El 20 de noviembre de 1910, a las seis de la tarde en punto, inició la Revolución Mexicana. Cien años antes, los mexicanos emprendieron una lucha para sacar a los españoles, que apestaban y estropeaban las cosas indígenas. Que igualmente los llevó a construir una nación. Pero cien años después, esta nación ya no era gobernada por monarcas desodorizados como en aquel entonces, sino por un dictador: Porfirio Díaz.
Las tropas rebeldes empezaban a ganar a las federales de Huerta. Los federales ya no salían tan entrenados como antes. Eran feamente obesos y se cansaban con solo pensar en perseguir a alguien. Por este hecho la gente de Villa y de otros jefes fueron y el 15 de agosto de 1915, ocuparon la Capital Chilangolandia, y Obregón quedó como autoridad principal. Este personaje, mandó a arrestar a los sacerdotes exigiéndoles medio millón de varos.
En general, la acción en el área carrancista fue, en muchos sitios antirreligiosa. En Durango, Obregón tomó para sí el anillo pastoral del Obispo, cuando este no pudo darle el dinero que se pedía, y se le obligo a barrer las calles. En pocas palabras este cuate es ateo y anticristo. Debió ser quemado en la hoguera para ver si así se purifica su alma. Por otra parte en el área de mando de Zapata, no pasó eso.
¡Viva la revolvición!
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