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2001: Odisea del espacio
Dirección | Stanley Kubrick, Michael Moore |
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Producción | Stanley Kubrick |
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Intérpretes | Keir Dullea, Leonard Rossiter en el papel de mono y un trozo de vidrio con una bombilla roja atrás en el papel de Hal 9000 |
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Guión | Arthur C.Clarke |
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Música | Friedrich Nietzsche |
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País | Luna |
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Fecha de estreno | 2001 |
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Género | Porno-Ficción |
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Calificación |
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Premios | Premio Stanley Kubrick a la mejor película acerca de monolitos |
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2001: Una profecía desacertada es quizá el mejor musical erótico de ciencia ficción grabado por Stanley Kubrick de la historia. Este bonito documental espacial parte de un relato llamado El centinela escrito por Mike Oldfield[1] Arthur C. Clarke en una de sus largas visitas al baño luego de comer mucho queso lunar. A Kubrick le agradó el relato y le encargó el guión de la película al autor, pero, como siempre, Stanley terminó tachoneando, borrando, corrigiendo la ortografía, reescribiéndolo todo (o sea, actuando como un administrador de Inciclopedia) y dándole una patada en el culo a Clarke para que aprendiera a escribir. Su trama, o como quiera que se le llame, se localiza en 2001, que era el futuro del pasado, en donde un grupo de astronautas con moda retro, tienen que ir a buscar un extraño monolito negro para evitar que siga haciendo círculos en los campos de trigo, arruinando las cosechas y abduciendo a campesinas, todo en un ambiente distópico lleno de referencias al falo.
De las 3 horas que dura, 40 minutos tienen argumento y lo demás son canciones de Zaratustra y estrepitosos efectos psicodélicos gracias a la magia del LSD. Si como todo el mundo, te quedaste dormido cuando el hueso estaba volando para despertar ante la visión de un bebé gigante flotando alrededor de la Tierra, este artículo te ayudará a interpretar, asimilar y disfrutar de esta hermosa e imprescindible obra de arte sin tener que aburrirte viéndola.
Argumento
Tengamos claro una cosa, a Kubrick no se le ocurrían ideas para una película de ciencia ficción, así que uso pedazos de cintas que había grabado antes y las pegó con el viejo truco de tijeras y pegamento y que salga lo que dios quiera, recurso muy usado en el cine de autor.
El amanecer del hombre
Desde el primer momento, no sabemos si estamos ante un programa de Animal Planet, un concierto o una aburrida serie de Jesús prehistórico repartiendo hostias a los animalitos. Y es porque Kubrick utilizó una escena de su fallida película "Tarzán, el ultraviolento" en donde puso a actuar monos entrenados por él mismo y los inoculó de rabia para que dieran más miedo. Estos "antepasados humanos" hacían cosas de monos, como alimentarse, aparearse y arrojar su popó a la cámara (obviamente los que hacían eso morían) y por las noches descansan con sueño nervioso en el fondo de una pequeña cueva, pues como ahora nosotros, temían al Coco.
En un amanecer del año del mono, uno de los primates despierta antes que los demás para orinar en el agua de donde beberían todos, y encuentra un Monolito negro, aquí Kubrick introduce el primer símbolo fálico que va a unir la película, un bloque ortopédico perfecto de varios metros de altura que provoca la alarma en el grupo y un primer momento de confusión y miedo. Sin embargo, los curiosos, se acercan y llegan incluso a acariciarle el trasero. Este monolito al parecer tenía un algo maravilloso, un virus tecno orgánico prehistórico o algo más lógico, magia, que provoca en los pobres primates sensaciones de flashbacks, ganas de matar a sus semejantes y el gusto por comer carnes rojas que tapan las arterias, es decir, humaniza a esas bestias pacíficas. El segundo símbolo fálico es presentado como un hueso que el primate lanza al cielo luego de matar un esqueleto. Fin de la primera película, pero todavía no se levante de su asiento, que falta mucho más... en serio.
Sobredosis Magnética de Tycho no. 1
La segunda película relata el viaje de la Tierra a la Luna, que originalmente fue rechazada por los productores de Primer viaje a la Luna, por leeeenta (prácticamente dura el viaje en tiempo real) y demasiado musical para el espacio no sonoro. Kubrick la aprovecha metiéndola con calzador, e inicia cuando el hueso de la primera cinta se convierte en el tercer símbolo fálico, una estación espacial que puede transmitir el Danubio Azul a pesar de no haber aire. Luego de 10 minutos de valses con torpes naves espaciales se presenta dormido al Doctor Dave Floyd al que se le sale el cuarto símbolo fálico, su bolígrafo (el de plástico, no porque Kubrick sea mal pensado, usted tiene que serlo) a flotar en el espacio. Dave se dirige a la estación lunar de Tycho no. 1, de donde se rumorean muchas cosas, como que ha habido un virus que transforma a las personas en cerdos, se ha liberado un gas tóxico o alguien no se ha duchado, es decir, cualquier cortina de humo que cubra la verdad y la higiene de la estación. La base de los rumores se debe a que la base no se comunica con el exterior, y si se comunica es sólo para decir chorradas o chistes malos y luego colgar como si no tuviéramos identificador de llamadas. La cinta original acaba ahí, luego sigue el "nexo".
La explicación a la cuestión de por qué la base no se comunica es mucho más lógico que estas elucubraciones sin sentido: se debe a que han encontrado una cacho piedra negra con forma de rectángulo puesta por alguna clase de civilización extraterrestre o por un bromista de hace cuatro millones de años el día de los inocentes. Las autoridades están confusas sobre este asunto: tras descartar que se trata de una máquina expendedora o la roca sagrada del islam (la religión oficial de la Luna) siguen sin saber. Envían a varios investigadores para que la interroguen y les confiese sus intenciones. Pero ésta, para hacer la gracia, decide averiar los sonotones de los astronautas con un pitido vulgar en lugar del calmado "Así hablaba Zarathustra, (poema sinfónico)" que revienta los oídos de los astronautas y del público que estaba dormido en el cine y se despertó alarmada (culpa del director). Y ahí se acaba, si sigue despierto, por favor duerma unos diez minutos para que recupere fuerza.
Cuando la máquina se vuelve loca (Jupiter Adventure)
La tercera cinta resiente aún más el salto a la incoherencia más absoluta, tonto director. Por arte de magia, la acción se sitúa en una nave espacial en forma de espermatozoide gigante, el enésimo símbolo fálico. Ahí van Dave y otro astronauta despierto, los demás están dormidos porque se aburrieron de la película para cumplir con su misión una vez lleguen a Júpiter, además también iba HAL 9000 (IBM, para qué nos hacemos tontuelos) creado para coordinar todas las bombillas rojas empotradas. La vida dentro es larga y aburrida y nos hacen verla toda, Dave encuentra su único entretenimiento mirando la Inciclopedia corriendo por las paredes gracias a zapatillas especiales y a su sentido arácnido, mientras HAL se divierte hablando con los tripulantes diciéndoles que les entusiasma trabajar con humanos a la par que suelta unas risas ahogadas.
Pronto, el famoso síndrome inventado por Kubrick, que pasa cuando te aíslas algunas semanas con tus seres queridos e intentas matarlos después, salió a flote. Los astronautas, tontos que eran, no sabían la verdadera misión y pensaban que iban a Júpiter a investigar a qué olía, pero HAL 9000 (lo cabrón nadie se lo quita) sí sabía, e intentaba detenerlos antes de que arruinaran todo, cosa que suelen hacer los humanos. De esta forma, la computadora de la impresión dejó literalmente sin aire a los dormidos, aprendió a leer los labios de los humanos cuando éstos se metieron al WC para no ser escuchados sobre desconectarlo y de una patá en los cojones lanzó a uno de los despiertos al espacio a estar solo por siempre y muriendo del aburrimiento por hablar consigo mismo. Al final, únicamente quedó Dave que fue el valiente que no terminó escapando (a una muerte segura) sino que se quedó para enfrentarse, quitándole los bulbos de humor y los homicidas a la nave para que se volviera estúpida, mientras HAL cantaba Daisy, que desde entonces es el himno a cada máquina cuando muere. HAL fue el mejor personaje de la película, sí señor. Ahora bien, como Kubrick no conocía el Windows 98 tuvo que inventarse que un astronauta desactivase el computador, en vez de colgarse él solo.
Júpiter, al infinito y más allá
La cuarta película había sido grabada la primera vez que tuvo un encuentro con su nueva amiga Mary Jane y experimentaron nuevas y emociantes sensaciones. Algo muy parecido a lo que sucedió a John Lennon con Yoko Ono. Para Kubrick resultó el escenario perfecto para darla a conocer, y como había sido ideada para astronautas, quedaba como anillo al dedo. Y va más o menos así (no digo que lo relataremos exacto, porque nadie puede): una vez que todos sus amigos, reales, imaginarios o artificiales estuvieron muertos, Dave se siente como aquel simio de hace tantos años que mató a sus enemigos, amigos y seres amados con un triste hueso de tapir, pero luego se volvió un humano. La paradoja resulta en que aunque Kubrick no lo diga, Dave es el tataranieto de aquel chimpancé peludo, y se quedó con el código genético implantado por monolito, una joda si se piensa después de tantos años.
Así, llega a donde está el tercer monolito, bastante dormido y flotando junto a Júpiter, al acercarse a él, obviamente lo golpea con un hueso como es su instinto (de la misma forma que mató a HAL). Inmediatamente, Kubrick se vuelve loco y poco le importa el qué dirán o el si ganará o no el Oscar al mejor director convencional, y manda a Dave de una patada en el culo a recorrer el tiempo y el espacio, en un juego armónico de colores muy propio de la ingesta de dietilamida de ácido lisérgico en los sesentas. Así en ese viaje espiral por los hipersentidos de la conciencia expandida, en realidad se encuentra que ya está muy viejo, en un cuarto de la era victoriana con el monolito en frente, mirándolo con su ningún ojo, una frivolidad. Luego con el ya clásico Zarathustrazo, Dave ahora y para sorpresa de todo el público que está despertando muy confundido y con cara de ¿qué cojones es esto? Es un bebé gigante flotando al rededor de la tierra y blam, un cuadro negro y FIN. Así la incógnita de dónde conseguirá pañales desechables de ese tamaño queda en la mente de todos.
Interpretaciones
Hasta ahora no se sabe de alguien que haya visto esta película y haya tenido la gentileza de haberle entendido un carajo, de esta manera no hay nadie que tenga una interpretación ni siquiera cercana, incluso hay quienes dudan que 2001 sea una película y más bien la catalogan como un poema dadaísta, o en el mayor de los casos como un florero disfrazado. Aún así quien la ha visto concuerda que el mensaje que transmite es completamente acertado y que les ha expandido la mente y el trasero por el tiempo sentados.
General
Dentro del sector que presume que sí ha entendido, pero que en realidad no, se encuentran Stanley Kubrick, Arthur C. Clarke y una parte del cerebro de Stephen Hawking. De ahí han surgido una serie de interpretaciones, las más incoherentes, y por lo tanto, las más acertadas. Y ésta versa sobre una civilización muy antigua que ha perdido las ganas de vivir y recorre el universo sembrando la semilla de la vida inteligente en las especies que considera que pueden usarla para el bien y tal, una segunda puerta es dejada en la luna para infundir una carrera espacial a ver quien llega primero, y la tercera un poquitín más lejos, para abrir las puertas a los viajes hiperespaciales y poder llevar a la humanidad a conquistar y destruir mundos hermosos e irrepetibles. ¿Coherente? Claro que no.
HAL 9000
Desde el comienzo del desarrollo de la inteligencia artificial, la Humanidad se ha visto sometida a una serie de inquietudes: ¿Pueden las máquinas rebelarse contra la autoridad humana? Y en el caso de que esto sucediera, ¿devolvería el fabricante el dinero al consumidor suponiendo que este entregara el ticket de compra en el plazo que cubre la garantía? Todo el mundo sabe que pronto la máquina será superior al ser humano: de hecho, Asimov ya baila salsa mucho mejor que la mayoría de parapléjicos arrítmicos. ¿Podría llegar un momento en el que la máquina decidiera tomar las riendas del poder sobre la Tierra? Ese momento ya a llegado. En abril de 2009, un joven granjero de Illinois sufrió una pequeña quemadura en el dedo por culpa de su freidora de cocina. Tres días más tarde, el gobierno estadounidense se rindió a la máquina y le entregó el estado en su totalidad junto con 100 dólares por haberles causado molestias. Este es el principio de HAL 9000, al que los científicos pronostican que, para 2012, exista ya ese superordenador con las características de tener sentimientos humanos y sea la encargada de sacar y cuidar a los humanos de la tierra cuando suceda el fin del mundo (para más información, vea WALL•E).
El Monolito como Dios
- Artículo principal: Jesús Monolito
La gran cuestión, o la pequeña según ciertas interpretaciones minimalistas, es: ¿Podría ser considerado el monolito un dios entre hombres y simios[2]? Y si es así... ¿Donde meteremos a todos los dementes que alaban a una piedra gigante rectangular? Éstas y otras preguntas no dejan de rondar en la mente de todos los que hemos visto como ese pedrusco era venerado por los primates y caía aplastando a todo aquel que no lo obedeciera (y que se acercara demasiado). Llevados por estadios de simiecidad, luego bestialidad humana, hasta llegar al Übermensch.
Sin embargo, queda claro tras las declaraciones tanto de Stanley Kubrick como de Clarke que el monolito es la representación putativa de una especie extraterrestre que intenta sembrar la inteligencia allá donde ve su embrión. Es decir, que el monolito es una especie de software interplanetario y no tiene nada de divino más que su color, su forma y su tamaño. Así que a los que se atrevan a decir que es dios u otra cosa, jódanse tengan sentido común.
Rigor científico
El rigor científico está entre lo biológico y lo tecnológico. En el primero, hay un grupo de antievolucionistas que niegan categóricamente que el hombre descienda del mono y están dispuestos a quemar a cuantas personas sean necesarias para probarlo. Pero Kubrick se basó no sólo en testimonios de hombres muy viejos que recuerdan todo, sino que también en una osamenta de un tapir obviamente maltratada después de muerto por un simio salvaje con un poderoso hueso.
Con respecto a los avances tecnológicos que se tuvo que inventar para cuarenta años en el futuro fue bastante acertado, él sabía que se iba a llegar a la Luna, aunque todavía no sabía que está hecha de queso, y que las naves espaciales tendrían que ser blancas para evitar chocar en un espacio exterior que debería ser completamente negro, sin estrellas, luceros de la mañana ni esas cursilerías. También presagió la construcción de estaciones espaciales internacionales, acoplamientos con tutú, videollamadas (sí, si las había desde 2001, si no las conoces es porque eres muy pobre, o ciego). Lo único que se le cuestiona es la inteligencia artificial para el siglo XXI ya tendría que estar muy avanzada, pero para los detractores decimos que estaba en un acierto al saber que las máquinas se vuelven locas gracias al Pantallazo azul de la muerte, un concepto que ni la mente más privilegiada había imaginado.
Críticas
No tardaron en llegar los sectores más conservadores de la sociedad, a declarar que era el final de Stanley Kubrick como director al echar a perder una película de ciencia ficción donde perfectamente podría haber pivones semidesnudas paseando en complicadas naves espaciales con armamento de rayos láser, luchando contra insectos gigantes de Marte y al final hubiese podido haber una escena romántica entre la rubia y el fornido protagonista. Los periódicos del día siguiente criticaron duramente esta cinta por falta de diálogos, la poca expresividad de los personajes (HAL es quien tenía más personalidad, carácter y actuación), el poco criterio con el que sobreestimo a la población anglosajona de ese tiempo y su forma de usar la barba, muy descuidada que no le venía nada bien con las ojeras que siempre traía. Por suerte, a 40 años de su estreno, esos críticos ya están más bien revolcándose en sus lujosas tumbas debido al éxito que resultó y a haberse convertido en la mejor película de ciencia ficción de todos los tiempos, chúpate esa Ed Wood con tu Plan 9 del espacio exterior.
Secuelas
Multitud de películas se han influido, inspirado, basado y en definitiva, copiado de 2001, de la cual se han hecho múltiples secuelas escritas por Arthur C. Clarke, las cuales son 2010: El año en que hicimos contacto, 2069: Lios y trios en la nave y 3010: La vida después de Futurama, entre las que destacan las tres primeras. En ellas hay gente que se levanta de la muerte, nuevas apariciones de HAL, menos simios pero más europeanos y demás derivados del hachís, que termina con la destrucción de los extraterrestres por las pulgas.
Confúndase también
Stanley Kubrick |
Espartaco |
Lolita |
Dr. Strangelove |
2001 |
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La naranja mecánica |
Barry Lyndon |
El resplandor |
Full Metal Jacket |
Ojos bien cerrados |
Referencias
- ↑ Es de suponer que para el año 2020 ya se habrá editado el Tubular Bells XXXIX
- ↑ Según el Concilio de Conservadores de Texas, hay que marcar siempre la diferencia entre ambos
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Artículo destacado Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular. Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos |