Blade Runner
Blade Runner es una película de ciencia fricción, basada en el libro “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” de Phillip K. Dick. Está ambientada en el año 2019, y refleja una realidad deprimente no como la actual, en la que los humanos adoptan a mascotas artificiales – los gatos siempre caen de espaldas -, toman comida artificial – las tostadas nunca caen por el lado de la nutella -, y en el que la tecnología tiene un papel dominante – Windows no necesita instalar actualizaciones cuando vas a apagar la computadora después de una sesión de calentamiento de antebrazo en interweb.
La recaudación de la película fue peor que aparcar el Costa Concordia en doble fila, ya que el dinero que se consiguió en taquilla sólo dio para pagar la manutención de Harrison Ford, y su éxito es discutible, pues únicamente obtuvo dos nominaciones a los Óscar, que fueron a mejor caída en piscina a pecho descubierto, y a mejor banda sonora original, que compuso Vangelis ayudado de un conjunto de bateristas mancos y otros que tocaban con guantes de boxeo.
Argumento
El argumento de la película permite discusiones sobre su inclusión en el género de ficción, las cuales serán expuestas a continuación.
Un grupo de humanos denominados replicantes son fabricados a través de ingeniería genética (¿Ficción? ¿Cómo es que los homosexuales pueden tener hijos entonces?). Estos humanos “prefabricados” son empleados en trabajos peligrosos y como esclavos. Estos replicantes tienen mayor agilidad y fuerza física, pero menor inteligencia y empatía. Un cuerpo especial de la policía, conocidos como Blade Runners son los encargados de “retirar” a los replicantes que se desvíen de su causa (¿antidisturbios del 15-M?, ¿Somalía?, ¿Grecia?, ¿Ahmadineyad?, ¿Chávez? ¡Dónde estás cuando haces falta Ban Ki-moon!).
La empresa encargada de construir a los replicantes es Apple, quien debido a una falla que nada tiene que ver con la obsolescencia programada, permite a éstos vivir durante 4 años. Pasado ese tiempo, cascan y no los resucitas ni con bolas de dragón.
Sinopsis
Advertencia: Esta sección contiene detalles de la trama y el argumento; si eres tan rarito que prefieres leer el libro o ver la película antes, no te recomiendo que leas esto.
La película comienza en una comisaría de policía, con un interrogatorio a Leon, un sospechoso de ser replicante, en el que se le hace una serie de preguntas para determinar si es capaz o no de sentir emociones.
Éstas son las más comunes en la batería de preguntas:
- ¿Si a su esposa le huele la axila a sardina en descomposición.. le diría que está gorda?
- ¿Se dejaría dar una patada en los cojones? (Si se deja, darle la patada y reir).
- ¿Descuartizaría usted al presidente o presidenta del gobierno? ¿Por dónde empezaría?
- Digamos que para hacer un experimento, tiene un gato con una tostada llena de mantequilla amarrada a la espalda. ¿Es usted imbécil o todo esto le divierte?
- Digamos que, en otro experimento no relacionado, el mismo gato está en una caja, con una partícula atómica que puede o no despellejarlo vivo, pero hasta que usted no abra la caja no sabe en qué estado se encuentra el gato. ¿No sería usted un sádico de los cojones? ¿Qué sentiría si por este cruel experimento le dieran un premio Nobel?
- ¿Conoce usted la diferencia entre un pene y una silla? Pues tenga cuidado donde se sienta.
Leon se pone nervioso cuando le preguntan hacia qué dirección crece el pelo de un huevo, y dispara al interrogador, lo cual hace sospechar a la policía que Leon no es de fiar. Sin embargo, se le repite el interrogatorio una vez más, para estar seguros.
El desenlace se repite, y el segundo interrogador acaba muerto de nuevo tras un disparo. La policía empieza a sospechar que Leon puede ser un replicante, y que podría estar armado. Para investigar el caso, recurren a Rick Deckard (Harrison Ford), uno de los pocos detectives retirados que curiosamente no recibió un balazo el día antes de jubilarse.
El detective se reúne con su exjefe, que le da los nombres de los 4 replicantes que están causando problemas. Leon, el asesino de los interrogadores, Roy Batty, rubio de bote pero con más mala idea que levantarte a las 7 un domingo, Zhorra, una profesional de aplastar gusanos de carne a sentadillas, y Pris, otra especialista en matar al oso tuerto a puñaladas. De ahí se desplaza a Tyrell Corporation, filial de Apple y encargada de crear los replicantes en la importantísima zona de Wyoming y cercanías.
Tyrell Corp
En Tyrell Corp. conoce al jefe, que se llama Tyrell curiosamente, quien le asegura que realizando un interrogatorio a los androides fugados se descubriría que son replicantes, siempre y cuando la prueba se realizara con un objeto candente en las cercanías del ojete del interrogado. Deckard empieza a dudar de la fiabilidad del método. En esta empresa trabaja Rachael, una replicante con recuerdos implantados, pero que Deckard toma por una persona normal y no por un androide, ya que jugaron una partida de Trivial y Rachael siempre fallaba en las preguntas de Arte y Literatura.
Sin embargo, mientras Deckard se acercaba a la cocina a prepararse un lingotazo de malibú con piña – tipo duro - descubre que de la nuca de Rachael asoman dos baterías como dos brazos de gorila, lo que le hace sospechar que quizás sea una replicante, y da lugar a una cita famosa del film.
Rachael, lo que me gusta de ti es que te cargas más rápido que el Ipod
{{{2}}}
El creador de ojetes
Más tarde, Deckard y su compañero Gaff, buscan pistas para llegar hasta Leon, y lo encuentran junto a Roy en el apartamento de uno de los creadores de androides, Chew, quien diseña los ojos de cada replicante.
Leon está disgustado, ya que le pusieron un ojo de cada color, pero Chew se excusa argumentando el éxito de David Bowie, otro replicante de igual condición que triunfó haciendo música de mierda.
Roy también está disgustado, ya que le dejaron casi ciego, pero Chew dice que su mismo modelo de ojos se utiliza en la creación de cualquier árbitro de fútbol y que no debería molestarse. Los replicantes, enfurecidos, torturan a Chew haciéndole escuchar el último disco de Rihanna, hasta conseguir información sobre Sebastián, hombre de confianza de Tyrell. Deckard llega justo a tiempo para verlos escapar, dejando el cuerpo inerte de Chew en el suelo, y el disco de Rihanna en la basura, de donde nunca debió salir.
Naci Pris-cesa porque Zhorra sobraba
Tras el lamentable chiste que encabeza esta sección de la película, nos situamos en el apartamento de Leon, al que Deckard y Gaff acuden en busca de pistas. Consiguen la dirección del bar “Miren Amiano”, un local donde trabaja Zhorra en un espectáculo con una serpiente. Al llegar al lugar, Zhorra trata de huir desesperadamente, pisando las serpientes del resto de invitados al espectáculo por el camino, pero es alcanzada en plena calle por un balazo de Deckard, y pega tremenda ostia con el cristal de un escaparate. Cae milagrosamente sobre un abrigo de Louis Vouitton y unos zapatos de Prada, y continúa su huida, sin embargo, los tacones y el forro polar del abrigo le restan aerodinámica, y se convierte en presa fácil para Rick, quien la encañona y alcanza por segunda vez, disparo tras el cual muere la muy Zhorra. Se puede decir que Zhorra fue víctima de la moda.
Concentrado en la persecución, Rick Deckard no advierte que Leon le está acechando, y se le acerca por la espalda desarmándole, para a continuación darle tal manta de palos que lo dejó más doblado que el labio de Stallone en Rocky. Rachael, que también andaba por la zona, mata a Leon de un disparo y salva la vida de Deckard. Sin embargo, Gaff ya había advertido a Deckard que habría que “retirar” también a Rachael, ya que iba a caducar más pronto que el condón de tu cartera.
Rachael y Deckard van al apartamento de éste, para discutir las opciones que tienen, y por qué no, para introducirle el PenDrive en la ranura usb, para descargar la base de datos de Deckard en el disco blando de Rachael, ¡para untarle de metadatos el puerto RJ45!, ¡¡para ponerle el Hard en la parte Soft!! ¡Ya está bien pervertido!
Muerte de Tyrell
Pris y Roy se dirigen a por Sebastian, quien se encontraba en su refugio abajo del maaaar. Sebastian no puede rehuir a los cantos de sirena que proceden de una Pris medio en bolas, y les deja entrar a su morada, donde de nuevo es interrogado hasta que los replicantes obtienen la dirección de Tyrell. conseguido su propósito, le pasan una cuchilla delicadamente por el cuello y lo abandonan.
Haciendose pasar por Sebastian, quein mantenía una partida de ajedrez con Tyrell, Roy y Pris acuden a las oficinas Tyrell, y realizan un movimiento de piezas inesperado para llamar la atención del empresario. El movimiento trata de recrear el sacrificio de piezas que se produjo en la partida "Inmortal", que como todo lector sabrá, trata de alejar a la reina rival de la acción con g4 Nf6 11. Rg1! para luego continuar desarrollando blancas en omg2 Wtf lOl nOob, esperar la alternativa del adversario, quien posiblemente juegue con 0la k as3 y al que se derrota finalmente con ki3 R3 p3l3a 0k as3.
Desconcertado al ser derrotado por una llama mordiendo trigo en tamaña jugada, Tyrell permite el acceso de su contrincante a su habitáculo. Sin tener en cuenta que son Roy y Pris los que entran y le amenazan con matarlo de no alargarles el tiempo de vida, ya que iban a durar menos que un chupachups a la salida del colegio. Tyrell se niega, ya que la política de la empresa es no aceptar devoluciones, y les pasa con un contestador automático. Tras un puñado de minutos, indignados al oír la desconcertante música de espera, y sin ser atendidos por operadores de la compañía, los androides se toman la justicia por su mano, y destripan al pobre de Tyrell ahí, sin más, dejándolo hecho mierda.
Deckard no llega a tiempo de detener la afrenta, y tras perseguir a los replicantes por el edificio, da caza a Pris y la "retira" dándole cabezazos con la nuca en sus partes. Vale más una imagen que mil palabras
Batalla final
En la parte alta del edificio se produce la batalla final entre Roy y Deckard. Tras un intercambio de golpes en el que Deckard recibe más coces que el pobre diablo que cayó en la pista de Ben-Hur, acaban en la azotea. Deckard trata de huir saltando al edificio contiguo, pero patina con una piel de plátano y queda colgando del borde por una mano. Roy presencia la escena, y cuando ve que Deckard tiene menos agarre que el Ferrari de Alonso y va a caer al vacío, lo agarra de la mano y le salva la vida. Ahí se produce la cita más celebre del film.
La película continúa con una breve reflexión de Deckard.
Tras soltar tamaña estupidez, Deckard vuelve a su apartamento con Rachael, y descubren que Gazz les ha dejado un origami, símbolo de que son libres. Algo que no se ha comentado es que Gazz se lleva toda el jodido rato soltando putos origamis por aquí o por allá, ralentizando el ritmo de la película hasta el punto de que media hora de reloj se pasa el director haciendo fundidos de trozos de papel doblados. Mierda de Gaff, puede estar contento el actor por haber creado el personaje más aburrido e intrascendente de la historia, así le ordenen caminar descalzo sobre piezas de lego.
Rachael y Deckard abandonan el lugar en busca de una vida mejor, que total, les va a durar dos telediarios, o el tiempo en que las baterías de ella digan "hasta aquí hemos llegado hermano", pero el espectador se va del cine con la lagrimita en los ojos y la sensación de que los buenos ganan. Única conclusión posible que se puede sacar del film, nuestro amigo Deckard se cepillará a la androide hasta que ésta reviente de madura o hasta que se le salgan las pilas por el costado.
Fin... ¿O no?
Para ver todas las películas juntas entra aquí. |