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Il buono, il brutto, il cattivo

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El bueno, el feo y el malo
Il buono, il brutto, il cattivo
Buenofeomalo.jpg
Los tres magníficos.
Ficha técnica
Dirección Sergio Leone
Producción Alberto de Mónaco
Intérpretes Clint el duro, Tío1.jpg, Tío2.jpg, Gracita Morales
Guión Sergio Leone, Miguel de Cervantes y otros de los que nadie se acuerda.
Música Ennio Maricone
País Italemaspaña.
Fecha de estreno Allá por los sesenta.
Género Pastafari Güesten
Calificación Un 8,7 sobre 10 en Broken Socks, empatada con Condemor de Chiquito de la Calzada
Premios Golden Pet al mejor elemento de atrezo, para un poste de madera de los muchos que aparecen.
Cita3.pngEl bueno, el feo y el malo... ¡de esos tres tú eres todos menos el bueno!Cita4.png
Hillary Clinton en un debate electoral con Donald Trump
Cita3.pngHay dos clases de personas, los que han leído este artículo y los que noCita4.png
El Feo entrando a Inciclopedia

Il buono, il brutto, il cattivo (El bueno, el feo y el malo en España, El bueno, el malo y el feo en Hispanoamérica, en otras partes El Benévolo, el Cabronazo y el Tío1.jpg) es una película de vaqueros que comen espaguetis que está ambientada en el sur de los Estados Unidos pero que fue rodada en distintos lugares de España, y es por eso que en la versión original todos los personajes hablan en inglés, pero con acento de Albacete. Debido a la condición de españolada que tiene la película, el único superviviente del elenco principal, Clint Eastwood, fue invitado varias veces por José Manuel Parada para que acudiera a Cine de Barrio para hacer comentarios a la emisión de la película en este espacio. Mr. Eastwood siempre rechazó la invitación alegando estar muy ocupado en la producción de sus películas, y eso que Parada le había ofrecido la posibilidad de que su célebre pianista interpretase en directo la banda sonora de Mystic River.

Personajes

Tenemos tres protagonistas, tres, como tres son los tres mosqueteros, las tres Gracias o los tres cerditos:

El bueno

No es el mismo personaje que el de la segunda película, ni ninguno de ellos son el de la primera. Debe ser el tercer trillizo perdido, porque es idéntico a los otros, que los tres juntos deben parecer los sobrinos del pato Donald. Bueno lo que se dice bueno, tampoco es que sea mucho, lo que pasa es que en comparación a los otros dos hijos de puta hasta lo parece. Es rubio y guapetón y gusta de fumar unos trujas apestosos. Habla poco y escupe mucho, unos gargajos que tienen más consistencia y densidad que un salmorejo.

El feo

Es feo, pero tampoco más que el malo, que la verdad entre estos dos el apelativo de uno le iba bien al otro y viceversa. Cuando nos lo presentan lleva una gallina (viva) entre los dientes. Es bastante reacio a lavarse, siempre pone cara de asco y es errático e imprevisible. Lo que pasa es que es de estos calamidades que al final se le coge cariñín, pero solo porque a través del cine nos llega imagen y sonido, pero no olor.

El malo

Pues sí, es malo. Lleva un bigotico mal cortao y tiene una sonrisa torva que parece que no viene a cuento, pero seguro que se está riendo de alguna cosa que le hizo gracia en el pasado, que es ahora cuando se acuerda de ella. Es muy cumplidor de sus compromisos, sobre todo si esos compromisos conllevan mandar a algún infeliz al otro barrio. Tampoco es que sea un dechado de higiene personal, en estas películas son todos más bien gochos.

Argumento

Advertencia: Esta sección contiene detalles de la trama y el argumento; si eres tan rarito que prefieres leer el libro o ver la película antes, no te recomiendo que leas esto.

La acción se desarrolla en medio de la guerra esa de los gringos que a unos no les gustaba que hubiera esclavitud mientras que a otros no les gustaban los esclavos, pero la esclavitud sí. Allí nos encontraremos con nuestros tres héroes (es un decir) que nos van a hacer gozar de una buena ensalada de tiros.

Arrastrándose por el salvaje oeste

Típico pueblo almeriense. No hizo falta crear ningún decorado para esta película, fue llegar y rodar con lo que ya había

Mientras el malo se ha enterado de que un antiguo amigo suyo ha escondido un montón de pasta, el bueno y el feo, no me digas cómo, se han asociado de la siguiente manera: el bueno lleva al feo ante el chérif en uno de los pueblos en los que le buscan por haberla liado parda (el tipo tiene más problemas con la justicia que El Dioni). Allí la idea es que el bueno cobre la recompensa y al feo le cuelguen por el cuello, y sería de poco provecho el negocio para este último si no fuera que en el justo instante en que va a apretarse la soga al bueno siempre le da por cortarla de un certero disparo, escondido como está en los alrededores. Hecho esto huyen dando saltitos a la pata coja -no tendrían por qué hacerlo, pero así lo hacen- y se reparten la recompensa a medias (aunque los dos hacen por sisar al otro, que estos son más agarrados que una vieja en moto). Repiten la jugada en un par de pueblos hasta que el bueno decide que ya se aburre del asunto y que mejor se dedican a otra cosa. El feo protesta, pero se le pasa cuando el bueno le dice que en el siguiente pueblo al que iban a ir no tienen por costumbre colgar a los reos del cuello, sino de las pelotas.

Mientras todo esto ocurre el malo ha logrado averiguar que su amigote el del dinero se ha enrolado con los confederados, así que decide enrolarse él con los nordistas para tener un pretexto para darle matarile cuando le pille (qué afán tiene este hombre con matar gente, de verdad) y trincar el botín.

Entonces el bueno, harto de la cháchara del feo y de sus constantes quejidos, que el tipo es más pesao que Patricio el de Bob Esponja, va y le abandona en el desierto. -Anda y que te den pol culo... ah, y si eso la última recompensa me la quedo pa' mí, que tú te la gastas en vicios -le dice- mientras agarra el caballo y se marcha. El feo entonces va arrastrándose por las dunas, víctima del abrasador sol de justicia, hasta que finalmente llega a un pueblo. Allí se refresca sucesivamente en un bebedero de patos, en un abrevadero de cerdos y finalmente se tira a sí mismo al pilón, tal es el calor que trae.

Oliendo a cloaca y tras haber robado una pistola a un viejo contrata a unos amigotes suyos y se van todos en busca del bueno, que, ya es casualidad, había ido justo a parar a ese mismo pueblo. Tras un par de peripecias es el feo el que ahora captura al bueno y decide vengarse de él (el bueno por cierto mata a los amigotes esos del feo, pero ni a él ni al feo les importa demasiado). El feo se lleva al bueno hasta el desierto y le tortura físicamente (haciéndole requemarse con el sol privándole de todo líquido y hasta de una triste visera de Caja Rural) y psicológicamente: teniéndole en este estado de precariedad se pone a comer, beber y cascársela delante de él. -Hay dos clases de hombres, los que tienen una sombrilla amariconada y los que se tuestan al sol -le espeta-.

Cuando el feo ya está por dar el tiro de gracia al bueno, que se encuentra hecho un guiñapo, se presenta ante ellos una destartalada diligencia, y el feo decide postergar lo de cargarse al bueno, pues hay ocasión de robar algo en la diligencia y él, como kinki que es, gusta siempre de rapiñar.

En busca del dinero

El rigor histórico del vestuario en ocasiones puede resultar discutible.

La diligencia estaba llena de soldados muertos, y cosas que robar había pocas. Pero mira tú por donde que el único que aun no la había palmao del todo era el amigo ese del malo -el del dinero-, que a cambio de un trago de agua ofreció al feo el nombre del cementerio donde había enterrado los dólares, que eso es lo que se le había ocurrido hacer con ellos en lugar de, qué se yo, irse de viaje a Disneylandia. Una vez se lo dijo el feo no iba a darle ni el agua ni tan siquiera las gracias, pero en un renuncio que tuvo, el moribundo le cascó el nombre de la tumba en la que estaba la guita no al feo, sino al bueno, con lo que si bien entre los dos sabían dónde estaba el tesoro cada uno sabía la mitad. Justo después de esto, el tipo de la diligencia va y estira la pata.

Así que el feo se vio llevando al bueno a una especie de abadía en la que le curaron de las quemaduras de tercer grado que el propio feo le había producido. Pero ahora eran socios, por la cuenta que les traía, así que pelillos a la mar. Descubrimos también que el Padre Prior de esa abadía no es otro que el hermano del feo (que a su vez es también feo como él solo) y son de familia desestructurada y de canis, motivo de que el feo se metiera a forajido. Cuando el bueno está ya más o menos restablecido el feo da un par de hostias a su hermano, que se las traía guardadas, y siguen camino.

A los muy imbéciles no se les ha ocurrido otra cosa que vestirse de soldados confederados para pasar desapercibidos en un territorio plagado de unionistas, así que les detienen y les llevan a un campo de prisioneros.

El que manda en el campo de prisioneros no es otro que el malo, que el tío ha medrado, y aprovechando que tiene un esbirro que da hostias como panes, que tiene una mano que más que dedos eso parecen morcillas, le ordena que mida el lomo al feo quien lógicamente se confiesa de todo lo que le piden y mas, con lo que el malo ya sabe también el nombre del cementerio. Una cosa muy bonita de esta película es que mientras están apaleando al feo tienen junto a la cabaña en la que dan las palizas a unos infelices tocando La Macarena, y que cuanto más pegan dentro más fuerte tocan fuera, que así la tortura es doble.

El malo decide que el esbirro de las manazas se deshaga del feo mientras él se asocia con el bueno, que es más listo que el otro y no va a decir su parte por mas que le aticen, y así que se largan. El feo por su parte se las arregla para dar esquinazo al esbirro y él y el bueno (que a su vez ha dado esquinazo al malo, que esto ya más que un western parece una de los tres chiflados) hacen puntería con los subalternos del malo, que mientras tanto les ha tomado la delantera.

El jodío puente

El rodaje se llevó a cabo contando con el material más sofisticado.

Aquí hay un impasse. El bueno y el feo llegan a una zona de trincheras: el comandante de los unionistas les explica que tanto los mandos confederados como los de ellos se han empeñado en tomar un puente como posición estratégica, pero que no hay manera. Que ojalá él pudiera dinamitarlo y acabar con la tontería que se está llevando por delante muchas vidas, pero no se atreve a hacerlo. El bueno y el feo, enternecidos, se ofrecen para ayudarle. Es así que dinamitan el puente y marchan satisfechos de la buena acción realizada, tan rápido que no llegan a oír los gritos del comandante maldiciéndoles y exclamando que ese que han hecho explotar no era el puente al que él se refería.

Duelo a tres

Llegan al cementerio en el que encuentran al malo que se había quedado esperando a que llegasen. El bueno dice que va a escribir el nombre de la tumba en una piedra y el que venza en un duelo de pistolas a tres bandas levanta la piedra y se lleva los dólares. Tras una secuencia magistralmente filmada en la que partimos de un plano general y cada vez nos centramos más en la cara de capullos que ponen los tres, rompen a disparar: de la pistola del feo sale un letrero que pone "Bang!" (el bueno se la había trucado). El bueno dispara al malo y le mata, y el malo, por su parte, se muere (por malo).

El bueno desvela el nombre que figura en la tumba bajo la cual están los 200.000 dólares: <inserta tu nombre aquí>. Cuando cavan descubren que los billetes son del Monopoly. Plano general de todo el valle y eco de las blasfemias que profieren nuestros protagonistas sobre el rótulo "FIN".

Banda sonora

En lugar de utilizar una música country interpretada con un banjo o una pianola tipo Oh Susana y todas esas cosas del oeste, Ennio Morricone decidió basar su banda sonora en los aullidos que emitía su inseparable amigo Sergio Leone cuando leía la revista Playboy. A partir de estos aullidos elaboró el tema principal que por su instrumentación atípica (en base a disparos de instrumentos de fuego varios) revela una fuerte influencia del compositor futurista Giambattista Diverdi. La BSO constituyó todo un éxito que ha perdurado en la memoria del público y que se ha reciclado en todo tipo de contenidos audiovisuales, como documentales sobre rinocerontes o películas de Quentin Tarantino, quien tras utilizarla sin pagar los derechos a lo largo de varios films y, presionado por los abogados de Morricone, decidió finalmente contratarle para uno de sus güesters. Morricone consumó su venganza componiendo una banda sonora que más que para una peli de vaqueros parece música soviética. Pero el caso es que gustó.

Versión española

A finales de los años ochenta existió un proyecto para devolvérsela a los americanos (que por otra parte no habían hecho nada, los pobres, la película es principalmente italiana, pero daba igual). Sería este un remake ambientado en la Almería del siglo XIX pero rodado íntegramente en Texas y Nuevo México, haciendo el papel de los tres protagonistas Gabino Diego, Jesús Bonilla y Antonio Resines con dirección del propio Bonilla y banda sonora de Chimo Bayo. El proyecto, gracias a Dios, no llegó a buen término.

Escenas eliminadas y curiosidades

  • El malo se topa con un puesto avanzado confederado asediado después de un bombardeo masivo de artillería. Una vez allí, tras ver las miserables condiciones en las que están de los supervivientes, les cose a balazos, para que no sufran... bueno, les cose a balazos porque sí, el que sufrieran le da igual.
  • El feo y el bueno discuten sus planes en un carromato al salir de la abadía, parece una escena de las matrimoniadas de José Luis Moreno.
  • Hay una escena en la que el bueno y el malo están descansando junto a un arroyo. El bueno dice que cinco es el número perfecto. El malo le pregunta por qué, mencionando que él había oído que tres era el número perfecto. El bueno responde "cinco... por el culo te la hinco".
  • El cementerio de la escena final ha sido reconstruido en la provincia de Burgos y los fans más devotos de la película ya han solicitado enterrarse allí, sin necesidad de esperar a estar muertos.

Trilogía del dólar (por los que ganó con ella) de Sergio Leone