Idiolecto Rifeño

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Gañan.jpg Lor apañole' semos asín.

(Humor español que probablemente no entiendas si no provienes de la Península Ibérica o de las colonias restantes)



Colorines.jpg El autor de este artículo se ha olvidado de poner fotos, o las que hay no son suficientes. Sé buena persona y ayúdanos colocando un par de ellas para la causa. Que la academia te lo premie.


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Miguel de Cervantes sobre hablar rifeño.

La RIF es un territorio ficticio sin delimitar en el que se integran diversas personas afines de las poblaciones de Elda y Petrer (Alicante, Hispania). Las siglas de RIF se descomponen en República Independiente de la Frontera; lejos de connotaciones políticas reales, lo verdaderamente importante del nombre es la parte de La Frontera, pues a los integrantes de este «país» que son tanto de Elda como de Petrer (dos villas colindantes)les gusta deshacerse del gentilicio convencional (eldenses/cagalderos o petrolancos/rabudos) y decir que «no somos de Elda ni de Petrer, sino de La Frontera», o directamente «de la RIF». Ya hay bastante tirria entre la gente de uno y otro lugar como para que se entretengan en defender nacionalismos ínfimos.

Cuando los habitantes de Petrer y Elda se juntan, puede pasar cualquier cosa, lingüísticamente hablando. He aquí algunas curiosas particularidades.

El entorno, máximo exponente del idiolecto Rifeño

Nuestro bienamado idiolecto se ve claramente afectado por nuestra situación real, por lo que podríamos decir que este es un idioma de la calle, concretamente de la nuestra. Así, podemos observar diferentes características:

-La escasez de mujeres entre nuestras filas, ha ocasionado una clara amplificación del campo semántico del sexo masculino, pudiendo llamar al pene: calamar, grijal, guiscano, solomillo, carlitos…

-Nuestro ateísmo generalizado nos ha llevado a la adopción de la muletilla si existiere [o existiese], que empleamos tras nombrar al Todopoderoso (cosa que normalmente hacemos para blasfemar). Verbigracia: «Por Dios, si existiere».

-Nuestros gustos musicales, normalmente cargados de mucha poesía e ideología, influyen también en nuestro vehículo de comunicación, aumentando de sobremanera nuestra riqueza expresiva. Así, empleamos con asiduidad breves fragmentos sueltos de canciones sin venir en absoluto a cuento; de tal forma se confiere a la charla en cuestión un carácter de «conversación de besugos». Algunas frases muy empleadas son:

-El caso es hablar, porque ante todo, somos bocazas; así que, cuando no conocemos la palabra que sirve para referirse a algo, le aplicamos genéricamente su definición. Así, por ejemplo, un día vimos a unos punkys haciendo un pogo (baile consistente en repartir empujones y golpetazos entre los habidos en la pista), y como no sabíamos como se llamaba, lo bautizamos como «baile punky», expresión que hoy por hoy supone una clara incitación a la violencia artística. No conocer el nombre de un individuo en concreto, puede desembocar en eufemismos como «niño tonto», «yonqui tonto», «tipo del pelo blanco», «traductoras del Belotto», etc.

Frases hechas

Dejando a un lado las de cosecha propia (a las que, no siendo pocas, dedicaremos más adelante un apartado), entre los rifeños se da una clara tendencia a mezclar expresiones y locuciones fijas, propinando patadas diversas tanto a diccionarios sancionadores como fraseólogos quisquillosos. Claros ejemplos son aquellos de:

El superlativisismo

Algunos achacan esta regla popular a nuestra tendencia a exagerar las cosas, aunque no se conoce el origen real de este fenómeno. El superlativismo tiene una razón de ser clara por la cual la pequeña sociedad rifeña lo ha tomado como propio: ¿porqué dar muchísima fuerza a una palabra pudiendo darle muchisísima? Así, todo vocablo o noción que se precie suele ser superlativisismizada.

Verbigracia, los rifeños diremos «el concierto fue buenisísimo», y no bonísimo o buenísimo u óptimo, formas relegadas a un segundo plano que implican un vacío real de significado y de carga emocional. Si no fuera posible a nivel fónico articular un superlativisismo, se acudirá a la partícula «más»: lo más mejor, lo más primero, etc.

Economía lingüística

Probablemente influenciada por el estado crónicamente famélico de las carteras de la mayoría de los rifeños, se produce en el habla una tendencia a economizar, contrayendo y abreviando lo máximo posible las palabras. De ahí nace nuestro castizo «dese», que comentaremos más adelante, y abreviaciones como «tuto» (de instituto), «tubús» (de autobús), etc. En el canal oral, se producen frases como /p'aclararnos, amo a ver kién se vienal clusocial/. También oralmente, se tiende a aspirar la s intervocálica de los pronombres personales:

    nosotros /no'otros/norotros
    vosotros /vo'otros/vorotros

El deseísmo

¿Palabras entrecortadas? ¿Frases a medias? ¿Cortes de digestión agudos ante cientos de miradas clavándose en ti? ¿Espantosos ridículos ineludibles? «Nunca mais» con el deseísmo. Este fenómeno, que tiene su origen en un tipo escuchimizado de ojos saltones -y chisposos las más veces-, consiste en añadir la partícula dese (contracción legitimisísima de «de» y «ese») al final de cada frase u oración en la que las miradas inquisitivas de tus amigos hagan palpable el hecho objetivo de que estás diciendo paridas… El deseísmo, debido a su importante extensión entre los rifeños, ha pasado de ser una muletilla socorrida a ser todo un signo caracterizador de la pertenencia al círculo de influencias de la RIF.

La especifidad asesina

Cuando se produce algún tipo de enfado o diferencia entre dos personas que hablan el idiolecto rifeño, estos tienden a evitar el empleo de expresiones convencionales como «te voy a matar», para hacer referencia a algún tipo de intención mucho más específica; verbigracia, «te voy a morder un pie», «te voy a arrancar la oreja», «te voy a extirpar el ombligo», etc. Esta es marca de ingenio y sutileza entre los habitantes de la RIF.

Expresiones hechas

  • De perdidos al río
   -A tomar por culo el futbolín/la mili/la bicicleta.
   -A Francia de un tirón.
   -Ala, a rebosar.
   -Tirale que va encendido.
  • Ligar, seducir, copular, o en su defecto, intentarlo
   -Arrimar/menear el calamar.
   -Dar un repasico bueno.
  • Quedarse uno con las ganas de algo, no alcanzar un objetivo
   -Comerse un grijal.
  • En cualquier punto del espacio temporal
   -En un momento dado.
  • Raudo, veloz, con presteza
   -En un plis.
  • Estar irritable e iracundo
   -Estar uno a la que salta.
  • Estar en la parra/en la luna(de Valencia)
   -Estar uno que no está.
  • Tener uno buenas sensaciones con respecto a los hechos que pueden sucederse en un día determinado
   -Hoy mojamos.
  • Emborracharse, alcanzar un estado de embriaguez
   -Ir/ponerse como los quicos.
   -Ir/ponerse más ciego que los atunes.
   -Llevar uno un Belén y una piedra.
  • Vencer, abatir a alguien en algún campo, disciplina o deporte
   -Meter/dar la del pulpo.
  • No ser uno excesivamente pulcro
   -Ser más guarro que la Potrosia.
  • Ser uno holgazán, vago, poco trabajador
   -Ser más perro que el Jarque.
   -Moverse uno menos que los ojos de Espinete.
   -Moverse uno menos que Don Pin Pon en una cama de velcro.
  • Afirmación o consolidación de una hipótesis o sentencia
   -Va a ser que sí.

También existe una serie de expresiones a las cuales, a pesar de no tener desperdicio, podríamos calificar de interjecciones debido a su falta de contenido significativo:

   -A nadie que le pase.
   -Ahí la llevas.
   -Al turrón.
   -Dale que voy.
   -Dios es Cristo y además es gay.
   -Eh o qué, díselo tú.
   -Esto… guau.
   -In the morning.
   -Llévate esta y la rellenas.
   -Vamos, chavales.
   -Vamos, que nos vamos.
   -Vamos, Rayito.

Vocabulario

apollardamiento: estado masculino de enamoramiento. Sinónimos: enchochamiento.

andespués: adverbio de tiempo opuesto a antes.

berza: fémina adolescente, chica.

calamar: pene | arrimar el calamar: acercarse, aproximarse, tratar de seducir.

caliberzo: bebida tradicional rifeña consistente en una mezcla de vino, coca cola y cerveza.

gamusino: pene | cazar gamusinos: hacer el tontón, tener la cabeza llena de pájaros, estar apollardado (de apollardamiento).

gastapanes: dícese de holgazán, de aquel que no tiene oficio ni beneficio.

ginchu: mala gente.

grijarl: pene. 2. Palabra comodín. Y un grijarl.

guiscano: pene.

hacer un finsalcul: del cat. Fins al cul, fins al cul. Brindar, llevar a cabo un brindis con cualquier objeto que asemeje a un vaso y que contenga cualquier fluido potable.

hacer un hidalgo: brindar, llevar a cabo un brindis con cualquier objeto que asemeje a un vaso y que contenga cualquier fluido bebible.

hacer un titu: acción indiscriminada y premeditada de hacer cosquillas subaxilares cuando la víctima menos se lo espera.

hippie metal: expresión de origen caní para designar a personas de gustos musicales variados normalmente inconexos.

kelly: casa, domicilio.

picnic: variación del famosisísimo botellón, cuya normativa reduce las posibilidades alcohólicas a la cerveza, la sangría o el vino con refresco de cola, y que incorpora la novedad de ingerir a la par bocadillos, empanadillas, patatas fritas y demás aperitivos. Tras dicho festín, los picniqueros o comensales del picnic, proceden a depositar los desperdicios en la papelera más cercana.

pikachu: bebida alcohólica tradicional de la RIF que contiene refresco de limón, ginebra y vermú.

pollicaido: adjetivo que denota estado de desanimo.

ser la bestia parda: ser un figura. 2. ser bueno en algo o en general

solomillo: pene.

tontón: adjetivo despectivo derivado de la palabra tonto.

verdura: aplíquese a la fruta empleada para complementar la sangría.