Selección nacional de fútbol de Croacia

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Selección nacional de Croacia
Bandera de Croacia
Seudónimo Los cuadriculados
Asociación HNS (Horca y Napalm a los Serbios)
Confederación GÜEFA
Director técnico BanderaBatracia.png Flatko Dalic
Mayor goleador BanderaBatracia.png Davor Cock Suker (45,3)
Más particip. BanderaBatracia.png Darío Serna (134,2)
Ránking FIFA Así asíº
Color del Equipo Color del Equipo Color del Equipo
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La selección nacional de fútbol de Croacia, (en croata, Hlavasta gnomojeta reprezentajica) es un equipo formado por jugadores de nacionalidad... ¿adivinas? ¡sí, croata! que representan a los croatas en las pachangas de solteros contra casados organizadas por la GÜEFA y la FOFA

Historia

Inicios y precedentes

El fútbol fue introducido en Croacia por expatriados ingleses a finales del siglo XIX. Eran kinkis, barriobajeros y bastante violentos, al fin y al cabo les habían botado de su país por algo.

Los archivos de la FOFA documentan que este carácter kinki, barriobajero y violento fue asumido por los primeros futbolistas croatas, quienes se organizaban en equipos étnicamente croatas para jugar en las fiestas de los pueblos y demás, donde eran muy bien considerados, como si fueran El bombero torero.

El origen ya más serio de la selección croata lo tenemos en la Segunda Guerra Mundial, pues cuando los nazis invadieron el por entonces Reino de Yugoslavia crearon un estado independiente croata para que tuviera una selección de fútbol que pudiera servir de sparring al Schutzstaffel Fussbal-Club antes de que estos se enfrentaran al combinado ese chusco que tenía a los viajeros del tiempo Stallone y Pelé respectivamente en la portería y la delantera.

Davor Suker es un hombre muy querido en el mundo del fútbol, pero tiene un pasado muy turbio.

La selección se formó de manera definitiva en 1990 una vez que Yugoslavia se fue definitivamente al carajo. Antes de dicha circunstancia, los jugadores croatas jugaban en la Selección de fútbol de Yugoslavia como machacas y utilleros. Al inscribirse en la FIFA la pusieron ahí abajo del todo del ranking, pero ha ascendido en el mismo tan rápido que algunos de sus hinchas han sufrido incluso vértigos

La gloriosa selección cuadriculada

Desde su debut como selección independiente, Croacia ha disputado cinco ediciones de la Copa Mundial de Fútbol haciendo el ridículo, por lo general, menos que otras selecciones con mucha más tradición.

Prosikito: su fealdad intimidaba tanto a sus rivales como sus constantes lesiones.

La primera generación gloriosa, aquella formada el talento del fino (fino por entonces, que luego que ha puesto como una vaca) delantero Davor Suker, así como por la monstruosidad de jugadores aterradoramente feos como Robert Prosinecki, Zvonimir Boban, Robert Jarni, Mario Stanic o Goran Vlaovic llegaría a obtener la tercera plaza en el mundial de Francia 1998. Los integrantes de esta generación croata habían sido forzados a ser internacionales también con Yugoslavia antes de la independencia del país, es de destacar que desde que formaron su propio combinado Yugoslavia no se ha comido un colín y tanto ella como su sucesora, Serbia, ha pasado a ser una mera comparsa en el concierto internacional. Ya se ve quienes eran unos tuercebotas y quienes valían para esto.

Estos dos zanguangos conforman el motor que ha llevado a Croacia casi a lo más alto. La fealdad sigue siendo una seña de identidad en el combinado.

Tras unos años de interregno, con el ahora orondo Suker ahora como presidente de la federación y la presidenta del país, Kolinda Grabar-Kitarovic como stripper gogó, surge una segunda generación de grandes futbolistas casi tan feos como los anteriores, comandada por el pájaro Modric y el raquítico Rakitic que supera los logros de sus antecesores y logra perder la final en el Mundial 2018. Aunque por lo menos en Qatar 2022 lograron homenajear propiamente a sus antecesores tras repetir la hazaña de ganar la medalla de bronce.

En sus participaciones en las Eurocopas han hecho algo más el canelo y no pasan de cuartos. Parecen España en sus momentos mas míticos.

Señas de identidad

Ese mantelito de picnic siempre ha sido un motivo de orgullo para su selección... al igual que sus mujeres.

Uniforme

Desde 1990, con su independencia, adoptaron una característica camiseta ajedrezada en tonos rojos y blancos como homenaje al cohete de Tintín que asemeja la que tradicionalmente suelen portar los leñadores y las lesbianas y que ha sido el hazmerreír muy festejada internacionalmente por lo hortera que es su originalidad.

Estadios

Estadio Baratija, o algo así. En Croacia hay poco espacio, y es tal la devoción por el fútbol que si hay que poner un estadio entre dos monumentos nacionales, pues se pone, con dos cojones.

Como el país es pequeño no tienen muchos estadios dignos de tal nombre, así que la mayoría de los partidos como local los disputa en el estadio Maximinir de Zagreb, aunque algunos los disputa, también, en el estadio Poadj de Spit. Los demás los juega en unos patatales infames.

Hinchada

Son violentos y agresivos, usan banderas y pancartas racistas y profieren cánticos aun más racistas. Su comportamiento ha traído sanciones al seleccionado. Gustan de abuchear el himno de Yugoslavia, de quemar papeleras y de invadir el campo como si aquello fuera el Grand Prix del Verano de Ramón García.

Rivalidades

La simpática hinchada croata.

Pese a que la selección croata existe desde hace dos días, se ha comprobado que mantiene una fuerte rivalidad contra los Serbios ex-Yugoslavos, que tampoco hacía falta ser muy listo para vérselo venir. Teniendo en cuenta que la independencia de Croacia no fue producto precisamente de un divorcio amistoso (aquella guerra cruenta y tal), que a los Serbios, los malos de la película, el asunto no les hizo mucha gracia tampoco que digamos y que el fútbol saca los instintos más primarios y asalvajados del ser humano, no es difícil imaginar que toda esta mala baba de unos y otros se vuelca en los partidos internacionales en los que se enfrentan. Este tipo de partidos son considerados de alto riesgo y en ellos vuelan las hostias a granel. La cosa es tan terrible que las autoridades solo se atreven a invitar a estos partidos como Vips a gente como El Poli Díaz o Chuck Norris y aun ellos declinan amistosamente la invitación, de acojonados que están. Menos mal que estos dos países han jugado apenas un par de veces (suelen trucarse los sorteos para que no coincidan en el mismo grupo o liguilla, la simple mención de esta idea pone los testículos de corbata a los directivos de GÜEFA y FOFA).

Otra selección a la que los croatas tienen cierta ojeriza es a la de Rusia, país que en el pasado, sobre todo en su versión más soviética, se caracterizó por el peloteo y jaboneo con el enemigo serbio. El resquemor es patente y más de algún asistente a estos partidos se ha llevado alguna que otra toña perdida, de esas que se escapan en un despiste.