintiendo)
Clasificación científica
Reino: Animal acuático con problemas de identidad
Filo: Pescadophilum seductorum
Clase: Primera clase (nunca viajan en turista)
Familia: Disfuncional desde el Paleolítico
Nombre binomial
'Sirenita mentirosa'
Ulises (el único superviviente)
El downgrade más cabrón de la historia.

Las sirenas (del griego Σειρῆνες, "las que atan", derivado del proto-indoeuropeo ser- que significa "cobrar por adelantado") son peci-mamíferos acuáticos carnívoros descubiertos por primera vez en 1184 a.C. cuando Ulises les pidió su número de teléfono y ellas respondieron cantando.

Taxonomía

Taxonómicamente pertenecen al orden Seductora maritima, familia Cantantibus letalis. Durante el periodo helénico presentaban morfología aviar-humanoide debido a una mutación genética provocada por el consumo excesivo de güevo. Hacia el siglo XII experimentaron una evolución convergente con los atunes, desarrollando aletas caudales y branquias funcionales, aunque conservaron las glándulas mamarias por razones puramente estéticas y comerciales.

Hábitat y conservación

El hábitat de las sirenas (+18).

Su hábitat natural comprende las zonas rocosas del Mediterráneo donde la acústica favorece la reverberación de ondas sonoras, óptimas para provocar alucinaciones auditivas en deliciosos marineros deshidratados. Su dieta consiste principalmente en navegantes griegos (40%), fenicios (35%) y turistas alemanes despistados (25%).

El canto de las sirenas alcanza los 120 decibelios y contiene feromonas auditivas que activan el córtex prefrontal masculino desactivando simultáneamente el sentido común y activando el sentido de ponerla. Estudios recientes de la Universidad de Atlantis demuestran que el 87% de los naufragios del periodo clásico se debieron a sirenas, mientras que el 13% restante fue culpa de Krakencio, hermano del Kraken.

En la actualidad están clasificadas como especie en peligro de extinción debido al uso excesivo de tapones para los oídos y al desarrollo de Spotify, que ofrece playlists más variadas y menos letales.

Anatomía

La anatomía de la sirena es mitad anatomía humana y anatomía pezíana, lo interesante es donde se unen y las bubis.

Región torácica

Anatomía anatómicamente anatómica.

Contrario al porno, las estructuras torácicas de la sirena no son glándulas mamarias, sino un par de peces globo parásitos, que son boyas biológicas con pezones. Estos organismos mantienen un acuerdo simbiótico con la sirena a cambio de alojamiento permanente y alimentación de plancton premium, regulan su flotabilidad al inflarse (para emerger a la superficie) o desinflarse (para sumergirse y verse como viejitas).

Zona de transición

Esta franja maldita es donde la pelvis humana, en un arranque de ira, se esfuma y afila para convertirse en ese espinazo filoso que sostiene la cola, y no es una cola linda como la tuya. El resultado es un armazón de huesos puntiagudos que se clavan en la sirena cada vez que intenta sentarse en una roca, convirtiendo el acto de descansar en una sesión de acupuntura involuntaria y profundamente molesta. Es la razón por la que siempre las ves flotando de lado: no es elegancia, es que el esqueleto les ha salido literalmente cabrón.

Reproducción

Hay extraños casos de hermosos sirenos machos.

Heredaron de sus antepasados aviares la costumbre de poner huevos, y de sus vecinos los peces la elegancia de dejarlos pegados en cualquier roca como si fuera el tablón de anuncios de una taberna griega. Ulises aún tiene uno pegado en el casco de su barco que conserva "por nostalgia".

El mito del macho sirena persiste porque es más romántico que admitir la verdad: se reproducen cuando una sirena convence a algún marinero cansado del boys love con otros marineros, de que él también podría tener una cola escamosa "con el estímulo adecuado". Los resultados son siempre los mismos (sexuales): un humano que huye espantado y una sirena que nueve meses después pone huevos que inexplicablemente contienen ADN de tripulante.

Las crías crecen creyendo que su padre fue "un semidiós de viaje" hasta que cumplen diez años y encuentran su foto en un jarrón griego cobrando por un gyros. El trauma explica por qué el 90% se dedica al canto profesional: es eso o la terapia.

Sirenas del mundo

Cada cultura inventó su propia variante para explicar por qué la gente se ahoga en los lagos o por qué los marineros vuelven a casa oliendo raro.

  • Derceto, el diseño era muy beta todavía, pero ya se parecía más a lo que pensamos.
    La primera sirena fue Atargatis, una diosa asiria que ofendió a Venus, se lió con un pastor, le puso cornamenta divina, tuvo una hija, mató al tipo por "qué va a decir la gente de la TPP" y se tiró al agua a ahogarse. Los dioses, en lugar de psicólogo, le dieron cintura de pescado y cenizas en los huevos. Fin de culebrón, inicio de especie.
  • Después están las rusalkas, las sirenas eslavas. No son princesas Disney: son cadáveres de novias frustradas con el pelo verde, la piel blanca y un hobby nocturno de ahogar hombres con buena musculatura. Son zombis acuáticos que bailan bajo la luna y necesitan terapia de pareja con un exorcista.
  • En Irlanda viven los merrows: las hembras son modelos subacuáticas, los machos tienen cara de cerdo y aliento a guinness rancia. Esto explica por qué las sirenas irlandesas prefieren marineros humanos: no es amor, es un catálogo con mejores opciones genéticas.
  • También están los selkies (Escocia), focas que se quitan la piel para convertirse en mujeres. La tradición dice que si un hombre roba la piel, ella debe casarse con él. Es el único matrimonio donde el anillo es secuestro y el divorcio consiste en encontrar tu abrigo y largarte al mar.
  • No podemos decir que en Japón no lo intentaron.
    En España, las sirenas nacen de gritos familiares malinterpretados. En Cantabria está Sirenuca, una chica que desobedecía tanto a su madre para ir a los acantilados que la señora, harta, le deseó: "¡Que Dios te haga pez!". Dios, que ese día estaba de broma pesada, cumplió al pie de la letra y la dejó con escamas y resentimiento materno permanente.
  • En el País Vasco, las lamias se peinan con peines de oro; si se los robas, te ahogan o traen mal tiempo, porque en el País Vasco ni los accesorios capilares se tocan sin permiso escrito.
  • En Galicia tienen a Mariña, una sirena buena que fue rescatada por un duque y fundó un linaje noble, demostrando que con cola de pez también se puede subir en la escala social si sabes elegir bien a tu secuestrador.

Las Bellas Artes

Uf, pura pornografía católica.

Durante siglos, los pintores usaron a las sirenas como la excusa perfecta para pintar mujeres desnudas sin que la Iglesia los excomulgara. Argumentaban que representaban la "tentación" y el "pecado", cuando en realidad solo querían dibujar bustos al aire.

En el arte románico y gótico, la sirena solía aparecer con un espejo y un peine, símbolos de vanidad y prostitución. También se las esculpía en las iglesias, a veces amamantando crías o con dos colas abiertas, una postura que hoy día requeriría una suscripción a canales de pago para ser vista.

Literatura

  • Un vaso con sierna, según Andersen.
    La Odisea: Ulises, el primer hombre en practicar el bondage náutico, se hizo atar al mástil para escuchar a las sirenas sin tirarse al agua. Su tripulación se tapó los oídos con cera, inventando así los primeros tapones industriales.
  • La Sirenita (Andersen): Un cuento danés deprimente donde la protagonista cambia su voz por piernas. En la versión original, cada paso que daba sentía como si caminara sobre cuchillos, el príncipe se casa con otra y ella considera asesinarlo antes de convertirse en espuma de mar. Disney, sabiamente, omitió la parte de los cuchillos y el suicidio.
  • Las mil y una noches: Aquí las sirenas son anatómicamente humanas, pero respiran bajo el agua y pueden tener hijos con humanos, creando híbridos funcionales.

Ciencia

La relación entre la realidad y las sirenas es una historia de miopía y alucinaciones.

Manatíes

¿Cómo alguien confundiría a este inocente manatie con una horrible sirena?

El punto más bajo en la dignidad de las sirenas ocurrió en 1493. Cristóbal Colón, cegado por el escorbuto y el sol del Caribe, vio tres manatíes y escribió en su diario que había visto sirenas, pero que "no eran tan hermosas como las pintan, que en alguna manera tenían forma de hombre en la cara". Esta declaración confirma que Colón necesitaba gafas urgentemente y que, tras meses en alta mar, un manatí gordo y con bigote puede parecer atractivo si uno entrecierra los ojos lo suficiente.

Hipótesis del simio acuático

El viejo de El viejo y el mar mostrando lo que acaba de falsificar encontrar.

Algunos científicos (y muchos guionistas de documentales falsos) sugieren la Hipótesis del Simio Acuático. Esta teoría propone que los humanos perdimos el pelo y ganamos grasa subcutánea porque pasamos mucho tiempo en el agua. Los partidarios más extremos creen que una rama de la humanidad nunca salió del agua y evolucionó en sirenas reales. Canales como Discovery Channel aprovecharon esto para emitir Mermaids: The Body Found, un documental de ficción que mucha gente creyó real, probando que la audiencia cree cualquier cosa si la narra una voz profunda.

Experimentos y Taxidermia

En el siglo XIX, era común encontrar "sirenas" en ferias de curiosidades. En realidad, eran macabros experimentos de taxidermia: cosían la mitad superior de un mono a la cola de un pez grande. El resultado, conocido como la Sirena de Fiyi, era una momia horrorosa que olía a formol y decepción, muy lejos de la imagen erótica que esperaban los visitantes.

Cultura popular

La versión "familiar"

La cultura pop tomó este folclore de muerte y canibalismo y lo pasó por un filtro rosa.

  • Disney: Transformó el drama de Andersen en un musical caribeño con un cangrejo jamaicano.
  • Splash: Tom Hanks se enamora de una sirena, mostrando que los hombres aceptan cualquier defecto físico (incluso aletas) si la chica es rubia y se le ve la cola (no la de pez).
  • H2O: Serie australiana sobre adolescentes que se convierten en sirenas al tocar el hagua. Plantea serios problemas higiénicos: ¿Cómo se duchan? ¿Cómo lavan los platos sin convertirse en atunes en la cocina?
  • Anime: En series como Pichi Pichi Pitch, las sirenas son princesas que derrotan a los villanos cantando pop japonés, lo cual es probablemente más doloroso que ser devorado por una sirena mitológica real.
Si lo que querías era ver una sirena sin brasier, aquí no es, porque ésta es una nasire, casi lo mismo.

Véase también