Historia del cine

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El cine ha evolucionado mucho para llegar a esto.

El cine, a lo largo de su breve (y a la vez muy larga) historia, ha sufrido toda clase de cambios: el traumático paso del cine mudo al sonoro, del blanco y negro al color, la evolución de los efectos visuales, la revolución digital del siglo XXI, la cámara en mano, las explosiones a cámara lenta, las escenas de sexo gratuitas, etc. También se ha expandido por todo el mundo, pero todos sabemos que el cine que la gente realmente disfruta es el de Hollywood y una que otra peli europea, así que nos limitaremos al cine gringo. Ni hablar de Bollywood o del cine turco.

La historia del cine se puede dividir en:

Prehistoria

El antecedente más remoto del cine fue el teatro de sombras, creado por los cavernícolas a la luz de la fogata, redescubierto por Platón y su famoso "mito de la caverna" y perfeccionado por los chinos. Leonardo da Vinci no podía tolerar que le robaran así su fama y diseñó su propia versión de la linterna mágica para contar historias de terror, pero que después terminó como puzzle del Assassin's Creed 3. Después, un jesuita de nombre Athanasius Kirchner Kircher descubrió por casualidad los manuscritos de Leonardo, construyó una linterna mágica y se llevó todo el crédito.

Pasaron siglos en los que la gente se veía obligada a estudiar fenómenos naturales, leer, asistir al teatro e incluso a la ópera para que una gorda que cantaba en un idioma incomprensible les destrozara los tímpanos, todo con tal de no aburrirse. Entonces, a mediados del siglo XIX un tal Eadweard Muybridge (Eduardo Muypuente) le tomó varias fotos a un caballo de carreras mientras apostaba en el hipódromo; luego, hizo pasar muy rápido las fotos para dar la ilusión de movimiento, como lo hacen los caricaturistas. Este simple truco le sirvió a Muybridge para impresionar a sus amigos y ligar, pero más allá de eso no le dio un uso práctico.

Los hermanos Lumière y el cine sordomudo

Uno de los hermanos Lumière.

Finalmente, ahora sí, Thomas Alva Edison creó el primer estudio de grabación del mundo, inventó algo parecido al cinematógrafo y lo patentó, amenazando de muerte a cualquiera que intentase robar su invento (Guerra de las Patentes). De alguna manera, los hermanos franceses Luigi y Mario Lumière lograron hacerse con un prototipo desechado por Edison y lo perfeccionaron. Los hermanos Lumière salían a filmar cualquier cosa (interesante o no) y después cobraban por exhibir sus películas, sabiendo que el público pagaría lo que fuese por ver en celuloide a los empleados de la fábrica Lumière saliendo del trabajo, un jardinero regando o un perro cagando.

De a poco empezaron a nacer los estudios de producción judíos, dispuestos a embolsarse lo más que pudieran gracias al nuevo invento. En 1914 nació la Paramount Pictures, que monopolizó la industria del cine hasta que la ley antitrust del gobierno norteamericano les obligó a vender hasta sus almas. En 1917 los hermanos Warner (Wacko, Jacko y Dot) fundaron la Warner Brothers, y un par de años después, Charlie Chaplin, Mary Pickford, Douglas Fairbanks y D.W. Griffith crearon la United Artist, con el fin de lavar dinero hacerle competencia a la Warner. Finalmente, en 1922 apareció el león de la Metro-Goldwyn-Mayer dispuesto a devorar a la competencia.

Las películas entonces eran en blanco y negro y completamente mudas, salvo por un tipo que tocaba el piano en el cine. Y la gente sorprendentemente pagaba por ver esas cosas, cuando bien podrían hojear un álbum de fotos mientras sonaba un vinilo de pianola de saloon del salvaje Oeste de fondo, y hubiera sido exactamente lo mismo.

Algunas joyas que no han desaparecido por culpa de explosiones expontáneas o restauradores incompetentes son:

El doctor Caligari.
  • Llegada de un tren a la estación de la Ciotat (1896): La primera película de terror de la historia.
  • Viaje a la Luna (1902): La película más conocida de George Mélies, aclamada hasta el día de hoy por el realismo con el que recreaba un viaje a la Luna. Stanley Kubrick dirigió un remake en 1969 (Primer viaje a la Luna).
  • El acorazado Potëmkin (1925): Película soviética que ilustra la Revolución rusa de 1905, provocada por unos marinos que se rehusaron a comer alimentos agusanados. Por alguna razón, varios directores han tenido la manía de recrear la escena del carrito de bebé rodando por las escaleras de Odessa.

La Edad de Oro

Como diría el poeta, con la llegada del sonoro, muchas carreras se fueron por el inodoro. Aquellos actores y actrices que tenían buen aspecto pero que no tenían NPI de inglés debieron regresar a sus países de origen, y los tenían una voz horrenda, debieron retirarse. Sin embargo, hubo otros como Marlene Dietrich, Greta Garbo o George Valentin, que lograron adaptarse a esta nueva tendencia.

A partir de entonces, los actores recitaban sus líneas como si estuvieran grabando un radioteatro.

Algunos clásicos imprescindibles de este período son:

Vivien Leigh como Scarlett O'Hara. No, no está planeando nada malvado: esa es su expresión de siempre.
  • El cantante de jazz (1927): Famoso por ser el primer filme que dejó a cientos de personas sin empleo completamente sonoro. Para demostrar su sonoridad, era un musical, el cual narra la historia de Jakie Rabinowitz, un joven cantante judío que decide que quiere ser negro y cantar en baretos de mala muerte, a pesar de la oposición de su padre, el rabino Rabinowitz (mmmm... me parece que esta película es un pelín racista, ¿no creen?).
  • King Kong (1933): Es casi lo mismo que la versión de Peter Jackson, pero sin la narizota de Adrien Brody y con efectos stop motion en lugar de ese CGI que ya no engaña a nadie.
  • Tiempos modernos (1936): Aparentemente nadie le explicó a Chaplin que el cine mudo ya estaba caput, pero aún así esta película muda tuvo cierto éxito. Aquí Chaplin da vida a un infeliz que se vuelve loco porque no puede con la tecnología moderna, luego es acusado de comunista y termina condenado a vivir en la pobreza por el resto de su vida, pero feliz. Esperen, ¿seguros de que no es una biopic?
  • Lo que el viento se llevó (1939): Una historia épica sobre los problemas de Scarlett O'Hara, hija de una familia de pijos sureños esclavistas que se las ven negras después de la Guerra Civil. Después se casa con su galán de toda la vida, Clark Gable, quien también la pasa de putas por culpa de ella y la abandona a su suerte, no sin antes pronunciar su famosa frase: "Francamente, querida, me importa una mierda".
Típico violador galán del cine clásico.
  • El mago de Oz (1939): Cinta alucinógena sobre Dorothy, una niña a la que un tornado la transporta a otro mundo (que definitivamente no es Kansas), donde conoce a un león cobarde, un robot sin corazón y un espantapájaros idiota sin cerebro. Pero en realidad todo es una fantasía creada por una niña esquizofrénica para ocultar el hecho de que ha asesinado a su vecina.
  • Ciudadano Kane (1940): Charles Foster Kane, un magnate de los medios, se muere en la más completa soledad. Un periodista se gasta 2 horas de película intentando averiguar el significado de sus últimas palabras: "Rosebud". Para ello, entrevista a todas las personas que conocieron a Kane en su vida. Y... la verdad es que eso es todo. La mejor película de todos los tiempos, según la crítica especializada, no es más que un documental con actores hecho para el lucimiento personal de Orson Welles.

La caída de las productoras

Esta época coincidió con la Segunda Guerra Mundial, así que lo normal era ver películas de propaganda guerra, westerns con subtextos no muy sutiles o películas policiales o de misterio donde los villanos eran alemanes o ambiguamente centroeuropeos (casi siempre interpretados por Peter Lorre).

Aunque siguieron apareciendo productos de cierta calidad, la llegada de la televisión hizo que las productoras gastaran millonadas en películas épicas de espada y sandalia de 4 horas protagonizadas por Charlton Heston, Rex Harrison o la estrella juvenil (mayor de 35) que estuviera de moda entonces. Algunos tuvieron éxito y se forraron, pero otros no tanto (¿alguien se acuerda de Nicholas Ray?).

Películas destacadas:

Los hermosos ojos de Bette Davis.
  • El halcón maltés (1941): El filme negro por excelencia, con perdón de Spike Lee. Humphrey Bogart, la obligatoria femme fatale, la policía y tres villanos ambiguamente centroeuropeos se ven envueltos en un misterio relacionado con el robo de una estatuilla en forma de halcón que está hecha con "el material con el que se fabrican los sueños": oro pintado de negro.
  • Casablanca (1942): Todos la conocen. Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, los nazis, la despedida en el aeropuerto, "tócala de nuevo, Sam", "siempre tendremos París", "de todos los bares del mundo ella entra en el mío", "presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad", etc., pero nadie menciona jamás que, en la escena final, Bogie asesina a sangre fría a un alto oficial alemán, frente a un testigo de la policía, en territorio ocupado por los fascistas... ¡y no lo arrestan! Esa sola escena basta para que cualquier macho que se precie tenga una copia de Casablanca en su colección, en un lugar de honor, junto a las de Steven Seagal y Van Damme.
  • Cantando bajo la lluvia (1952): Comedia musical sobre la tragedia que supuso el paso del cine mudo al sonoro. Algo así como The Artist pero con más números musicales y un poquito menos sobrevalorada.
  • Rebelde sin causa (1955): Prácticamente la única película de James Dean que todo el mundo conoce, aunque sea de nombre. Aquí encarna al típico adolescente cool, aunque vulnerable, fumador y enfundado en su chaqueta de cuero que, a pesar de tenerlo todo, se rebela contra sus padres y contra el sistema porque se siente "incomprendido". Ya saben, de es tipo de rebelde que pasa 11 artículos por la caja express del supermercado y que es capaz de matar si lo llaman "gallina".
  • The Seven Year Itch (1955): También conocida como La tentación vive arriba, La comezón del séptimo año y La película esa donde se le levanta el vestido a Marilyn Monroe.
  • Cenutrios del desierto (1956): Mítico y ultrasobrevalorado western en el que John Wayne y su medio sobrino (¿sobrinastro?), que es un híbrido mitad indio mitad humano, salen a buscar a la hermanastra de este último, que ha sido secuestrada por los indios malísimos. Durante su larga y dura travesía, atraviesan toda Norteamérica, que, curiosamente, siempre tiene el aspecto del Monument Valley de Arizona.
  • Ben-Hur (1959): Máximo Décimo Ben-Hur es un brillante general romano que cae en desgracia a los ojos del paranoico emperador Cómodo y es arrestado, esclavizado y llevado a Roma para luchar como gladiad... ah, no, así no era. Judah Ben-Hur es un príncipe judío y buen amigo de Massala, un militar romano. Pues resulta que Massala le pide a su amigo que traicione al pueblo judío, a lo que éste se niega (vale que su nombre sea Judah, pero no hay que abusar), así que Massala le tiende una trampa a su amigo y logra que lo arresten y destinen como esclavo a una galera de guerra. La galera se hunde durante un combate naval, Ben-Hur le salva la vida a un imporante cónsul romano que iba a bordo y con esto se gana su libertad. Después Messala muere en la famosa carrera de carros en la que todos piensan cuando escuchan el nombre de la película. También sale el propio Jesucristo en la película, pero no tiene ni un diálogo, ni siquiera un "¡ay!" cuando lo crucifican...
  • Psicosis (1960): Una de las tantísimas obras maestras de Hitchcock. Una secretaria va a cobrar un cheque que le encargó su jefe, pero ella decide quedarse con el dinero y escapar. Durante su huida llega al motel Bates, se da una ducha y ¡pum! es apuñalada por el encargado del motel, Norman Bates. Aquí se acaba la peli. El asesinato ocurre a la mitad del metraje y la otra mitad es sobre la investigación, pero ya sabemos quién es el asesino, así que ¿qué caso tiene seguir viéndola?
  • Espartaco (1960): Otra superproducción épica histórica, aunque con elevados tintes homoeróticos (así como 300). Moraleja: si te han capturado por sublevarte contra el orden establecido y quieres vivir, lo último que deberías decir es "¡YO SOY ESPARTACO!".
  • Breakfast at Tiffany's (1961): También conocida como Desayuno con diamantes, Muñequita de lujo y La película esa de Audrey Hepburn y el vestido negro. Sale Hannibal Smith cuando aún no se volvía adicto a los puros.
  • Zorba el griego (1964): Basil, un inglés remilgado (como lo son todos los ingleses) que quiere empezar un negocio relacionado con las piedras en Grecia, conoce a Zorba, un cretino (de la isla de Creta) vividor empedernido, que disfruta de la buena comida, la bebida, conocer bíblicamente a bellas mujeres (y otras no tanto), en fin. Pero lo que más le gusta a Zorba es bailar, de hecho, él patentó esa extraña danza parecida a la que bailan los judíos en sus bodas. Gracias a Zorba, Basil conoce a personajes pintorescos, tales como una bella viuda que le teme a la gente, el idiota de la aldea, una viejecilla francesa algo putita que presumía de haberse cepillado a tres oficiales extranjeros a la vez, y a unos monjes borrachos. Aunque el griego no le causa más que problemas a Basil, al final aprende que, como decía su madre, bailando todo se arregla.

El Nuevo Hollywood

A mediados de los 60 empezaron a surgir en todo el mundo tentativas gafapásticas de renovación del cine. En Francia estaba la Nouveau Vague ("Novela Vaga" "Nueva Ola"); en Brasil, el Cinema Novo; en el resto de Latinoamérica, el Nuevo Cine Latinoamericano; el Neuer Deutscher Film en Alemania, y hasta los británicos se alocaron con su Free Cinema.

Hollywood no podía ser menos y, aprovechando la crisis de los grandes estudios, le dio carta blanca a prodigios de la talla de Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Stanley Kubrick, Woody Allen, Roman Polanski, Milos Forman, Brian De Palma, Michael Cimino, Robert Altman, John Cassavetes (padre tanto del cine independiente como de Nick Cassavetes, el director de The Notebook... nadie es perfecto), Terrence Malick, Dennis Hopper y Peter Bogdanovich. Los productores le daban plena libertad creativa a los directores y cumplían todos sus caprichos (caso paradigmático fue Apocalypse Now), pero éstos a cambio retribuyeron la confianza con obras maestras, que hasta el día de hoy no pueden faltar en las listas tipo "100000000000001 películas que debes ver antes de morir".

Algunas de estas son:

Poster de Taxi Driver, el musical hindú de 1954.
  • Bonnie y Clyde (1967): Clyde, un tipo al que no se le para, conoce a Bonnie, una chica amante del peligro. Como estaban aburridos, juntos forman una pareja de criminales que recorre la Norteamérica de la Gran Depresión robando bancos, matando gente y cosas así. A ellos se les une un idiota empleado en una gasolinería, el hermano de Clyde y la esposa de éste, que también estaban aburridos (no por nada se llamó a esa época la Gran Depresión). Al final la policía los mata disparándoles suficiente plomo como para acabar con todos los elefantes de África.
  • El graduado (1967): Dustin Hoffman es un adolescente de 30 años recién graduado de la universidad que no sabe qué hacer con su vida, así que se vuelve amante de la señora Robinson, una MILF apenas 6 años mayor bastante mayor que él. Para agravar aún más las cosas, también se enamora de la hija de la señora Robinson. No, no es American Pie ni una porno.
  • Cowboy de medianoche (1969): El papá de Angelina Jolie es un vaquero ingenuo que viaja a Nueva York para vivir el "sueño americano"™ trabajando como gigoló, pero en cambio termina viviendo en un miserable departamento con un estafador ítaloamericano cojo y tuberculoso, y recibiendo mamadas de otro sujeto en un cine por dinero.
  • M*A*S*H (1970): Es como La Divina Comedia, o sea una comedia que no hace reír, pero que te hace sentir estafado más culto después de haberla visto. Es una sátira ambientada en la guerra de Vietnam... digo, Corea, que muestra el día a día de un grupo de médicos de combate, pero sin mostrar ni un puto combate. Y como es película gringa, termina con un partido de fútbol americano.
  • La naranja mecánica (1971): Supuestamente es un ejercicio filosófico sobre si resulta ético despojar a un ser humano de su libre albedrío para prevenir que cometa malas acciones, pero al final todos se acuerdan sólo del nadsat, el viejo Ludwig Van, los trajes blancos, los sombreros de copa, las pestañas postizas, Alex DeLarge haciendo el viejo mete-saca y/o golpeando gente y el tratamiento Ludovico. Del mensaje, poco o nada.
  • El padrino (1972): Don Vito Corleone, un viejo gordo con problemas de dicción, es el capo de la maf... de la respetable "familia" Corleone, quien busca estar en paz con las demás "familias" que controlan la Nueva York de los años 40, hasta que los miembros de una de estas "familias" intentan asesinarlo por comprar naranjas. A partr de entonces, Don Corleone se pasa la mayor parte del metraje de la película en cama y murmurando cosas sobre el respeto y bla bla bla, mientras su hijo Michael ejecuta su venganza contra las demás "familias". Dos años más tarde salió una secuela que fue tanto o más aclamada que la primera parte. Y la tercera parte no existe. Punto.
  • El exorcista (1973): Promocionada desde su estreno como "la película más aterradora de todos los tiempos", aunque hoy no asusta ni a una abuelita evangélica con problemas cardiacos. Lo realmente diabólico de la película es que Max Von Sydow mantuviera durante casi medio siglo el mismo aspecto que tenía en los años 70.
  • Alguien voló sobre el nido del cuco (1975): Jack Nicholson debe fingir demencia para engañar a la justicia y es enviado a un manicomio, donde se encuentra con varios secundarios caídos en desgracia, como Emmett Brown, Danny DeVito, Chucky y un enorme indio que parece ser mudo, pero que (SPOILER) no es mudo.
  • Taxi Driver (1976): Robert De Niro es un veterano de Vietnam que, como todos los veteranos de Vietnam, está algo cucú, y hace cosas raras como hablar solo, llevar a su cita a un cine XXX, hacerse amigo de prostitutas menores de edad, planificar asesinatos políticos y conducir taxis por Nueva York.
  • Rocky (1976): Ahhh, Rocky. ¿Quién no conoce la historia del boxeador amateur algo idiota, pero buen tipo, que a punta de sacrificio y comer huevos crudos llega a disputar el título mundial? Pues si no has visto esta, seguro conoces alguna de las 5 secuelas. Además, le arrebató el Oscar a Taxi Driver.
  • Apocalypse Now (1979): A un borracho capitán del ejército norteamericano en Vietnam lo ponen al mando de un grupo de drogadictos y le asignan la misión de encontrar y eliminar "con extremo prejuicio" al coronel Kurtz, un viejo gordo con problemas de dicción que se ha desertado para formar una secta de filósofos en la selva de Camboya. Pero da igual, con que repitas "el horror, el horror..." y "me encanta el olor del napalm en la mañana", la gente creerá que has visto la película.
¡CUIDADO! Se acercan los Remakes

Este fue el último período de genialidad de Hollywood, y en general, el responsable del despegue (o resurrección) de las carreras de actores como Robert De Niro, Al Pacino, Marlon Brando, Jack Nicholson, Robert Duvall, Gene Hackman, Dustin Hoffman, Robert Redford, Paul Newman, Warren Beatty, Barbra Streisand (!), Diane Keaton, Meryl Streep, Donald Sutherland, Jane Fonda, Jack Lemmon, Clint Eastwood, Steve McQueen, Lee Marvin, James Coburn, Roy Scheider, Richard Dreyfuss, Charles Bronson, Christopher Walken, Harvey Keitel, Jeff Bridges, Jon Voight y demás vejetes.

Peeero...

La edad de los Blockbusters

A finales de los 70 aparecieron dos nombres que darían forma al cine tal y como lo conocemos hoy en día (para bien o para mal): Steven Spielberg y George Lucas.

Esta dupla empezó a crear, primero por separado y luego como equipo productor-director, obras espectaculares visualmente, pero más planas que el encefalograma de George Bush, que sin embargo arrasaban con la taquilla. Así nacieron clásicos modernos como la sagas Star Wars, Tiburón, Regreso al futuro o Indiana Jones, que cuentan con millones de fans de todo el mundo y que han sido plagiadas, homenajeadas y parodiadas tantas veces que hasta los que no han visto las películas ya saben de qué se tratan. Este tipo de cine sin pretensiones arrasó en los años 80 y elevó al estrellato a genios de la interpretación como Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis, Jean-Claude Van Damme, Sylvester Stallone o el mismísimo Chuck Norris. Después llegó James Cameron con su Titanic y pavimentó el camino para Michael Bay y compañía, con su dirección videoclipera, cámara temblorosa, imágenes generadas por computadora, tiempo bala, explosiones, fotografía verde/naranja/azul, diálogos de kindergarten y lens-flares chulos. Sin mencionar los remakes, reboots, estrenos en 3-D, reestrenos en 3-D...

Por otro lado, la brillante generación de los 60 y 70 se condenó a si misma con desvaríos cada vez más incomprensibles. Obras como Heaven's Gate o One From the Heart terminaron poniendo la lápida y meando la tumba de lo que fue el Nuevo Hollywood.

Los mayores éxitos de taquilla de esta época han sido:

Futuro del cine

Él lo ha visto.
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