Paleto de ciudad

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George Bush recordándonos que se crió en un rancho
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Paris Hilton la paleta de ciudad más pija y pervertida

El paleto de ciudad es el antagonista natural del paleto rural. Se caracteriza por ser una especie de zoquete con una sorprendente incapacidad para usar cualquier objeto carente de un diseño a la última o una ignorancia absurda sobre el funcionamiento más elemental de la naturaleza.

Orígenes

Típica granja de pollos, aquí se les alimenta con productos ecológicos.

La cuna de la civilización fue también la cuna de los paletos de ciudad. Mesopotamia vio nacer a esta clase social hace ya más de cinco milenios en los momentos en que la humanidad abrazaba el consumismo. Desde antiguo han desconcertado a sus coetáneos con comentarios extravagantes y comportamientos que dejaban extrañados a los hombres del campo y a las rústicas mujeres cuando sufrían sus extemporáneas visitas.

Si bien es cierto que aquellas ciudades compartían muchas de las incomodidades actuales, no es menos cierto que no era raro poder observar animales, y de hecho las granjas y huertos rodeaban estas primitivas ciudades-estado. Por lo que tendremos que avanzar un poco más en la historia y así podremos llegar a una de las ciudades más famosas del mundo, sí, esa es Roma y no Calasparra (por mucho que se empeñe el hispanista irlandés Ian Gibson). La ciudad imperial que vio nacer a montones de emperadores y de psicópatas fue la primera genuinamente urbana. A pesar de esto, siempre conservó el aire de paletos rústicos y se puede comprobar fácilmente con un análisis rápido a la etimología de varias palabras latinas, como [Inserte etimología aquí] e [Inserte otra etimología aquí].

Con el paso de la Edad Vieja a la Edad Media los paletos de ciudad se vieron acorralados y tuvieron que desaparecer debido al proceso de desurbanización agraria que sufrió Europa como consecuencia del trabajo bien hecho por los bárbaros. Así hasta que al fin llegó la época en que la burguesía obtuvo el poder y de nuevo resurgió el movimiento paleto-urbanita con grandes representantes como Felipe II o Leonardo da Vinci.

Hoy en día su número aumenta alarmantemente y según Al Gore es la segunda causa del calentamiento global tras las ventosidades de las vacas y el descenso de piratas en los océanos.

En Cataluña, estos seres indeseables son conocidos como pixapins.

Cómo saber si se es un paleto de ciudad

Fábrica de sardinas en lata.

Existe una serie de características específicas de todo buen Paleto de Ciudad que nos permitirán reconocerlo casi instantáneamente a poco que observemos metódicamente su comportamiento. A continuación se describen algunos de los comportamientos de este especímen prototípico de nuestra fauna autóctona:

  • Si ve animales en libertad más grandes que un perro, se queda inmóvil. Esto se debe a su arraigada creencia de que los animales sólo detectan el movimiento. Por otra parte, si ve un perro cuya raza desconoce, pregunta de qué marca es. También mira a la izquierda y/o a la derecha antes de cruzar los caminos de cabras, no sin antes preguntar por el semáforo más cercano.
  • Cuando viaja a los pueblos opta por una actitud desconfiada y séptica al principio para luego tratar de mostrar su amplio bagaje vital realizando actos que guardaba en su subconsciente que asombran a propios y extraños, actos que en su absoluto desconocimiento del entorno rural rozan el surrealismo pej: comer un Nopal (higo chumbo en castellano) sin pelar y afirmar ante el estupor de los presentes...yo ya los conocía...están muy buenos...pero hay que tener cuidado con las pinchitas que se clavan en los labios y la lengua...
  • Considera cruel la tradicional matanza, pero come hamburguesas, lleva ropa de piel y degusta ensaladas con desprecio a las pobres células vegetales, ellas solas con su cobertura de celulosa. Como la mayoría de los vegetarianos, considera que el pollo no pertenece al Reino Animal, por lo que no tiene ningún problema en acumular cubos de alitas en su despensa. En cualquier caso, considera que la carne de pollo no debería ser tan dura, y que debería deshacerse como la mantequilla.
  • Nunca ha sacado un miembro del reino vegetal de la tierra madre para comérselo (y no cuentan los hongos psicodélicos, ya que tienen su propio reino). Dedica largas horas del día a debatir con sus congéneres sobre el tipo de colorante que confiere a las zanahorias su anaranjada tonalidad, y se sorprende de la poca habilidad de los fabricantes de patata al envasarlas en un envoltorio tan poco sencillo de abrir.
  • Repite hasta la saciedad; "¡Pero qué sana es la vida del campo!" Mientras tira el envoltorio de una chocolatina al suelo en un bosque de robles centenarios y apura las últimas caladas de su Cohiba del 14, antes de arrojarlo aún encendido sobre la bola de hierba seca más cercana (preferiblemente, en un día veraniego de mucho viento)
  • Respecto al apartado tecnológico, el buen Paleto de ciudad se sorprende de que la gente de campo conozca la televisión, pero es que cuando descubre que también tienen Netflix, entra en un estado catatónico. Así mismo, otro de sus pasatiempos favoritos consiste en menear desesperadamente su teléfono móvil en busca de cobertura lo más arriba posible mientras grita lastimosamente "¡Ni una rayita! ¡Ni una!"
  • Conjunta su ropa para ir al campo y además se compra complementos "ex profeso". Estos incluyen prismáticos, brújula, medidor de altitud, kit de primeros auxilios y una colección de gorras viseras de propaganda de diversas bebidas alcohólicas y/o Centros Comerciales.
  • Es un experimentado senderista ya que utiliza todos los recursos mas avanzados de primeras marcas en prendas de vestir y calzado hidrófugas, innífugas, impermeables, transpirables, térmicas, aislantes y un sin fin de complementos. El uso de éstos no está vinculado a la dureza del trazado, sino que obedece a la justificación de su compra para su uso extra-urbano. Aunque el recorrido no lo precise utiliza crampones para ir a la ermita del plueblo por un camino que recorren ancianos paralíticos.

Costumbres

Caóticas pero interesantes.

La fotografía

Mineros alegres tras encontrar una veta de leche rica en calcio.

Capturar las imágenes para casi-siempre. Eso es la fotografía, un mundo maravilloso donde las situaciones más ridículas que uno vive quedarán impresas en la retina y en superficies sensibles a la luz. ¿Pero qué ocurre cuando un paleto urbano posee una cámara y se encuentra en un medio rural?

  • Saca fotos a las vacas (lo que no se explica es por qué no las graba cuando salen en la tele). Puede utilizar a sus hijos pequeños para ocultar su propio entusiasmo: "¡Mira, hijo, vamos a hacerle un retrato a la vaca!". Especialmente curioso es el caso en el que se sitúa junto a la vaca en actitud toreadora mientras da instrucciones a su hijo para que le saque con el encuadre adecuado.
  • Saca fotos a las personas mayores que van vestidas a la moda rural, y utiliza constantemente expresiones como "¡Pintoresco, pintoresco!" o "¡Qué paz, qué tranquilidad"!. En otro de sus quehaceres habituales, sujeta un instrumento de labranza por el lado opuesto mientras le sacan una foto. Incomprensiblemente, considera que una boñiga semiseca de algún animal de granja puede ser un buen fondo de pantalla para el móvil, y no tiene ningún reparo en enviar una copia del retrato a toda su lista de contactos vía SMS.

Adaptación al medio

  • Tiene una extraña fijación por los utensilios tecnológicos de última generación de los que hace visible ostentación en cuanto se queda sin compañía. En sus escapadas para desconectar suele preguntar en bares de aldeas, pedanías y concejos con menos de 16 habitantes donde está el ciber café y se asombra al comprobar que en el hotel rural no hay red Wifi.
  • La salida de camping para estrenar la tienda de montaje rápido de Quechua: presume de habilidad ante su pareja, utiliza todas las cuerdas (utilizando si es necesario las parcelas anexas) y clava todos los clavos como si estuviese en un temporal en el Annapurna...a la mañana siguiente cuando tiene que recoger el campamento, va a recepción y se queda dos días mas para aprender como se vuelve a meter el artilugio en la bolsa.

Comportamientos

Vaya por Dios, el baño está ocupado.

Cuando no hay medios audiovisuales a su alcance, también son capaces de desplegar otro tipo de comportamientos igualmente extraños y dignos de mención.

  • Acercarse a las vacas para acariciarlas y huir despavoridos cuando mueve la cola o pestañea, para después asegurar sin tan siquiera ruborizarse algo así como "¿Has visto? ¡Ya me parecía a mí que era un toro!". Del mismo modo, disfrutan carcajeándose ruidosamente cuando alguno de ellos pisa una boñiga que podría ser un buen fondo de pantalla para el móvil.
  • Acercarse a los rústicos con la intención de obtener la sabiduría que da la el contacto con la naturaleza con preguntas del estilo; ¿HOYGAN? ¿Cuantos becerros ponen las gallinas al día?. Algunos incluso pagan dinero por ser tratados como siervos medievales en una casa de turismo rural.

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