Cuentos de hadas
Todas estas historias ahora pertenecen a Disney, si quieres difundirlas o ingerirlas manda un cheque a Mickey Mouse
Los cuentos de hadas son historias de mundos ocultos en nuestra imaginación que sólo nos son accesibles tras el consumo de sustancias alucinógenas. De hecho, prestigiosos estudios confirman que, a raiz del descubrimiento de América, la calidad de los cuentos de hadas aumentó de forma considerable gracias a las sustancias alucinógenas que de allí se traían. Hasta entonces las formas de consumo de dichas sustancias se limitaban a esnifar cocos o ingerir setas silvestres. Estas técnicas eran bastante complejas y a veces incluso peligrosas, por lo que los cuentos de hadas eran escasos y en la mayoría de los casos acababan publicados bajo el epígrafe: obra póstuma inconclusa.
La proliferación de estos cuentos dio lugar a una serie de catastróficas desdichas:
- Las perdices se extinguieron al ser el único alimento que consumía la gente. Y es que, durante cientos de años, personas de todo el planeta consumieron a diario perdices con la única finalidad de demostrar a sus vecinos su inmensa felicidad. Como consecuencia directa cientos de personas conocieron la muerte por indigestión de perdigones y demencia precoz a causa del plomo.
- Según estas historias, existía una superpoblación de príncipes que conformaban el 68% de la población. Los reyes de la época, en su reunión internacional anual, decidieron que debían equiparar la realidad a los cuentos de hadas. Este hecho desencadenó la proliferación de miembros de la familia real con la consiguiente reducción de renta per cápita del pueblo llano.
- Los bosques también se vieron afectados por esta literatura: los lobos, en su reunión internacional anual, tomaron la misma decisión que los reyes cuyo resultado fue una superpoblación de lobos que obligó a armarse con 6 ó 7 escopetas a todos aquellos que querían visitar a sus abuelitas. La evolución hizo que con los años estos lobos fuesen catalogados como "extremadamente peligrosos" al desarrollar la capacidad de andar a dos patas y hablar al mismo tiempo que expulsaban tornados por la boca, este hecho hizo necesarias otras dos escopetas. Tantas escopetas constituían un peso considerable, por lo que las abuelitas se extinguieron.
- Ser madre comenzó a estar mal visto, por lo que todas las madres se intercambiaban los maridos cada 15 años pasando a ser madrastra de los hijos de la vecina. Este caos maternal fue la causa de que centenares de quinceañeras en busca de estabilidad familiar saliesen a la caza de un príncipe, empleando técnicas variopintas como: abandonar zapatos de cristal, tirarse a dormir en medio del bosque (cosa que también contribuyó a la proliferación de lobos),o encerrarse en torreones altos asomando las greñas por la ventana. Estas elegantes técnicas de cortejo combinadas con el hecho de que las únicas mujeres que veían los príncipes eran sus madres (recordemos que los príncipes eran el 68% de la población), hicieron caer a los príncipes en relaciones que siguieron contribuyendo a la superpoblación de príncipes en el planeta.
Partes de un cuento
Los cuentos se componen de dos partes: La encuadernación, compuesta por la portada y la contraportada, y las hojas del medio que se dividen temáticamente en tres núcleos diferenciados: descripción trágica inicial, despropósito aventurero central y final feliz (excepto en el traumatizador cuento titulado "La vendedora de fósforos"). Veámoslo en profundidad:
- Encuadernación: Los cuentos de hadas presentan inexorablemete una portada ilustrada con dibujos de mariposas y flores que anuncian lo que está por llegar. El título suele aparecer en la parte superior en forma de letras barrocas de tamaño grotesco, posiblemente debido a causas lisérgicas. En cuanto a la contraportada, rara vez tiene dibujos por lo que nadie la mira. Sin embargo, a pesar de la escasez ilustrativa las contraportadas contienen un pequeño resumen de la historia, especialmente útil para contar cuentos a los ñiños de forma rápida para que se duerman felices y contentos. La contraportada también contiene el precio, probablemente lo que tiene más valor del libro ya que te lo puedes pegar en la frente y triunfar en todas las fiestas.
¡Atención!: Si lo has comprado en el top manta, junto con el CD de música "Fusión: Mozart y Daddy Yankee", puede que el resumen esté en chino. Además la piratería es pecado e irás de cabeza a un infierno lleno de niños que no se quieren dormir.
- Páginas del medio:
- Descripción trágica inicial: Al abrir el libro te encontrarás con la primera página. Por alguna extraña razón, la primera página suele ser la 4 o la 5, lo que nos hace pensar (por primera vez) que cabe la posibilidad de que exista una terrible precuela de 3 páginas (contando portada y contraportada). Algunas veces, tanto esta primera página como las que vienen después están hechas de cartón y sólo tienen dos líneas de texto por página, pero gracias a que suelen estar llenas de dibujos hechos por un niño de un año podemos entender mejor la complicada trama. Este método se utilizó para escribir el Quijote en verso, utilizando las abundantes secuoyas del bosque del Sáhara. En muchos cuentos modernos, en los que no aparece ningún lobo feroz y en los que las hojas son de fino papel, hay una introducción donde nos habla del autor para que no te olvides de quien salió ganando cuando compraste esa porquería. Como todos sabemos, los cuentos de hadas comienzan por "Había una vez..." seguido de una frase que anima al joven lector a entrar en el fantástico mundo de dulzura caramelizada y diabetes que tiene entre manos. Veamos este encantador fragmento del famoso cuento infantil Flipy, el flautista:
Había una vez un mundo asolado por la guerra. El único sonido que rompía el silencio eran los gritos de dolor de los soldados. En el punto más alto del campo de batalla, los reyes de ambos bandos luchan hasta la muerte
Así de alegres son los comienzos. En otros casos el problema se centra en relaciones familiares: hijastras vagas que no quieren limpiar las chimeneas y se fugan en una calabaza, hijastras hermosas que aprovechan sus blanquecinos encantos para escaparse con 7 tipos bajitos, niños malcriados que se comen las casas de chocolate de ancianas que viven en el bosque...En fin, catástrofes cotidianas.
- Despropósito aventurero central: Una vez planteada la problemática social llega la parte estrella del cuento: la aventura. Las aventuras pueden ser de tipo diverso pero siempre tienen un ingrediente común: el/la protagonista atraviesa una serie de apuros que casi siempre implican una pelea entre el personaje malvado de la historia y el protagonista, a excepción de aquellos casos en los que el personaje principal es una fémina, donde la batalla -como es lógico- se produce entre el malo y un caballero o príncipe de color azul. Esta parte del cuento suele ser la más larga, llegando a ocupar incluso ¡3 hojas! en los cuentos de cartón.
- Final feliz: Todas las historias terminan (incluso esa farsa de la historia interminable). El final casi siempre se da cuando al autor no se le ocurren más ideas (a las siete u ocho páginas de empezar) y ya no tiene más drogas a su alcance. Lo normal es que termine con "...y comieron perdices" por esa manía monárquica de acompañar todo con estas aves, o con "...colorín colorado, este cuento se ha acabado"; no sabemos si Colorín Colorado es hermano del Chapulín Colorado. En un alarde de ingenio, algunos acababan con la palabra "Fin".
Puede que le parezca que esta descripción se asemeje a la de otro tipo de libros, como las novelas; si es así, está usted muy equivocado.
Personajes comunes
- Animales: dulces y graciosos hasta que tienen la rabia. Andan por el bosque dando saltitos, sin importar que sean cervatillos, elefantes, caracoles o ballenas.
- El gato con botas: no sale mucho, pero es famoso. Viste dos botas (si tuviera más piernas llevaría más) para no sentirse desnudo. Aprendió a hablar como Antonio Banderas.
- El lobo feroz: un nombre extraño para tan peculiar personaje. A pesar de ir de duro por la vida, ha sido derrotado por una niña, tres cerdos y siete cabras. Si este espécimen es el lobo feroz, tendremos que suponer que el resto tendrá miedo de las moscas.
- Dumbo: es un elefante de los mencionados anteriormente que, además de saltar, se emborracha, se traviste y vuela con las orejas. Si, amigos, es un gran personaje (chiste paquidermo).
- Humanos: esos seres de carne que tanto odio, en cuanto tenga a uno cerca lo mato Iré al espejo, que me pareció ver uno. Ninguno tiene un papel relevante. Aunque siempre estaban en la Edad Media, su Edad Media era una Edad Media especial en la que no había ni peste ni lepra. Toda la gente sin lepra era feliz e iba saltando ya que tampoco había mendigos dormidos en el suelo con los qué tropezarse.
- Príncipe azul: disponible sólo en azul. El príncipe se pasaba días y días vagando por los bosques, siempre buscando a una chica dormida e indefensa para cumplir sus más ocultas perversiones. Como se puede deducir de su nombre sufre de cianosis.
- Princesa o la protagonista: despreciando a las gordas y las delgadas, la protagonista era siempre perfecta (a excepción de Caperucita que no es humana, es un pastor alemán con maquillaje). La protagonista femenina siempre canta cuánto añora el burdel de su padre mientras limpia la casa de 500 hectáreas de su madrastra.
- Hada madrina: Son seres pequeños que acompañan a las princesas. Tienen la facultad de volar con pequeñísimas alas, desafiando las leyes de la física (aunque ésta es una pseudociencia). Pueden conceder deseos como convertir calabazas en carruajes, dejando a más gente sin comer para darle lujos inútiles a unos pocos.
- Enanos: venidos de la Tierra Media, llegan a este mundo a luchar contra la tiranía del Sauron Feroz y los siete orcos. A veces, pueden montarse en las piernas de otros personajes o hacer fantásticas fiestas del tipo "siete contra una", como ocurre en Blancanieves.
Historias desanimadas de ayer y hoy
Caperucita roja
Hace mucho tiempo, había una niña rubia de bote y dientes postizos. Esa niña es ahora la abuela de Caperucita Fernández. La pobre abuela estaba muy enferma por las úlceras de su estómago, por eso su hija le encargó a caperucita que le llevara la comida.
- Toma: salsa picante, vinagre, cuatro botellas de whisky y un bocadillo de bacalao —dijo la madre sin nombre de Caperucita— Tendrás que cruzar la autopista y el aeropuerto tú sola, ten cuidado y no te pares en los semáforos —le aconsejó mientras acolchaba el interior de un ataúd.
Caperucita salió corriendo de la casa recogiendo flores mientras recordaba las alergias de su abuela. Después corrió, corrió, corrió, corrió, corrió y corrió,y se cayó; después llegó a un lugar donde el camino se partía en dos. No sabía cuál elegir, en el de la izquierda se veía la casa de la abuelita a dos metros y en el de la derecha había unos cuantos volcanes en erupción. Caperucita cogió el GPS que indicaba que allí había un McDonalds, y como de costumbre, no le sirvió para nada. Sin previo aviso, apareció un lobo apestando a alcohol con el que habló 5 líneas más.
- Señor lobo, ¿puede decirme qué camino debo coger para ir a la casa de mi abuelita? —preguntó Caperucita.
- Déjame pensar, aquí hay cientos de abuelas... están pensando formar su propio país... —dijo el lobo tambaleándose—. Lo mejor es que vayas por el segundo camino de la derecha, pero ¡cuidado, que se mueve mucho...!
Mientras, el lobo entró en la casa de la abuela. Aquí la historia cambia según los testigos. Unos dicen que la abuela se metió dentro del reloj y otra que dentro del lobo, aunque estos testigos también decían haber visto un OVNI, así que no podemos afirmar la veracidad de sus declaraciones.
Cuando llegó la joven encontró al lobo vestido con el tanga que antaño usara la abuela en su noche de bodas. En este momento nos encontramos con uno de los diálogos más memorables de la historia, debido a su profundo significado:
- Abuelita, sus cuencas oculares son anormalmente grandes— dijo la niña.
- Son para una correcta visión del entorno que me rodea —respondió el lobo.
- Abuelita, su dentadura refleja su origen cánido —añadió.
- Las vendían a 2x1 en el súper —confesó el lobo.
- Abuelita, ¡qué bulto más grande tienes ahí abajo! —dijo Caperucita asustada señalando algo que se movía entre las piernas.
- No es nada... es algo que hacen todas las abuelas —dijo la peluda abuela mientras sacaba a su perro de debajo de las sábanas.
Tras discutir durante horas, el lobo saltó sobre caperucita al tiempo que entraba un leñador. Este cortó a rodajas al lobo, junto con su abuela, con su hacha de desmembrar.
- Si no llevara diez años en el noble negocio de las asustaviejas, no se qué habría pasado —sentenció el leñador—. Jovencita, no te preocupes por tu abuela, no es nada que no se arregle con pegamento.
Más tarde fueron denunciados y sacrificados por la protectora de animales.
Este cuento se extendió por toda Europa junto con la peste enseñando su sabia moraleja: "Si en casa quieres descansar, manda a tu hija a trabajar", refiriéndose a la sacrificada madre de Caperucita que tiene que ver cómo ésta se introduce en el bosque mientras ella bebe cerveza en el sofá.
Con el tiempo se hicieron secuelas, precuelas y toda clase de variaciones como Caperucita Verde Flúor, Caperucita Amarilla, Caperucita Transparente y Caperucita en la ciudad. Otras historias creadas a partir de ésta, incluyen a "El Loco de la Motosierra", inspirada por el honrado leñador que contribuyó a la deforestación.
Blancanieves y los 7 enanitos
Había una vez una joven de piel tan blanca que era el logo de una marca de cloro. Su madrastra, la reina, se pasaba el día delante del espejo repitiendo Candyman o Beetlejuice para probar que aquellas películas decían la verdad.
La madrastra que se encontraba en uno de sus delirios empezó a hablar con el espejo.
El espejo dijo: "Hay una persona más velluda que tú, y se llama Blancanieves".
Y era cierto, la madrastra observó a Blancanieves que tenía tantos pelos que a veces parecía llevar un abrigo de piel. Parecía mentira que con todo ese pelo, fuera calva. La madrastra sentía envidia, ella soñaba con que algún día pudiera depilarse con una guadaña como hacía Blancanieves.
Blancanieves vio a la reina armada con unas tijeras. Ella corrió al bosque para buscar la protección de los osos salvajes. Allí encontró una lujosa casa, propiedad de los mayores mafiosos del país, los siete enanitos. Estos traficaban con todo tipo de piedras preciosas como grava o arena.
Tras utilizarla para limpiar la casa, junto con un puñado de animales enfermos, llegó la madrastra disfrazada de bruja que se encontró con Blancanieves.
- Hija, tome esta manzana envenenada, no se arrepentirá —dijo la bruja—, pero acuérdese después de pagar, que todavía estoy pagando la hipoteca.
- Bueno... no acostumbro a tomar manzanas envenenadas de manos de una vieja bruja malvada... pero de cualquier forma la probaré —dijo Blancanieves mientras mordía la fruta-.
Blancanieves cayó al suelo, chocando la cabeza contra una piedra que partió inmediatamente. Los enanitos, en su honor, la metieron en la caja del nuevo frigorífico.
Como estaba escrito en el guión, el príncipe visitó a Blancanieves y, tras desinfectar sus labios con ácido clorhídrico, la besó. En ese momento Blancanieves se levantó escupiendo la manzana entera.
Los dos jóvenes que no se conocían de nada se casaron como muestra de su amor
Hansel y Gretel
Había una vez... un niño y una niña alemanes del Reino de Baviera, llamados Hansel y Gretel, que estaban cansados de la disciplina que su padre, Friedrich Nietzsche les obligaba a llevar.
Un día, se les apareció su hada madrina que les dijo que existía un lugar lleno de vicios y donde no había restricciones de ningún tipo. Los guió hacia el bosque y les aconsejó dejar migajas de pan por si deseaban volver, ganándose el afecto de los hermanitos. Mientras los niños avanzaban, los tiernos conejos seguían las órdenes que el hada madrina les daba a espaldas de los pequeños, haciendo espirales con las migajas dentro del bosque, pasando por áreas llenas de feroces lobos y árboles animados, con la capacidad de atrapar humanos con sus ramas para utilizarlos luego en el proceso fotosintético.
Tras caminar y caminar por hectáreas de bosque, por duros caminos (elegidos nuevamente por el hada, pues había uno corto y fácil a tan solo metros), llegaron a un pueblo hecho completamente de dulces. Los techos eran de caramelo, las paredes de chocolate, las puertas de mazapán y los caminos de galleta.
-Busquen a la bruja, queridos bastardos - les recomendó cariñosamente su maternal hada, y se desvaneció.
Era un día soleado y muy caluroso, lo que les abrió el apetito, así que dieron vueltas por el pueblo, devorando la señalética de los caminos y los semáforos para ciegos. Luego, ya satisfechos, preguntaron por la bruja, y llegaron a su casa. Ella los recibió en el patio y los invitó a entrar. Cuando pasaban, a Gretel le cayó un chorro de caramelo derretido hirviendo desde el techo, producto del caluroso día, dejando la piel de sus axilas sin su dorado vello trenzado.
Ya dentro de la casa, la bruja les pesó. Luego, les hipnotizó y les hizo comer sin parar, dentro de una jaula. Los niños engordaron mucho, y la bruja puso un espejo frente a Gretel, para que pudiera ver lo gorda que estaba. Tras una semana, la bruja calculó que los niños ya estarían suficientemente gordos, y preparó un caldero. Cuando se disponía a ponerlos en el agua para comérselos, llegó el hada madrina y la empujó dentro: ¡la bruja no le había pagado por llevarle a los niños! Le dijo a Gretel que estaba gorda, y se fue. Los niños abrieron la jaula, que era de mazapán, e intentaron volver a donde su padre. En el camino, una incesante sed los invadió, y los ojos les dolían. De alguna manera, volvieron a su pueblo, donde Friedrich meditaba tranquilo, librado de la carga de sus hijos que se preocupaban sólo de frivolidades. Tuvo que llevarlos al doctor: tenían diabetes.
Y vivieron tristes comiendo perdices, pues ya se habían acostumbrado al azúcar.
Hansel y Gretel se retiraron del mundo del cine, posando como Michelín. En la década de los 80 aparecieron en la película los Cazafantasmas como malo final. Siendo mayores de edad, siguieron una dieta para bajar de peso y comenzaron a cazar brujas. Dulce ironía.
Los siete cabritillos y el lobo
Había una vez una especie de cabras super-evolucionadas que podían hablar, caminar a dos patas y hasta tenían casa propia. Entre los miembros de esta especie destacaba una madre cabra que había tenido 7 cabritillos por la gracia de Dios ya que, según palabras del autor, sería un insulto que el padre apareciera aquí.
Como era habitual, esta madre fue a comprar carne para sus hambrientos cabritillos. En esos días un lobo hambriento estaba merodeado por allí en busca de una víctima. Pero no tenía éxito, el lobo era muy educado, pedía permiso antes de atacarte, se lavaba las manos antes de comer y bendecía los alimentos.
La madre cabra avisó a los cabritillos: "Cuando venga meteré el pie por el agujero de la puerta por el que entran las ratas que mataron a vuestro hermano".
Después de salir la madre, llegó el lobo que llamó a la puerta e introdujo el pie por debajo de la misma. De nada le sirvió el traje de oveja, los cabritillos tenían mucha hambre y le devoraron antes de que tuviese tiempo de escapar.
Escrito por Quentin Tarantino y Robert Rodriguez como un cuento infantil. Los niños que leyeron la versión original han quedado traumatizados.
Otros cuentos
- La Biblia
- Combustión humana espontánea
- David el gnomo
- Los Pitufos
- Incilibros/Blancanieves y los 7 enanitos
- Cuentos de terror
- Ever After High
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