Barra Inanimada de Carbono

De Inciclopedia
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El lector. Antes. Intenta comprender.

Hace mucho, mucho tiempo, tanto que nisiquiera había galaxia muy, muy lejana para echarle las culpas, todo era uno. La materia de todo el universo estaba condensada en un punto. Al no haber nada más no se puede pensar ni en materia, de hecho, no se puede pensar en ella y sí, a la vez, una paradoja como cualquier otra.


Bueno, el caso es que había una cosa. Pero como 1=2 había dos cosas. Y ya se sabe que donde hay dos cosas pueden aparecer más. En la primera cosa había un átomo de algo, pero también lo había en la primera, y al reproducirse ambas, el átomo se convertía en su propio antepasado.

Debido a la complejidad de la paradoja a algo le reventó la cabeza , que no podía llamarse cabeza. Por tanto la explosión no causó nada. Pero al contener todo lo futuro, contenía a todos los inciclopedistas que leerían este artículo. Ninguno entendió los primeros párrafos, y el desconcierto era tan grande, la paradoja tan enloquecedora y el texto tan estúpido que las cabezas de todos los seres vivos (¿había?) reventaron al unísono, descomponiéndose en sus niveles más elementales. Más tarde se le daría el nombre de Big Bang. Este es el comienzo de la vida de la barra de carbono.

Comienzo (pero de verdad)

El lector. En medio. Va asimilando los conocimientos

En el fragor de la explosión, los iones se revolcaron unos con otros, dándose de camotazos a lo largo y ancho del recién creado universo. Así, un átomo de C, llamado por los intelectuales carbono, aunque aún no había intelectuales para llamarlos, se hallaba en compañía de cantidades tan grandes de átomos de carbono iguales que él que no hay una palabra para describir tal número ni había nadie para contarlo de todos modos (¿cómoda excusa, eh? ). Así, los átomos se repartieron hace eones por la galaxia. En el largo tiempo que tardaron en aposentarse las inmensidades cósmicas, los átomos vivieron toda una vida, todos por igual.

Los átomos de Carbono vivían en carbonocasas, bebían agua carbonatada (por lo cual se les puede señalar como impulsores de bebidas gaseosas) asismismo, asistían a la carbonoscuela, tenían su equipo de car-nasta y hacían carbonopartidos contra la nitrogenoescuela o la bromurouniversidad (una panda de sin sangre); aunque no todo era dorado (dorado carbono), también se metían con ellos los ferrogamberros. Aparte, conducían carbonocares (los más pudientes, los otros viajaban con un carbono-bus) para ir a conciertos de Car-Bono y, por supuesto, a la carbonocatedral, donde recibían sermones sobre el peligro que entrañaba alearse con precauciones antifusión (irías en la otra vida a formar parte el organismo de algún ser horroroso). Tenían del mismo modo su propio gobierno, y su servicio secret , cuyo mejor hombre era llamado James Car-Bond.

El aterrizaje

Pero nada es para siempre. Los fósforoprofetas llevaban eones predeciendo una caída inminente, un final del mundo tal como lo conocían. Y un día sucedió. Se llevaba tiempo notando una cierta tendencia de arrejuntarse entre los grandes grupos de células. Fue la formación de los planetas. Los átomos con peor suerte fueron a formar parte de núcleos de planetas hirvientes. Otros, se encargaron de componer las rocas, y los últimos, los que más vivirían, se vieron relegados a formar a los seres y organismos. La mayor colonia de carbonos era en el planeta Tierra, donde la totalidad de seres los incluía en su base. El pueblo entero de nuestro átomo, Carbonuevayork, quedó atrapado en una veta, se solidificó y dríamos que tomó conciencia de ser uno sólo si no fuera porque es inanimado, estúpido.

El lector. Más tarde. Ya casi comprendee , ya casi estáaa...

Biografía tardía

Bueno, el caso es que ahí estaba. Un día como otro cualquiera, la veta fue descubierta por los romanos y explotada. Se hicieron diversos instrumentos de acero añadiendo hierro al carbono extraído; el pueblo de nuestro átomo (que en adelante llamaremos nuestro carbono) en concreto fue forjado para cuchillo y dio muerte a Julio César. Al final de las guerras de los límites del Imperio, los bárbaros requisaron las armas de Roma, esta entre otras, y las fundieron todas para hacer orfebrería. Nuestro Carbono se mantuvo unido haciendo una cadena entre los carbonovecinos y tuvieron la suerte de no separarse. Más tarde usarían mucho este método. Con nuestro Carbono hicieron una corona visigoda, que fue enterrada en el tesoro del rey Wamba hasta que, en la Edad Media se quiso forjar una espada para partir a las cruzadas y había escasez de metales, por tanto, usaron nuestro carbono para forjarla.

Con ella mataron a Solimán III. Años más tarde, un descendiente que conservaba la espada fue a Ámerica con Colón, y su hijo viajó con los conquistadores españoles hasta México, continuó solo hasta arriba, acabado en la actual Idaho, donde su espada fue canjeada por su vida merced a los indios cherokees, tras ser la primera espada en matar a un indio. Mucho más tarde, sería parte de un tanque soviético, que acabaría desguazado en España para hacer un Seat, que fue mandado a Estados Unidos junto a otros 599 como agradecimiento por la ayuda del Plan marshall.

Pero cuál sería la sorpresa española al ver que la ayuda Marshallesa no llegó, que se les hincharon los huevos a los concesionarios (¿Los concesionarios tienen huevos?) y fletaron una gran armada de 600 coches como los que habían mandado a EEUU, para atacar el país ofensor por mar. Empero, recordaron la última vez que intentaron invadir algún país por mar, y decidieron que mejor los comercializaban con ese mismo nombre, 600.

Mientras, en Norteamarica se fundieron los 600 coches originales para hacer ``Buicks´´. Y siguiendo un largo camino llegó a ser parte del cohete enviado a la Luna por la NASA en el famoso viaje de Homer Simpson. En el momento en el que, tras ser robado de un coche en llamas el parachoques de acero (liberado del hierro, pues el coche se quemó con combustible de cohete sospechoooso el cual originó tan alta temperatura que dejó sólo el carbono), el carbono restante fue fundido y formado para ser el pasamanos de la puerta del cohete, se puede decir que nace por fin, tras tan largo y azaroso viaje, nuestra INANIMADA BARRA DE CARBONO, con un trauma por matar gente que ríete tú de los de Vietnam, Apocalipsis Now, Forrest Gump y el Cazador.

El lector. Lo comprendió.

Últimas hazañas

Tras ser, como todos sabemos, la única completa salvadora de la humanidad (y el cohete de la Nasa), la barra fue recibida por el presidente, hizo una gira mundial, cantó con los Who, viajó hacia atrás en el tiempo y presenció la caída del muro de Berlín, le hizo a Gorbachov la marca de la calva, causó la malfunción de Steve Urkell y más estupideces dignas del primer artículo de un novato, que por pudor e Inci-honrilla no seguiré enumerando.

¿Sabías que...

  • El artículo se llama barra INANIMADA de Carbono, pero se la trata todo el tiempo como una persona ANIMADA? Se llama personificación, lo estudiarás en Lengua.