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La máquina del tiempo (película de 1960)

De Inciclopedia
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Cita3.pngDesconocéis los libros... desconocéis el fuego... con lo bien que combinanCita4.png
George a Los Eloi.
Cita3.png-Señor Filby, ¿cree que George volverá algún dia? -Ni de coña, ese no vuelve...Cita4.png
— Diálogo de la película.
Cámara ícono.png
El tiempo en sus manos pajeras.
The Time SexMachine
GeorgeMaquinaTiempo1960.png
Viajando en el tiempo se te pone cara de velocidad.
Ficha técnica
Dirección George Pal
Producción George Paypal
Intérpretes Rod Taylor y otros que a nadie le importan.
Guión H. G. Wells viajando al futuro, pero se la censuraron.
Música Rancia en el pasado y futurista en el futuro.
País Gringolandia
Fecha de estreno En el futuro, 1960.
Género Ciencia ficción con furros.
Calificación Al 87% de los Morlocks les gusta
Premios Mejores efectos especiales cutres.

The Time Machine (en España El tiempo en sus manos pajeras por los cojones del traductor, en Hispanoamérica La máquina del tiempo) es una película que sorprendentemente se basa en la novela La máquina del tiempo de H. G. Wells y no en otro cualquiera de sus escritos. Fue estrenada en 1960 y como parte de ella se ambienta en 1966 nos presenta un futuro (pasado para nosotros) que no fue, por lo tanto podemos decir que está ambientada en una dimensión paralela, o para lelos, como los Eloi, éstos habitantes en un futuro más remoto que tiene todos los visos de cumplirse.

En 2002 se hizo otra versión cinematográfica de la novela original, que no se ambienta en un futuro que ya es nuestro pasado, pero aun así fue mucho peor.

Argumento

Advertencia: Esta sección contiene detalles de la trama y el argumento; si eres tan rarito que prefieres leer el libro o ver la película antes, no te recomiendo que leas esto.

Una cena de "amigos"

En esta dimensión paralela Herbert George Wells (George, en lo sucesivo) no es escritor (o si lo es, es un escritor fracasado) sino que es un inventor de éxito (moderado). Sus amigos han sido invitados por él a cenar en los primeros días de 1900. Los muy imbéciles creían que era el cambio de siglo ese año y no el siguiente, lo cual te da la idea de que por más que vayan de listos son gente de cultura limitada. Tres de ellos son empresarios empingorotados y el otro es un tendero aficionado a la botánica, que es el único de ellos que de verdad es amigo del inventor, pues los otros le tratan como a la mierda, y se ve que solo los tiene como amigos por el tráfico de influencias que pueda entablar con ellos. Como George se retrasa empiezan a rajar de él como porteras. Que si es un excéntrico, que si se habrá ido de putas, que si nos hace perder el tiempo. Pero cuando la chacha (señora Watchett en lo sucesivo) les dice que la cena y el vino están servidos ya se les pasan los males, a los muy tragaldabas.

En estas se aparece George que parece un Ecce Homo. Sus ropas están descosidas, sus calzones embarrados y arañazos varios jalonan su piel. Se pone a contar cómo es que está así y hacemos un flasback[1]

Este es el artefacto que permite viajar en el tiempo (contengan las risas). Ponte casco que la carrocería se ve endeble.

Nos encontramos unos días antes, es nochevieja y estos gorrones estaban de nuevo invitados por George, que parece que no tienen casa. Éste les revela que ha inventado una máquina del tiempo. El industrial gordo, tan lerdo como bien pagado de sí mismo, se regocija de que George haya inventado el reloj, pero George le dice que no es eso, sino una máquina que permite viajar en el tiempo. Tras una perorata sobre lo que son las tres dimensiones y lo que es la cuarta dimensión les saca lo que dice que es un modelo a escala reducida, pero no obstante funcional, de la máquina que ha inventado. Expectación. Decepción: es una especie de trineo-mecedora con una parabólica en el respaldo.

Tras las consecuentes carcajadas de sus amigos George le roba un puro al gordo y en lugar de metérselo por salva sea la parte como tiene ganas de hacer lo pone en la miniatura de máquina del tiempo, la cual activa. Tras unos sonidos de techno-house que hacen temblar la casa la máquina desaparece: ¡Eureka, funciona! ¡Chúpate esa, gordo de mierda, tu puro está viajando hacia el futuro y no lo recuperarás jamás!.

El gordo, taimado como es, reprime a su vez sus ganas de cruzar la cara a George por haberle robado el puro y le dice que su invento estará muy bien, pero que no tiene ninguna aplicación comercial, que ningún gobierno ni institución privada pagaría por un invento que le permita cambiar el futuro y el pasado en su favor y así hacerse con ingentes beneficios más allá de los sueños más salvajes de cualquiera. Visto su olfato comercial, si el viajero del tiempo tuviera curiosidad en detenerse a observar al gordo este en un viaje al futuro vería que en cosa de dos meses está viviendo bajo un puente.

No nos dispersemos, el caso es que los amigos de George se van descojonándose de él y de sus excentricidades. Todos salvo Filby, el tendero, que le anima a no utilizar la máquina del tiempo, pues en una muestra de mojigatería piensa que eso rompería las leyes de Diosito. Además le presenta un plan alternativo: le invita a cenar con su parienta medio tísica y con su babeante hijo de un año. No sabemos por qué, esto no seduce a George más que la idea conocer el futuro de la humanidad y responder a la pregunta de si existe el libre albedrío o nuestro destino está trazado. Filby se marcha mohíno.

Viaje en el tiempo, primera etapa

George va a la máquina del tiempo que tiene en su laboratorio. La mira, se frota con ella un poco y finalmente se sube. La activa y disfrutamos de unos efectos especiales que no son otra cosa que un time-lapse. George observa el sucederse de las estaciones, cómo se abren las flores y los capullos y cómo evoluciona la moda femenina en el maniquí de la tienda de Filby, lo que le mueve a hacer comentarios machistas.

"¿Que tengo cara de tonto sin bigote? A ver si te meto una hostia".

Se detiene en 1917. Su casa está llena de mierda, ratas, polvo y telarañas, ¿por qué la señora Watchett no ha seguido limpiándola durante estas casi dos décadas a pesar de que debiera estar jubilada y que nadie la estaba pagando un sueldo?, se pregunta. Cuando vuelva al pasado se va a enterar, la despediré con efectos retroactivos, se dice. Su casa está vallada, pero tras un par de actos de vandalismo logra sortear la valla y se planta en la calle. Hay artefactos maravillosos como automóviles a manivela y cree ver a su amigo Filby en traje de soldado. Sin dilación le interpela y le dice que parece bobo sin bigote (así es George) y el supuesto Filby le responde que el que llevaba bigote era su padre. Que son idénticos salvo en lo de afeitarse el bigote, pues eso él lo ha heredado de su madre. Y efectivamente se calcan, a pesar de que Filby Jr. tiene ahora 18 años (es el babeante bebé del que hablamos antes) y aparenta por lo menos los 40 que tenía su padre en 1900. -La guerra, que envejece. -¿Qué guerra? -pregunta George-. -La Primera Guerra Mundial, ¿es usted imbécil? -le dice Filby Jr-. -Ah, vale, y tu padre ¿qué tal?. -Pues muerto, cayó en el frente. -Gulp... bueno, me vuelvo a mi aparato steampunk.

Viaje en el tiempo, segunda etapa

George viaja entonces hasta el año 1940, las bombas destruyen su laboratorio y se malicia que está en plena Segunda Guerra Mundial, pero como no sabe quien es Hitler no se le ocurre utilizar la máquina del tiempo para matarle. Los efectos especiales son un tanto cutres y se ven los cables que sujetan los zeppelines que supuestamente flotan en el cielo londinense, pero tira que libras, así que George sigue adelante.

Viaje en el tiempo, tercera etapa

Así será la moda en el futuro, en 1966. Corra a su boutique más cercana.

Ahora estamos ya en el futuro queridos lectores, ¿qué nos deparará el año 1966? Acompáñenme y lo sabremos. Donde estaba la casa de George hay un parque. George ve un cartel: "Parque dedicado por Filby Jr. a la memoria de la homoerótica atracción que su padre experimentó por su amigo George (amigo de su padre, no de Filby Jr. no piensen mal)". George observa que el mundo ha avanzado de forma acojonante. Filby ha medrado y ahora tiene unos grandes almacenes y muchos maniquíes femeninos. George esta vez se ahorra el comentario machista, pero sabemos que lo está pensando. Así mismo hay inventos tan impresionantes como el Citroën 2CV y una afeitadora eléctrica (para el bigote). Empiezan a sonar alarmas antiaéreas (en concreto una canción de los Beach Boys) y la gente corre a refugiarse. Entre ellos George ve un viejo renqueante de estrafalario atuendo ¡Es Filby Jr.! Nuevamente le interpela y vuelve a hacer comentarios despectivos sobre su aspecto. Filby Jr. le reconoce. -¡Pero no es posible, si yo le vi aquí hace cuarenta años y no ha cambiado nada, no ha envejecido ni se ha cambiado de ropa, so marrano!. George le pide que le hable de los maravillosos inventos del futuro ¿existe ya un masturbador satisfactorio hands free?. Filby le incita a huir. -¡Suéltame el brazo, insensato, que nos van a bombardear con misiles nucleares, como cada viernes!. Filby finalmente se zafa y huye. Caen bombas y se desatan volcanes en pleno Londres, y eso que no es zona sísmica ni nada. Todo queda en ruinas y George, al punto de mojarse los pantalones de miedo, se vuelve nuevamente a su artefacto.

Viaje en el tiempo, última etapa

El lugar donde George está viajando en el tiempo queda cubierto de magma solidificado, pero a él no le afecta precisamente porque está viajando en el tiempo. El muy bobo se angustia pensando cuánto tardarán en erosionarse las rocas. ¡Que estás en una máquina del tiempo, idiota, avanza más rápido y ya!. Al final las rocas desaparecen y George está en una zona boscosa, se ven aparecer edificios a lo lejos y se les ve quedar en ruinas, probablemente debido a un pelotazo inmobiliario que resultó mal. Se ve aparecer junto a George una especie de mastaba con una figura muy fea coronándola. George conduce la máquina del tiempo como un dominguero, la detiene de golpe con lo que da dos vueltas de campana terminando de bruces en el suelo y con el culo en pompa. Estamos en el año chorrocientos mil, en un futuro futurísimo.

Cuando George se recompone se pone a deambular por ahí como un beodo. Se ve que aun anda un poco lelo del golpe. En los alrededores la vegetación es frondosa y abundante, pero no obstante la hierba se ve bien segada, como si la película estuviera rodada en el jardín de alguien. Tras vagar un rato por ahí George observa un grupo de individuos de ambos sexos que están retozando alegremente junto a un riachuelo. Visten túnicas de colores pastel, como la gente de derechas, y tienen todos el pelo rubio platino. Los varones se parecen a Justin Bieber cuando empezaba. Ellas a Miley Cyrus, así unos y otras son casi indistinguibles.

George parece maravillado ante lo que parece un futuro paradisiaco en el que estas gentes viven despreocupadas, y se propone a sí mismo compartir la vida muelle que parecen llevar, pero en un momento dado una de ellos cae al agua y empieza a ahogarse ante la indiferencia de los demás rubicundos, que la miran como las vacas al tren. En ese momento George se lanza al agua, salvando a la infeliz sin que esta le de ni tan siquiera las gracias, lo cual le deja patidifuso, además de mojado.

Aquí George compartiendo los manjares de Los Eloi. Deja de pensar en las guarrerías que harías tú con esas berenjenas tan grandes.

Un rato después, ya seco, se va a comer con ellos y descubre que son veganos. Antes la chica le dice que ella se llama Weena (porque está weena) y su pueblo son los Eloi. Los Eloi no solo son de muy cortas luces, sino que también de pocas palabras, pero aun así George logra que le cuenten su idiosincrasia: no trabajan ni hacen nada, su comida y vestidos salen de la nada y todo les viene importando un pimiento. Son unos perfectos paletos y orgullosos de serlo (a George cada vez le recuerdan más a sus amigos). Los únicos libros que tienen son reliquias inmemoriales que se deshacen con solo tocarlos. Este desprecio por la palabra escrita altera a George, que les insulta lleno de desprecio y se va lloriqueando ante la indiferencia de los Eloi. Weena parte tras él a decirle que se ha hecho de noche y que no debe andar solo en la oscuridad. George le responde que solo los niños y los imbéciles tienen miedo a la oscuridad... e inmediatamente se da cuenta de que... bueno, Weena es una Eloi, así que ata cabos tú mismo, querido lector. En estas están cuando George descubre que le han mangado la máquina del tiempo, pues se fue sin ponerle el candado. Entre las malezas ve una especie de mono azulado de ojos brillantes que intenta meter mano a Weena. George le pone en fuga asustándole con una cerilla y dándole un capón -el simio este es aparente, pero no tiene ni media hostia- y la rescata. Ella le cuenta que ese era un Morlock. ¿Y esos quienes son?. Ven, que nuestros anillos que hablan te lo cuentan.

El mayor sistema de almacenamiento de información inventado por la humanidad son unos aros que haces girar sobre una mesa y te cuentan un podcast, ¿cómo te quedas?. Los Eloi son depositarios de estos arcanos y allí George se entera de que la humanidad se dividió en dos tras las guerras atómicas. Los que se quedaron en la superficie se volvieron estúpidos y pusilánimes y los que se fueron al subsuelo se volvieron más feos que pegar a un padre con un calcetín sucio y fotofóbicos perdidos.

En estas suena una alarma antiatómica idéntica (una canción de los Beach Boys) a la que escuchamos en 1966, los Eloi se quedan como zombies y acuden a la pirámide cuyas puertas se han abierto, a pesar de las protestas de George, a saber "¡Ya no tiran bombas atómicas!¡Ya no hay centros comerciales en rebajas!¡No vayan ahí!". Weena está entre los que han entrado y los pocos que quedan fuera le dicen a George que los que entran no vuelven a salir. Y tan panchos que se quedan. George decide recuperar tanto a Weenna como a la máquina.

Estos son los Morlocks. Son como una mezcla entre un gusiluz y un koala, feos, pero casi achuchables. Están más bien orondos de comer Eloi, ¿verdad?.

Entra en las cuevas de los Morlock por unas chimeneas que tienen. Allí hay máquinas que hacen zum zum, los decorados pintados son evidentes y a la vista de los utensilios de cocina y el jamonero con pierna humana George saca conclusiones sobre la dieta de los Morlocks, que básicamente son los Eloi. Estos no son veganos, vaya, vaya.

Lo que viene es pura acción, valiéndose de las cerillas que traía consigo (recordemos la fotofobia de los Morlocks) y de sus propios puños, en peleas de grotesca coreografía George libera a todos los Eloi y destruye el mundo Morlock, que a lo que se ve era bien endeble. Por fin vemos también a los Morlocks: son feos, van en taparrabos y debieran depilarse los hombros.

Ahora los Eloi son libres y están muy contentos, George le dice a Weena que se vaya con él a 1900, que la va a poner un piso y va a ser su sugar daddy, cosa que ella acepta -igual no era tan tonta como parecía-. Pero cuando va a recuperar la máquina los tres Morlocks que han sobrevivido cierran las puertas de la pirámide con George dentro y Weena fuera. Tras una nueva pelea igual de ridícula que la anterior George se monta en la máquina y vuelve a su tiempo. Podía haber vuelto una hora antes (tiene una máquina del tiempo) y haberse aseado y vestido decentemente, pero prefiere presentarse a sus amigos como está, asalvajado y hecho un adefesio. Todo se la trae floja. Así que aquí termina el flashback.

El regreso

Y usted... ¿qué tres libros se llevaría?

Los amigos de George no creen nada, toda esta historia de Morlocks, cuevas, máquinas y canibalismo les suena a que el inventor ha salido de juerga un sábado por la noche. Una vez más se largan riéndose de él, a pesar de que George se ha traído una flor que le dio Weena cuando él le arrimó cebolleta que, según Filby, es de una rareza botánica imposible para su tiempo: la col romancesca.

George se despide crípticamente de Filby y le dice "con bigote estás hasta guapo, chato". En realidad a George no le atrae Filby físicamente, pero dado que se va a largar para siempre, ¿qué cuesta hacerle feliz?. George arrastra la máquina del tiempo y como no piensa volver no le importa rallar el suelo, la pone en su laboratorio, lo que en el futuro será al otro lado de la pirámide de los Morlocks y se lleva tres libros (ver imagen adjunta) para fundar una nueva sociedad utópica junto a los Eloi y darle a Weena con la flauta de carne. Fin.

Diferencias con la novela

  • La novela pretende ser un alegato socialista, los Morlocks son los descendientes de las los bryans y las jennys y los Eloi de gente así como Pocholo, y ahora los Morlocks toman cumplida venganza canibalizando a las otrora clases privilegiadas. Eso en Hollywood se veía como muy de rojos y decidieron enfocarlo más por temas que preocupaban a la gente en los 60: lo grotesco de la moda femenina, el terror atómico y antibelicismo, que a eso nadie se va a oponer... en principio, claro.
  • En la novela se va directamente al futuro ese lejano sin escalas intermedias, para qué. Qué pena, en ella nos perdemos esos maravillosos 60's.
  • Los Eloi en la novela son todavía más estúpidos, si cabe. Son unos enanos animalescos y por no ser no son capaces ni de hablar. Como en la película había que meter romance porque esas cosas siempre tienen tirón comercial, se les hizo algo más listos (y guapos) para que Weena fuera, al menos, capaz de otorgar consentimiento, porque en la novela la cosa bordea la zoofilia.
  • En la novela aparece una escena todavía más al futuro de los Eloi y los Morlocks. La humanidad se ha extinguido (el viajero del tiempo fue el causante, sin duda) y ahora el mundo está dominado por cangrejos, almejas y escolopendras gigantescas. Eso, aparte de ser asqueroso, requería gastar más presupuesto en fabricar esos bichos, así que en la película se omitió.

Moraleja

Con los Morlocks se vivía mejor.

Los Eloi eran unos infraseres, vale, pero vivían una vida regalada y feliz. Sí, es verdad que luego les despiezaban y se los comían los Morlocks, pero al final era un momento de sufrimiento por una vida de dicha. La intervención de George, quien pretendía liberarles del yugo, desequilibró su ecosistema y les trajo la desgracia: dejaron de tener a quienes les hacían todo y tuvieron que agenciárselas por ellos mismos, con lo cual, inútiles perdidos como eran, no duraron ni dos semanas. La desaparición de los Morlocks, por tanto, acarreó también la extinción de los Eloi, y con ellos de la humanidad. Así que desconfía de quien venga haciéndose el listo pretendiendo salvarte, que te la puede armar muy gorda.

Premios

Ganó el premio a los mejores efectos especiales, con todo lo cutres que son. Imagínate cómo serían las otras películas.

Notas

  1. Que en una película de viajes en el tiempo tiene su guasa que el viaje al futuro sea un flasback, que es un flashforward dentro del flashback, ahí lo llevas, esto es técnica narrativa, chaval.