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Artículo de Cómic Destacado

Las Aventuras de Tintín

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Tintín
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Tintín y Hergé ¿Quién es creación de quién?.
Nacimiento Defunción Es Inmortal
Origen Los Boy Scouts
Su vida
Sobrenombres ¿Tintín? El del copete erecto.
Lugar de residencia Vive con tu madre, en un castillo.
Se dedica a Reportero o espía, no está claro.
Estado actual Amigo de los niños.
Hazañas logradas Una vez reventó un rinoceronte con un petardo.
Relaciones Milú, Haddock, Chang, Zorrino... rarito todo.
Enemigos Un millonario gordo que se parece a Onassis.
Poderes especiales No envejecer, es como Dorian Gray, el jodído.
Objetos Pantalones bombachos, kilt tableado, gel fijador, gabardina pasada de moda

Las Aventuras de Tintín (también conocida como Tintin's Bizarre Adventure en inglés y La increíble y triste historia del cándido Tintín y de su terrier desalmado en Latam) es indiscutiblemente la serie de cómics europeos más influyente del planeta Tierra, la Vía Láctea y al menos 42 dimensiones paralelas. Su impacto se extiende desde los confines de Bélgica hasta los rincones más remotos del cosmos, pasando por al menos el 60% de las especies conocidas dotadas de globos oculares o equivalentes sensoriales.

Contrariamente a la creencia popular entre los millennials y la Generación Z, Las Aventuras de Tintín no es una serie de televisión ni un anime hentai protagonizado por un joven reportero y su perro sino historieta. El cerebro detrás de esta obra fue el dibujante belga Georges Remí, más conocido como Hergé (no confundir con el fotógrafo noruego Hegre, aunque ambos compartían una fascinación por las curvas, sean de tinta o de otro tipo).

Hergé se adjudicó los créditos como creador, dibujante, entintador, coloreador, maquetador, dialoguista y hasta cobrador[1]. Con Tintín, Hergé estableció el estilo de la llamada línea clara, un concepto que se volvía sorprendentemente borroso y tembloroso cuando el artista se excedía o se quedaba corto con su dosis diaria de inspiración líquida.

La serie sigue las aventuras del intrépido reportero Tintín, un joven con un tupé desafiante de la gravedad y una habilidad sobrenatural para meterse en líos internacionales, acompañado de su fiel perro Milú, quien posee una inteligencia superior a la de la mayoría de los personajes humanos de la serie y posiblemente también a la de algunos lectores.

¿Qué es un Tintín?

El protagonista de esta saga es Tintín, un joven con la personalidad tan fascinante como un yogur sin sabor caducado. Este enigmático personaje es un misterio andante, carece de familia conocida (ni padres, ni primos, ni siquiera un cuñado pesado que le pida dinero), su edad es tan indeterminada como el origen del universo, y aunque supuestamente es reportero, solo se le ha visto escribir un artículo en toda su carrera. Esto lleva a los expertos tintinólogos a especular que o bien es un maestro del blanqueo de capitales, o la seguridad social belga es tan generosa que permite financiar aventuras intercontinentales a desempleados con tupé.

Es la personificación de la abstinencia: No bebe, no fuma, no practica deportes, y su interés romántico es tan inexistente que haría parecer apasionado a un monje trapense. Su asexualidad avant la lettre lo convierte en un inesperado ícono de la Generación Z, adelantándose varias décadas a su tiempo.

Su nombre es otro misterio digno de sus propias aventuras. ¿Es "Tintín" un apodo? ¿Un apellido? ¿Un error tipográfico que se les coló en la imprenta? ¿O quizás el resultado de Hergé jugando al Scrabble después de una noche de excesos creativos? El mundo nunca lo sabrá.

Lo que sí tiene Tintín es un perro llamado Milú, que no solo posee más carisma que su dueño, sino que probablemente también tiene una vida social más activa. El otro rasgo distintivo de nuestro héroe es su icónico mechón de pelo, cuyo color oscila entre el rubio y el pelirrojo dependiendo del humor del coloreador de turno. Este tupé desafiante de la gravedad es tan memorable que Cameron Díaz lo plagió descaradamente en "Algo pasa con Mary", aunque se desconoce si Tintín utiliza el mismo "gel" para mantenerlo en su lugar.

A pesar de (o quizás debido a) su personalidad tan vibrante como una hoja en blanco, este pusilánime y morigerado muchacho se las arregla para vivir las aventuras más extraordinarias alrededor del globo. A medida que avanza la serie, Tintín va ampliando su círculo social, rodeándose principalmente de compañía masculina. Esto ha llevado a algunos fans a especular sobre la verdadera naturaleza de estas amistades, dando lugar a teorías que harían sonrojar al Capitán Haddock.

Historia

Primera época, en el periódico de curas

Advertencia: Esta sección contiene detalles de la trama y el argumento; si eres tan rarito que prefieres leer el libro o ver la película antes, no te recomiendo que leas esto.

Estatua maldita de Hergé en Bruselas, si la tocas te conviertes en piedra. Un gato y un duende son sus primeras víctimas.

El culpable directo en la creación de Tintín fue el Abate Wallez, un sacerdote diminuto que se escondía tras la campaña propagandística y tenía debilidad por el machismo alopécico de Mussolini. Él quería moldear las psiques de los niños pequeños para convertirlas en fascistas en miniatura a través de la sección infantil de su periódico ultraderechista "Make Belgium Great Again".

Por ello el clérigo solicita a Hergé que cree un personaje a tal efecto. El dibujante más hambriento que consciente acepta el trabajo a cambio de unas hostias y unas copas de vino de consagrar.

El resultado fue un Tintín primigenio que lejos de ser el mojigato insípido que conocemos (y toleramos) hoy, era prácticamente un übermensch, una bestia rubia que es más basto que bajarse las bragas a pedos y resuelve todas las situaciones en las que se encuentra fundamentalmente a guantazos, dando unas hostias como panes que le hacen vencer a cualquier enemigo por fuerte que sea y que nos hacen pensar en lo engañoso de su aspecto enclenque. En estas primeras series, Milú era un pastor alemán que comía minorías.

Habrá que documentarse un poco ¿no?

Debido a la política de gestión de los derechos por parte de los herederos de Hergé, este es el único dibujo de Tintín que podemos usar en este artículo

En 1934, mientras Hergé contemplaba la posibilidad de que Tintín visitara China en la secuela de "Los Cigarros del Faraón", recibió una misiva inesperada. El remitente era un sacerdote belga residente en China, quien, aparentemente, había leído las obras previas de Hergé y quedado horrorizado por su... digamos... "interpretación creativa" (burradas, salvajadas y barbaridades como ahora dicen los profanos) de las culturas extranjeras.

La carta, escrita en un tono que oscilaba entre la súplica desesperada y la amenaza velada, imploraba a Hergé que, "por el amor del Santo y todos los dioses" (sic), se dignara a investigar mínimamente los temas que trataba en sus cómics antes de plasmarlos en papel. El buen padre, no confiando demasiado en la capacidad de Hergé para realizar dicha tarea por sí mismo (o, en palabras menos diplomáticas, considerándole un "cateto ilustrado"), decidió tomar cartas en el asunto.

Para asistir a Hergé en su cruzada por la precisión cultural, el sacerdote envió a Bélgica a uno de sus pupilos chinos, un joven estudiante de arte llamado Tchang. El origen del nombre de Tchang ha sido objeto de intenso debate académico, aunque la teoría más aceptada sugiere que fue elegido mediante el sofisticado método de arrojar una lata al suelo y transcribir fonéticamente el sonido resultante, técnica que ya había demostrado su eficacia en la nominación del propio Tintín.

La llegada de Tchang marcó el inicio de la "época documental" en la obra de Hergé, comparable en importancia histórica a la invención de la rueda o el descubrimiento del fuego, pero con más viñetas. A partir de este momento, las aventuras de Tintín comenzaron a parecerse sospechosamente a los documentales que se emiten tras el telediario, aunque con considerablemente más persecuciones en coche y menos focas árticas.

Época colaboracionista

En 1940, Bélgica fue invadida por la Alemania nazi, lo que llevó a Hergé a una encrucijada moral que resolvió con la misma sutileza con la que Tintín resolvía sus casos: de forma completamente cuestionable. Hergé comenzó a trabajar para "Le Soir", un periódico controlado por los ocupantes nazis. Según el propio Hergé, esta decisión fue tomada "por razones puramente artísticas". Durante este período, las aventuras de Tintín experimentaron un giro hacia lo fantástico, alejándose de la meticulosa documentación que caracterizó la época anterior. Este cambio no se debió, como algunos han sugerido, a una repentina pasión por la ciencia ficción, sino más bien a la comprensible idea de que "no está el horno para bollos" cuando se trata de investigar culturas extranjeras bajo la mirada de los censores nazis.

La participación de Hergé en "Le Soir" durante la ocupación nazi tuvo consecuencias duraderas en su carrera y reputación. Tras la liberación de Bélgica, el artista fue brevemente detenido y acusado de colaboracionismo, cargos que él refutó argumentando que "solo dibujaba monitos, no hacía política". Este argumento convenció a las autoridades casi tanto como convence a los historiadores modernos.

Los felices vientos de posguerra

Este chico siempre corriendo, parece que tuviera prisa

Tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, en un giro inesperado que sorprendió a absolutamente nadie excepto a los nazis más optimistas, las fuerzas del Eje fueron derrotadas. Este acontecimiento tuvo profundas repercusiones en la vida y obra de Hergé, creador de Tintín, quien se encontró repentinamente en una situación tan precaria como la de sus personajes al inicio de cada aventura.

Hergé, otrora dibujante estrella, se vio reducido a un estado que los historiadores describen técnicamente como "harapiento y desempleado". Su situación empeoró cuando fue encarcelado bajo sospecha de haber sido un "lameculos del ocupante", cargo que, curiosamente, no aparecía en ningún código penal de la época y por eso salvó el pellejo. Fue rescatado de su desgracia por un antiguo miembro de la Resistencia. Este acto de benevolencia ha sido atribuido a diversas razones, que van desde le cayó en gracia hasta que necesitaba desesperadamente un dibujante para su periódico y todos los demás estaban muertos, exiliados o ambas cosas.

La posguerra vio a un Hergé atormentado por la culpa y el miedo, estados de ánimo que los psicólogos han descrito como "totalmente comprensibles dadas las circunstancias". Su paranoia se vio exacerbada por las noticias sobre el destino de sus antiguos colegas colaboracionistas, lo que le llevó a desarrollar un tic nervioso cada vez que veía una calle, una plaza o cualquier lugar fuera de su recámara.

Aspecto Antes Después
Ideología Derechón Menos derechón
Ética laboral Workaholic Vago creativo

Esta época vio una paulatina moderación en las opiniones políticas de Hergé, fenómeno que los expertos atribuyen a una combinación de madurez personal y miedo a que le volvieran a meter en la cárcel. Paralelamente, su productividad disminuyó, lo que le llevó a fundar un "estudio de negros", término que en aquella época se refería a dibujantes asistentes y no a una semiesclavos como realmente eran.

Etapa final: todo se la trae floja

La última etapa en la carrera de Hergé, conocida académicamente como "Todo se la trae floja", marca un giro radical tanto en la vida personal como profesional del creador de Tintín. Esta fase se caracteriza por un nivel de despreocupación que algunos expertos han calificado como "olímpico", "zen" o simplemente "¯\_(ツ)_/¯". El catalizador de este cambio fue la decisión de Hergé de divorciarse de su primera esposa, a quien los biógrafos describen eufemísticamente como poco estimulante. En un movimiento que sorprendió a todos excepto a su terapeuta, Hergé contrajo matrimonio con una mujer considerablemente más joven, descrita por los historiadores del arte como más buena y un poco hippie, demostrando que incluso los creadores de boy scouts cartoon pueden tener una crisis de mediana edad espectacular.

Tras su segundo matrimonio, Hergé adoptó una nueva filosofía de vida que los filósofos contemporáneos han categorizado como "follar la buena vida y pasar absolutamente de todo". Esta revolucionaria visión del mundo tuvo profundas implicaciones en su obra posterior. Los últimos cómics de Tintín de esta época se caracterizan por una notable ausencia de acontecimientos, reflejando fielmente el nuevo estado mental de su creador. Los críticos literarios han descrito estas obras como ejercicios zen en la nada absoluta o, más coloquialmente, "24 páginas donde no pasa una mierda" (Harold Bloom, 1994). Algunos títulos no publicados de esta época incluyen "Tintín y la siesta interminable", "Las 24 horas de Tintín en el sofá" y "Tintín contempla cómo crece la hierba artificial".

La etapa final de Hergé ha sido objeto de intenso debate académico. Mientras algunos la ven como el declive de un gran artista, otros la consideran la cumbre de su carrera, argumentando que pasar de todo es el pináculo de la realización humana.

El ocaso de Tintín: Planes macabros y resurrección no deseada

En la etapa final de su vida, Hergé desarrolló lo que los psicólogos han denominado Síndrome del Creador Arrepentido, manifestando un deseo perturbador de que su creación más famosa, Tintín, muriera junto con él. Según testimonios de su círculo íntimo, Hergé murmuraba frecuentemente: "Solo yo sé lo que ha hecho ese pequeño bastardo. No merece vivir", dejando a los biógrafos con la intriga de qué crímenes innombrables podría haber cometido un reportero adolescente con pantalones de golf.

Hergé intentó asegurarse de que Tintín no sobreviviera a su creador, llegando incluso a contratar a un equipo de abogados especializados en asesinato de personajes ficticios. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, ya que tras su muerte en 1983, Tintín experimentó lo que se llama resurrección por fanservice.

Contra los deseos expresos de Hergé, Tintín ha sido objeto de innumerables parodias, homenajes y adaptaciones no autorizadas. Estas van desde "Tintín en el país de los influencers" hasta "Las aventuras eróticas de Tintín en Bangkok", obra que los herederos de Hergé han descrito como "perturbadora en múltiples niveles".

La persistencia de Tintín en la cultura popular ha llevado a los mediums y parapsicólogos a especular que el fantasma de Hergé no puede descansar en paz. Testigos afirman haber visto a un espectro con un tupé distintivo vagando por las librerías, murmurando "Por el amor de Dios, dejen morir a Tintín".

Principales Personajes

Los buenos

  • Tintín: ya hemos dicho todo lo que había que decir sobre él, así que no decimos más.
  • Milú: es el perro de Tintín. Un fox-terrier mutante completamente blanco. Se caracteriza por ser glotón, borracho y ligeramente sádico. Entiende todo lo que Tintín le dice, cosa que a la inversa no tenemos claro que suceda. Y es una pena, porque suele decir cosas más interesantes que su dueño.
  • Hernández y Fernández: los dos policías. Son imbéciles y prácticamente iguales, visten igual, van juntos a todos sitios, viven juntos y duermen en la misma habitación (como Epi y Blas) pero... no son hermanos. No decimos mas y que cada cual interprete.
  • El Capitán Archibaldo Haddock: es como Milú pero en humano. Adicto enfermizo al alcohol y al tabaco, propenso a arranques violentos e irracionales, iracundo en general, gongorinamente tan malhablado que habría que lavarle la boca con jabón... el amigo que todos quisiéramos tener, el yerno ideal.
  • El Profesor Tornasol: sordo como una tapia y desesperante en grado sumo, inventa todo tipo de cachivaches y es el único personaje de la serie que muestra síntomas de una reprimida heterosexualidad.
  • Tchang: es como una versión china de Tintín, como un Tintín de bazar chino. Sus padres mueren ahogados en una riada y él está a un tris de sufrir la misma suerte, pero Tintín le rescata y a las dos viñetas ya está tan contento.
  • Bianca Castafiore: la cantante oronda y chillona de la que hablábamos antes. Es un poco difícil de aguantar, pero tiene buen fondo y siempre ayuda a nuestros amigos, lo cual considera que le da derecho a autoinvitarse a su casa.
  • Serafín Latón: El típico cuñao que encima cree que cuenta bien los chistes. Pero este, además, de la que te descuidas te vende un seguro, una hipoteca y una preferente que te ves en la puta calle sin darte cuenta siquiera.
  • Martina: La única chica que se fija en Tintín, que sale en el cómic inacabado. Él incluso la acompaña a casa (con el Capitán Haddock de carabina, eso sí). Creo que TIntín no se da cuenta de que le gusta a Martina, ya que lo suyo es estar pendiente de gángsters y traficantes de cosas. Vamos, que gracias a ella descubrimos que es sel típico friki que para una vez que liga, no se entera de que ha ligado.

Los malos

  • Rastapopoulos: millonario cabrón muy aficionado al tráfico. Tráfico de armas, de drogas y de esclavos, queremos decir. Escurridizo como una anguila y con una nariz que si huele un bacalao lo deja soso.
  • Allan: esbirro del anterior. Anteriormente era el camello del Capitán Haddock.
  • Dr. Müller: pobre pluriempleado, su vida oscila entre psiquiatra sádico, espía nazi y chantajista internacional. Y más calvo que una sandía.
  • Mitsuhirato: japonés con nariz como de cerdito. Un día fue a depilarse el pecho y se le fue la mano. con lo cual pareció que se había hecho el Harakiri.
  • Jorgen Boris: espía recalcitrante. Va hasta la Luna con nuestros amigos escondido de polizón, para darles una sorpresa. En el viaje de vuelta algo le sienta mal (concretamente que le pegan un tiro, cosa que no sienta bien a nadie) y echan su cuerpo al espacio, aunque no habían comprobado antes si aun estaba vivo. Ahora creo que ya no lo está.
  • Hermanos Pájaro: anticuarios que en su tiempo libre se dedican al gangsterismo y a la búsqueda de tesoros. Con bastante poco tino.
  • Abdallah: hay niños que no son simpáticos ni de visita.

Fuentes de Inspiración

Igual si lo disfrazamos así, cuela y engañamos a la viudísima y su nuevo marido...

Hergé utilizaba a sus personajes para descojonarse públicamente de las personas de su entorno. De esta manera llamó al perro igual que a una novia que le dejó (en otra metáfora sutil), los policías Hernández y Fernández son una parodia de su padre y su tío, que iban todo el día juntos, vestían igual, eran medio lerdos y entre los dos hacían un bobo completo, la Castafiore es su cansina primera mujer, el aspecto de Tintín está tomado de su hermano, que era militar y desde entonces tuvo que aguantar cachondeo en el regimiento... así se explica que amigos no tuviera muchos.

Gestión del Legado

Wikialogo.png Como era de esperarse,
una tropa de frikis han alojado
en Wikia una wiki completa sobre:
Las Aventuras de Tintín

Hergé, gracias a Dios, manifestó que una vez él muriera no quería que nadie hiciera nunca mas un cómic de Tintín. Así su viuda (la hippie) se reunió un día a todos los del taller de negros y les dijo muy amablemente que el lunes siguiente no hacía falta que volvieran, que se dedicaran a dibujar lo que les apeteciera a ellos. Menos a Tintín, porque si dibujaban a Tintín se las verían con sus abogados. Después de esto se casó con otro tipo a quien Hergé dejó el trabajo hecho en todos los sentidos. Ellos son ahora los dueños de Tintín y se encargan de sablear y amenazar con métodos mafiosos a cualquiera que intente utilizar su imagen, incluido <inserta tu nombre aquí>. A Steven Spielberg sí que le han dejado hacer una película, pero esto es porque lo que ha hecho al final se parece a Tintín como un huevo a una castaña y porque han percibido sus buenos milloncejos a cambio de permitírselo, claro.

Notas

  1. Aunque la realidad es que tenía un ejército de asistentes anónimos que hacían la mitad del trabajo, pero ¿quién cuenta esos detalles cuando estás construyendo un imperio del cómic?