Wéstern

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Carton con forma de Clint Eastwood durante la grabación de la película Western El Bueno, el Malo y el Tio1.jpg
Cita3.pngDesenfunda, vaqueroCita4.png
Cliché que aparece en el 99,99999% de los westerns
Cita3.pngDesenfúndatela, vaquero...Cita4.png
Cliché usado por los vaqueros cuando van a compartir secretos en las montañas
Cita3.pngJau, yo ser indio que encontrar difícil conjugar los verbos ingleses a pesar de que en mi idioma tener catorce conjugaciones, cinco inflexiones tonales y tres declinacionesCita4.png
Indio sobre el idioma de Shakespeare
Cita3.png¿Duelos? ¿Queréis que os hable de los duelos? Os diré una cosa, la mejor manera de ganarlos es desenfundando más rápido. Como que unas cuatro horas antes de que lo haga tu contrincante y disparando por la espaldaCita4.png
Robert Ford y la guerra preventiva
Cita3.png¿Quién es? ¿Quién es?Cita4.png
Billy el Niño dejando grandes frases póstumas para Wikiquote
Cita3.png...No es un Western, ¡Va más alla de cualquier Western!...Cita4.png
Cita3.png¡Eh! ¡Dijimos que nada de cheat codes!Cita4.png
Vaquero harto de ser el único que anda recargando el revólver

El Western (también holocausto indio o peli de vaqueros) es un género cinematográfico que buscaba en sus orígenes crear una sensación de déjà vu en el espectador. Esto sólo es posible que ocurra a partir de los diez años, cuando un ser humano medio ha visionado más de 500 películas del Oeste.

Historia

Primera versión del póster de la película El bueno, el malo y el feo.

En el año 1903 se estrenó Asalto y robo de un tren, película cuyo título no deja mucho lugar a la imaginación o a la sorpresa, ya que en efecto se asalta y se roba un tren. En doce minutos difícilmente se puede dar un giro argumental o desarrollar la psicología de los personajes, aun más teniendo en cuenta que es totalmente muda. El problema fue que por un fallo del montaje, primero se robaba y luego se asaltaba el tren, la gente desconcertada entendió que estaban ante un auténtico y bochornoso fraude, lo que conllevó la primera pelea de Sala de cine de la historia. Sin emabrgo la fama que cosechó se convirtió en un filón de oro para los estudios de la recien fundada Hollywood.

Cientos de pioneros buscadores de oro partieron siguiendo la Ruta 66, pero ante la falta deseperada del metal precioso no tuvieron más remedio que entrar en la industria como actores de reparto. Fue así como esta floreciente industria daría sus primeros pasos hacia la gloria con obras magistrales de Howard Hawks como Río Bravo, su secuela Rio Lobo, su precuela Río Rojo, su versión en color Río de Sangre y la censurada La novia era él. John Ford no se quedó atrás y firmó maravillosas cintas como Río Glande, La diligencia (película de título extraño ya que nadie parece diligente, todo lo contrario, parecen estar cabreados los unos con los otros) y Centauros del desierto (donde John Wayne toma el papel por la fuerza, lo rompe en mil pedacitos y decide improvisar durante tres horas).

En 1903, un niño debía estudiar sólo cinco hojas para tener un conocimiento completo de la historia de los Estados Unidos. En 1939 la cifra ya llegaba a las siete hojas. Pero es que en 1969, tras pisar la Luna, los pobres alumnos debían acudir a clase portando la asombrosa cifra de catorce hojas. El gobierno tomó la decisión de promover otros géneros cinematográficos, como el gore o las sagas galácticas, con la secreta intención de que los estudiantes americanos fueran más preparados a las escuelas. ¿O es que acaso se imaginaba que todas esas adaptaciones de las obras de la literatura universal obedecían a cuestiones de marketing? Y fue de este modo como el western entró en decadencia.

¿Realidad o mito?

¿Salvaje oeste?

«Para quitarme el Oscar tendreis que pasar por encima de mi cadáver» (Clint Eastwood plagiando a Charlton Heston)

Lo dudamos y como prueba a continuación reproducimos un extracto de los diarios perdidos de Billy Joe Armstrong, el vaquero andrógino:

Cita1.pngHoy nos hemos levantado a las siete de la mañana, que horror, casi me muero del susto cuando le vi la cara a Bran McDonald sin maquillaje. Avergonzado se escondió detras de un arbusto y allí estuvo llorando durante el desayuno. En cuanto nadie me miraba aproveché para vomitar la comida, últimamente me está costando abrocharme los pantalones y las perneras me hacen gorda.Cita2.png

Una lectura concienzuda nos revela cuales fueron las circunstancias reales de la vida con que estos bravos hombres tuvieron que luchar. Billy Joe continua con su característica narrativa aguda y nos desvela con maestría los problemas reales a los que se enfrentaron con todo el valor que una madre posesiva es capaz de dar a sus retoños, que de manera inexplicable, insistían en nacer todos varones, privándola de una hija a la que comprarle coquetos vestiditos.

Cita1.pngPor fin llegamos a Oregón. Después de hablar con el tratante de ganado nos fuimos al Saloon a beber algo y de paso nos fuimos a mirar los escaparates para comprobar cuales son los vestidos que se llevan en París esta temporada (¡Ay, París! ¿Cuando me llevará el señor Buttler a la Ciduad del Amor?). Unos indios muy amables nos invitaron a la bebida, creo que le echaron el ojo a Bran McDonald, el muy estúpido se puso rojo y no paraba de soltar risitas tontas de la emoción.Cita2.png

Los duelos

Con lo poco que ganaba John Wayne como actor, tuvo que dedicarse a la piratería a media jornada para sufragarse los implantes.

En la cultura popular de la gran pantalla se han exagerado la caballerosidad y la épica de los sangrientos duelos. Los amaneceres teñidos con la sangre de un valiente hombre que al final no fue lo suficientemente rápido forma parte del folklore estadounidense. Empero, hay que pensar que en aquellos tiempos los revólveres eran armas bastante deficientes y primitivas, que a lo sumo tenían seis disparos[1]. No se tiene ningún documento escrito que certifique la muerte de nadie por arma de fuego, pero entonces... ¿Cómo eran los duelos en el salvaje oeste? La respuesta a esta cuestión requiere un planteamiento y una explicación que va más allá de las intenciones de Inciclopedia, sin embargo por el bien de la verdad no trataremos de explicarla con sinceridad, sino haciendo uso del mismo romaticismo que embriagaba a los chicos vaca (cowboys en la lengua del insufrible Oscar Wilde). A continuación damos las claves:

  1. En el salvaje oeste no había televisión.
  2. Cabalgaban una media de catorce horas diarias a lomos de un córcel, con los consiguientes efectos secundarios.
  3. Largas y agotadoras jornadas de trabajo rodeado de muchachos alegres y risueños.
  4. Las balas de la época eran de fogueo, algo que tardaron mucho en descubrir porque pensaban que la gente los esquivaban como en Matrix.

A todos estos datos, recopilados con el mayor objetivismo posible, hay que sumarle los datos ofrecidos por la investigación del siempre acertado Gregory House. En sus conclusiones dice lo siguiente; «Sin duda alguna, la muerte más comun para un hombre en los Estados Unidos del periodo 1845-1890 era por culpa del lupus, perdón, quiero decir del alcohol». Ante esta propuesta tan audaz, miles de forenses y de profanadores de tumbas se han puesto a investigar y han llegado a la misma conclusión, después de investigar en varios cementerios de la época se han encontrado que los higados de los fallecidos en ese periodo siguen intactos como el primer día.

Subgéneros

No se confunda, que los "entendidos" hayan categorizado el género en distintos subgéneros no oculta la triste realidad, todo se resumen en matar indios, pelearse en un saloon a la vez que se roba una diligencia, muere un sheriff y alguien busca venganza, para resolverlo todo con un duelo/tiroteo final.

Spaghetti western

¡Mmmmmh! Cómprele a su hijo pastas Leone y verá que rápido le traiciona por un puñado de dólares.

Iniciada por el italiano Sergio Leone. Rodadas en su amplia mayoría en los míticos estudios Chacho Productions de Almería (España), esto debido a que la flora auctóctona y la población local tenían una semejanza asombrosa con Nuevo México y con sus habitantes. Se caracterizaba por una violencia sin medida, un bajísimo presupuesto y el uso de tomate para simular la sangre, esto explica, entre otras cosas por que años más tarde una vez que se acabó la fiebre del cine del oeste se reconvirtieron los desiertos almerienses en campos de cultivo para el vil fruto.

Lasagna western

Bud Spencer y su colega el rubio dogradicto (Terence Hill) rodaron (y robaron) juntos unas doscientas películas en el desierto almeriense a la vez que Sergio Leone creaba su Trilogía del Dólar. Las premisas eran bien sencillas, Bud golpeaba a la gente con la mano abierta y Terence se quedaba con la chica guapa. Tengase en cuenta que ante la alarmante falta de dinero, los productores de estas películas solían secuestrar a los extras que salían en las películas de sus vecinos. Para alimentarse robaban en el cattering de Sergio Leone, por lo que no era extraño ver a Clint Eastwood o a Charles Bronson haciendo guardias nocturnas para auyentar y mantener alejados a esa chusma harapienta de las zonas de rodaje.

Western revisionista

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Martin Luther King luchaba por los derechos civilies de los negros y mulatos, pero poca gente sabe que fue un defensor a ultranza del derecho de los indios americanos a regentar casinos y licorerías libres de impuestos. Su labor en pro del revisionismo cuajó en la mente de algunos directores. Así tenemos Dos mulas y una mujer, película en la que Clint Eastwood interpreta a un yanqui invadido por el patriotismo mexicano en contra de la dominación francesa y Shirley McLaine a una monja que muestra como eran realmente los hábitos de esta orden religiosa en el siglo XIX.

Actores más importantes

Tras descubrirse que La muerte tenía un precio estaba basada en Los 12 samuráis, los japos devolvieron la jugada con esta Versión apócrifa de El bueno, el feo y el malo
  • John Wayne: Más recordado por su característico caminar que muchos no dudaban en calificar como la "máxima expresión de la hombría", aunque pocos sabían que conseguía ese estilo singular metiéndose un cactus en los pantalones.
  • Charlton Heston: Mataba muchos indios.
  • Clint Eastwood: Se metió en el mundo del cine por un plato de lentejas y acabó empachándose de pasta hasta que tuvo que dejarlo cuando alcanzó los 134 kilos de peso. Pero logró bajarlos rápidamente de regreso en su país tal como lo muestra aquí.
  • Kevin Costner: Bailó con lobos, asesinó a unas gallinas en un corral a sangre fría y viajó al futuro para enviar cartitas.
  • Rock Hudson: Único actor que supo captar el espíritu de los pioneros.
  • Gary Cooper: Se quedó solo ante el peligro, ya que nadie (ni tan siquiera su mujer) le quiso acompañar a la comida con sus suegros.
  • Randolph Scott: Aunque probó todos los géneros (terror, aventura, drama, comedia, musical, bélico, fantástico, porno), su amplio registro dramático sólo comparable al de Keanu Reeves le dejó encasillado en el western, siempre bajo la atenta mirada de Budd Boetticher.

Filmografía imprescindible

El rostro impenetrable (One-Eyed Jackass)
Han Solo fue el prototipo de cowboy de la vieja escuela.

Marlon Brando se hizo cargo de esta producción donde interpreta a un pistolero que utiliza siempre un truco muy cutre para ligar. En una escena mítica y maravillosa se da la vuelta ágil como una marsopa, desenfunda la pistola y le acierta a la pared donde más duele.

Grupo salvaje (The Wild Brunch)

En su tiempo fue considerada una película ultraviolenta, ya que era la primera película de su género en la que cuando le disparaban a alguien en el pecho, se molestaban en ponerle ketchup y no se tenían que tapar con la mano heridas ficticias.

Cenutrios del desierto (The Searchers)

John Wayne va tras la búsqueda de una muchacha que abandonó su hogar e ingresó en una secta indióloga.

Sin pendón (Unforgiven)

Clint Eastwood creó una cinta inolvidable (sobre todo por la escena de la masturbación) en la que vuelve de su retiro paradisíaco con unas gemelas en un rancho en Las Vegas dispuesto a reconquistar el corazón de Gene Hackman. En esta ocasión cuenta con la ayuda de un presidente de los Estados Unidos afroamericano (no, ese no).

La diligencia (Stagecoach)

De nuevo John Wayne está metido en el meollo, unos personajes que oculta cada uno un secreto inconfesable coincide en un viaje por diligencia. Indios, forajidos, una ojiva nuclear y un complot comunista convierten a esta largometraje en una obra maestra. Dirigida por el siempre ebrio John Ford, pasa de los momentos dramáticos a los cómicos con la facilidad propia de un borracho.

Hasta que llegó su hora (Once Upon a Time in the West)

Charles Bronson tiene una harmónica. A Henry Fonda no le gusta como toca y se pasa dos horas y media de película tratando de descubrir quién es y quién le enseñó a tocar tan mal. Mientras tanto, Claudia Cardinale prepara un café al estilo burdel de Nueva Orleans para apaciguar los ánimos.

Notas

  1. La cifra varía según las exigencias del guión.

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