El grito

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Esa señal en el cielo no es una llamada, es una advertencia. Para ellos.
Cita3.png¿Y por qué esta gritando?Cita4.png
Timmy Turner sobre El grito
Cita3.png¡Se equivoco, sacó F como tú!Cita4.png
Denzel Crocker mostrando como los Padrinos Mágicos eran Arte, ¡Aprécienlo!

El Grito es un cuadro que un loco puesto de LSD pintó hace unos años, en el que un extraterrestre se encuentra gritando por razones que van más allá de nuestro entendimiento humano. Aunque seguro es porque le empezaron a cobrar caro por el combustible intergaláctico. Sea cual fuere la razón de sus gritos, no hay respuestas incorrectas en el arte, todas son válidas, o eso dice la escuela, porque a mí me regañaron una vez por decir que el extraterrestre gritaba porque le estaban haciendo una felación modo aspiradora.

Creación

Primer boceto del cuadro. El resultado no convenció a Munch.

Los orígenes de esta obra se remontan a su atormentado y turbado creador, Edvard Munch. Es bien sabido que durante el siglo XIX, muchos de sus artistas (incluido Munch) eran muy quejumbrosos con el entorno citadino, lugares que al contrario de lo que se creía, albergaban multitud de almas solitarias de las que no bastaba tener la compañía de un gigoló o una prostituta para sentirse más animado. Sumado a los problemas de gente rusa con crisis existenciales, de orgullo y prejuicio, o de doctores locos reviviendo a muertos tipo Frankenstein, consiguieron hacer que cualquiera se sumiera en la locura gritando, para luego ser callados por mí, ya que odio a las personas que gritan porque son muy groseras.

Pero no es lo único que Munch buscaba representar en su cuadro, la vida de su creador estuvo sumida en la más y absoluta miseria. De niño tuvo un padre que nunca le quiso comprar un Dinosaurio de juguete, su madre y una hermana suya murieron a causa del síndrome de la mano extraña, y finalmente, a su otra hermana la diagnosticaron con Terraplanismo. Una absoluta tragedia. Más sin embargo, la insanidad del autor no se desató en ese momento, el pintor declaró que ese día llegó en una salida al campo:

Cita1.pngPaseaba por un sendero con dos amigos; el sol se puso y por la oscuridad me tropece. De repente, el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio, me había dado un raspón muy fuerte en el trasero: sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad. Mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, intente sentarme pero no pude, si me sentaba me iba a doler como sino fuera un mañana. Sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.Cita2.png

— Eduard Munch contando como desde entonces odia hacer picnics en el campo

De esta forma, y después de una visita con el médico, Munch tendría a su musa de inspiración. Al inicio no le gusto el primer boceto, debido a que el retratado en el dibujo se parecía demasiado a él, no representando algo más ambiguo como les encanta a los pedantes del arte, así que lo hizo más andrógino por mera complacencia. Su obra fue todo un éxito.

Robos

El cuadro que tuvieron que poner en lugar del original desde su robo.

Aunado a su gran éxito, El grito es algo tan codiciado por su gran valor artístico, así que no deberías sorprenderte que este pedazo de cartón haya sido robado dos veces. El primer robó ocurrió en 1994 durante los Juegos Olímpicos en Noruega, aprovechando que la Yuta estaba evitando disturbios con sus confiables pistolas de agua, unos ladrones se metieron por la ventana hurtando el cuadro, pero dejando un mensaje a las autoridades: "Gracias por la poca seguridad bola de imbéciles". Obvio, pidieron que les dieran cinco pesitos por el cuadro y una buena ración de Crema noruega de salmón ahumado, pero se les negó y posteriormente fueron capturados; siendo severamente castigados con una buena serie de cachetadas.

El segundo robo ocurrió en 2004, con hombre armados hasta los dientes tomando por la fuerza el cuadro, y también de paso robándose un Beagle de la cafetería. Estas ratas de dos patas fueron capturadas el 31 de agosto del mismo año, con la triste noticia de que el cuadro quedó irreparable, a causa de que algún idiota sepa quién, quiso limpiar el polvo del cuadro con agua y jabón, provocando que el cuadro se descolorase perdiendo su bella hermosura. Inmediatamente se supo del robo, muchos pintores quisieron poner una copia del cuadro hecha por ellos a cambio de una pizca de fama (pobres diablos sin imaginación). El ganador lo puedes ver en la derecha, pero nadie notó la diferencia.

La verdadera historia de El Grito

La verdadera historia del grito-transformed.png
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