Dragon City

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Dragon City es un juego gratuito [Cita requerida] de una antigua red social conocida en los documentos arcanos como Facebook. El juego, así como sus dragones y las desviaciones que provocó, fue desarrollado y publicado por Social Point, una empresa sin ánimos de lucro que cobraba por todo hasta que terminó cobrando por existir y no se pudo pagarse a sí misma. Posteriormente pasó a plataformas Android para ver si podía seguir enviciando desprevenidos, pero no lo logró ya que para el momento los usuarios habían comprendido la estafa maestra de pagar dinero real para acceder a todo lo gratuito y viceversa.​

Además de dejarte más pobre, en el juego, el jugador (o sea tú y todos tus contactos que convenciste por la fuerza de unirse) tiene la tarea de crear una ciudad de dragones donde se dedicará a aparear endogámicamente sus propios dragones para pelearlos entre ellos y luego volver a aparearlos (lo que suena más enfermo de lo que en realidad era, o quizá era peor de lo que suena).​

Jugabilidad

Para resumir, era como Pokémon pero con dragones.

Al principio te dan un dragón, está solo y frustrado porque no puede ponerla. Debes alimentarlo sembrando un campo como en ese horrible juego de granjas, después el dragón caga, pero no es caca normal de dragón como la que te encuentras en la calle, sino que es oro puro que puedes usar para comprar cosas como una granja más grande, un motel del sexo para dragones y con eso de alguna forma te puedes comprar otro dragón para que tu reptil virgen inicial se convierta en un semental (nota, aquí no importa si son machos o hembras, para términos del juego, todos son hermafroditos fértiles y sexualmente necesitados, que siempre tienen bebés). Puedes ver cómo hacen el delicioso arriba de la torre y dejan puesto un huevo del que saldrá un dragón totalmente diferente ya que ni las leyes del tráfico sexual de dragones ni las leyes de Mendel aplican aquí.

El oro era relativamente gratuito, sólo consumía tu precioso tiempo esperando ver cómo salía de la cola de tus dragones, pero las gemas eran la moneda de la élite. Adquirir estas preciosas baratijas requería un delicado equilibrio de habilidad, estrategia y voluntad de desprenderse del dinero real ganado con esfuerzo para darle una casa lujosa a un montón de pixeles de los que terminabas encariñándote. Para los más pusilánimes, estas gemas se podían comprar dentro de la aplicación, un lujo que solo los aficionados a los dragones más exigentes (o los más ansiosos) podían permitirse.

Para aquellos que vivían en la miseria económica y mental, se requería completar tareas y alcanzar hitos, los jugadores podían ganar algunas codiciadas gemas (como un perro que recibe golosinas por estar bien sentado). Pero si te encuentras deseando más, como un drogadicto que anhela su próxima dosis como nos sentíamos todos los jugadores, es posible que termines desembolsando tu salario (o el de tus padres) del mundo real. Después de todo, la adicción se presenta en muchas formas, y las joyas de dragón son definitivamente varias de ellas.

Batallas

La Arena, las Ligas y las Misiones son tres formas de participar en el deporte de la lucha de dragones (porque en tu barrio no te invitan a las peleas de gallos ya que no eres popular). Los jugadores seleccionan uno, dos o tres de sus guerreros perfectamente sanos y equilibrados elementalmente para luchar contra el equipo rival para ver quien destroza la salud física y emocional de los dragones rivales hasta dejarlos como asado argentino. El ganador recibe alguna gema y el perdedor debe tirar los restos mortales de su dragón a la basura o comérselo por papas fritas.

Selecciona la composición del equipo en función de sus elementos: Fuego contra Agua, Tierra contra Aire o la combinación letal de Rayo contra lo que sea que sea débil al rayo. Solo asegúrate de que los campeones que hayas elegido alcancen el nivel 4 antes de enviarlos a la batalla o te arriesgarás a pasar vergüenza y fracasar.